Afirma el reputado actor de comedias Jim Carrey en el siguiente vídeo que compartimos, reflejando una versión íntima, muy distinta a la de sus personajes, que «la espiritualidad alivia el sufrimiento». Pero esto no ocurre porque la espiritualidad sea una suerte de opiáceo psíquico, sino precisamente por todo lo contrario. La espiritualidad nos conecta con la realidad que somos, mientras que el sufrimiento es un signo que de alguna forma y en algún aspecto vivimos descentrados, alejados de nuestra verdadera realidad, atrapados en las engañosas redes del ego.
No obstante, dolor y sufrimiento, distintos y en tantas ocasiones convivientes, son aliados nuestros para el despertar cuando el amor no esta presente, cuando nos despistamos. El dolor es una flecha que apunta al aquí y al ahora cuando corremos riesgo de perdernos, cuando necesitamos enfocarnos de nuevo.
Idafe
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