Blancanieves Bodega Estévez, 1966 – 2024
Hay momentos en la vida en que tenemos que enfrentarnos a lo inevitable, pero no por ello deja de ser menos sorprendente. Y si hay algo inevitable en la vida, eso es la muerte. Aun así, a pesar de saberlo a ciencia cierta, habitualmente vivimos de espalda a esa ineludible cita, quizás porque en el fondo de nuestra conciencia “sabemos” que en la muerte nada muere.
Lo cierto es que cada vez que ese episodio de tránsito entre planos ocurre en nuestras cercanías, afectando a seres a los que nos unen fuertes lazos de amor, afinidad o amistad, más allá incluso de convicciones muy asentadas que tengamos relacionadas con la continuidad de la vida tras la muerte, no podemos evitar un estremecimiento y un pensamiento inicial de incredulidad.
Parece que la vejez es un periodo que prepara a cada ser humano y a sus allegados para ir aceptando lo inevitable, nos vamos haciendo a la idea de la separación que empieza a sentirse más cercana que lejana. Pero cuando la muerte sorprende a personas que por edad parecerían tener aún muy lejano ese momento, no podemos evitar un transitorio shock.
Precisamente eso ha ocurrido en fecha cercana. El pasado 29 de Febrero una entrañable amiga que nos venía acompañando en nuestras actividades en el Grupo Espírita de La Palma desde hace unos dos años, Blancanieves Bodega Estévez, Blanny para todos sus allegados y amigos, ha abandonado inopinadamente este plano físico e ingresado en la patria espiritual.
A lo largo de este tiempo que compartimos con Blanny, vimos como ella iba incorporando de forma natural las comprensiones que aportan las enseñanzas espirituales, ayudándole a integrar y superar algunos episodios dramáticos de su vida. En ese avance en su comprensión estaba, cuando se le detectó una dolorosa afección que en principio, más allá de las molestias que suponía, no parecía conllevar un riesgo declarado e inmediato para su vida física. Ingresada en el hospital a la espera de una operación quirúrgica delicada pero que no entrañaba peligro inminente, su cuerpo dijo basta, falleciendo de forma inopinada.
Ayer, miércoles 13 de marzo, participamos en una ceremonia y homenaje en su recuerdo, y hoy, desde el Grupo Espírita de La Palma, queremos dejar esta nota para una amiga y compañera a la que nos fue uniendo con el tiempo una profunda amistad. Allí donde te encuentres, querida amiga Blanny, recibe todo nuestro cariño, en la seguridad que tu bondad y buen hacer en la vida te habrá granjeado la bienvenida espiritual que te mereces y toda la ayuda para adaptarte rápidamente a tu nueva situación en el mundo de los espíritus.
Muy bonito el texto. Gracias
Que tenga un buen tránsito. Muchas gracias.
Gracias por este texto tan genuino en memoria de la compañera Blanny del Grupo Espirita de La Palma, como el poema dice: » No he muerto. Solo me fui antes y no quiero que me recuerden con lágrimas, como aquel que no tiene esperanza. No he muerto; aunque mi cuerpo no esté, siempre mi presencia se hará sentir. Seré el silencio de nuestro hogar que tanto compartimos, seré la brisa que besará sus rostros, seré un recuerdo dulce que asista a su memoria, seré una página bonita de su historia. Perdón a todos, tomé únicamente uno de los trenes anteriores y se me olvidó decirles…No estoy muerta, solo me fui antes.