Alverico Perón (1833-1897), primer autor del espiritismo español
Por: Óscar García
Si hay dos figuras insoslayables a la hora de estudiar los primeros pasos del Espiritismo español, ellas son José Mª Fernández Colavida y Alverico Perón. Pero si, mientras tanto, en ese contexto, el primero es frecuentemente citado, aportando numerosos datos biográficos, el segundo lo es mucho menos y casi siempre acompañado de muy escasas referencias sobre su vida y obra.
Iluminar un poco más la figura de está imprescindible personalidad pionera, inextricablemente unida al establecimiento de los cimientos y consolidación del Espiritismo en España, que tan abundantes y gloriosos frutos daría posteriormente, es el objeto de los apuntes biográficos que ofrecemos a continuación, a los que incorporamos también, con satisfacción, su retrato.
Vida y obra de Enrique Pastor y Bedoya o Alverico Perón
Enrique Pastor y Bedoya (Alverico Perón fue el seudónimo que utilizó en su quehacer espírita) nació en Madrid el 29 de Diciembre de 1833. Su padre era Luis María Pastor Cox (1804-1872), notable economista, que llegó a ser ministro de Hacienda en 1853, durante el gobierno del General Lersundi. Al igual que su progenitor, Enrique estudió Economía, encaminando sus pasos como funcionario público en el Ministerio de Hacienda, donde ocupó diversos cargos.
Conoció el Espiritismo el año 1858, dedicándose de inmediato a la lectura de cuanto se había escrito sobre aquel hasta entonces. En este temprano conocimiento del Espiritismo intervino su padre, quien en un viaje a los Estados Unidos supo del movimiento del Nuevo Espiritualismo, en auge en aquel país desde 1848, después de los fenómenos protagonizados por las hermanas Fox, y que había iniciado estos estudios en Cádiz en 1852, frecuentado también las reuniones que con este motivo y fines experimentales, se celebraban en Cádiz desde 1854. A partir de dicha época, su principal ocupación fue el estudio y propaganda de la Doctrina Espiritista
En 1861 publica, como anónimo, en el periódico madrileño La Razón, la «Carta de un espiritista a D. Francisco de Paula Canalejas» (1), folleto con extractos de «¿Qué es el Espiritismo?», de Allan Kardec, primer trabajo sobre la materia que salió a la luz pública en España (2). De ella se hizo una edición en 1865, en la Imp. de Manuel Galiano de Madrid y, tres años más tarde, El Criterio Espiritista la reprodujo nuevamente en sus columnas, en los números 1 y 2 de la publicación, correspondientes a noviembre y diciembre de 1868, respectivamente.
En 1865 funda la Sociedad Espiritista Española, de la que fue primer presidente, la cual se fundió con la Sociedad Progreso Espiritista de Zaragoza en 1871, al haberse trasladado a la capital española la mayor parte de los socios activos de ésta última, instalándose la nueva sociedad en la calle Cervantes.
En el mes de enero de 1868 funda en propiedad, en Madrid, la revista El Criterio, subtitulada “revista quincenal científica”, de la que su primer director será Joaquín Huelves Temprado; la censura, en principio, prohíbe cualquier alusión al Espiritismo. Pero la revolución de 1868 inaugura una nueva era de libertades públicas en España; de esta forma, en el número XVII de la publicación, correspondiente al 16 de septiembre, se inserta un suplemento en el que se anuncia la cesación de la revista para dar lugar a la salida de El Criterio Espiritista. Con su nuevo nombre, el primer número vio la luz en noviembre de ese año, figurando como órgano de la Sociedad Espiritista Española, siéndolo más tarde también del Centro General del Espiritismo en España (fundado por Torres Solanot en 1873), y de la Sociedad Propagandista del Espiritismo. Desde entonces pasa a ser su director Alverico Perón, cargo que ocupará hasta 1870
Durante los años 1867 y 1868, Alverico Perón sostuvo el movimiento espiritista, a pesar de la cruda guerra que en dicho tiempo se le hizo en España, contando con la cooperación del pintor Ángel Alonso Martínez, del general Juan Montero Gabuti, del brigadier D. Joaquín Pérez Rozas, del ingeniero de minas Lucas Aldana, de Joaquín Huelves y de otros muchos esforzados y decididos propagandistas, algunos de los cuales posteriormente no creyeron necesario seguir en la tarea.
A Alverico Perón se deben muchas de las conversiones a las ideas del Espiritismo de personas importantes en Madrid en esos años, durante los cuales fundó varios círculos privados en que se obtuvieron magníficos resultados de magnetización y grandes pruebas de éxtasis sonambúlico con la intervención de su hermano Manuel, uno de los mejores médiums escribientes de la Sociedad Espiritista Española.
Estuvo siempre en continua correspondencia y varias veces fue a París a conferenciar con Allan Kardec, quien le consideraba como uno de sus más activos e inteligentes discípulos.
Ejerció el cargo de comisario de Hacienda de España en Londres, donde mantuvo estrecha relación con el gran médium Daniel Douglas Home y los principales espiritistas ingleses. Tuvo aquí, también, la oportunidad de revisar las obras de Lady María Caithness (3), escritas en aquella capital. Realizó, además, labores de corresponsal de los periódicos de Madrid La Correspondencia de España, El Día y otros, donde solía firmar con el seudónimo «B. de Oya»
Tradujo numerosos libros al español: del francés, las obras de Xavier Montepin y «Resumen de la Filosofía Espiritista”, de Allan Kardec (Sociedad Espiritista Anónima Barcelonesa. Barcelona, 1872); del italiano, «Manual del Magnetizador práctico”, de Regazzoni (Rev. de Estudios Psicológicos. Barcelona, s/f.).
Dirigió La Tribuna de los Economistas (1857-1858) y la Revista de Estudios Psicológicos (Barcelona), tras José Mª Fernández Colavida y el Vizconde de Torres Solanot. Fue, igualmente, redactor de La Voz del Siglo (1868-1869).
Además de la ya citada, escribió las siguientes obras espiritistas: “El Infinito: estudio Espiritista” (Rev. de Estudios Psicológicos. Barcelona, estimado en 1899) ; “La Fórmula del Espiritismo” (Madrid, 1868, folleto dedicado a Allan Kardec); “Miscelánea Espiritista” (controversias, disertaciones, doctrina, experimentación, estudios, comunicaciones mediúmnicas, II tomos, Barcelona (estimado en 1899); “El Espiritismo al alcance de todos”; y la novela “La Dote de Margarita” (su última obra, también de contenido espiritista, Garnier Hermanos, París; Barcelona, 1879; e Imp. de M. Galiano, Madrid, 1891).
Otras obras suyas de temática no espírita son: «Un libro más”, colección de varios escritos publicados e inéditos (Madrid, 1861); «La Democracia monárquica» (1881), «Sarasate» (Londres, 1890), y el folleto “Una Broma pesada de Miguel de Cervantes Saavedra: Anécdota histórica” (Wertheimer, Lea y Ca., 1872, 24 p.; 17 cm. Colección: Biblioteca de Ambos Mundos).
Fue incansable defensor de la filosofía espiritista, a cuyo éxito contribuyó notablemente, trabajando en su favor en cuanto el tiempo y las circunstancias se lo permitían; su lema fue siempre la ley del amor y del deber, y la creencia en un ser increado.
Una de sus últimas labores en su denodado esfuerzo por la divulgación de la Doctrina de los Espíritus, fue la fundación en 1896 en Barcelona, del semanario espiritista Sócrates, de breve duración. Más, aún su efímera vida, debida, suponemos, al pronto fallecimiento de su promotor, la revista publicaría durante su breve existencia una muy buena biblioteca, con interesantes folletos.
Enrique Pastor y Bedoya, Alverico Perón, desencarnó en 1897; en Madrid, según unas fuentes; en Huesca, según otras.
Oscar García Rodríguez
Grupo Espírita de La Palma
Septiembre 2004
NOTAS:
1) La “Carta” está fechada en Madrid el 5 de junio de 1861.
2) Como antecedentes, dentro de la fase pre-espiritista del Nuevo Espiritualismo, han de citarse dos folletos publicados en Cádiz (1854), y en Gibraltar (1857), ambos referidos a las experiencias de comunicación con los espíritus mediante la tiptología, de una Sociedad radicada en San Fernando, Cádiz.
3) Lady María Caithness, (antes María Mariategui), Duquesa de Medina Pomar por casamiento con el general Duque de Pomar, autora de «Old Truths in a new life», «Mystery of the Ages», «A midnight visit to Holyrood», fue una figura popular en el Madrid de 1850-1860. Después de la muerte del Duque de Pomar, se traslada a Inglaterra, donde contrae nuevo matrimonio con el Duque de Caithness, escocés, que murió dejándole una inmensa fortuna. Antes había conocido el Espiritismo en Madrid, del que se convirtió en firme partidaria.
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