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Posts Tagged ‘Miguel Miranda y León’

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Según una leyenda que recoge Sabin Berthelot, en la época de la conquista de la isla de Tenerife por los castellanos, a fines del siglo XV, uno de los capitanes de Alonso Fernández de Lugo, el comandante de la empresa, llamado Pedro Bracamonte, descubrió en el barranco de Chasna, en la comarca sur isleña, a una muchacha guanche, a la que por razón de su extraordinaria belleza apodaban “La Flor de Chasna”, y la hizo prisionera. Después de unos días de cautiverio, la joven logró escaparse, pero el capitán, encandilado con la bella fugitiva, no pudiendo soportar su pérdida y enloquecido de amor, pese a los cuidados de sus soldados, después de estar tres meses suspirando por la bella aborigen y sin dejar de exclamar incesantemente “!Vi la flor del valle!”, murió evocando a su amada, lo que literariamente recrea el poeta, pintor y dibujante Diego Crosa y Costa, «Crosita»:

Y en sus delirios de fiebre

y nerviosa postración

siempre idénticas palabras

pronunciaba con dolor:

¿Por qué la tomé cautiva

cuando el cautivo era yo?

Desde entonces, este pueblecito de verdes pinares y altas montañas (es el municipio más alto de España, a 1.414 metros sobre el nivel del mar), tomó el nombre de Vilaflor. Pero dado que la zona era conocida por los aborígenes como Abona o Chasna, el nombre oficial completo del municipio es Vilaflor de Chasna, y el gentilicio de sus habitantes chasnero(a)

En él nacería, un 29 de febrero de 1846, una de las personas más ilustres que haya dado la comarca sur de Tenerife, Germán Fumero Alayón, quien en su pueblo natal lo llegó a ser todo durante su larga trayectoria vital: secretario, alcalde, juez municipal (comprobadamente lo fue al menos hasta 1933) y cronista oficial. Asimismo ejerció como maestro en varios municipios, cartero rural durante muchos años y hasta sochantre. Fue, además, un fecundo e inspirado escritor, gran animador de la vida cultural de su municipio. 

Germán Fumero el espiritista

Conocimos que Germán Fumero Alayón fue también un espiritista convencido por lo que en la revista La Caridad, el periódico espiritista que fundara en Tenerife Miguel Miranda y León, apareció publicado en su número 5 (Año I, 15 agosto de 1881). Se trata de una colaboración en forma de poema de Germán Fumero titulada “A la Memoria del Distinguido Patricio D. Luís F. Benítez de Lugo”, sentido homenaje que dedica a la figura del Marqués de La Florida, el gran referente en la historia del Espiritismo en Canarias.

En el texto que le precede presentándolo, el director y fundador de la publicación, revela la afiliación espiritista del poeta:

Con el mayor placer insertamos en las columnas da esta Revista la siguiente composición poética que, con tal objeto, nos remite nuestro querido hermano en creencia D. Germán Fumero.”

La fecha indica que cuando un sentimiento noble se apodera del corazón, el recuerdo vive eternamente en él, halagado por el amor a lo bello, a lo elevado y a lo justo: hasta que llega un momento en que se manifiesta, se pone de relieve. Esto es lo que sucede hoy a nuestro querido hermano.”

El corazón que ama la virtud, graba en su parte superior los hechos que, ajustados a ella, se practican por la humanidad; y ese corazón, aunque atraviese por medio de una tumba, aunque transcurra el tiempo, no puede olvidar las buenas acciones, los actos elevados, los hechos sublimes que un ser querido ha ejercitado en el bien general de la humanidad, impulsándola por la senda del progreso.”

A LA MEMORIA DEL DISTINGUIDO PATRICIO

D. Luís F. Benítez de Lugo.

***

¡Murió! ¡Murió!… En la tranquila tumba

Despojo inerte yace sepultado:

La Parca fiera con su soplo helado

Apagó su existir. Ya no retumba

Allá en la Convención, ni en la montaña.

De su fácil palabra la elocuencia:

El rayo de su voz, en la conciencia

Del pobre pueblo que el tirano engaña

No osa ya penetrar.,.. ¡Oh triste suerte

La del sabio Canario que anhelaba

Dar a su patria gloria, y que clamaba

Orden y Libertad!… Le arrebató la muerte.

¡Sí, mi querido amigo, de la ciencia

Poderosa palanca! Sus arcanos

Te fue dado mirar, y a tus hermanos.

Consagraste tu vida, tu elocuencia…

Y bien: ¿Y para qué? Bello es vivir

Si reina la ventura en este suelo,

Pero si la maldad su negro velo

Nos tiende por doquier…. bello es morir…

Descansa en paz, y si tu alma pura

Ve desde el Cielo tus nativos lares,

Ve que la patria no te erige altares,

Pero si, del amor, nuestra ternura.

Recordemos que en el municipio de Granadilla de Abona, ubicado en la misma comarca chasnera, se crea a mediados de 1882 un Centro Espiritista, según se cuenta en el nº 24 de La Caridad de julio de 1882. Este Centro parece ser que fue el que fundase y dirigiese por muchos años José Reyes Martín1, en cuyo domicilio se celebraban las sesiones, y a las cuales, según relata su sobrino-nieto Juan Reyes Ramos2 «(,,,) asistían bastantes personalidades de aquellos tiempos». ¿Estaría Germán Fumero entre ellas? Si se tiene en cuenta la coincidencia de lugares, fechas e intereses, muy probablemente sí.

Desempeños varios

Desde muy joven Germán Fumero ejerce la actividad periodística colaborando en el diario El Memorandum, que dirigía en Santa Cruz de Tenerife el celebrado José María Pulido.

En 1867 se inaugura en Guía de Isora la escuela Nocturna de Adultos, de la que Germán Fumero es elegido director. Y en 1869 es nombrado profesor interino de la escuela pública de niños de Arona.

En 1874 ejerce de secretario del Ayuntamiento de este mismo municipio y en 1876, es secretario de su Juzgado.

En 1885 es juez municipal en el municipio de San Miguel de Abona. En 1888 secretario del Ayuntamiento de Vilaflor, y en 1896 oficial de Secretaría del Ayuntamiento de Icod de los Vinos.

Militando siempre en el republicanismo, lo que le valió algunas persecuciones políticas, fue alcalde de Vilaflor en 1873, durante la breve Primera República, y treinta años después lo sería nuevamente entre 1903 y 1907.

Germán Fumero el literato

En un artículo publicado en la revista Hespérides a principios de la década de los años 20 del pasado siglo, titulado “Escritores y Artistas de Vilaflor”, se le recuerda con estas palabras:

Literato y poeta, este veterano de la vida ha consagrado la suya a cultivar el difícil arte de la poesía, logrando hacerse admirar por cuantos le trataron y leyeron. A pesar de sus ochenta y tantos años, fuerte de cuerpo y de alma, labra sus bellas estrofas con singular esmero, quizá con más entusiasmo que lo hiciese a los veinte. Por eso, en la vida insular, don Germán Fumero es un símbolo; símbolo del anciano romántico que bajo la corteza arrugada por los años, lleva el espíritu retozón de un juglar.”

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German Fumero Alayón con sus hijos Delfina y Germán, hacia 1930 

El escritor cubano y vecino de Vilaflor, Manuel Rodríguez Escalona, publicó en el periódico El Progreso (Santa Cruz de Tenerife) del lunes 29 de enero de 1928, un artículo con unas breves notas biográficas y un comentario literario a la labor poética de Germán Fumero, del que extraemos lo siguiente:

Decir don Germán Fumero en Vilaflor, es casi decirlo todo. Porque don Germán no sólo es en este lugar el juez probo y recto, puesto que desempeña hace la mar de años con beneplácito del pueblo entero, sino también es él, por su inteligencia y bondadoso temperamento, el maestro infalible a quien todos consultan sin temor y en la seguridad de que cada uno de sus consejos equivale por una lección provechosa.”

Y añade a continuación:

Pero no solamente es don Germán el anciano jovial y complaciente a quien todos aquí respetan y quieren. Es algo más. Es un poeta de gran inspiración y un escritor lúcido… Saboreando sus versos sonoros y sentimentales, no he podido sustraerme a intensas y hondas emociones, porque en todas sus bellas poesías abundan ideas tan hermosas, que conmueven por la exquisita ternura y dulce emotividad con que expresan los sentimientos.”

La creatividad literaria de Germán Fumero no mermó con los años, sino que incluso se incrementó. Tal es así que con más de 80 años escribiría en poco más de un mes una comedia en verso de tema costumbrista, plena de sentido del humor, basada en hechos reales vividos por el autor, a los que solo había revestido con un ropaje estilístico ameno y divertido.

Reconocimientos

En la citada revista Hespérides, en los números 93 (27 de octubre de 1927) y 113 (20 de marzo de 1928) se insertan dos poesías que como homenaje a su persona le dedicó otro enorme poeta y espiritista tinerfeño, Manuel Verdugo Bartlet3:

A DON GERMÁN FUMERO

A veces pienso: ¿llegará algún día

en que viejo y enfermo y olvidado

clave impasible una mirada fría,

no exenta de ironía,

en la desolación de mi pasado?

Admiro tu vejez… ¿y quién no siente

el noble impulso de seguir su ejemplo?…

Yo ante ella me descubro reverente,

como lo haría un pecador creyente

ante la augusta majestad del Templo.

***

A DON GERMÁN FUMERO

Bendita sea la fronda

casi ignorada, en donde

la Poesía honda

para cantar se esconde.

Sea bendita el ave

que la fronda escogió,

pues todo lo que sabe

humilde nos lo dio.

Suena mejor el trino

si el ave está escondida

en el pinar vecino…

Es así tu cantar;

el ave que se anida

oculta en el pinar.

Y otro escritor, editor y poeta, Rafael Peña León (1888-1955), le dedica en la misma publicación este otro soneto:

Allí, en Vilaflor, recio, como añoso pino,

vive este poeta labrando las endechas.

Ha sacado a la vida máximas cosechas

encarcelando su espíritu a lo divino.

De un santo ideal ha sido peregrino;

a las torres del Arte supo abrirle brechas,

y al blanco de las musas dirigió sus flechas

con aplomado pulso y acertado tino.

Y no siente pesar cuando a la vida vuelve

su serena mirada porque nada debe …

Porque tuvo alegría, no tiene tristeza.

Y si la lava oscura su corazón envuelve,

un halo de claridad -claridad en nieve-,

como el padre Teide, corona su cabeza.

La implicación de Germán Fumero en la vida social de Vilaflor fue completa. Es de hacer notar que en cuantas reseñas se hacían en los medios de comunicación de los encuentros literarios que se organizaban en el pueblo, o de los homenajes que allí se desarrollaban, bien fuera propios o ajenos, su presencia y participación merecían siempre palabras donde se revelaba un enorme respeto y consideración.

A principios de mayo de 1936, con noventa años de edad, después de una vida intensa, activa y plena, dejó su envoltura física el ilustre chasnero y espírita Germán Fumero Alayón.

Muy poco tiempo después, en un artículo dedicado a glosar su memoria, Félix Centeno escribe: 

Era la institución local, don Germán Fumero. Había visto nacer a todos sus vecinos, había visto enterrar a los padres. Era don Germán Fumero hombre de luces y mundo, dotado sabiamente por la Naturaleza para suplir lo que otros ignoraban.”

Al morir don Germán pierde Vilaflor espíritu y paisaje. Faltarán sus servicios impagables, luz para el que vive en oscuridad. Faltará también su figura proyectándose en sus callejuelas empinadas y con un fondo de pinos cuajados. Queda muy vacío Vilaflor y pierde Tenerife a un hijo humilde y modesto que en apacible lejanía, vecino del Teide altivo, cumplió la más alta función humana: servir a la Humanidad”.

Y otro ilustre vecino de Vilaflor, el ya citado escritor Manuel Rodríguez Escalona, afín también al veterano poeta chasnero por sus ideas espiritualistas, anota con admiración:

¿Y decidme ahora si un hombre como éste que aquí lo es todo, puede acaso morir en el corazón de sus convecinos aunque llegue un día en que se apague la llama de su existencia?”

Germán Fumero Alayón, reconocido en vida, admirado y respetado de forma unánime, perviviendo en la memoria colectiva al amparo del cariño de los que le conocieron, primero, y de los que beben los detalles luminosos de su vida a través de los testimonios y las crónicas, hasta la actualidad… ¡qué mejor huella querría dejar cualquiera de su paso por este planeta!

Óscar García Rodríguez – Noviembre 2016

NOTAS:
1) Ver la biografía de este importante espiritista canario en este mismo blog.
2) Según dice en un artículo que le dedicó en el diario El Día del 20 de octubre de 1991.
3) Ver biografía en este mismo blog.

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Por: Oscar M. García Rodríguez

Periódicos y revistas antiguos

sample

C

CARIDAD, LA

Revista fundada en Santa Cruz de Tenerife, dirigida durante la mayor parte de su existencia por el impresor Miguel Miranda y León.

Comenzó a editarse con periodicidad quincenal en la imprenta de Vicente Bonnet el 15 de junio de 1881, en folio menor (23,5 x 16 cm), con 8 páginas a dos columnas y cubierta a 4 páginas.

Como lema adoptó estas palabras de Allan Kardec: «La idea de los Espíritus no ha salido del cerebro humano; ellos mismos han revelado su existencia y ellos mismos nos han enseñado lo que después sobre ellos hemos sabido».

Fue el órgano divulgativo del Círculo Espiritista «El Buen Deseo», de la misma ciudad, fundado también por Miguel Miranda y, a partir de 1884, del «Grupo Victoria».

Desde octubre de 1882 «La Caridad» se edita en la imprenta de otro Bonnet, Abelardo. A partir de diciembre de ese mismo año sale tres veces al mes. En 1885 también se publica tres veces al mes.

En el número 36, correspondiente a fines de noviembre de 1882, se da cuenta de un «Auto de Fe» que había sido realizado con números de «La Caridad» hacía escasas fechas, por el párroco de San Sebastián, capital de la Isla de La Gomera.

En 1888 figura como director Antonio Hernández Lira, en tanto que Miguel Miranda aparece como editor y propietario, siendo la periodicidad semanal. Por cierto, este año se dio algún tipo de discrepancia entre el director y el propietario-editor con motivo de un telegrama de denuncia contra el gobernador civil de la provincia, Sr. Arturo Antón, por supuestas maniobras electorales ilegales de la máxima autoridad civil provincial, remitido al ministro de la Gobernación y firmado, supuestamente, por “toda la prensa” de oposición de Santa Cruz de Tenerife, postura que finalmente no resultó ser tan “unánime”.

Dichas discrepancias se reflejan en dos cartas enviadas a la redacción del periódico “Las Canarias, periódico liberal” y publicadas dentro de la sección Cabos Sueltos. En la primera de ellas, firmada por el entonces director de la publicación espiritista, Antonio Hernández, aparecida en la edición del 8 de septiembre de 1888, éste se desmarca del contenido de aquella denuncia y dice “no he contribuido con mi firma ni con mi autorización ni directa ni indirectamente al objeto de dicho telegrama, pues siendo Director del periódico ‘La Caridad, revista semanal espiritista’, forma parte de dicha prensa, no quiero en manera alguna hacerme solidario del contenido de dicho telegrama”. En tanto, la segunda carta, remitida por Miguel Miranda y publicada en el ejemplar fechado el 13 de setiembre de 1888, va en sentido contrario, pues no sólo destaca su acuerdo con el contenido del telegrama-denuncia sino que dice que su firma lo avaló y que nadie con más autoridad que él “como propietario y editor de La Caridad” para representar a la revista.

A pesar de que según algunas fuentes (entre ellos Palau) la publicación cesó en 1889, tenemos constancia de que continuó publicándose hasta, al menos, finales de 1892, ya que hemos encontrado varias referencias alusivas al cambio que realizaba con otras publicaciones espiritistas de esos años, tanto españolas como iberoamericanas.

Una prueba irrebatible de que La Caridad seguía “viva” en 1892, es el siguiente suelto inserto en la última página de la revista espiritista de Lérida El Buen Sentido en su número de abril de ese mismo año:

“Nuestro estimado colega La Caridad, de Santa Cruz de Tenerife, ha sido denunciado. Lo sentimos y hacemos votos porque salga sano y salvo de las garras de la justicia”.

Igualmente, es prueba de la continuidad de la revista tinerfeña el hecho de aparecer como una de las publicaciones periódicas adheridas al «Congreso Espiritista Iberoamericano e Internacional», celebrado en Madrid entre el 20 y el 24 de octubre de 1892.

La CaridadCIENCIA DEL PORVENIR, LA.

Revista fundada en junio de 1905 en La Línea de la Concepción (Cádiz), editada por el Centro “Irradiación de la Caridad”, de dicha ciudad. Periodicidad: Mensual. Se repartía gratuitamente.

NOTA: No tenemos más datos.

CONDUCCIÓN DEL ALMA, LA

De esta revista espiritista sólo tenemos referencia de su desaparición por la siguiente nota inserta en la sección “Noticias” del número 65 de la revista Valenciana La Luz del Porvenir, correspondiente al mes de abril de 1916:

“La desaparición de ‘Nueva Era’ y la de ‘La Conducción del Alma’, son pruebas irrecusables de que el pueblo espírita, en sus nueve décimas partes,  no se da cuenta de lo que es y significa hoy en la sociedad humana, no se percata de la misión que le es ineludible en estos momentos apocalípticos que realmente vivimos.

Hermanos, amigos: haceos cargo de lo útil que es toda publicación para la propaganda, e imponeros el pequeño sacrificio de dedicarle uno o dos céntimos diarios. Con esto bastaría para un buen éxito de nuestra empresa. Ideal sin sacrificio, es ideal muerto.

¡Avivad vuestra fe, hermanos!”.

Desconocemos cualquier otro dato, incluyendo fecha de aparición y lugar de edición. Sin embargo, por la ausencia de referencias en revistas del movimiento espiritista español de la época, suponemos que fuera de corta existencia y que apareciera entre los años 1914 y 1915.

CREPÚSCULO, EL. Subtitulada: Revista quincenal espiritista.

Revista editada en la ciudad de Elche (Alicante), fundada en el año 1904 por Antonio Vicens Miralles (el primer número data del 15 de noviembre). Periodicidad: quincenal.

También tuvo como subtítulo el de “Revista local del estudios psicológicos.”

Bajo el título de su portada figuraba como divisa o eslogan, el mandamiento de Jesús: “Amaos los unos a los otros”.

Impresión: Imprenta de José Agulló Sánchez, de Elche. Tamaño: 32 cm. La redacción y la administración estaban en C/ La libertad nº 1, de Elche, que era al propio tiempo el domicilio del Director, a donde también se pedía enviaran tanto la correspondencia como las revistas de cambio.

Después de una suspensión por causas que desconocemos, pero que suponemos fuera debido a problemas de censura por parte de las autoridades – como era habitual, desgraciadamente, por esas épocas -, reaparece a principios de febrero de 1906.

Antonio Vicens Miralles,  que se reconoce como uno de los introductores del Espiritismo en la ciudad de Elche, era además del director de la publicación, su principal redactor .

Según las fuentes que hemos podido consultar, es seguro que se publicó, al menos, hasta el mes de abril del año 1907, precisamente el mismo mes y año en el que murió Antonio Vicens Miralles, por lo que deducimos que fuera esta la causa del cese de la revista.

Carátula El Crepúsculo

CRISOL, EL

Revista espiritista que se editaba en Alicante. Hemos podido confirmar su existencia en los años 1890 y 1891.

NOTA: A pesar de haber encontrado alguna referencia en la que se cita una revista de este título y se la cataloga como «espiritista», a falta de mayores informaciones nos quedan importantes dudas. Hemos encontrado datos relativos a una publicación del mismo título y que se editaba también en Alicante por esos años, dedicada al libre-pensamiento, en la que  colaboraba algún escritor espiritista.

CRITERIO DE DAIMIEL, EL

Según una carta de 1881 del Secretario de Cámara del Obispado-Priorato a Marcelino Menéndez y Pelayo, en Daimiel – Ciudad Real – se publicó un semanario espiritista de corta vida llamado El Criterio.

Parece referirse a esta publicación la nota que apareció en el periódico madrileño LA UNIÓN, el día 7 de enero de 1880, en la que se publicó lo siguiente: «Dirigido por nuestro correligionario y amigo D. José Zaldívar, ha comenzado a ver la luz pública un periódico semanal titulado El Criterio de Daimiel, que es el primer periódico que aparece en aquella localidad. Bienvenido sea el colega, a quien deseamos larga y próspera vida, como lo merecen sus nobles propósitos y sus varoniles artículos«.

CRITERIO ESPIRITISTA, EL

Corre el año 1867 y está a punto de nacer el periodismo espiritista español. En la página 4 de la edición del periódico madrileño “La Correspondencia de España” del martes 4 de junio de 1867, aparece la siguiente noticia: “Se ha solicitado la correspondiente autorización para publicar en esta corte una revista quincenal con el título El Criterio Espiritista”.

Los promotores de la iniciativa, Alverico Perón (seudónimo de Enrique Pastor y Bedoya) y sus compañeros de la Sociedad Espiritista de Madrid,  hacen las gestiones oportunas para dar a la luz “El Criterio Espiritista”, y con esta intención confeccionan un primer número que es presentado a las autoridades para su estudio.

El optimismo y el entusiasmo inflaman el ánimo de estos pioneros madrileños del espiritismo en suelo hispano, al punto que el mismo diario en el ejemplar  del martes 9 de julio de 1867, publica en su 3ª página esta nota: “Con el título de El Criterio Espiritista mañana comenzará a ver la luz pública en Madrid un semanario, que según indica su título, trae al estadio de la prensa el propósito, si no de difundir, de explicar al menos y popularizar las doctrinas que en Francia fue el primero a propagar el Sr. Allan Cardek”.

Pero un frio chaparrón de duro realismo les iba a sobrevenir a estos adelantados del progreso, cuando desde la Secretaría, sección de Imprenta, del Gobierno de la provincia, reciben esta contestación al más puro estilo Pilatos en carta fechada en 17 de julio de 1867: “Después de haber examinado el primer número del periódico del que usted es editor y director, visto su carácter especial, sus tendencias y la escuela filosófica que pretende desarrollar, debe incluirse entre los que indica el segundo apartado del artículo 52 de la ley vigente sobre  imprenta, no siéndome posible autorizar la edición del número ni de los siguientes, si previamente no son examinados y aprobados por la censura eclesiástica. Dios les guarda, etc. Madrid, 17 de julio de 1867”.

La “incógnita” queda definitivamente despejada con la respuesta que con fecha del 10 de agosto siguiente reciben procedente del organismo censor de la iglesia: “Secretaría Eclesiástica de Madrid. Como consecuencia de la censura desfavorable que ha afectado al primer número de la revista El Criterio Espiritista, que usted dirige, tengo el deber de manifestarle que no puedo, de ninguna manera, permitir, por mi parte, la publicación de dicha Revista. Dios les guarda, etc. Madrid, 6 de agosto de 1867. «

A pesar de este intento fallido, los espiritistas madrileños, encabezados por Alverico Perón no desisten en la idea, y en el mes de enero de 1868 nace en Madrid la revista  “El Criterio”, subtitulada “revista quincenal científica”, es decir sin el adjetivo “espiritista”, siendo su primer director Joaquín Huelves Temprado. La intención de su promotor era, como es lógico, hacerla portavoz de las ideas espiritistas, pero las condiciones políticas del país no permitían en aquellas fechas la libre divulgación de sus postulados, por lo que toda alusión explícita a ellas era imposible, pudiéndose hacer sólo de forma velada.

Confirmación de la efectiva aparición al público de “El Criterio” nos viene dada por una nota que publica la revista “la Enseñanza” (Madrid, 10 de febrero de 1868, Año IV, nº 57), que dice así:

“Hemos recibido los dos primeros números de El Criterio, revista quincenal científica, que ha comenzado á ver la luz en Madrid bajo la dirección do don J. de Huelves Temprado.

El nuevo colega promete consagrar sus columnas con especialidad á los estudios filosóficos, lo cual lo conquista desde luego nuestra más sincera simpatía, y apenas ha nacido cuando se ha visto estigmatizado por ‘El Pensamiento Español’, lo cual le asegura nuestro buen afecto, sean cualesquiera sus doctrinas.

No pretendemos juzgar las que profesa, ni tomamos la pluma mas que para saludarlo, deseándolo larga vida y que obtenga de sus esfuerzos los resultados que en justicia y en verdad merezcan”.

“El Pensamiento español”, al que alude la nota, era un diario madrileño de tendencia conservadora y neo-católica, portavoz del Carlismo.

Llega el mes de septiembre de ese año y la situación política del país da un vuelco radical con la victoria de la revolución llamada “La Gloriosa”, que da paso a un época de mayores libertades públicas. Así, en el número XVII de “El Criterio”, correspondiente al 16 de septiembre, se inserta un suplemento en el que se anuncia la cesación de la revista para dar lugar a la salida de “El Criterio Espiritista”.

El primer número de la nueva publicación vio la luz en noviembre de ese año, apareciendo como órgano de la Sociedad Espiritista Española. Tenía un tamaño de 27 cm, constaba de 31 páginas y su periodicidad era quincenal. Su portada viene encabezada por el lema socrático y también del templo de Delfos: «Nosce te ipsum» (Conócete a ti mismo).

Este es el índice de aquel primer número: Introducción.- Centro Espiritista de Sevilla.- Comunicación del espíritu de Lammenais, El Día de los Muertos.- La facultad medianímica, por Enrique Pastor y Bedoya.- La Biblia. Comunicación del espíritu de Sócrates.- Carta de un Espiritista al doctor D. Francisco de Paula Canalejas, publicada en La Razón el año de 1861 en el mes de junio, con un resumen de la filosofía espiritista.- Carta de Allan Kardec a Alverico Perón.- Comunicación del espíritu de Luis IX, Presidente espiritual de la Sociedad Parisiense de Estudios Espiritistas.- Juicio crítico de la Carta de un Espiritista, inserta en la Revista Espiritista de París, correspondiente al mes de abril de 1867.

Es su director su mismo fundador, Alverico Perón, cargo que ostentará hasta 1870, cuando por razones profesionales tiene que trasladar su residencia fuera del país. A partir de 1872 hará esta función el Vizconde de Torres Solanot.

A lo largo de su existencia “El Criterio Espiritista” fue órgano de difusión de la Sociedad Espiritista Española, del Centro General del Espiritismo en España (fundado por Torres Solanot en 1873), y de la Sociedad Propagandista del Espiritismo.

Su redacción estaba ubicada en Calle del Arco de Santa María, nº 25, sala 2, en tanto se imprimía en el Establecimiento Tipográfico de T. Fortanet, Calle de la Libertad, nº 29.

Los cuatro primeros números salieron con periodicidad quincenal, pero en 1869 cambia su frecuencia, que pasa a ser mensual. La designación numérica comienza con: Año 2, nº 5 (Enero de 1869).

En 1870 recupera la frecuencia quincenal, año en que dispone de 8 páginas, con un tamaño de 26,5 x 19 cm. Se imprime en la Imprenta de Miguel Ginesta, Calle de Isabel la Católica nº 4, taller reubicado más tarde – noviembre de 1871 – en el nº 8 de la Calle Campomanes. Asimismo, desde el año 1871 la Redacción y la Administración de la revista, así como la sede de la Asociación Espiritista Española,  se trasladan al nº 34 de la Calle Cervantes.

Desde enero de 1872, tras absorber el año anterior a «El Progreso Espiritista» de Zaragoza, El Criterio Espiritista vuelve a la periodicidad mensual, que no perderá hasta su desaparición, pasando a imprimirse en la Imprenta de Julián Peña, Calle del Olivar, nº 22. Tiene entonces 16 páginas e incluye en cada número un pliego en 4º de una obra de Espiritismo, para formar a fin de año un tomo. La primera obra así publicada será “Impresiones de un loco”, de César Bassols.

En el número de enero de 1872 se anuncia también la creación de la Sociedad Propagandista del Espiritismo, bajo los auspicios de la Espiritista Española, siendo su objeto la publicación de obras y periódicos espiritistas, a cuyo cargo quedará desde entonces la publicación de El Criterio Espiritista; se incluyen, además, sus bases y el precio de las acciones (50 pts.).

En la portada del número correspondiente al mes de abril de ese mismo año aparece impreso por error la palabra “marzo”.

En 1873 la revista cambia nuevamente de imprenta, y desde inicios del año se edita en el taller de D. José Martín Alcántara, C/ Fuencarral nº 81. El número de páginas oscila este año entre las 16 y las 24.

Con el número de mayo de 1873 se repartió también el folleto que publicó la Sociedad Espiritista Española en memoria de Valeriano Rodríguez – antiguo miembro del Centro Espiritista de Andújar, uno de los primeros de España – que acababa de fallecer en El Escorial.

En julio de 1877 es relevado temporalmente el Vizconde de Torres Solanot en la dirección de “El Criterio” debido a haberse trasladado por un tiempo a Aragón, siendo sustituido en la función por el Sr. Ricardo Carmona Berard. El Vizconde retomaría la dirección de la revista en noviembre de ese mismo año. Precisamente en dicho número y bajo el título “Advertencia”, se inserta un comunicado donde se informa a los lectores que las oficinas de la Sociedad Espiritista Española y la administración de El Criterio se habían trasladado interinamente a la Calle de la Reina, núm. 14, primero, principal derecha.

En 1878 se separa de esta publicación «El Espiritista», que se presenta como órgano oficial de la Sociedad Espiritista Española y del Centro Espiritista Español. Este hecho fue consecuencia del intento de cisma que se vivió en el espiritismo español provocado por la polémica suscitada en torno a los fenómenos obtenidos por el Grupo Marietta de Madrid – léase la obra «La Médium de las Flores» -, que dirigía el Vizconde de Torres Solanot. Sus protagonistas fueron algunos antiguos miembros de la Sociedad Espiritista Española, la que por entonces había sido declarada disuelta por el propio Vizconde (no obstante, posteriormente la Sociedad se reorganizó y continuó funcionando, estando en 1879 bajo la presidencia del Dr. Anastasio García López), entre los que estaban César Bassols – militar, escritor y médium, hijo del general Joaquín Bassols y Marañosa – y Francisco Migueles, quienes publican un manifiesto que levantó una gran polvareda.

En medio del conflicto, algunos de los disidentes continúan con la edición de la revista, manteniendo la numeración de la etapa anterior y editando al menos – según nuestras comprobaciones – dos números más. Este nuevo “Criterio Espiritista”, que podríamos calificar casi de fraudulento, reflejará  entonces y durante breve tiempo los ardores de la polémica, convirtiéndose en portavoz en el mundo de la prensa de un pequeño grupúsculo que sólo tenía por meta llevar adelante una campaña de denigración de la figura del Vizconde de Torres Solanot. Era responsable de su edición, según declara el Vizconde de Torres Solanot en la sección “Noticias y Avisos” del número de octubre de 1878 de “El Espiritista”, “(…) una personalidad que ni siquiera está naturalizada en España, elemento disolvente que ha brotado en nuestro campo, como brota la mala yerba aún en huerta cuidadosamente cultivada…”.

El Vizconde parece referirse, sin duda, a Ricardo Carmona Berard, ingeniero de minas de origen español residente en Chile, que había llegado poco meses atrás a Madrid, procedente de América, para pasar una temporada. Este personaje – que desgraciadamente salió un poco “rana” – tenía cierto nombre en el movimiento espiritista americano, especialmente en Ecuador – donde había fundado un Centro Espírita – y en Chile. Se había incorporado a los trabajos de la Sociedad Espiritista Española tras su arribada a Madrid, donde rápidamente se ganó la confianza de sus correligionarios, llegando a convertirse en secretario de la Sociedad y director temporal de “El Criterio”, como hemos referido atrás.

Sin embargo después de la reorganización de la Sociedad Espiritista Española y de cambiar de director, «El Criterio Espiritista» recuperaría su dedicación plena a la difusión de los ideales del Espiritismo, como órgano de aquella señera Asociación, sin preocuparse más de «batallitas» nacidas del rencor – circunstancias ajenas, por tanto, a lo que es y debe ser el contexto espírita – y así continuaría apareciendo y ejerciendo su benéfica labor durante muchos años – hasta finales del año 1891 -, manteniendo con dignidad su papel como uno de los periódicos espiritistas españoles más importantes.

Así, pues, en el año 1880 El Criterio Espiritista se subtitula “Revista Mensual de Estudios Psicológicos y Magnetismo”, apareciendo como “órgano oficial de la Sociedad Espiritista Española”, con administración en Calle del Barquillo, nº 5, principal interior. Dispone en esta fecha de 32 páginas y unas dimensiones de 25 x 17,5 cm, realizándose la impresión en la Imprenta Estereotipia y Galvanoplastia de Aribau y Cª (Sucesores de Rivadeneyra), sita en C/ Duque de Osuna, 3. La numeración de los ejemplares comienza con el del primer mes (enero, nº 1) y termina con el del último mes del año (diciembre, nº 12), en tanto que la numeración de las páginas continúa de un ejemplar a otro para así favorecer la formación de un tomo anual.

En la portada del número de agosto de 1881 (nº 8 de ese año) se imprimió erróneamente “Setiembre de 1881  Núm. 9”. Justamente a partir de este número la revista pasa a imprimirse en el Establecimiento Tipográfico a cargo de E. Viota, C/ Lope de la Vega, nº 40 y 42. Estos errores en la numeración continúan en los ejemplares correspondientes a septiembre (identificado erróneamente con el nº 10) y a octubre (mal identificado, igualmente, con el número 11) y noviembre (que también equivocadamente pone ser el número 12). Tal situación es aclarada por la dirección de la revista con la inserción de un escrito titulado “Advertencia” en el que se informaba que todo se había debido a un error del cajista por el cambio de imprenta para la tirada de la Revista. Ello significó que en la numeración de las páginas aquel se saltase las diez y seis páginas que aquel supuso correspondían al número publicado en el mes de agosto – págs. 112 a 129 -, sin que, en la realidad, nada faltase a la revista.

Desde el número correspondiente al mes de mayo de 1882, se imprime en el Establecimiento Tipográfico de los Sucesores de Rivadeneyra, impresores de la Casa Real, Paseo San Vicente, 20.

El ejemplar de junio de 1882 une a sus habituales 16 páginas, un suplemento especial de 8 páginas más dedicado a la reseña de una Sesión Conmemorativa de la desencarnación de Allan kardec, que incluye poemas de Amalia Domingo Soler y Joaquín Huelves Temprado.

En 1885, 1886 y 1887 – Años XVIII, XIX y XX – continúa subtitulándose “Revista Mensual de Estudios Psicológicos y de Magnetismo”. Tenía  por estas fechas 16 páginas y sigue imprimiéndose en el Establecimiento Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra, Paseo de San Valentín, nº 20.

En 1888 aparece como director el abogado Vicente Torres.

Desde enero de 1892 será sustituida y continuada por «La Fraternidad Universal», luego de llegar a buen puerto la idea de la creación de una asociación  para el progreso del ideal espiritista – denominada de igual forma -, dando forma a un proyecto que fuera propuesto inicialmente por el Dr. Anastasio García López – a la sazón entonces presidente de la Asociación Espiritista Española y director de su órgano, “El Criterio Espiritista” – y que fuera inspirado en la estructura orgánica de la masonería, pero que tras ser discutido con vehemencia por los centros y la prensa espiritista española de la época, resultaría rectificado en sus aspectos más problemáticos y mejorado en su planteamiento original por el debate que se suscitó.

Carátula El Criterio Espiritista

CRITERIO ESPIRITISTA, EL

Revista espiritista fundada en Madrid en 1911. Periodicidad: decenal. Administración: Marqués de Santa Ana, núm. 5, segundo derecha. Director: D. Máximo Barbero.

El periódico madrileño “El País, diario republicano”, del miércoles 13 de septiembre de 1911 (página 3, sección Noticias) recogía la aparición de la revista así: “Ha comenzado a publicarse en Madrid una revista decenal titulada El Criterio Espiritista, dedicada como su título indica a la propaganda de estudios psicológicos de información racional, moral y social…”..

Previamente, ya había sido anunciada la inminente aparición de este periódico espiritista. Por ejemplo, la publicación madrileña “El Imparcial, revista Hispano Americana”, en su edición de fecha 13 julio 1867, decía: Con el título de El Criterio Espiritista, va a ver la luz en Madrid un semanario, que según indica su título, trae el propósito popularizar las doctrinas que en Francia fue el primero a propagar M. Allan Cardek.

Aún cuando las circunstancias especiales de la época que alcanzamos, no son quizás las más propicias para las teorías abstractas que ha de sustentar el colega, esperamos alcance el buen éxito a que le han de hacer acreedor sin duda las reputadas plumas que contribuyen a su redacción”.

Por su parte “El País, diario republicano”, del lunes 17 de julio de 1911, anunciaba: “El Criterio Espiritista, periódico decenal científico de estudios psicológicos, verá la luz pública el día 10 del próximo agosto. Se ruega a los que simpaticen con la idea ayuden a la empresa con su suscripción. Se desean vendedores a la comisión de 5 céntimos en cada número…”.

Parece evidente que, dado el nombre elegido, los inspiradores de este periódico pretendían de alguna manera y tal vez como homenaje, recoger el testigo de la homónima publicación espiritista histórica madrileña que fundara Alverico Perón, que había desaparecido hacía bastantes años.

A falta de otras noticias, desconocemos el alcance de la empresa y la continuidad en el tiempo que tuvo la publicación.

D

DEBER FAMILIAR, EL

Publicación espiritista fundada por un entusiasta y joven espiritista gaditano, de apellido Fábregat, residente en Barcelona.

NOTA: Carecemos de más datos.

(CONTINUARÁ)

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Por: Oscar M. García Rodríguez

Casas coloniales en Santa Cruz de Tenerife, imagen de 1880-1885

Casas coloniales en Santa Cruz de Tenerife. Imagen de 1880-1885

Los datos de su vida

Miguel Miranda y León – desgraciadamente no disponemos aún de una foto de esta personalidad del espiritismo en Canarias – nació en Santa Cruz de Tenerife el 23 de Febrero de 1823 y falleció en la misma ciudad el 22 de Marzo de 1922, casi centenario.

En su juventud, aprende el oficio de cajista de imprenta, llenando con caracteres de plomo los cajetines y manejando el rodillo. Al mismo tiempo, comienza a dar salida a sus inclinaciones literarias. En esas fechas, nos dice un escritor contemporáneo suyo, «inspiraban sus mejores versos las auras de la Libertad» (1).

Su educación no transcurrió tras los umbrales de ninguna escuela, mas al decir del escritor lanzaroteño Isaac Viera, que incluyó (más…)

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Por: Oscar M. García Rodríguez

Situación Islas Canarias

Canarias a comienzos de la segunda mitad del siglo XIX

A lo largo de todo el siglo XIX se producen en Canarias algunos importantes cambios, si bien no suponen modificaciones radicales en la evolución histórica del Archipiélago. Esta evolución es lenta y se aparta en ciertos aspectos de la que se produce en el resto del territorio del Estado español, no afectando a todas las islas por igual.

A comienzos de la segunda mitad del siglo XIX, la situación social, política y económica de las Islas Canarias se caracteriza por estar íntimamente ligada al mundo rural, situación que se prolongará hasta la década de los 60 del siglo XX. La población isleña se ocupa, en su inmensa mayoría, de las tareas agrícolas, siendo el campo la fuente principal de obtención de riqueza.

Un sector minoritario de la población detenta la propiedad y los medios de producción, concentrando en sus manos grandes extensiones (más…)

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