«La abundancia no es algo que adquirimos. Es algo con lo que sintonizamos»
Wayne Dyer (1940 – 2015)
LA MAYOR LIBERTAD
Asociamos abundancia con libertad y, en cierta forma, no vamos descaminados, pero evidentemente no en la dirección que el ego quiere y anhela. En cualquier caso no nos pongamos límites ni digamos que algo es imposible. No nos encarcelemos. No debemos ofuscarnos, hay infinitos caminos, las cosas no son sólo de una forma. Permitámonos fluir sin oponernos, sin generar resistencias. Mantengámonos atentos, libres de preconceptos, abiertos y disponibles… Hay algo que todos vamos a descubrir en algún momento, y es que no hay mayor liberación que la que se produce cuando nos desprendemos de nuestra propia historia, cuando quedamos libres del pasado.
Cualquiera puede constatar las enormes desigualdades presentes en nuestra sociedad planetaria en cuanto a disponibilidad de bienes materiales y/o económicos por parte de sus habitantes. Mientras una minoría nada en la abundancia llegando hasta el acaparamiento y el derroche escandaloso, son mayoría los que viven muy limitados, y entre ellos muchos que apenas se sostienen sobre base de grandes renuncias y esfuerzos. Hay, incluso, una proporción nada desdeñable de la humanidad que se las ve y se las desea simplemente para sobrevivir.
Hay suficientes recursos materiales en el mundo para que todos los miembros de la humanidad tuvieran sus necesidades cubiertas, y sin embargo es evidente que algo falla: el egoísmo enfermizo, la mala distribución de los recursos, los gastos en cosas innecesarias… El trabajo para solventar esta situación ha de ser constante… Pero esto no basta, hay algo más de fondo que debemos descubrir.
Ante esta evidente situación de desigualdad social se suelen pergeñar “explicaciones” y argumentos tan baladíes como:
1. El ser humano es depredador del planeta y de su propia especie. Los que más riqueza acumulan sostienen su posición sobre la escasez de los más, generando sangrantes diferencias. Eso no se puede evitar.
2. La vida es así, siempre ha sido así, hay unos que tienen más y otros que tienen menos. Es algo natural aunque no nos guste.
3. Quienes viven en la escasez o en la pobreza se lo merecen porque no trabajan lo suficiente. No hacen el esfuerzo necesario para salir de esa situación.
4. Hay razas y pueblos que son intrínsecamente menos aptos para alcanzar mayores cotas de desarrollo y abundancia. Esa es su condición y en ella se mantendrán. Sólo los más aptos sobreviven.
5. Es un designio de Dios, uno de sus misterios. Sólo nos resta sufrir con resignación lo que Él nos manda.
VIVIMOS SUMERGIDOS EN LA ABUNDANCIA
«La fuente de toda abundancia no reside afuera de nosotros, es parte de lo que somos. Sin embargo, es preciso comenzar por reconocer y aceptar la abundancia externa.» Una Nueva Tierra, Eckart Tolle
Prosperidad
La idea de ABUNDANCIA también parece estar inevitablemente unida en la mente a la de prosperidad económica. Sin embargo la abundancia es mucho más que solvencia económica. La ABUNDANCIA es ante todo un estado de conciencia, antes que una abultada cuenta en el banco o un enorme listado de propiedades.
De igual forma, la ESCASEZ también es un estado de conciencia, no una falta de recursos. Fijémonos bien en una cosa: cuando alguien busca mejorar su economía, realmente no va tras el dinero en sí o los bienes materiales que con él pueda adquirir, sino tras lo que cree que esos medios le pueden otorgar: seguridad, paz, felicidad… Hay muchos ejemplos de gente rica que, sin embargo, viven en la escasez, así como de todo lo contrario.
¿Y tú qué preferiríais? ¿Tener millones en el banco o poder disponer de todo aquello que necesites siempre que lo necesites sin necesitar acumular nada?
¿Cuál es tu enfoque? ¿La abundancia o la escasez?
¿Desde dónde pensamos y sentimos? ¿Desde la escasez o desde la abundancia?… Conviene recordar aquí que atraemos aquello que mantenemos en la mente. Si observamos detenidamente, la mayoría de las personas enfocan el tema de los recursos materiales desde la sensación de carencia, como se ve en expresiones como las siguientes:
– “¡Qué caro está todo!”
– “No me da el dinero para todo lo que debo pagar este mes”.
– “El dinero ya no me rinde como antes”.
– “Acaban de subir el costo de la gasolina”.
– “Los impuestos son cada vez más altos”.
– “El gobierno roba nuestro dinero”.
– “Quisiera tomar unas vacaciones pero no me alcanza”.
Dejemos de lado actitudes negativas e improductivas y centrémonos en lo positivo en vez de en lo negativo. Con la actitud mental del agradecimiento nos concentraríamos en el lado más favorable de los recursos y la corriente se invertiría.
La abundancia hay que aceptarla, y eso significa no oponerle ninguna resistencia. Porque si la vida es abundancia, oponernos a ésta significa que de alguna forma nos resistimos a la vida. Detrás de cualquier limitación (llámese carencia, enfermedad, pensamiento depresor, emoción negativa…) hay alguna forma de resistencia al fluir de la vida.
El sentido profundo de la aceptación se revela cuando dejas de interpretar el acontecer parando la maquinaria mental y asumes todo lo que ES, sin más.
Aceptar implica también desactivar el orgullo, dejar atrás el miedo y asumir la responsabilidad (capacidad de respuesta) que nos compete. Porque una de las estrategias del Ego es la de suponer que auto-limitándose hará desaparecer la parcela de la realidad percibida que no le gusta, que le inquieta, que le molesta, unas veces negándola y otras encontrando “culpables” fuera.
Aceptar la abundancia supone también – repetimos – asumir el compromiso de ser responsables. Diógenes de Sinope, el célebre filósofo griego de la escuela cínica que vivía en la indigencia material en una tinaja, se paseaba a plena luz del día por Atenas sosteniendo una linterna. “¿Qué es lo que haces?”, le preguntaban. Y él, sin perder tiempo en detenerse, respondía -“Busco un hombre”. También proclamaba: “Soy un hombre que no puede ser hecho esclavo, por la sencilla razón de que asumo toda la responsabilidad de mí mismo.” Y sobre la riqueza decía: «Alabemos a los que desprecian la riqueza y tengamos cuidado de no imitarlos.«
El dinero hace a algunos humanos más esclavos aún de lo que lo eran antes de ser “ricos”. Y aunque parezca raro, muchísimos pobres son totalmente esclavos del dinero. Pero aquí hablamos de otra cosa, de saber vivir en la abundancia con independencia de si se tienen pocos o muchos recursos materiales.
La clave está en agradecer
La aceptación no es el último paso, hemos de ir más allá: debemos agradecer. Hace años, cierta comunicación espiritual recibida en el Grupo Espírita de La Palma, terminaba con una exhortación que merece ser meditada para captar su profundo sentido: “Más importante que dar, es saber recibir”, se nos dijo en esa ocasión, entre otras muchas cosas. Este “saber recibir” se refiere precisamente al agradecimiento.
Sin saber recibir no se sabrá dar, pues el deseo de “dar” oculta muchas veces la vindicación egótica de sentirse más y por encima de los otros, la necesidad de recibir reconocimiento y ser importante. Mientras que el que da sin atisbo de egoísmo no necesita el agradecimiento de otros y muchas veces usa el anonimato.
Pero, si se diera el caso, permite que el perceptor de tu dar te lo agradezca, porque TÚ SABES el beneficio que para él supone hacerlo. Al agradecer no das las “gracias” al dador, que no es más que un intermediario, das las “gracias” a la fuente Divina, y no porque la Divinidad lo necesite, eres tú el que necesita sentirlo. Eso es parte de tu liberación, de la de todos.
ABUNDANCIA/CARENCIA – ÉXITO/FRACASO
Abundancia o carencia, éxito o fracaso, son apreciaciones subjetivas desde el punto de vista del ego, que no puede sustraerse a su particular modo de interpretar la realidad, que es totalmente dualista.
Quien vive en la escasez no es un “fracasado″; de igual modo, que quien vive en la riqueza no es un “exitoso“. Ambas situaciones son experiencias del vivir y totalmente cambiantes, pues quien hoy está “arriba” mañana puede estar “abajo” y viceversa. Pero para quien ha superado la dualidad, las cosas ya no están ni “arriba” ni “abajo”, simplemente SON, y solo por SER, dan cuenta de su perfección.
Temor a perder
La escritora norteamericana Linda Goodman reconoce tres grupos diferenciados en las maneras de acceder a los recursos materiales a través del trabajo:
Primer Grupo: son aquellos que trabajan para ganarse el pan día a día a fin de conseguir suficientes recursos para atender a las necesidades básicas.
Se esfuerzan para conservar el trabajo para así poder seguir sufragando esas mismas necesidades. Viven como atados a una noria una vida aburrida, frustrada y cansada. Son una ruedecilla más del engranaje del sistema.
Segundo Grupo: Estos trabajan con la mente puesta en conseguir una fortuna y ser ricos, o metas equivalentes como alcanzar la fama. La mayoría jamás llegan a conseguir sus objetivos, pero si algunos triunfaron momentáneamente, la fortuna no les aportó un ápice de felicidad auténtica y cayeron en el temor a perder o en la depresión, a partir de la cual toman malas decisiones y terminan siendo incapaces de retener sus recursos. La presencia del temor evidencia el origen egoísta de sus motivos.
Tercer Grupo: Estos trabajan por un sueño, están motivados, les encanta el trabajo que desempeñan al punto que casi trabajarían gratis, tienen amor por lo que hacen, su guía no es simplemente “ganarse el pan” o lograr un beneficio económico. Pero como a la satisfacción interior le suele seguir el éxito exterior, terminan ganando mucho dinero.
Trabajan mucho, pero sin esfuerzo, viven en el gozo. Estos ya son ricos, tengan lo que tengan nadan en la abundancia.
Abundancia económica por añadidura
Como dice el Dr. David R. Hawkins, lo verdaderamente importante “no es lo que tienes, haces o dices, sino en lo que se has convertido”. Y esto es así porque el escenario en que se desarrolla nuestra vida es la proyección externa de nuestra realidad interna. Hay correspondencia mutua entre los dos ámbitos.
Se tiende a pensar habitualmente que la vida es injusta cuando nuestros deseos no están representados en lo que vivimos y nos percibimos carentes. O bien, en caso contrario, que todo aquello que la vida pone abundantemente en nuestras manos nos pertenece poco menos que por derecho divino, olvidándonos de sentir y expresar agradecimiento.
Podemos disponer de enormes recursos y aun así sentirnos completamente insatisfechos, infelices y desgraciados. Estos nos debe dar la pista cierta que de la abundancia de recursos financieros y de bienes materiales no se sigue automáticamente una vida satisfactoria, ya que aquello que supuestamente viene a cubrir en realidad no tiene que ver con la riqueza material.
Vamos a reflexionar ahora sobre unas palabras que vienen en los Evangelios, y que se atribuyen a Jesús, las cuales tienen aplicación en el tema que nos ocupa: “Prestad mucha atención a lo que vais a oír; porque se servirá para con vosotros de la misma medida de la cual os servís para con los otros, y aun os será dado más; porque se dará a aquel que ya tiene, y para aquel que no tiene, se le quitará lo que tiene.” San Marcos, cap. IV, v. 24, 25
¿Cómo es eso? ¿“Se dará más a aquel que ya tiene y se quitará a aquel que no tiene”? ¿Qué sentido tienen estas palabras?
Esto significa que “los que tienen” de verdad son lo que viven desatados de los bienes materiales, que son seres reales y realizados desde el punto de vista espiritual. Mientras que aquel que cree tener sólo porque es rico en dineros y bienes materiales, es en realidad un pobre de solemnidad en sentido espiritual y está representado por aquel que acumula incesantemente para “sentir” seguridad. Es como el Tío Gilito de las aventuras del Pato Donald, puede estar rodeado por todo el oro del mundo, pero en realidad está vacío interiormente. Éste perderá hasta lo que tiene acumulado… ¿O olvidamos que al dejar esta vida física todos los bienes materiales quedan atrás?
También hay que decir que ciertos seres humanos parecen haber nacido con una especie de varita mágica que les aporta una enorme facilidad para generar recursos materiales. No obstante no siempre algunas cualidades mostradas por hombres y mujeres son la expresión objetiva o externa de un desarrollo interno concomitante, sino que constituyen verdaderas «pruebas kármicas» donde la Vida nos presenta un examen evolutivo y para superarlo nos exige un exquisito compromiso responsable. Esto seres que en realidad «no tienen» las cualidades de las que derivarían en circunstancias normales tales condiciones facilitadoras, pero parecen recibir por un tiempo sus frutos, si no superan dicho examen mediante el uso responsable de los recursos que generan, serán despojados. Este es el sentido oculto tras las palabras:«(…) Y para aquel que no tiene, aun lo que tiene le será quitado».
Atrayendo la abundancia
¿Y tú que prefieres, Tener o Ser? Cuando alguien se marca el objetivo de ser rico y lo logra, paradójicamente es bastante posible que luego no sienta que vive en la abundancia.
Muchos supuestos instructores espirituales famosos promueven sistemas hacia la abundancia basados en el mantenimiento de un “deseo ardiente” de lograr el éxito. Pero ya lo hemos dicho: disponer de riquezas no es, necesariamente, sinónimo de abundancia. La verdadera abundancia sólo puede llegar cuando ella deja de ser un objetivo. Guíate por la motivación de hacer lo que de verdad amas y eso inevitablemente te llevará a la fuente de la abundancia como una consecuencia natural, sin haber sido ese el fin que te habías prefijado.
El pensamiento asociado al ego asume la creencia que “más es mejor”, de ahí el impulso de acumular para obtener una tan anhelada como quimérica seguridad. Por el contrario, cuando se descubre la voz de la sabiduría interior se comprende que “menos es más”. El Ser no nos impele a acumular porque no es carente, su inherente plenitud nos incita a desprendernos del lastre inútil que entorpece nuestros pasos, a través del desapego.
No son las cosas – bienes materiales, riquezas, posesiones, dinero… – las que nos esclavizan, sino el vínculo enfermizo que mantenemos con ellas. Eso hace que sea perfectamente compatible que alguien siendo multimillonario, se sienta a la vez completamente desapegado. Ese vínculo que mantenemos con lo material – enfermizo o no – se hace evidente en el uso que damos a aquello que la vida a puesto en nuestras manos. Debería ser claro para nosotros que nadie posee nada ni es dueño de nada definitivamente. Sólo somos usufructuadores y administradores ante la Vida y ante nosotros mismos.
Redimensionar nuestras necesidades
Hay una regla invariable que nos debería llevar a una reflexión profunda: cuanto mayor es la pobreza interior, más se tiende a acumular y a hacer ostentación. Y al contrario: cuanto más rico se es interiormente disminuyen las falsas necesidades, dándose un regreso a la sencillez, a lo auténtico, apartándose del mundo de las apariencias. En este sentido hay un dicho que seguramente habréis escuchado más de una vez, que reza así: “Mira lo pobre que es, que sólo tiene dinero”.
La borrachera de las cosas: consumir menos para vivir mejor
Disponer de grandes recursos económicos sujetos al arbitrio del deseo, nos expone a todo tipo de excesos, pues no se debe olvidar que el deseo siempre está en persecución de una quimera: completar con “algo” de ahí afuera el vacío que se siente dentro. Y eso aun teniendo en cuenta que el deseo termina hartándose hasta de sí mismo.
Y como jamás algo externo podrá colmar dicho vacío interior, el destino final de todos esos movimientos es la frustración. El ego va de frustración en frustración hasta que se produce su rendición final. Y aquí nos encontramos otra vez con la puerta de la aceptación.
LAS MEMORIAS LIMITANTES Y LOS DESEOS
“El deseo excesivo crea la ilusión de carencia… El deseo basado en una necesidad real conduce al sentimiento de conclusión cuando se satisface. Es una sensación de plenitud y de paz. Por el contrario, la persona que está impulsada por caprichos no es capaz de alcanzar la satisfacción… porque los deseos como nivel predominante de la conciencia no pueden ser satisfechos.” Yo, Realidad y Subjetividad, Dr. David R. Hawkins
Miedo a la abundancia
La abundancia también puede convertirse en una “prueba” en la vida, en un reto que mide el grado de responsabilidad alcanzado. Hay que estar preparado para asumir la abundancia.
Hay personas que rehúyen inconscientemente la responsabilidad y el compromiso que representa la abundancia, prefiriendo no tener que enfrentar las exigencias éticas que representa.
También puede brotar el miedo por no saber qué hacer con la abundancia, o nacer este miedo por la posibilidad de equivocarse, de fallar o caer.
Esclavos de las “memorias”
Hay memorias del pasado, algunas procedentes de otras vidas, que nos siguen condicionando y limitando en el presente. Es el caso de los “votos”, antiguos compromisos contraídos y asumidos que permanecen latentes en la memoria espiritual proyectando su influencia hasta hoy en día.
En las regresiones hipnóticas realizadas con finalidad terapéutica, han ido saliendo a la luz estas memorias limitantes. Estos son algunos de sus tipos:
– Votos de Pobreza.
– Votos de castidad.
– Votos de abnegación.
– Votos de celibato.
– Votos de silencio.
– Votos de sufrimiento.
– Votos de obediencia…
Recordemos como se genera una memoria. Ante la percepción de la realidad a través de las señales captadas por nuestros sentidos, se produce automáticamente un estremecimiento en nuestro campo energético según nuestro nivel evolutivo. Esa correntada emocional detona la mente, de modo que ésta interpreta aquel campo de energía y le asigna un significado (imagen o forma) que lo encapsula, dando lugar a una memoria sentimental (energía emocional + imagen mental) y luego, con el tiempo, si el proceso se repite, puede convertirse en un programa psíquico. En adelante, situaciones que se interpreten de forma equivalente serán miradas a través del patrón de aquella memoria sentimental, condicionando nuestra vida.
Deja ir, permítete ser para manifestar
Para liberarnos debemos entregar nuestros sentimientos negativos disolviendo nuestras memorias condicionantes a fin de desprogramarnos. La técnica de “dejar ir” propuesta por el Dr. David R. Hawkins, es una magnífica herramienta para la autoliberación y el crecimiento interior.
“El inconsciente nos trae lo que creemos que nos merecemos. Si nuestra visión de nosotros mismos es pequeña, limitada y mezquina debido a la culpa acumulada, entonces el inconsciente nos traerá esas condiciones económicas a nuestra vida. Nuestras actitudes sobre el dinero se pueden descubrir cuando nos fijamos en las muchas cosas que él significa… Es muy útil sentarse con lápiz y papel, y bajo el título «Dinero», empezar a delimitar cuál es su verdadero significado en todos los diversos caminos de la vida. A continuación, escribe los sentimientos que se asocian a cada área y comienza a entregar cada sentimiento negativo y actitud. Al hacer esto, haremos el sorprendente descubrimiento de que el dinero, en y por sí mismo, no es el problema más básico. Más importante que el dinero en sí, son las satisfacciones emocionales que esperamos que sean nuestras por el uso de ese dinero.” “Dejar ir, el Camino de la Entrega” – Dr. David R. Hawkins
LA VISIÓN DEL «HO’OPONOPONO»
Ho’oponopono significa “corregir un error” o “hacer lo correcto” en la lengua original de los hawaianos. Esta expresión designa un viejo sistema de sanación de los pueblos antiguos de dichas islas, que requería la participación comunitaria en el proceso de reconciliación o de solución de problemas. Basado en él fue desarrollado modernamente el Ho’oponopono auto-Identidad por la Kahuna (sacerdotisa de la antigua religión aborigen hawaiana) Morrnah Nalamaku Simeona, de quien fue discípulo un psicólogo, el Dr. Hew Len.
«El Ho’oponopono es un regalo profundo que permite desarrollar una relación que trabaja interiormente con la Divinidad, desde adentro, y nos enseña a pedir, en cada momento, que nuestros errores en el pensamiento, palabras, hechos o acciones, sean limpiados, sean corregidos. El proceso es esencialmente sobre libertad, libertad completa del pasado.» Morrnah Nalamaku Simeona
El ho’oponopono afirma que nada existe fuera sino como expresión de lo que somos dentro, que cada cual es responsable al cien por cien de la realidad que vive(¿suena fuerte? Si no se comprende bien, plantea algunos dilemas en cuanto a las desigualdades sociales). Dice también que el intelecto no dispone de recursos para solucionar problemas, puede manejarlos pero no resolverlos.Así, desde el Ho’oponopono se pide a la Divinidad que limpie y purifique el origen de estos problemas o trabas con raíz en las memorias del pasado. Al desbloquear la energía asociada a determinada persona, lugar o cosa, ésta se libera y transmuta.
Dentro de cada cual, el “espacio” vaciado de memorias se llena de la Luz Divina (consciencia), produciéndose la solución/sanación.
El Ho’oponopono no contempla la culpa, no es necesario revivir ningún sufrimiento, no importa saber el porqué del problema ni de quién es. Pero si le da todo sentido de realidad a la responsabilidad. Y en el plano en el que actúan los terapeutas, el Dr. Hew Len dice algo muy revelador: ”¡Los terapeutas nunca parecen percatarse de que cada vez que hay un problema, ellos siempre están presentes!
El Dr. Hew Len resume así la visión del ho’oponopono:
1. El universo físico es una materialización de mis pensamientos.
2. Si mis pensamientos son enfermizos, crean una realidad física enferma.
3. Si mis pensamientos son perfectos, crean una realidad física desbordante de AMOR.
4. Soy cien por cien responsable por crear mi universo físico de la forma que es.
5. Soy cien por cien responsable para corregir los pensamientos enfermizos que crean una realidad enferma.
Sigue diciendo en Dr. Hew Len: «En las tradicionales consultas a terapeutas buscando solución a problemas o sanación, el terapeuta comienza con la creencia que la fuente del problema está dentro del cliente, nunca dentro de él. Cree que su responsabilidad subyace en ayudar al paciente trabajando a través de este problema.
Para ser un efectivo sanador de problemas, el terapeuta debe de estar dispuesto a ser cien por cien responsable por haber creado la situación problemática; es decir, debe estar dispuesto a ver que la fuente del problema son los pensamientos erróneos dentro de él, no dentro del paciente.»
«En lugar de reconocer todo lo bueno de la vida, lo único que vemos es carencia. Reconocer lo bueno que ya tenemos es la base de la abundancia. El hecho es que cada vez que creemos que el mundo nos niega algo, le estamos negando algo al mundo. Y eso es así porque en el fondo de nuestro ser pensamos que somos pequeños y no tenemos nada que dar.
Ensaye lo siguiente durante un par de semanas para ver cómo cambia su realidad: dé a los demás todo lo que sienta que le están negando. ¿Le falta algo? Actúe como si lo tuviera, y le llegará. Así, al poco tiempo de comenzar a dar, comenzará a recibir. No es posible recibir lo que no se da. El flujo crea reflujo. Ya posee aquello que cree que el mundo le niega, pero a menos que permita que ese algo fluya, jamás se enterará de que ya lo tiene. Y eso incluye la abundancia.» Una Nueva Tierra, Eckart Tolle
«Elige en vez de desear, querer, anhelar, o conseguir.»
«Quiere lo que tienes, en lugar de tener lo que quieres, incluyendo tu propia existencia. Todo lo que se necesita para ser feliz es el hecho de ser lo que eres. Estar satisfecho con el hecho de que tú eres. Sé feliz con lo que tienes.»
«La alegría de vivir es independiente de los acontecimientos. Se trata de una actitud y un «estilo» de vida superior. En la vida humana no existe el ganar o perder. Celebra tu propia existencia. Disfruta la vida, ayuda a los demás.» Ciento un Caminos hacia la Felicidad, Dr. David R. Hawkins.
POEMA
No quedaba nadie
Cuando por fin la inocencia ocupó su sitial
de inmediato fueron suspendidos los juicios,
los habitantes del reino aparecieron indemnes,
desnudos de memorias, despojados de historia,
e insondables, inaprensibles y vacíos,
fueron colmando plazas y calles,
las más altas cimas, las llanuras y los valles.
Por las ventanas abiertas respiraron
casas, cárceles, sanatorios y hospitales.
Aquellos que dormían despertaron,
los muertos vivos renacieron,
y todos los hechizos del mundo
comenzaron a disolverse cual humo
entre los dedos invisibles del viento…
Entonces la maravilla oculta se hizo presente
ocupando todos los lugares, todos los tiempos,
pues ya no quedaba nadie.
.………………
Óscar García