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Posts Tagged ‘espiritualidad’

Continuando con nuestro proyecto de tener una mayor, periódica y continuada presencia en la sociedad que nos rodea, externalizando actividades fuera de nuestra sede social, el Grupo Espírita de La Palma presenta el Segundo Miniciclo de Charlas sobre «La Transformación de la Conciencia», que en esta ocasión tendrá por escenario la Casa de La Cultura del municipio de Tazacorte, el jueves 25 del presente mes de abril, en horario de tarde.

En esta jornada se desarrollarán dos charlas, la primera de ellas tendrá lugar a las 17:30 h., con el título «Dejar de aferrarnos para liberarnos de las aflicciones y sufrimientos emocionales», la cual será impartida por nuestra querida compañera Aseret Clarassó.

La segunda charla empezará a las 19:00 h., corriendo a cargo del investigador almeriense, escritor y gran amigo Paco Quevedo, presente en la isla por estas fechas, con el título «Precognición y Sueños premonitorios: ¿está escrito el futuro?».

Aprovechamos la ocasión para agradecer la colaboración del Ayuntamiento de la Villa y Puerto de Tazacorte, es especial la positiva disposición y dinamismo al Concejal de Educación,Cultura y Fiestas del Ayuntamiento de Tazacorte, Jordán Martín Acosta.

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Considerando las ventajas de acercar los contenidos que se estudian normalmente en un Centro Espírita al público en general, principalmente a ese sector, no menor desgraciadamente, que aún pudiera albergar reticiencias y resistencias a acudir este tipo de asociaciones y disfrutar de sus actividades públicas, sobre todo por las ideas tergiversadas que interesesadamente fueron sembradas en las mentes de muchísimas personas desde distintas instancias con mucho poder durante generaciones, hemos tomado la decisión en el Grupo Espírita de La Palma de facilitar el conocimiento de los temas que estudiamos y desarrollamos en nuestro Grupo, procediendo a la organización un miniciclo de conferencias periódico, cuya primera edición tendrá lugar en la tarde del próximo martes 6 de febrero, en el Salón de Actos de la Casa de la Cultura de Los Llanos de Aridane, bajo el título genérico de LA TRANSFORMACIÓN DE LA CONCIENCIA.

Lo que pretendemos es que este inicial miniciclo sea el primero de muchos, reeditándose con nuevas charlas cada tres meses, aproximadamente. Informaremos oportunamente cada vez que se organice una nueva edición.

No podemos dejar escapar la ocasión para agradecer al Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane, la cesión del Salón de Actos de la Casa de la Cultura del municipio, que actualmente y tras una larga remodelación, cuenta con todos elementos técnicos precisos, el aislamiento acústico necesario y la comodidad adecuada para los asistentes imprescindibles en una moderna sala para la expresión de la cultura en sus distintos ámbitos.

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«Un discípulo se quedó dormido y soñó que había llegado al paraíso. Pero, para su asombro, vio que allí estaban sentados el Maestro y los demás discípulos, absortos en la meditación.

»¿Y esto es la recompensa del paraíso?, exclamó.

»¡Si es exactamente lo que hacíamos en la tierra!

»Entonces oyó una voz que exclamaba: ¡Insensato, ¿Acaso piensas que esos que ves meditando están en el paraíso? Pues bien, es justamente lo contrariao, el paraíso está en ellos.

Anthony de Mello

La Iluminación no es un lugar geográfico o un evento externo, no requiere de parajes especiales o de aislamientos. Más bien, acontece cuando la Realidad es percibida sin filtros ni descripciones intermediarias.

Cuando un niño nace, su percepción no se encuentra estructurada. Tanto sus padres corno la comunidad y la escuela se encargan de conformar su percepción de acuerdo con los moldes establecidos. Aquellas formas de sentir y ver el mundo que son aceptadas por la sociedad son recompensadas y las que no se ajustan, se oponen o contradicen las normas comunitarias, son castigadas.

Poco a poco y en un lapso que dura años, el niño aprende a permanecer en el estado que se le ha impuesto y a negar o reprimir las formas de ser cuya manifestación se ha castigado.

Cuando este proceso se completa, la Realidad y el sujeto que la percibe se separan y en lugar de una percepción fresca y directa de la Realidad, ésta se filtra utilizándose una descripción del mundo. Esta descripción no solamente limita la percepción, sino que la transforma y acomoda haciéndola congruente con las estructuras conceptuales que se han internalizado. El proceso de internalización hace innecesarios los controles externos; los premios y castigos de la sociedad. El sujeto se ha convertido en un defensor y un exponente de las mismas estructuras que ahora actúan desde su interior sin darse cuenta de ellas. En otras palabras, la Realidad se confunde con la estructura y la descripción aprendida, y ésta última se fija y considera como la única válida. Se crea así un tema básico o un mito que no se puede ver como tal porque es él quien determina el sentir y la forma de ver. Puesto que la mayoría de los componentes de la misma comunidad han internalizado un similar mito y una parecida descripción, se sostiene ésta por el acuerdo interpersonal.

Sabemos ya por los últimos descubrimientos neurofisiológicos, que los patrones de la actividad cerebral de un sujeto se transfieren a otros sujetos. El hecho de que un ser humano viva en un espacio en el cual se inscriban modos similares de actividad cerebral, hace que sus propios patrones se refuercen y mantengan.

En un experimento publicado en la década de los 80, el autor y E. Roy John, del Brain Research Laboratory de la ciudad de Nueva York, demostramos que las expectativas que un sujeto tiene acerca de la realidad que percibe, determinan cambios en su actividad cerebral acordes con las expectativas (las descripciones y estructuras conceptuales que posee) y no con la realidad.

En otros experimentos realizados en la Universidad de México, el autor y Julieta Ramos demostramos que los patrones cerebrales específicos de un sujeto afectan a otros sujetos, los cuales mimetizan en su cerebro la actividad de los cerebros circundantes. Por lo tanto, la forma de interpretar el mundo modifica la actividad cerebral y esta modificación se transfiere de cerebro a cerebro.

Cuando alguien es capaz de darse cuenta de que su percepción de la Realidad no es pura, sino determinada por el mito que ha hecho suyo y puede darse cuenta de las características y del poder de este último, da un primer paso hacia la Iluminación.

El estado de Iluminación implica la desaparición de todo filtro en la percepción, tanto del entorno como de sí mismo. Esta desaparición hace que no exista preconcepción ni estructura de separación entre el sujeto y la Realidad. Por lo mismo, el estado de Iluminación no puede describirse, puesto que trasciende el razonamiento lineal.

“Si uno pudiese aniquilarse a sí mismo aunque fuera por un instante —yo digo que aún menos que por un instante— todo sería suyo, junto con todo lo que es en sí mismo, pero mientras que en cualquier grado tu mente esté en ti o en cualquier otra cosa, sabrás tan poco de Dios como mi boca sabe del color o mi ojo acerca del sabor, Así de poco sabes lo que es Dios

Meister Eckhart

La aniquilación a la que se refiere Eckhart es la del mito de identidad sostenido por las estructuras introyectadas, aquellas que confundimos con nuestra naturaleza real y que compartimos con los seres humanos que, como nosotros, han sido educados en forma similar y que, por lo tanto, perciben también de forma similar a nosotros.

“La modalidad de la época es el determinado conjunto de campos de energía que los seres humanos perciben.

»…La época determina el modo de percibir; determina cuál conjunto de campos de energía, en particular, de entre un número incalculable de ellos, será percibido.

»Manejar la modalidad de la época, ese selecto conjunto de campos de energía, absorbe toda nuestra fuerza, dejándonos sin nada que pueda ayudarnos a percibir otros campos de energía, otros mundos.”

Don Juan Matus

Pero la Iluminación no sólo determina un cambio en la percepción externa sino, sobre todo, un descubrimiento acerca de la naturaleza de quien percibe y un contacto íntimo con un sí mismo puro y libre de ataduras.

“Buda es el Yo Puro.”

Lama Lhundup

La identidad personal sufre una verdadera expansión durante el proceso de desarrollo que desemboca en la Iluminación.

Generalmente nos identificamos con nuestro cuerpo creyendo que la muerte del mismo conllevará nuestra desaparición total. Esta identidad se refuerza por la percepción que los otros tienen de uno mismo. Sin embargo, esta identidad es ilusoria y no corresponde a nuestra naturaleza esencial.

“Acerca de mi propia actualización estos días, es verdaderamente creativa y destructiva. Juego con transformaciones milagrosas, penetrando todas las circunstancias y en donde me encuentre no tengo más que buscar.

»Las circunstancias ya no son capaces de cambiarme. Si vienen estudiantes a buscarme, yo salgo para verlos. Ellos no me ven. Así me visto con toda clase de vestiduras. Los estudiantes inmediatamente empiezan a especular acerca de ellas, tomándolas con mis palabras. Todo esto es muy triste. Ciegos y rapados, hombres sin ojos; depende de las vestiduras que uso, verdes, amarillas, rojas o blancas. Cuando me las quito y sólo me pongo la vestidura de la pureza, los estudiantes ven un reflejo y se reúnen entre ellos con gozo. Y cuando me desvisto, ellos se desilusionan y corren sorprendidos, asustados, y se quejan de mi desnudez. Así es que yo les digo: ¿Conocen en verdad a ‘mí”, quien se viste con todas estas vestiduras? Y súbitamente ellos vuelven sus caras y me reconocen.

Rinzai Gigen

El cuerpo, la mente, las emociones, son otras tantas vestiduras del verdadero Yo, el cual se viste con ellas, pero se encuentra en un lugar “fuera” del espacio y tiempo, más allá de todo concepto y explicación. El contacto con quien verdaderamente somos es la Iluminación. En ella no desaparece la individualidad, sino que se expande para abarcarlo todo.

“Todos los Budas y todos los seres sintientes no son otra cosa sino la Única Mente fuera de la cual nada existe. Esta Mente, la cual no tiene inicio, no tuvo nacimiento y es indestructible, no es verde ni amarilla y no posee forma o apariencia. No pertenece a la categoría de las cosas que existen o no existen, ni tampoco puede considerársele en términos de nuevo o viejo. No es ni larga ni corta, grande o pequeña, porque trasciende lodos los límites, medidas, nombres, trazos y comparaciones. Es lo que ves en frente de ti. Comienza a razonar sobre ello e inmediatamente caerás en el error.

Es como el vacío sin límites que no puede ser medido. La Única Mente en sí es el Buda y no existe diferencia entre Buda y los seres sintientes excepto que estos últimos están apegados a las formas y buscan en el exterior la Budeidad. Por el solo hecho de buscarla, lo pierden, porque implica usar el Buda para buscar al Buda y usar lo mente pare encontrar la Mente. Aun cuando lo intenten por un eón completo, no serán capaces de lograrlo. Ellos no saben que si pusieran un alto al pensamiento conceptual y olvidaran su ansiedad, el Buda aparecería frente a ellos porque esta Mente es el Buda y el Buda es todos los seres vivos. No disminuye por manifestarse en seres ordinarios y no se engrandece por manifestarse en los Budas.»

Huang Po

Por lo tanto, el concepto de la Iluminación indica que ésta aparece cuando un sujeto logra percibirse a sí mismo en Unidad con una naturaleza que se encuentre en todo. Lo Realidad a la que tiene acceso el Iluminado es esa misma naturaleza que no admite separación alguna entre el Observador y lo observado.

Por otro lado, la Iluminación no puede describirse, sino solamente vivirse. Cuando alguien trata de llegar a la Iluminación a través del pensamiento racional fracasa puesto que la Iluminación trasciende a la mente condicionada.

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La Declaración Universal de Derechos Humanos, firmada en París el 10 de diciembre de 1948, buscó enfrentar los grandes males que en las décadas anteriores conoció la humanidad. Como nunca antes, se manifestaron e hicieron visibles las posibilidades de destrucción de los seres humanos mediante la utilización del Estado y sus poderes políticos y jurídicos. La Declaración buscó eliminar tales atrocidades mediante la reafirmación de la dignidad de todas las personas a partir del reconocimiento de derechos postulados como innatos. Un generoso listado de ellos quedó establecido en la Declaración. A partir de entonces, conjuntamente con otros instrumentos internacionales, se buscó alcanzar el mismo objetivo. Todos estos ordenamientos buscaban evitar la instrumentalización de los seres humanos y dotarlos de amplias posibilidades para construir su existencia. Pensar, crear, elegir y ser quisieron garantizarse con derechos particulares susceptibles de enfrentarse a las administraciones públicas, identificadas entonces como causa de grandes males.

El otorgamiento de derechos ha logrado aliviar algunos de los problemas individuales y sociales, pero no ha sido capaz de resolver otras muchas situaciones. El pasar de los años ha puesto de manifiesto que la mera titularidad de derechos no es suficiente para transformar la realidad cotidiana; que los poderes públicos y privados no van a cambiar su actuación por el solo reconocimiento de derechos en favor de personas o colectivos. Los titulares de derechos tenemos que asumir nuestra situación no como algo dado de una vez y para siempre, sino como un atributo que requiere ejercerse y actualizarse cada día. Por paradójico que parezca, tenemos que obligarnos con nosotros mismos y con nuestras comunidades a ejercer nuestros derechos. Tenemos, también, que reconocer que nuestra condición de personas conlleva el cumplimiento de deberes y obligaciones para con nosotros mismos, la colectividad y las generaciones futuras.

De manera escueta, pero no por ello menor, la Declaración Universal de los Derechos Humanos nos impuso en su artículo 29 deberes para con nuestra comunidad, al asumir que solo así podíamos desarrollar libre y plenamente nuestra personalidad. Las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial que acababa de dejarse atrás y el reconocimiento de sus barbaridades, llevó a fijar la atención en los derechos relegando los deberes.

El compromiso con los otros y con la sociedad en la que se vivía, fue pospuesto en la búsqueda de la afirmación individual. Nada hubo de reprochable en momentos tan dolorosos. Sin embargo, el pasar de los años ha mostrado la necesidad de que las personas como individuos y parte de colectividades luchen por afirmar sus derechos y condición social. Igualmente se ha puesto de manifiesto la urgencia de aceptar a plenitud la observancia de su precondición: el cumplimiento de los deberes y obligaciones que a cada cual le corresponden jurídica y moralmente.

A lo largo de las últimas décadas asistimos efectivamente a una toma de conciencia: los derechos son una herramienta indispensable para la construcción de la individualidad, pero ello requiere, a su vez, de la construcción de lo social, del todo en el que se está. Para lograr un desarrollo pleno y auténtico, y realizar cabalmente el proceso de humanización, necesitamos pensar y pensarnos como partes de ese todo y asumir la cosa pública como el hábitat social que nos da posibilidades porque nuestra contribución es una fuente de sentido. Nosotros, en lo individual o en las agrupaciones a las que hemos decidido incorporarnos, necesitamos entender que junto a la exigencia de cumplimiento de nuestros derechos, tenemos que cumplir con deberes y obligaciones que incluyen demandar a nuestros Estados el respeto y garantía de los mismos, porque el Estado nunca queda eximido de su responsabilidad de garante.

La mencionada toma de conciencia se ha reflejado en distintas iniciativas tendentes a explicitar los deberes de las personas en el plano nacional e internacional. La primera de todas, de corte estrictamente regional, fue la inclusión del segundo capítulo, destinado a los Deberes, en la “Declaración de los Derechos y Deberes del Hombre”, de 1948. Los Estados americanos reunidos en la IX Conferencia Internacional Americana advirtieron que: mientras los derechos resaltan la libertad, los deberes expresan la dignidad con la que se ejerce la libertad. En 1988, un grupo de notables personalidades formularon la “Declaración de Responsabilidades y Deberes Humanos”, la cual tuvo como propósito, en sus propias palabras, subrayar:

que la asunción de las obligaciones y responsabilidades implícitas en los derechos humanos y libertades fundamentales recae en todos los miembros de la comunidad mundial, incluyendo los Estados, las organizaciones internacionales, las regionales y subregionales, así como las intergubernamentales, los sectores privado y público, las organizaciones no gubernamentales, las asociaciones de ciudadanos, otros representantes de la sociedad civil así como todos los miembros individuales de la familia humana.

En el año de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la “Declaración sobre el derecho y el deber de los individuos, los grupos y las instituciones, de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales universalmente reconocidas”, en Declaración Universal de Deberes Humanos cuyo artículo 18 se reiteró la importancia de que cada cual asuma sus deberes y obligaciones como eje para la transformación individual y colectiva. En febrero de 2002, la propia Asamblea General emitió una nueva resolución a fin de exhortar a los Estados miembros a lograr el cumplimiento de esos derechos, deberes y obligaciones.

A partir de esos años, diversos esfuerzos nacionales se han llevado a cabo para incluir en los respectivos textos constitucionales un mayor número de obligaciones y responsabilidades para sus ciudadanos.

En 2016, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Fundación José Saramago y la World Future Society (Capítulo México), recogieron los esfuerzos precedentes a fin de darle un nuevo impulso al establecimiento de deberes, obligaciones y responsabilidades de seres humanos y colectivos sociales. Como conclusión de los distintos encuentros realizados, se señaló que:

La proliferación en el reconocimiento de derechos ha provocado una comprensión equivocada. Numerosas personas han supuesto que los derechos no tienen correspondencia con las obligaciones. Es como si se pensara que un individuo ha asumido todos los derechos para su crecimiento y la obtención de sus satisfactores, sin que ello le implique asumir carga alguna para consigo mismo, sus semejantes, el entorno que lo rodea o para con el Estado. Es necesario pensar el mundo de los derechos en clave de corresponsabilidad.

Desde los esfuerzos de la UNESCO, de la Asamblea General de Naciones Unidas o de las Constituciones nacionales y hasta la fecha presente, se han planteado nuevas posibilidades y retos. Por una parte, las expectativas de vida de la población han aumentado considerablemente; las redes sociodigitales han abierto posibilidades liberadoras de comunicación e intercambio de información; los procesos democráticos formales se han incrementado; el derecho internacional y sus posibilidades supervisoras se ha extendido en algunos espacios; la toma de responsabilidades de ciertos sectores se ha hecho presente; algunas diversidades y la centralidad de la igualdad de género han sido reconocidas y están transformando nuestra convivencia.

Sin embargo, el medio ambiente se encuentra actualmente más amenazado y deteriorado; el avance de los procesos democráticos es cuestionado por quienes piensan que no siempre llevan a elegir a las mejores personas para el desempeño de los cargos públicos; el derecho tiene componentes que lo han hecho parte del proceso mismo de dominación; el empleo y sus condiciones de realización se han degradado y resultan enajenantes para muchos; las corporaciones cuentan con mayores espacios para instrumentalizar a individuos y gobiernos abriéndoles la globalización a nuevas formas de evasión de sus deberes y responsabilidades; las amenazas nucleares han reaparecido con particular virulencia; las opciones de ideologías políticas no ofrecen para muchos respuestas adecuadas; las personas se encuentran más solas y están siendo degradadas por una alarmante cantidad de causas; las desigualdades crecen y se institucionalizan.

El panorama vigente y previsible lleva a preguntarnos por las posibilidades de liberación y emancipación y, en concreto, nos hace plantearnos si todo pasa por la exigencia de nuevos y mayores derechos o si, antes bien, tal exigencia debe ir acompañada de la plena asunción de un conjunto básico de deberes y obligaciones con especificación de distintos grados de responsabilidad. No debe perderse de vista, además, que la tendencia de la sociedad a construir relaciones en la Web, sin conocer el rostro de los otros, a vivir en “modernidad líquida” o en espacios públicos que apelan más a las emociones que a los hechos o al sentido de la responsabilidad colectiva, exigen una construcción ética que incida tanto en el ejercicio de los derechos como en los deberes. Las relaciones personales y con la naturaleza deberían estar presididas por esa manera de administrar nuestros derechos.

Retomando las visiones y los esfuerzos de muchas y valiosas personas, la presente propuesta pretende contribuir a la toma de posición de individuos y agrupaciones frente a su realidad presente y ante aquella que habremos de dejar a las futuras generaciones. Quiere identificar las obligaciones que debemos cumplir con respecto a nosotros mismos, nuestros semejantes, la sociedad y el medio ambiente en que habitamos también de cara a las generaciones futuras. La propuesta quiere hacer explícito aquello que en ocasiones se da por sentado o simplemente se ignora, aunque es condición indispensable para la realización de la individualidad y de la vida en comunidad. Se sustenta en la premisa de que la reiterada asunción y exigencia de derechos es condición necesaria para el desarrollo humano, pero no es suficiente para lograr los ambiciosos horizontes que como especie debemos alcanzar, ni para garantizar la sostenibilidad de las instituciones democráticas y del Estado de derecho.

Nuestra propuesta entiende y asume, antes que nada, las obligaciones del Estado para realizar los derechos reconocidos a las personas nacional e internacionalmente. Al hablar de los deberes y las obligaciones de individuos o agrupaciones, de ninguna manera se busca privar de responsabilidad a lo que en nuestro tiempo sigue siendo la forma más relevante de organización política y social. Muy por el contrario. Por su posición, el Estado debe ser el sujeto central de cumplimiento de los derechos y, en consecuencia, de satisfacción de las correspondientes obligaciones. Pensar en el Estado, dentro de este contexto, no es sino asumir que, al final, quienes actúan en nombre de él son personas físicas, reconocidas como funcionarios públicos y, por tanto, es en sus actividades donde se exige, con mayor énfasis, el ejercicio responsable de sus deberes: si el Estado es el espacio de lo público por antonomasia, sus funcionarios son los mejores canales para propiciar construcciones éticas en acciones colectivas. Como lo dispone el artículo 2.1 de la citada “Declaración sobre el derecho y el deber de los individuos, los grupos y las instituciones, de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales universalmente reconocidas” de 1999:

Los Estados tienen la responsabilidad primordial y el deber de proteger, promover y hacer efectivos todos los derechos humanos y las libertades fundamentales, entre otras cosas, adoptando las medidas necesarias para crear las condiciones sociales, económicas, políticas y de otra índole, así como las garantías jurídicas requeridas para que toda persona sometida a su jurisdicción, individual o colectivamente, pueda disfrutar en la práctica de todos esos derechos y libertades.

Sin dejar de reconocer y de exigir el cumplimiento estricto de lo que se ha determinado como propio del Estado, es indispensable reconocer que algunos de los deberes jurídicos y obligaciones éticas indispensables para el cultivo del bien común trascienden a tal entidad política pues sin una ciudadanía activa y plenamente consciente de su posición en el mundo, será difícil llevar a cabo cualquier proceso de transformación. Igualmente se reconoce que los distintos colectivos y agrupaciones, y no sólo los individuos aisladamente, pueden tener, por el poder que acumulan o la función social que desarrollan, distintos grados de responsabilidad. Desde estas premisas nos preguntamos:

¿A qué estamos obligados para con nosotros mismos y con quienes nos sobrevendrán, los sujetos y organizaciones de nuestro tiempo? ¿Qué deben hacer además de afirmar sus innegables derechos, los grupos económico empresariales, las asociaciones civiles, las comunidades religiosas, los medios de comunicación, los partidos políticos o los individuos concretos que habitan la tierra? Más allá de desesperanzas y posibilidades particulares de realización, ¿a qué debiéramos estar obligados cada uno de nosotros, en función de nuestras circunstancias, capacidades y posibilidades, para con nosotros mismos, con los demás, con nuestra comunidad, con nuestro sistema de gobierno o con el espacio que habitamos? Que alguien o muchos lo sepan, no es suficiente para lograr acciones en la dirección correcta. Es necesario decirlo, postularlo, comprometerlo, para que las cosas empiecen a marchar en tal sentido. Así como desde hace años se viene pregonando la necesidad de que cada cual se asuma como sujeto pleno de derechos y sea capaz de entenderlos y ejercerlos, así también se hace necesario, a través de un ejercicio de educación cívica, hablar de los deberes y las obligaciones que tales titularidades imponen.

Este es, finalmente, el objeto de esta propuesta: ayudarnos a tomar consciencia de que nuestra condición humana pasa, desde luego, por la plena titularidad de los derechos que hemos admitido como innatos a todos los seres humanos, pero también por la aceptación de deberes, obligaciones y responsabilidades para con nosotros mismos y para con los demás. Como lo expresó José Saramago en uno de los discursos pronunciados con motivo de la recepción del Premio Nobel de Literatura en 1998, refiriéndose al 50 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:

Nos fue propuesta una Declaración Universal de los Derechos Humanos y con eso creíamos que lo teníamos todo, sin darnos cuenta de que ningún derecho podrá subsistir sin la simetría de los deberes que le corresponden. El primer deber será exigir que esos derechos sean no sólo reconocidos sino también respetados y satisfechos. No es de esperar que los Gobiernos realicen en los próximos cincuenta años lo que no han hecho en estos que conmemoramos. Tomemos entonces, nosotros, ciudadanos comunes, la palabra y la iniciativa. Con la misma vehemencia y la misma fuerza con que reivindicamos nuestros derechos, reivindiquemos también el deber de nuestros deberes. Tal vez así el mundo comience a ser un poco mejor.

Preámbulo

Considerando que los derechos humanos son la mayor conquista jurídica y social de nuestro tiempo para garantizar la dignidad de todas las personas sin distinción alguna de sus condiciones individuales, sociales o culturales,

Considerando la necesidad de reconocer la emergencia de nuevos derechos así como de realizar una lectura actualizada, intergeneracional, relacional y solidaria de los mismos que enfatice debidamente su función social,

Reiterando que los principales obligados al cumplimiento de los derechos humanos son los Estados nacionales y los organismos internacionales y regionales,

Subrayando la importancia de que todos los individuos y las organizaciones cumplan también con tales derechos, Declaración Universal de Deberes Humanos

Atendiendo a las crecientes desigualdades y violaciones a los derechos humanos y a las dificultades de alcanzar las metas planteadas para lograr el desarrollo armónico de la humanidad en su conjunto,

Entendiendo que la Declaración Universal de los Derechos Humanos dispone en su artículo 29 que todas las personas deben cumplir con sus deberes jurídicos respecto a sus comunidades,

Asumiendo que en el cumplimiento de los deberes jurídicos no se agotan las posibilidades de alcanzar el pleno desarrollo de las personas, siendo las obligaciones éticas igualmente indispensables para el sostenimiento de las instituciones democráticas y el Estado de derecho,

Admitiendo la necesidad de que la totalidad de los individuos y organizaciones sociales en que éstos decidan participar deben cumplir sus deberes jurídicos y obligaciones éticas, sin que en ningún caso su incumplimiento pueda servir de pretexto para que el Estado se exima de sus propias obligaciones,

Reconociendo que las personas y los distintos actores sociales pueden tener por su poder, capacidad o función social, diferentes grados de responsabilidad en su contribución a las condiciones de garantía del disfrute de derechos por parte de todos.

Declaramos

Uno

Todas las personas tenemos el deber de cumplir y exigir el cumplimiento de los derechos reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el resto de instrumentos nacionales e internacionales y las obligaciones necesarias para garantizarlos con efectividad.

Dos

Todas las personas tenemos el deber y la obligación de un ejercicio solidario y no abusivo de los derechos y del disfrute responsable de los bienes y servicios.

Tres

Todas la personas, y en especial las organizaciones sociales, económicas y culturales, tenemos el deber y la obligación de no discriminar y de exigir que se combata la discriminación por motivo de raza, color, sexo, edad, género, identidad y orientación sexual, idioma, religión, opinión política o ideología, origen nacional, étnico o social, discapacidad, propiedad, nacimiento u otros motivos similares.

Cuatro

1. Todas las personas tenemos la obligación y el deber de respetar y exigir que se respete la vida y la integridad física, psíquica y moral de las personas.

2. Todas las personas, organizaciones económico-empresariales y organizaciones sociales y culturales, tenemos el deber, la obligación y la responsabilidad de no participar ni condonar prácticas de desaparición forzosa, esclavitud, trata de niños y adultos, tortura, tratos inhumanos, crueles y degradantes, violencia de género, explotación infantil y trabajo forzoso. Declaración Universal de Deberes Humanos

Cinco

1. Todas las personas, organizaciones económico-empresariales, organizaciones sociales y culturales, entidades religiosas y centros educativos, tenemos el deber y la obligación de respetar y exigir que se respete la identidad, autonomía e indemnidad sexual de las personas, menores y adultos.

2. Todas las personas tenemos el deber y la obligación de no participar ni condonar las prácticas de abusos y violencia sexual, esclavitud sexual, trata de personas con fines de prostitución y explotación pornográfica.

Seis

1. Todas las personas tenemos el deber y la obligación de respetar y exigir el respeto de la autonomía corporal y la vida privada y familiar de las personas.

2. Todas las personas y entidades religiosas tenemos el deber y la obligación de respetar las distintas formas de relación que cada quien elija libremente.

Siete

1. Todas las personas, organizaciones sociales, económicas y culturales y, en especial, las autoridades eclesiásticas y creyentes, medios de comunicación, centros educativos, organizaciones económico empresariales y empleadores, tenemos el deber y la obligación de respetar y exigir el respeto a la libertad ideológica y religiosa de las personas y de no incitar al odio y a la discriminación.

2. Todos los practicantes, creyentes y seguidores de cualquier ideología y religión tenemos el deber y la obligación de respetar los derechos humanos y las libertades fundamentales en sus prácticas o manifestaciones.

Ocho

1. Todas las personas y organizaciones, en especial los medios de comunicación, tenemos el deber y la obligación de respetar y exigir el respeto a la libertad de expresión e información y de contribuir al acceso de todos los grupos y colectivos a los mismos con pleno respeto al pluralismo.

2. Todas las personas tenemos, en la medida de nuestras condiciones y posibilidades, el deber y la obligación de informarnos y participar responsablemente en los asuntos públicos.

3. Todas las personas y los medios de comunicación, incluidos los participantes de redes sociales, tenemos el deber y la obligación de velar por la veracidad de la información transmitida, por la salvaguardia de la intimidad y respetabilidad de las personas y por el uso responsable del ciberespacio.

4. Todas las personas y los medios de comunicación, incluidos los participantes de redes sociales, tenemos el deber y la obligación de no incitar a la violencia o discriminación.

Nueve

1. Todas las personas tenemos el deber y la obligación, dentro de nuestras condiciones y posibilidades, de participar responsablemente en los asuntos públicos y en la toma de decisiones colectivas.

2. Todas las personas, y en particular las organizaciones económico-empresariales, los partidos políticos y demás organizaciones sociales, económicas y culturales, tenemos el deber y la obligación de respetar y exigir el respeto de las reglas de financiación de las campañas electorales y de los partidos políticos.

3. Todos los partidos y organizaciones políticas tienen el deber y la obligación de contribuir a la Declaración Universal de Deberes Humanos articulación democrática de la sociedad, a la integración de la representación política, con especial atención al objetivo de la paridad de género.

Diez

1. Todas las personas tenemos el deber y la obligación de exigir educación gratuita de acceso universal y la responsabilidad de instruirse aprovechando debidamente los recursos educativos.

2. Los padres o tutores y centros educativos tienen el deber y la obligación de educar sin incurrir en discriminación de tipo alguno.

3. Las instituciones académicas y educativas y los docentes tienen el deber y la obligación de promover y desarrollar la conciencia de los derechos humanos, la democracia, la paz, el pluralismo, la igualdad de género y el respeto a las distintas formas de diversidad y al medio ambiente.

Once

1. Todas las personas tenemos el deber y la obligación de respetar y exigir el respeto a la cultura y lenguas propias y ajenas, así como a la memoria colectiva de los pueblos y su patrimonio cultural material e inmaterial y de transmitir ese patrimonio común a las generaciones futuras.

2. Las organizaciones económico-empresariales tienen el deber y la obligación de respetar los recursos naturales de los que dependen las prácticas culturales de los pueblos indígenas y otros grupos autóctonos.

3. Todas las personas tenemos el deber y la obligación de proteger la biodiversidad y de respetar y fomentar la multiculturalidad.

Doce

1. Todas las personas tenemos el deber y la obligación de respetar la creación cultural y las producciones científicas, literarias o artísticas y de velar por el respeto de los derechos morales y materiales de los autores y creadores.

2. Los investigadores, científicos, centros de investigación y las empresas y demás organizaciones sociales, económicas y culturales tienen el deber y la obligación de promover el conocimiento, el desarrollo y la innovación científica y tecnológica responsable en beneficio de la humanidad, y de proceder de conformidad con las mejores prácticas éticas.

Trece

1. Todas las personas tenemos el deber y la obligación de prevenir enfermedades y contagios, así como de hacer un uso racional y responsable de los servicios de salud.

2. Todas las empresas y empleadores tienen el deber y la obligación de velar por las condiciones salubres del trabajo.

3. Todas las personas tenemos el deber de exigir prestaciones de salud de carácter gratuito y universal así como la regulación adecuada de los precios de los medicamentos.

4. Todas las empresas farmacéuticas y médicas tienen el deber y la obligación de compartir conocimiento científico y técnico y de fijar los precios de los medicamentos de forma que no se impida el acceso de la población a condiciones básicas de salud. 5. Todas las personas, organizaciones económico-empresariales y organizaciones sociales y culturales, tenemos el deber y la obligación de distribuir equitativamente los alimentos y de no desperdiciarlos a fin de erradicar el hambre.

Catorce

1. Todas las personas y empresas dondequiera que ubiquen la sede de su actividad, tenemos el deber y la obligación de promover y de exigir un trabajo en condiciones dignas y seguras, con una retribución justa, no discriminatoria y con pleno respeto a la prohibición del trabajo infantil.

2. Los empleadores tienen el deber y la obligación de garantizar la igualdad de oportunidades y la no discriminación en el empleo, de respetar el derecho de los trabajadores a organizarse colectivamente y a la libertad sindical, de promover el pleno empleo y el acceso de los jóvenes al trabajo y de proporcionar medidas de acomodo razonable a las personas con discapacidades y necesidades específicas.

3. Los empleadores tienen el deber y la obligación de contribuir al sistema de seguridad social.

4. Los empresarios tienen el deber y la obligación de respetar y promover el cumplimiento de los derechos humanos dentro de sus esferas de influencia y, en especial, de abstenerse de formas de explotación humana. 5. Todas las personas tenemos el deber de desempeñar nuestro trabajo y profesión con sujeción a los respectivos códigos deontológicos.

Quince

1. Todas las personas tenemos el deber y la obligación de respetar el derecho a la propiedad individual y colectiva.

2. Todas las personas tenemos el deber y la obligación de aceptar los límites que imponga la función social de la propiedad.

Dieciséis

1. Todas las personas tenemos el deber y la obligación de respetar la libertad de movimientos y de exigir que se vele por los derechos de los migrantes, solicitantes de asilo y refugio.

2. Todas las personas tenemos el deber y la obligación de hospitalidad para con los migrantes, refugiados y asilados, así como de exigir la contribución al desarrollo y la paz de los países de origen o proveniencia.

Diecisiete

Todas las personas y organizaciones económico-empresariales tenemos el deber y la obligación de conservar y exigir el cuidado del medio ambiente y la protección de la biodiversidad para el disfrute de las generaciones presentes y futuras, haciendo un uso racional y eficiente de las energías y recursos naturales y garantizando el desarrollo sostenible.

Dieciocho

Todas las personas tenemos el deber y la obligación de respetar y exigir el respeto del hábitat y formas y condiciones de vida de los animales no humanos, así como de abstenerse de cualquier forma de crueldad en la producción de alimentos.

Diecinueve

En reconocimiento de la interdependencia humana, todos, sin distinción de sexo, tenemos el deber y la obligación de contribuir al cuidado de personas dependientes, vulnerables y en situación de vulnerabilidad, así como la obligación de exigir prestaciones públicas que contribuyan al desarrollo de la especie humana.

Veinte

1. Todas las personas, organizaciones económico-empresariales y organizaciones sociales y culturales, tenemos la obligación de contribuir al sostenimiento del gasto público y a la reducción de la desigualdad de forma proporcional, progresiva y suficiente para garantizar la satisfacción de los derechos, y en particular los sociales, culturales, económicos y ambientales.

2. Todas las personas, organizaciones económico-empresariales y organizaciones de todo tipo, tenemos el deber y la obligación y exigir a las autoridades que luchen contra la evasión fiscal.

Veintiuno

1. Todas las personas tenemos el deber y la obligación de velar por el cumplimiento de las normas del orden jurídico nacional e internacional y de acatamiento de la autoridad legítima.

2. Todas las personas tenemos el deber y la obligación de contribuir y exigir la buena gobernanza, la erradicación de la corrupción y la impunidad.

3. Todas las personas y organizaciones económico-empresariales tenemos el deber y la obligación de colaborar con la administración de justicia y la persecución de la criminalidad nacional e internacional.

Veintidós

Todas las personas y organizaciones tenemos el deber y la obligación de contribuir a la resolución pacífica de los conflictos y a la paz, en particular las empresas productoras y comercializadoras de armas y municiones.

Veintitrés

Todas las personas tenemos el deber y la obligación de contribuir a la defensa de los intereses fundamentales de su comunidad y de no permitir el reclutamiento y participación de menores.

31 de julio de 2017

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Saludos fraternos a todos/as. A punto de concluir este ajetreado año 2023 y en un mundo convulso donde las alarmas que alteran nuestra tranquilidad saltan por doquier, desde el Grupo Espírita de La Palma mantenemos nuestro compromiso de conciencia que nos obliga a compartir las cosas buenas que hemos encontrado. Fruto de un trabajo constante de estudio y práctica alrededor de nuestra realidad esencial, que es de naturaleza espiritual, proponemos a todos los interesados/as que nos puedan acompañar, un programa mensual de actividades públicas, abiertas y gratuítas confeccionado con rigor y buena voluntad.

En este último mes del año 2023, os proponemos una programación con temas variados e interesantes, y en el último viernes realizaremos nuestra ya tradicional fiesta-convivencia, una oportunidad para dar caude a la alegría sana, la creatividad, el compartir y la confraternización. Desde aquí quedan invitadas todas las personas que deseen pasar unas horas lúdicas con nosotros.

Quien quiera consultar y/o descargar el Programa, lo puede hacer accediendo a la página «Actividades Públicas» (ver pestañas superiores), o también clicando AQUÍ.

Os recordamos que los actos programados se desarrollarán cada día viernes (salvo otra indicación distinta), a partir de las 19:30 horas, en nuestra sede social:

Avenida Carlos Fco. Lorenzo Navarro, nº 69

Edificio Vizconde, 1º DLos Llanos de Aridane

Isla de La Palma (Canarias)

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En los últimos tiempos se viene divulgando una ola de testimonios de personas de todo el mundo que han tenido experiencias de ECM (Esperiencias al borde de la muerte). Es el caso que les presentamos seguidamente es un excepcional testimonio desde todo punto de vista. El caso corresponde a la experiencia de muerte clínica de John J. Davis que, como podrán comprobar, está llena de detalles extremadamente interesantes. Todo da entender que estamos cada vez más próximos a que la humanidad vaya aceptando definitivamente que: ¡LA MUERTE NO EXISTE!.

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«Descubre la corriente de las aguas profundas de tu conciencia y zambúllete en ella. Rechaza todas las cosas exteriores como uno se resguarda en las casas de los ardientes y perjudiciales rayos solares.

El océano de la ignorancia rodea el mundo y se desborda sobre él al igual que las aguas saladas cercan y bañan a una isla; y las distinciones que hacemos al decir ‘yo’ y ‘mío’ son las olas de ese mar de nuestro error.

Las emociones de la mente, así como sus diversos sentimientos y pasiones, son las oleadas multiformes de ese mar de ignorancia; el egoísmo  y el amor propio forman la vorágine en la que el hombre testarudo espontáneamente se precipita.»

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Baghavad Gita (Mahabharata, 5.000 a. de  C.)

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En la tarde del pasado sábado, día 17 de junio de 2023, ofreció una conferencia online el Presidente del Grupo Espírita de La Palma, Óscar García, sobre el tema «La Intención, una mirada en profundidad». Dicha exposición respondía a una invitación cursada tiempo atrás por la Asociación Internacional para el Progreso del Espiritismo (AIPE), de la mano de su Presidenta, Rosa Díaz.

Tenemos el placer de insertar aquí el vídeo de dicha conferencia, que también pueden ver directamente en el canal de youtube de AIPE, así como otras muchas que han sido impartidas por distintos compañeros y compañeras espíritas.

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Puente de Los Tilos (San Andrés y Sauces, La Palma) uno de los más grandes de Europa en su estilo.

Un gran saludo amigos/as. Seguimos con nuestras actividades y entramos en el mes de mayo, quinto del año, un mes lleno de resonancias míticas, consagrado en diversas mitologías a la diosa Μaía (Maya), diosa que aparece en el panteón griego, romano e hindú.

En la mitología griega, Maya o Maia (en griego Μαία significa «pequeña madre») es la mayor de las Pléyades, las siete hijas de Atlas y Pléyone. Según el himno homérico, Maya engendró a Hermes con Zeus en la cueva del Monte Cileno

Para los romanos Maia o Maya era la diosa de la primavera, y como tal recibió su nombre en su honor el mes de mayo. Para nosotros el mes de mayo es el mes de las flores

Y para los hindúes Maya es la diosa madre o principio creador, por un lado, y para otros una diosa de la apariencia y la ilusión que es más bien un concepto abstracto o abstracción de carácter metafísico.

Queremos compartir con todos vosotros/as nuestro Programa de Actividades Públicas para este mes, el cual es un muestrario de parte de nuestro trabajo de estudio e investigación, que ofrecemos a cuantas personas lo deseen en forma de charlas, proyecciones y diálogos cada viernes a partir de las 19:30 horas (hora local), salvo indicación contraria..

Como siempre el Programa está a vuestra disposición en la pagina Actividades Públicas (pestañas superiores), desde donde lo podréis consultar y/o descargar. Igualmente podréis hacer lo mismo clicando AQUÍ.

Nos podréis encontrar en nuestra sede social ubicada en:

Av. Carlos Francisco Lorenzo Navarro 69

Edificio Vizconde 1º D – 38760 Los Llanos de Aridane

Isla de La Palma – Prv. de S/C de Tenerife

Islas Canarias (ESPAÑA)

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Por: Óscar M. García Rodríguez

En los momentos en que somos capaces de acallar los «ruidos» que día a día nos saturan, llega el SILENCIO. Desde ahí la VOZ INTERIOR encuentra la posibilidad de manifestarse. Entonces las comprensiones instantáneas, las impresiones directas, las imágenes luminosas – es decir, la intuición espiritual – asoman, aportando la energía de la CERTIDUMBRE.

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Walt Whitman, 1819 – 1892

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Yo soy un punto culminante de las cosas cumplidas,

Y soy el receptáculo de las cosas que vendrán.

Mis pies tocan el ápice de los ápices de las escalas;

Sobre cada peldaño hay brazadas de siglos, brazadas todavía

más grandes entre peldaño y peldaño;

Todo cuanto está abajo lo he recorrido dolorosamente y, sin

embargo, yo subo, yo subo.

Cuesta después de cuesta, los fantasmas ante mí se inclinan;

Lejos, hacia abajo, diviso la enorme Nada originaria, y sé

que yo mismo allá estaba;

Yo aguardaba, invisible, sin cesar, dormía envuelto por la

letárgica niebla,

Y esperaba mi momento, el fétido carbono no me ocasionaba

daño alguno.

Largo tiempo permanecí enclaustrado, oprimido, mucho,

mucho tiempo.

Inmensa fue para mí la elaboración,

Fieles desbordando amistad, los brazos que me anudaron.

Los ciclos transportaron mi cuna, remando remando, como

alegres bateleros

Para hacerme lugar, las estrellas permanecieron apartadas

en sus órbitas;

Irradiando su influjo para velar sobre lo que debía contenerme.

Antes de que yo naciera de mi madre, generaciones y generaciones

me guiaron:

Mi embrión jamás fue entorpecido, nada pudo anularlo.

Para él la nebulosa se convirtió en un orbe,

Los amplios y pesados estratos geológicos se acondicionaron

para que él reposara,

Abundantes vegetales le acordaron subsistencia,

Monstruosos saurios lo transportaron en sus fauces para depositarlo

luego con solicitud.

Todas las fuerzas fueron asiduamente utilizadas para completarme

y deleitarme;

Ahora, en este punto, permanezco erguido con mi alma robusta.

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Yo sé que poseo lo mejor del tiempo y del espacio, y que

jamás he sido medido y que jamás lo seré.

Realizo un viaje perpetuo, (¡vamos, escúchame!)

Mis señas son un gabán para la lluvia, buen calzado, y un

bastón tallado en el bosque;

Ninguno de mis camaradas se ha acomodado en mi silla;

Porque yo no tengo ni silla, ni templo, ni filosofía;

No conduzco a nadie a la mesa para comer, ni a la biblioteca,

ni a la banca;

Pero a cada hombre y a cada mujer de entre vosotros yo

los conduzco hasta una cima;

Mi mano izquierda rodeándoles el talle,

Mi mano derecha mostrándoles los paisajes y el camino real.

Ni yo ni otro ninguno puede recorrer este camino en tu

lugar;

Tú, sólo tú, debes recorrerlo

No es largo, está a tu alcance;

Quizá, sin percatarte, te hallas en él desde que naciste;

Quizá está en todas partes, en el mar y en la tierra.

Carga tu hato, hijo mío, yo me endosaré el mío, y apresuremos

nuestra partida,

En el camino encontraremos ciudades maravillosas y pueblos

libres.

Si estás fatigado dame los dos fardos, y apoya la palma de

tu mano sobre mi cadera,

Y llegado el momento, tú me rendirás el mismo servicio;

Porque una vez en marcha no nos detendremos más.

Hoy, antes del alba, trepé hasta la colina, y contemplé el

cielo lleno de estrellas,

Y le he dicho a mi espíritu: “Cuando dispongamos de esos

orbes, y disfrutemos del placer y del conocimiento de

todas las cosas que en ellos existen, ¿reposaremos y

seremos felices?”;

Y mi espíritu ha respondido: “No. Sólo alcanzaremos esa

cúspide para transponerla y continuar más allá”.

Tú también me interrogas y yo te escucho;

Te digo que no puedo responderte, que debes encontrar la

respuesta tú mismo.

Siéntate un instante, hijo querido;

Aquí tenemos bizcochos para comer y leche para beber;

Pero, desde el instante en que te duermas y te repongas entre

las suaves ropas, yo te daré un beso de despedida y

abriré la puerta para que luego te puedas marchar.

Durante largo tiempo has tenido sueños despreciables;

Ahora yo retiro la venda de tus ojos;

Debes habituarte a la claridad del día y de todos los instantes

de tu vida.

Durante largo tiempo has braceado tímidamente, teniendo

próxima una tabla, en el arroyo;

Ahora yo quiero que seas un nadador intrépido,

Que te zambullas en plena mar, te alejes, me hagas señas y,

riendo, avances contra la corriente.

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Yo he dicho que el alma no es más que el cuerpo,

Y he dicho que el cuerpo no es más que el alma;

Y que nada, ni siquiera Dios, es más grande para cualquiera

que una partícula de sí mismo,

Y que cualquiera que marche un kilómetro sin simpatía,

avanza hacia sus funerales cubierto con su mortaja,

Y que tú o yo, sin un céntimo en el bolsillo, podemos adquirir

lo mejor que en la tierra existe,

Y que mirar con un solo ojo o mostrar una habichuela en

su vaina confunde la sabiduría de todos los tiempos,

Y que no existe trabajo o empleo que, siguiéndolo un hombre

joven, a la postre no lo convierta en un héroe,

Y que no hay objeto, por frágil que sea, que no sirva de

eje para la rueda del universo,

Y yo le digo a todo hombre y a toda mujer: que tu alma

se mantenga serena y tranquila ante un millón de universos.

Y yo le digo a la humanidad: no te muestres curiosa en

cuanto a Dios,

Yo, que tengo curiosidad por cada cosa, no manifiesto curiosidad

alguna en cuanto a Dios;

(No hay palabras suficientes para expresar hasta qué punto

estoy en paz con Dios y con la muerte.)

Yo escucho y contemplo a Dios en todo objeto, pero no lo

comprendo bajo ningún concepto,

Tampoco concibo que pueda existir algo más maravilloso

que yo mismo.

¿Por qué he de pretender que Dios es mejor que este día?

Algunas veces veo a Dios en cada una de las veinticuatro

horas del día, y también en cada instante;

En los rostros de los hombres y de las mujeres veo a Dios,

y en mi propio rostro cuando me contemplo ante el espejo;

Encuentro cartas de Dios abandonadas en las calles, y cada

una lleva la firma con el nombre de Dios,

Y yo las dejo donde están, porque sé que en cualquier lugar

donde yo vaya,

Con la misma puntualidad, otras cartas llegarán y llegarán.

Y en cuanto a ti, Muerte, tú, amargo beso de la inmortalidad,

es inútil que intentes alarmarme.

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EL AROMA DE LOS TESOROS

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Cuando nos capacitemos

para conectar con el Sentido,

subirá hasta nosotros

el aroma de los tesoros.

No habrá nada que se esconda

cuando desaparezca la vergüenza,

ya nadie podrá  sentir temor

bajo la mirada desnuda de la inocencia.

Y veremos más allá de lo aparente;

y podremos leer en todos los idiomas;

y los jeroglíficos revelarán

sus misterios entre glifos enredados;

y todo nos será dado sin merecimientos.

Huirán cuantas sombras haya

ante la luz de nuestros ojos atrevidos,

el día en que las opiniones y los juicios

sean para siempre pasto del olvido.

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Óscar M. García Rodríguez

7 de septiembre de 2022

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Por: Óscar M. García Rodríguez

En los momentos en que somos capaces de acallar los «ruidos» que día a día nos saturan, llega el SILENCIO. Desde ahí la VOZ INTERIOR encuentra la posibilidad de manifestarse. Entonces las comprensiones instantáneas, las impresiones directas, las imágenes luminosas – es decir, la intuición espiritual – asoman, aportando la energía de la CERTIDUMBRE.

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