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BREVE BIOGRAFÍA DEL DR. MANUEL AUSÓ Y MONZÓ

Manuel Ausó y Monzó 01Nació Manuel Ausó y Monzó en la ciudad de Alicante el 8 de diciembre de 1814. Desde niño mostró una gran afición al estudio y sus padres, aunque con escasos recursos, procuraron darle una educación conforme a las aspiraciones y aptitudes del joven.

Realizó sus primeros estudios en el convento de San Francisco, en Alicante, cursó Filosofía en Santo Domingo de Orihuela y comenzó en Madrid la carrera de Medicina, compartiendo también estos estudios en las Universidades de Valencia y Barcelona. Se licenció como Doctor en Medicina en Madrid en 1845, a los 29 años de edad.

Por convencimiento íntimo se declaró ferviente partidario de la medicación homeopática. Publicó, defendiéndola, muy notables trabajos, sosteniendo lúcidas polémicas en varias revistas científicas.

Mediante oposición, logró en 1844 la Cátedra de Historia Natural en el Instituto de Segunda Enseñanza de Alicante, llegando a ser Director interino del mismo. En ella se convirtió en maestro queridísimo de sus discípulos, entre los que se contaron muchos que luego llegaron a ser hombres notables. Allí enseñó los sanos y hermosos contenidos de la asignatura que le estaba encomendada, destacándose por su modo pedagógico claro, sencillo y al alcance de todas las inteligencias.

Durante las epidemias que asolaron la región en 1854, 1870 y 1885, demostró su valor y abnegación, acudiendo con sus grandes conocimientos médicos en socorro de los afectados, prodigando consuelos y auxilio.

Fue siempre demócrata ferviente en política y durante muchos años ocupó los primeros lugares entre los republicanos históricos de su región.

A él se debe la creación del Gabinete de Alicante, que fuera enriquecido sucesivamente con las colecciones de objetos geológicos y protohistóricos de la provincia, formadas a ruego suyo por el sabio geólogo Sr. Vilanova y Priera.

En 1868 creó la «Sociedad de Estudios Psicológicos», primer centro espiritista de Alicante. Siguiendo su ejemplo se fundaron otros muchos centros de estudio en la ciudad.

En 1872 se refundieron diversos centros espíritas, dando por resultado la creación de la «Sociedad Alicantina de Estudios Psicológicos», que le nombró su presidente. Esta Sociedad llegaría a tener más de 400 miembros, haciendo una gran labor de difusión en la región.

Poco después crearía la importante revista espiritista bautizada con el nombre de «La Revelación», que dirigió hasta poco antes de su muerte y en la que brilló como literato y profundo pensador. Tras su desencarnación, su sustituto en este menester sería otro destacado espiritista alicantino y colaborador suyo, Francisco Arqués Guerri.

Fue, en cuanto a las manifestaciones mediúmnicas, un hombre de convicción arraigada, pero que no se dejaba vencer sin pruebas. Allí donde aparecía el fenómeno Ausó inquiría, estudiaba, aquilataba y después admitía o rechazaba conforme a su sereno juicio y al imparcial resultado de sus investigaciones. Y aunque parezca mentira, la lealtad y rectitud científica en este terreno le valieron innumerables agravios, sufrimientos y sinsabores. Al tener conocimiento de las supuestas curas «milagrosas» que realizaba un famoso médium de apellido Baldaet, dedicó al asunto su clara inteligencia y los espiritistas fanáticos, que vieron aminorado el prestigio de su ídolo, acusaron al Dr. Ausó de interesado en el descrédito del médium, por la competencia que como sanador podía hacerle.

Pero Ausó nada había de temer en su conciencia limpia y tenía quien respondiera por él: los necesitados que encontraron siempre su mano cariñosa de padre que socorre y consuela; sus amigos y cuantos habían admirado su hermoso corazón de intachable ciudadano como hijo, esposo y padre, que supo hacerse querer de un pueblo entero. Todos ellos sabían de la imposibilidad de que un corazón tan abierto al bien y a la virtud, pudiera nunca albergar miras interesadas, nacidas del amor al dinero.

Ausó lo único que pretendía era buscar el medio de quitar la venda que cubría la inteligencia de muchos hermanos suyos, que demasiado encariñados con el curanderismo, no hallaban sitio en su cerebro para discutir con tino; Ausó ansiaba arrancar la careta a los que amparándose en ella, explotaban la buena fe de los demasiado creyentes y, estudiando el fenómeno, mostrar donde estaba el fraude y la mentira, el engaño y la superchería. Y por haber querido romper un ídolo de barro, por intentar tan sólo matar algunas ilusiones engañosas, le acusaron de envidioso, a él, que demostró tener talento de sobra para valer más que todos los curanderos juntos y alma tan noble y generosa como ruin y mezquina era la de sus detractores… Así amargaron en parte su vida, pero él, espíritu grande y sabio, supo olvidar y perdonar.

Fue socio corresponsal del Instituto Agrícola Catalán de San Isidro y de la Academia Homeopática española.

Manuel Ausó y Monzó desencarnó el 25 de Enero de 1891, a la edad de 76 años, en su querida Alicante, ciudad que ha honrado su memoria bautizando una de sus calles con su nombre.

Dejó publicadas las siguientes obras:

«Baturrillo médico» ( Sainete), publicado en el folletín del periódico El Comercio; «Conferencia Agrícola celebrada el 25 de enero de 1880 en el Salón del Consulado de esta ciudad». Alicante, imprenta de José Marcili, 1880. Un folleto en 4.° de 27 páginas; «La Homeopatía. Colección de artículos publicados en el periódico El Graduador en contestación a los que D. Ricardo Fajarnés y D. Matías Domenech, insertaron en los diarios El Eco de la Provincia, y La Unión Democrática”, Alicante, imprenta de José Marcili y Oliver, 1881. Un tomo en 8.° de 414 páginas, «Instituto provincial de segunda enseñanza de Alicante. Programa de Historia natural y de Fisiología é Higiene, a los que ajustará sus explicaciones el Profesor de dichas asignaturas». Alicante, Establecimiento Tipográfico de José Marcili, 1884. Un folleto en 4.° de 24 páginas, y multitud de artículos sueltos, memorias y poesías.

Debe el Movimiento Espiritismo Español guardar como un tesoro la memoria de quien le consagró vida, inteligencia y alma; tengamos, pues, los espiritistas de la España del siglo XXI un recuerdo de gratitud y admiración para quien nos precedió en la siembra en esta tierra de los ideales del progreso humano.

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Recopilación y adaptación: Oscar M. García Rodríguez. Esta biografía está basada principalmente en un escrito homenaje publicado por la revista espírita madrileña «La Irradiación», en su nº 43, de 1º de diciembre de 1893, firmado por La Redacción.

Encabezamiento Manuel Ausó Y monzó

Manuel Ausó y Monzó 02Si yo hubiese aceptado como buena e indiscutible la educa­ción religiosa que recibí   de los autores de misdías – único alimento que se dio a mi espíritu para su adelanto – y a su vez el fanatismo de aquellos tiempos, tan feroz como intransigente, hubiera sentado sus reales en el santuario de mi con­ciencia, ahogando en sus primeros albores la noble y constante aspi­ración al progreso que sentía bullir incesantemente en el fondo de mi alma, yo hubiera sido, como tantos otros de mi época y de mis años, un católico, apostólico, romano, cortado a la usanza de los tiem­pos que corren y siempre refractario a toda idea grande y regene­radora; y sentados estos precedentes yo no hubiera sido jamás es­piritista.

Pero contra los deseos y las voluntades ajenas, nuestro es­píritu, libre como el aire y la luz, se encuentra ligado a las condi­ciones esenciales que le caracterizan, incomprensibles si se quiere, pero que le ayudan a levantarse potente por sus propios esfuerzos, para salirse fuera de la norma trazada por la voluntad y el capricho de los hombres, impulsándole a marchar impávido por el camino que su propia intuición le señala, para realizar más tarde cuanto le sea necesario a la consecución del fin providencial porque vino a la tierra. Y si así no fuese. ¿cómo se explicaría esa inclinación irresis­tible, esa fuerza superior a la voluntad, que siente latiren lo más profundo de su ser y que le obliga a ver las cuestiones más trascen­dentales y de comprensión más difícil, de un modo distinto, y con­trario a veces, de como se quieren imponer y grabar en el entendi­miento? Problema es este de solución difícil para las diferentes es­cuelas filosóficas, pero que el espiritismo aclara y resuelve fácilmente, poniéndolo al alcance de cuantos quieran examinar con recto a im­parcial criterio sus obras fundamentales y las doctrinas y las ense­ñanzas de los espíritus. Ni la educación religiosa que se recibe desde los primeros años de la vida en el seno de la familia, ni los conocimientos científicos que suelen adquirirse en las escuelas oficiales, son ni pueden ser en todos los casos, los factores que han de constituir el carácter moral é in­telectual del individuo.

O el espíritu acepta de buen grado y sin previo examen la edu­cación que recibe, o la rechaza con energía después de serio y dete­nido estudio. En el primer caso es como el ciego del Evangelio, que se deja guiar por otro ciego para precipitarse los dos en el hoyo. En el segundo, es el libre pensador que busca la verdad, y aprovechán­dose de su luz purísima admira extasiado la obra grandiosa y sublime de la Creación. El primero huye de Dios y de sus obras, que mira con desdén. El segundo le busca por todas partes, le sale al encuentro por todos los caminos, procura comprenderle en lo que le es posible y le alaba y glorifica contemplando sus encantadoras ma­ravillas.

Ansiando alcanzar mayores y más positivos progresos, viene el es­píritu a la vida material acompañado de intuiciones, más o menos claras, que han de servirle de guía en todo aquello que se propone realizar en esa nueva etapa de su eterna existencia, y en la que, si consigue curarse de los defectos e imperfecciones que entorpecieron su marcha en anteriores encarnaciones y al mismo tiempo borrar, me­diante el trabajo, la meditación y el estudio, los grandes errores que ofuscaron su entendimiento y le hicieron caminar por desconocidos y tortuosos senderos, habrá dado un gran paso en el camino de su adelanto y se habrá aproximado a Dios. En el caso contrario, que­dará estacionado, y después de perder todo el tiempo de una vida material, le pasará lo que al estudiante que perdió el curso y ha de empezarle de nuevo forzosamente. Volverá, pues, a la erraticidad, donde, por medios que nos son desconocidos, se preparará y fortale­cerá con voluntad y decisión más firmes, para encarnar de nuevo, con intuiciones más claras, en el mismo mundo o en otros acomoda­dos a las necesidades que reclame su situación, y conseguir, por medio del trabajo y la práctica del bien, su necesario e indispensable perfeccionamiento.

He aquí explicado, en breves palabras, el porqué yo he venido rechazando desde las primeras alboradas de mi inteligencia todo aque­llo que no se armonizaba con mi razón ni con el fin providencial que me trajo a este mundo, y porque también, sin grandes esfuerzos, he abandonado aquellas absurdas enseñanzas y aceptado con fe y en­tusiasmo la doctrina espiritista. Y caminando siempre en pos de la verdad en todos los órdenes de ideas, he militado sucesivamente y siguiendo siempre los impulsos de mi corazón, en las filas más avan­zadas de todo racional progreso, habiendo sido en política antiguo progresista primero, demócrata después y hoy republicano histórico. En medicina, después de conseguir los grados de licenciado y Doctor, principié mi práctica sin fe en las doctrinas que me enseñaron mis maestros, en las que no veía la luz que mi espíritu ansiaba, y cuan­do a consecuencia de un padecimiento crónico del pecho, con grandes y frecuentes hemorragias pulmonares, llegué hasta los umbrales de la muerte; desahuciado y sin esperanza alguna de recuperar mi salud, busqué en la medicina homeopática los consuelos que la alopatía me había negado, y conseguí con la suavidad y dulzura de sus racionales tratamientos restablecer completamente mi estado normal.

Esto pasaba el año 1851 y desde aquella época, y cada vez con más entusiasmo y fe, he seguido ejerciendo la medicina homeopática, consolando y aliviando a la humanidad en sus dolencias, así en tiem­pos normales como en las varias y horrorosas epidemias, tanto del cólera morbo como de la fiebre amarilla, que diezmaron varias veces esta desgraciada población, mi país natal, y que tan tristes recuerdos dejaron grabados en la memoria de sus habitantes.

En religión he sido siempre racionalista, y por esta causa acepté el Espiritismo en cuanto tuve la más ligera noción de esta doctrina, que está en perfecta armonía con las divinas enseñanzas de Jesús; que tantos consuelos dan incesantemente al peregrino de la tierra, y cuyos fulgores, si iluminaran como fuera debido la conciencia de los pueblos, mejorarían las condiciones de la humanidad y regene­rarían completamente el mundo.

El año 1871, acompañado de uno de mis hijos, medico homeó­pata también, nos trasladamos a la inmediata villa de Aspe, donde mi hermano mayor tenía su residencia, con objeto de pasar en su compañía los últimos días de la semana santa. Mi hermano, que ya no está en este mundo, era también libre pensador, conocía muy bien la Biblia y defendía, cuando la ocasión se presentaba, con muy buen criterio y abundancia de datos bíblicos, la doctrina de Jesús, contra las absurdas enseñanzas de los hombres. Le pasaba lo que a mí; nin­gún vestigio guardaba en su alma de la educación religiosa que, como yo, había recibido en el hogar doméstico, ni nada tampoco de aquellas absurdas y ridículas doctrinas que había recibido de los frailes. Él había tenido, antes que yo, la dicha de conocer el Espi­ritismo, y al vernos en su casa sin previo aviso y en días de reco­gimiento para la generalidad de las gentes, creyó que aquella visita tan inesperada tenía otro objeto, y que éste era el averiguar lo que respecto del Espiritismo había de verdad, recelando por qué extraño conducto podía haber llegado este asunto a nuestra noticia. Mas, al ver nuestro silencio y nuestra indiferencia para todo lo que se re­lacionaba con esta idea que tanto llamaba su atención, se vio en la necesidad de declararse, refiriéndonos toda la historia de su rápida y firme conversión al Espiritismo. Nos enseñó el “Libro de los Espí­ritus”, el “Libro de los Médiums”, el “Evangelio según el Espiritismo”, obras de Allan Kardec fundamentales de la nueva doctrina y a cuyo estudio se hallaba entonces dedicado. Y después de hablarnos mucho sobre este particular, que ya nos iba atrayendo y preocupando también, para que no nos quedase género alguno de duda, nos acompañó a casa de uno de sus amigos, donde había una médium y se recibían comunicaciones por medio del trípode. Nuestra sorpresa y nuestro asombro fueron tan grandes, como grande era y trascendental el asunto que lo motivaba. Yo evoqué sucesivamente a los espíritus de mi madre y mis hermanos, recibiendo de ellos saludables consejos y consoladoras frases; y desde aquel instante el hecho de la comuni­cación con los espíritus fue para mí indudable, y convencido de esta gran verdad me declaré espiritista. Mi conversión a esta nueva doc­trina debía estar preparada con mucha antelación, ya que tan fácil me fue recorrer con rápida y vertiginosa mirada sus vastos y lumi­nosos horizontes.

¿Quién había de esperar ni de creer que de un pequeño pueblo de la provincia había yo de traer a la capital, grabada ya en el fondo de mi alma, la idea espiritista para propagarla y defenderla? Así es que, en cuanto volví a Alicante encargué libros y al poco tiempo y dada publicidad a la idea, se crearon centros que funcionaron con orden y regularidad, se desarrollaron médiums y más tarde veía la luz un periódico, «La Revelación», propagador y defensor de las nuevas ideas, y de cuya publicación, aunque inmerecidamente, fui luego y continúo siendo director.

Los que aceptan y propagan ideas basadas en un error, el más funesto y trascendental de todos los errores, y en los asuntos de la más alta importancia para el bienestar presente y futuro de la humani­dad, la dirigen con los ojos vendados, adormecida y esclavizada la inteligencia, por tortuosos senderos que han de conducirla más tarde al abismo de su perdición, se hacen reos de lesa conciencia y faltan a sus más sagrados deberes, aprisionándola con su torpe conducta en las redes de la superstición y del fanatismo y saturando su alma de los errores más funestos. ¿Por qué en vez de esto no enseñan la luz radiante de la verdad que brilla inextinguible en las páginas del Evangelio, en ese libro tres veces santo, cuyas cristalinas aguas re­generarían el mundo si se ofrecieran en su nativa pureza como sa­ludable bebida al sediento peregrino de la tierra? ¡Oh! Si esa doctrina bienhechora, única que ha brotado de los divinos labios de Jesús, la hubieran enseñado en todos tiempos los que tienen el deber ine­ludible de extenderla y propagarla por el mundo, otra sería la suerte de la generación actual, que no puede verse libre de la funesta le­vadura que tiene contaminada su sangre y que ha menester siglos y esfuerzos sobrehumanos para verla completamente regenerada. Sien­do esta la causa de mayor influencia y el más grande obstáculo que se opone hoy al triunfo rápido y definitivo del Espiritismo.

¡Ley santa del progreso, yo te saludo con la más dulce emoción de mi alma y te bendigo con júbilo! Tú te reflejas en todos los ac­tos de nuestra vida, inundas de vivísima luz nuestra almay con tus claridades purísimas, estereotipas en lo más recóndito de nuestro ser tus divinos y sacrosantos preceptos. Tú, con la magia poderosa de la verdad que difundes, levantas del cieno de la superstición y del fanatismo a cuantos en ti se inspiran, destruyendo en brevísimos instantes cuanto el trabajo de una educación sin fundamento y de una enseñanza hipócrita levantaran en el transcurso del tiempo. Tú regeneras el mundo y las generaciones que pasaron, cegadas por el sol de tu justicia, huyen todavía despavoridas y avergonzadas, para ocultar en los abismos insondables del no ser, su torpe conducta, sus punibles veleidades, sus grandes vicios, sus funestos errores y su asquerosa hipocresía, para dar paso a la luz que brilla, como nuevo y esplendoroso sol, en las doradas páginas del Espiritismo.

Me manifiesta usted, señor Director, en apreciabilísima carta, que mi firma hace falta en el Álbum biográfico espiritista que viene publi­cando la ilustrada revista que usted tan dignamente dirige y en la cual reputados escritores, con galana frase, elevados conceptos y correcto estilo, siguen embelleciendo con general aplauso y gran contenta­miento sus interesantes páginas. Y como una sola palabra de usted la entiendo como si fuese un mandato y son, por otro lado, tan grandes el cariño y la amistad que le profeso, no he titubeado un sólo ins­tante en dar satisfacción a sus deseos, en la medida de mis fuerzas y en lo que ha permitido el tiempo de que actualmente puedo dis­poner, sintiendo que la escasez de mis luces, mi   insuficiencia y mi pobre palabra, no me hayan permitido decir más y mejor de cómo he venido al campo del Espiritismo. Pero si así y todo he consegui­do llevar mi grano de arena al suntuoso edificio que se levanta, para bien del mundo, en el vasto océano de la conciencia universal, y del cual es usted uno de sus más valiosos y esclarecidos obreros, yo que­daré recompensado de este pequeño e insignificante trabajo y com­pletísimamente satisfecho.

                                                                                      Manuel Ausó Monzó

                                                                                      Alicante, Enero de 1884.

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HEMEROGRAFÍA ESPIRITISTA ESPAÑOLA, 1857-1936 (VI)

Por: Oscar M. García Rodríguez

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MACROCOSMO. Subtitulada: Revista Espírita Naturista.

Publicación fundada y editaba en Barcelona en 1933 (el primer número vio la luz en el mes de julio). Era órgano del Cenáculo «El Progreso del Alma», agrupación fundada en agosto de 1922. Periodicidad: mensual.

Se imprimía en la Tipografía Cosmos, calle Urgel 42, Barcelona. Tamaño: 27 cm. Número de páginas: 32. Director: Antonio Badía Matamala.

Presidían el encabezamiento de la revista los retratos de Allan Kardec (a la izquierda), Amalia Domingo Soler (en el centro) y Miguel Vives (a la derecha).

En cada número alternaba el color de la tinta de los textos (negro, azul, verde y rojo), mientras que la portada aparecía impresa a todo color.

El contenido de la revista era una curiosa mezcla de Espiritismo y naturismo, con secciones dedicadas a la medicina natural, vegetarianismo, vida sana y nudismo. Asimismo eran relevantes los artículos críticos con la iglesia católica.

En la parte estrictamente espírita, junto a los artículos de fondo – filosóficos y científicos – abundaban las transcripciones de comunicaciones mediúmnicas.

Sólo hemos podido consultar hasta el número 24 (Año II, junio de 1935), aunque sabemos que continuó apareciendo hasta el año 1936.

Portada revista Macrocosmos

MARAVILLOSO, LO. Subtitulada: Revista de Psicología y Dinamismo Inexplicados.

Fundada en Madrid en el año 1909 (el nº 1 tiene fecha del 10 de abril de ese año). Periodicidad: Quincenal, salía los días 10º y 20º de cada mes. Número de páginas: 8, más 4 de cubierta. Tamaño: 20 x 26,5 cm.

Se editaba en la Imprenta La Editora, C/ San Bernardo, nº 19. La administración estaba ubicada en la misma dirección, pues sus editores eran también los propietarios.

No puede decirse que fuera una publicación netamente espiritista, en estricto sentido doctrinario, pero sí es verdad que sus páginas recogían mayormente contenidos espiritistas, investigaciones psíquicas, fenómenos mediúmnicos, etc. De hecho en su portada figuraba anunciado así su contenido desde su aparición: «Hipnotismo, telepatía, Espiritismo, Espiritualismo Científico».

En la portada del primer número se incluyeron estas palabras de Shakespeare, procedentes de una de sus más célebres obras: «Hay, Horacio, en el Cielo y en la Tierra, muchas cosas que tu filosofía ni siquiera ha sospechado».

El índice de este número inaugural es el siguiente: Procedamus in pace.- Los grandes médiums; Swedemborg, por Athos.- Tribuna libre: ¿Se comunica con el más allá?- Información Nacional: Un caso de telepatía entre moribundos (Alfonso XII y el Duque de la Torre).- ¡Chapí!.- De todas partes: Lectura del pensamiento.- Eusapia Palladino.- Sociedad de Psíquica Experimental de Bruselas.

A partir del número 7 (10 de julio de 1909) y a lo largo de varias entregas, se publica un extenso informe relativo a los notables fenómenos de materializaciones de espíritus, obtenidos en Costa Rica por la célebre médium Ofelia Corrales (incluye abundante material fotográfico). Dicho informe había sido publicado con anterioridad por las revistas espíritas barcelonesas «La Voz de la Verdad» y «Luz y Unión», propiedad ambas de Jacinto Esteva Marata, a quien se había solicitado permiso para reproducirlo en las columnas de «Lo Maravilloso».

Los números 20 y 21 se publicaron juntos. En una nota publicada en el nº 24, de 30 de marzo de 1910, se anuncia la suspensión temporal «por uno o dos meses» de la revista, debido – se señala en la misma – al surgimiento de divergencias en el seno de la Redacción. En la misma nota se añadía también, que una vez subsanadas dichas diferencias e introducidas las modificaciones necesarias en la línea editorial, «para asegurarse mayor favor del público», se reanudaría la publicación del periódico. La nota terminaba con una petición para que cuando la revista reapareciera, el público continuara favoreciéndoles con su atención. Desconocemos si, tal como pretendían sus promotores,  la revista volvió a reeditarse tras esta interrupción.

Revista Lo Maravilloso

MÁS ALLÁ DEL MAÑANA, EL

Revista fundada en enero de 1936 en la ciudad de Águilas (Murcia), por Juan Antonio Romero. Fue el órgano informativo del Centro Amor, Paz y Caridad, de la misma ciudad. Número de páginas: 4. Director: Andrés Fuster. Periodicidad: mensual.

La dirección y administración estaban en C/  de San Marcelino, nº 23. Se imprimía en la Tipografía de Alarcón, de Águilas.

En la portada de su primer número se insertó este escrito de presentación:

El Más Allá. Hermanos y hermanas: Empieza a nacer «El Más Allá del Mañana», el cual le hace un llamamiento a todos cuantos seres carecen de cariño, «El Más Allá» nace con bondad y cariño y vosotros humildes, que tanto sufrís por vuestras misiones, es necesario que recapacitéis unos momentos y cojáis en vuestras manos «El Más Allá», estudiarlo y encontraréis el cariño que necesita vuestro espíritu para el progreso. ¡Ay, humildes!, que necesitáis tanto cariño, que sufrís de tanta miseria, recapacitad unos momentos, pedidle a Dios con el cariño de vuestros espíritus para que os de la luz de cada día, que Dios, cuando sus hijos le piden de corazón, les reparte lo que le toca a cada uno todos los días, y como Dios siembra para que sus frutos sean recogidos, «El Más Allá» nace pidiendo bondad y cariño.

Sí, hermanos, coged «El Más Allá» con el cariño de vuestro corazón y comprended que os abrirá el camino a vuestros espíritus para el progreso divino.                                                    

Ya saben los hermanos de esta villa, que deben leer este pequeño periódico y comprended que procede de la luz divina, y se os hace este llamamiento para que ayudéis a ver el camino de la luz a cuantos seres la necesitan.

Suscribiros todos los hermanos y hermanas y haced porque «El Más Allá» sea acogido en vuestros sentimientos nobles y sepan apreciar la bondad y el cariño que tiene «El Más Allá» con toda la humanidad.”

El resto del índice de este primer número era como sigue:«Salve», poesía inspirada por el espíritu de un poeta mejicano al médium A. Conesa.- Nota informativa con las sesiones diarias que celebraba el centro, de lunes a sábado.- Disertación Espiritista (mediúmnica).- Por la Paz, comunicación mediúmnica, por Un Espíritu que desea vuestro Progreso.- Comunicación dada en el Centro Amor, Paz y Caridad el 23 de diciembre de 1935 por el médium A. Conesa.- Consejos de un espíritu que dejó la materia a los 6 meses.- El Cuento de mi Vida, por el espíritu mejicano.- Nota informativa con los precios de suscripción de la revista.

La revista “La Luz del Porvenir”, de la Federación Espiritista Española, comentaba la aparición de esta publicación en su número de febrero de 1936 en estos términos:

“Nuevo colega. Hemos recibido el primer número de “El Más Allá del Mañana”, órgano del Centro “Amor, Paz y Caridad”, de Águilas.

Deseamos al nuevo colega larga vida y mucho acierto para cumplir la misión de toda publicación espiritista. Elevar a los hombres por el camino del bien y liberar su conciencia de todo fanatismo”.

MOVIMIENTO, EL

Revista espiritista de Huesca. Segunda mitad del siglo XIX.

NOTA: Los únicos datos que hemos encontrado relativos a esta publicación y su supuesta filiación espiritista, proceden de los trabajos de la investigadora Lily Litvak.

 N

NOSOTROS

Revista editada por la Sociedad Espiritista Villenense, de la ciudad de Villena (Alicante), de la cual era órgano. Fue fundada en 1922 y estuvo dirigida por José María Reyes. Periodicidad: Semanal.

En esta publicación escribieron, entre otros, Ramón Esquembre Marcos, Armando López Gabaldón, José Calbó Tura, José Esquembre, J. López Fajardo, el citado José María Reyes, José Pérez Bajart, M. Navarro Cullás, María Lara, Miguel Caturla, Pedro Bañón y numerosos colaboradores más que firmaban sus escritos con seudónimos.

NUEVA ERA

Revista fundada en el mes de agosto del año 1912 en Sabadell (Barcelona) por Ángel Aguarod (el primer número lleva fecha del 15 de agosto). En agosto de 1913 pasó a ser el órgano informativo oficial de la entonces recién creada Federación Espiritista Española, pasando a tener periodicidad mensual. Estuvo dirigida por Ángel Aguarod, Fabián Palasí Martín y Eduardo Pascual. El segundo también ocupó el cargo de redactor jefe. Como administrador tuvo a Joaquín Burés.

Disponía de 20 páginas de extensión, con un tamaño de 27 x 19 cm. La numeración de las páginas empezaba en el primer número de cada año y continuaba en los siguientes, a fin de formar cómodamente un tomo anual.

La redacción y la administración estuvieron situadas en la calle Margarit, 21, 1º, 1ª, de Barcelona. Se imprimía en la Tipografía de J. Valls, C/ Carmen, 20, también en la ciudad condal.

La Federación Espiritista Española se constituyó el 15 de Julio de 1913 en la ciudad de Sabadell, donde también se acordó ubicar su domicilio social para el primer bienio. El primer Consejo Directivo quedó compuesto así: Presidente, M. Font; Vicepresidente, Eduardo Pascual; Secretario, J. Torras Serra; Vicesecretario, M. López; Tesorero, L. Altamira; Contador, A. Farrás; Vocales, J. Esteva Grau, J. Rodó y D. Armengol. Una de sus primeras resoluciones fue, precisamente, la de publicar una revista que fuera el órgano oficial de la naciente Federación.

Revista Nueva Era

P

PAU, AMOR I PROGRÉS

Revista espiritista, órgano del centro espiritista del mismo nombre: Grup Humanitari «Pau, Amor i Progrés», de Barcelona (en catalán y castellano), que comenzó a aparecer en enero de 1923.  Periodicidad: Mensual.

Disponía de 26 páginas con un tamaño de 25 x 17,5 cm. La dirigía el Consejo de la entidad y se repartía gratuitamente.

Hemos comprobado que existió, al menos, hasta 1933.

PERIÓDICO MÁS, UN

Revista fundada en Zaragoza en el mes de septiembre 1883 por Fabián Palasí Martín. De contenido espiritista y de librepensamiento, fue auspiciada secretamente por la Sociedad Espiritista de Zaragoza, que suministró las primeras 250 pesetas para sufragar gastos, siendo también sus socios los primeros accionistas y suscriptores.

Tenía periodicidad decenal, saliendo los días 10, 20 y 30 de cada mes. La administración y la redacción estuvieron situadas en la casa del Sr. José Maynou, en la C/ Escuela Pías, nº 9, de la capital aragonesa.

Apenas publicados los primeros números, la revista fue condenada por el obispo de aquella diócesis, junto con otro periódico editado en la misma ciudad, denominado «La Campanilla», porque en ellos – según palabras del prelado – «se escribían proposiciones heréticas, cismáticas, impías, escandalosas y dignas de otras censuras».

Duró tres años, figurando como redactores el Vizconde de Torres Solanot, Félix Navarro, Domingo Pallol, su hijo Benigno Pallol – que también ejerció el cargo de director -, Fabián Palasí y José Maynou, todos ellos miembros de la Sociedad Espiritista de Zaragoza.

A pesar de que el contenido de la publicación era netamente espiritista, en sus páginas no se nombraba explícitamente a esta doctrina, según consejo de los espíritus, como forma de arrostrar la franca oposición que en aquel tiempo existía en la ciudad a estas ideas desde los sectores más conservadores y reaccionarios.

PERIÓDICO PROGRESO UNIVERSAL. Sigue al título: Portavoz del Espiritismo de la Asociación Progreso Universal.

Publicación periódica espiritista fundada en Barcelona en 1934. El primer número data del 1 de mayo de 1934.  Periodicidad: mensual. Tamayo: 28 cm.

Fue órgano de la Asociación progreso Universal de Barcelona. Se imprimía en la Imprenta de A. Strany (Barcelona). Fue dirigida por T. Garín Pueyo.

PLUS ULTRA. Revista de Estudios Psicológicos.

Revista fundada en Madrid en el año 1925. El primer número se publicó en el mes de octubre. Fue órgano oficial de la asociación espiritista madrileña Centro Platón, ubicada en Calle Duque de Alba, nº 3, pral. Periodicidad: Mensual. Tamaño: 24 x 18 cm.

Su colega “Lumen”, de Tarrasa, anunciaba la nueva publicación en el número de noviembre: “Saludamos la aparición de la revista Plus Ultra, que acaba de aparecer en Madrid como órgano del Centro Platón. Sea muy bien venido el cofrade, al que deseamos larga y próspera vida”.

Revista Plus Ultra

POSIBILISTA, EL

Publicación espiritista editada en Sevilla. Desconocemos la fecha de su fundación, aunque hemos comprobado que existía en el año 1891. Por este tiempo tenía un formato de fascículo, con un tamaño de 60 cm.

PROGRESO, EL

Revista espiritista que se editaba en la ciudad de Vigo (Pontevedra) a comienzos del siglo XX.

NOTA: No disponemos de más datos.

PROGRESO ESPIRITISTA, EL 

Revista fundada por el Vizconde de Torres Solanot – quien también la dirigió – a comienzos del año 1871 en Zaragoza – el número uno lleva fecha del 1º de enero -, donde también se editaba. Fue el órgano de la sociedad del mismo nombre de la capital aragonesa, fundada por el General Joaquín Bassols y Marañosa. Tenía periodicidad quincenal.

Se imprimía en la Imprenta de Calixto Ariño. Inicialmente la suscripción costaba 5 pesetas por semestre y en el extranjero y ultramar, 10 pesetas por semestre.

Tras ser llamado a Madrid para ocupar el cargo de ministro de la Guerra el General Bassols, que ocupaba el cargo de presidente honorario de la Asociación, así como también del traslado a la capital de España del Vizconde de Torres Solanot y la mayor parte de los restantes miembros del Centro, la asociación se disuelve y su revista, después de haber publicado sólo siete números en cuatro meses, deja de editarse, refundiéndose con «El Criterio Espiritista» (1871).

PSICOLOGÍA. Subtitulada: Portavoz del Centro de Estudios Psicológicos.

Revista espiritista fundada en Sabadell en el mes de julio de 1932. Continuadora del “Butlleti del Centre d’Estudios Psicològics”.

Periodicidad: mensual. Tamaño: 22 x 16 cm. Número de páginas: 12 más 4 de cubierta. Se imprimía en la Imprenta Gráfica Vallés, C/ Garcilaso, 15 (Sabadell). La redacción estaba en C/ Colom, 52 y 54. Los textos aparecían en catalán y en castellano.

A partir del nº 38 (1935), se subtitula. “Portantveu del Centre d’Estudis Psicológics”.

Según las fuentes consultadas, duró hasta el mes de junio de 1936 (nº 50).

R

RAZÓN ESPIRITISTA, LA. Subtitulada: Periódico Semanal de Estudios Psicológicos.

Revista espiritista barcelonesa fundada en 1908. Su primer número salió a la luz a principios del mes de octubre. Tamaño: 44 x 31,8 cm. Número de páginas: 4. Periodicidad: semanal. Se imprimía en la Tipografía La Moderna, San Martín (Barcelona). Director: Jacinto Fornagueras Rafecas.

La redacción y la administración estaban en C/ Floridablanca, 77, pral. 1ª (Barcelona). Los precios de suscripción eran: España, un año, 3 pesetas; 1 semestre, 2 pesetas; 1 trimestre, 1 peseta.- Extranjero, 1 año, 5 pesetas. Precio de números sueltos: 5 cts.

Entre los colaboradores habituales figuraban: Manuel Navarro Murillo; Ubaldo Romero Quiñones y Luis Farrés.

RAYO DE LUZ

Periódico espiritista de breve existencia, fundado a comienzos del año 1896 y editado en Barcelona por la Revista de Estudios Psicológicos.

Según se declaraba en el primer número, el periódico estaba destinado a la propaganda del Psiquismo, Magnetismo, Hipnotismo, Espiritismo, Orientalismo, Frenología, Grafología, Sociología, Higiene, Astronomía popular, Psicología experimental, Literatura espiritualista, etc.

Tenía una tirada de 20.000 ejemplares y era de distribución gratuita. Su administración estaba ubicada en Calle Dou, nº 10, entresuelo.

En el número de septiembre de 1900 de la «Revista de Estudios Psicológicos», se publicó una nota en la que se indicaba que las colecciones de los periódicos «Rayo de Luz» y «Hojas de Propaganda», se hallaban ya agotadas por aquellas fechas.

REDENCIÓN 

Revista espiritista fundada y editada en Valencia. Estaba dirigida al mundo femenino. Tenía su redacción en la C/ Guillén Sorolla, nº 40, principal.

NOTA: Carecemos de más datos.

REVELACIÓN, LA. Subtitulada: Revista Espiritista Alicantina. 

Se editaba en Alicante. Fue fundada por el Dr. Manuel Ausó y Monzó en 1872 (Año I, nº 1, 5 de Enero de 1872).

A fines de Abril de 1872, se fusionaron varios centros espiritistas alicantinos, constituyéndose la Sociedad Alicantina de Estudios Psicológicos, que pasó a ubicarse en la Calle Castaños, nº 32, 2º. Así, a partir del nº 9 (mayo de 1872)  «La Revelación» se convierte en órgano oficial de la nueva Sociedad, cuya primera Junta Directiva estuvo formada así: Presidente, Dr. Manuel Ausó Monzó; Vicepresidente 1º, Martín Requena; Vicepresidente 2º, Juan Bautista Todo y Oltra; Vicepresidente 3º, Ramón Lagier y Pomares; Vicepresidente 4º, Francisco de P. Esteve Ferrer; Tesorero, José Mira; Interventor, Juan Langlois; Bibliotecario, José Chapuli; Inspector de Instrucción, José Morales; Secretario General, Antonio del Espino y Vera (que también llegaría a ejercer las funciones de editor responsable y director de La Revelación); y como Vicesecretarios, Amando Alberola y Rafael Rizo.

Desde ese momento se subtitula así: “Revista espiritista, órgano oficial de la Sociedad Alicantina de Estudios Psicológicos”.

La administración de La Revelación, a cuyo frente estaba el Sr. Juan Fernández, se ubicaba en Paseo de Méndez Núñez, nº 15. Inicialmente la Redacción estuvo establecida en la C/ Castaños, 35, 2º; desde  1884, en la C/ Colón; en 1896, en la C/ Bazán, 32, principal; en 1897, en la C/ Alfonso el Sabio, 24, entlo., en 1898, en la C/ Torrijos, 82, 1º, 2ª, y a partir de finales de 1900, en C/ Sagasta (antes S. Francisco), nº 62.

Tenía periodicidad quincenal, publicándose los días 5 y 20 de cada mes en cuadernos de 12 páginas con su cubierta; pasó luego a tener 24 páginas, menos en 1896, en que tiene 16. Tamaño: 24 x 16 cm. Se imprimió en el Establecimiento Tipográfico de Vicente Costa y Cía. (C/ San Francisco, 21); en el Establecimiento Tipográfico de Costa y Mira, (C/ San Francisco, nº 28), y desde 1896 en la Imprenta de Moscat y Oñate (C/ San Francisco, 44).

 A partir de 1873 la revista cambia de tamaño y pasa a tener un 28 x 19 cm.

Desde 1874 la numeración comienza cada año y su periodicidad es mensual.

En 1878 tiene un tamaño de 28,2 x 20,5 cm., con 24 páginas.

Hacia fines de 1882 fue excomulgada por el obispo de Orihuela, algo que fue recibido con buen humor por las restantes publicaciones espiritistas españolas. Por ejemplo, al conocer este hecho «El Buen Sentido», de Lérida, en su número de enero de 1883, «felicitaba sinceramente a La Revelación de Alicante».

Sus directores fueron Manuel Ausó y Monzó, Antonio del Espino y Vera, y a la muerte del primero, en 1891, Francisco Arqués Guerri. En este año se subtitula: “Órgano oficial de la Federación Espiritista Valenciana”.

A partir del número 7 (julio de 1900) aparece con este subtítulo: “Afiliada a la Unión espiritista Kardeciana de Cataluña”.

Con su auspicio se publicó durante años una magnífica colección de títulos espiritistas bajo el nombre de Biblioteca Selecta de La Revelación.

Cesó de publicarse en Alicante el año 33 de su fundación, con el número correspondiente al 25 de diciembre de 1904.

En este número se anuncia que la publicación se traslada a Barcelona bajo la dirección de Ángel Aguarod  “a fin de dar mayor impulso a la propaganda de nuestros sagrados ideales”.

“La redacción y administración – añade- quedará instalada en el domicilio del Señor Aguarod, que lo es al mismo tiempo del Centro Espiritista “Amor y Ciencia”, calle Sadurní 1, 3º, 2ª, Barcelona”.

LA REVELACIÓN Nº 1 PREREVELACIÓN. Subtitulado: Periódico Mensual de Estudios Psicológicos y Afines.

Revista fundada y dirigida en Alicante por Amalia Miquel Alcaraz (Xixona, 1909 – Alicante,1993), esposa de otro conocido espiritista alicantino, D. Primitivo Fajardo. Comenzó a editarse hacia el mes de agosto de 1934 y duró hasta el año 1936. Suponemos, pues, que fueran los funestos acontecimientos de la Guerra Civil los que impedirían continuar con la publicación.

Fue el órgano del Centro de Mujeres Espiritistas «El Progreso», constituido, como su nombre indica, exclusivamente por mujeres, quienes desde hacía tiempo venían desarrollando una excelente labor cultural y de difusión de los ideales espíritas, siendo célebres sus veladas literarias.

En el número de fecha 1 de mayo de 1936, se dedica un homenaje a Salvador Sellés con motivo de su 88 cumpleaños, acaecido el 21 de abril de ese año.

Aparece como una de las cinco revistas espíritas españolas existentes en 1934, según recoge el «Libro Resumen del V Congreso Espiritista Internacional», celebrado ese mismo año en Barcelona.

REVISTA ESPIRITISTA. Subtitulada: Periódico de Estudios Psicológicos.

Revista fundada en Barcelona en 1869 por José María Fernández Colavida (Año I, nº 1: Mayo de 1869), siendo la tercera publicación periódica espiritista que apareció en España. Inicialmente se denominaba sólo «Revista Espiritista». Periodicidad: mensual.

Fue órgano de la Sociedad Barcelonesa Propagadora del Espiritismo, fundada también por J. M. Fernández Colavida.

El primer número tenía 16 páginas y un tamaño de 25 x 17 cm. Su índice era el siguiente: Artículo de la Redacción.- Biografía de Allan Kardec.- La Avaricia.- La Caridad.- Comunicaciones Espiritistas del Grupo de Barcelona.- Episodio.- El Magnetismo y el Espiritismo.- Correspondencia.

Posteriormente su tamaño y número de páginas varió, pasando a tener 26 cm, con 28 páginas, mientras que la periodicidad continuó siendo mensual.

Comenzó a imprimirse en la Imprenta de Leopoldo Doménech, C/ Baseda, nº 30, principal (Barcelona), establecimiento que a la muerte de su dueño pasó a llamarse Imprenta de Hijos de Doménech. Más tarde (1883) se imprimiría en el Taller Tipográfico de Daniel Cortezo y Cª, sito en Calle de Ausías March, 95 y 97. En esta fecha tenía 32 páginas. Ese mismo año el taller pasaría a estar en las manos de Fidel Giró y luego, a partir del mes de mayo, en las de Francisco Pérez. Finalmente en el mes de noviembre de 1883 figura nuevamente como impresor Daniel Cortezo.

Tuvo su redacción, dirección y administración en varias direcciones: C/ de la Palma de San Just, nº 9; C/ Capellanes, 13 (1878, dirección); Rambla Estudios, 5 (1878, administración); C/ Dou; C/ de Lauria nº 81, 2º, 1ª puerta (a partir de mayo de 1885); C/ Pelayo, nº 7; C/ Condal, nº 26, 1º (1886); C/ Consejo de Ciento, 412, 1º, 2ª puerta (1888); C/ Cortes, 209, principal (1900).

En 1875 se llama «Revista Espiritista de Estudios Psicológicos». Al año siguiente aparece ya sólo con la denominación de «Revista de Estudios Psicológicos», que mantendrá hasta su desaparición. Por esa época sigue imprimiéndose en la Imprenta de los Hijos de Domenech (1876-1878) y mantiene la periodicidad mensual.

A partir de diciembre 1888, a raíz de la muerte de J. M. Fernández Colavida, comienza a dirigirla el Vizconde Torres Solanot. Entretanto sigue editándose en el Taller tipográfico de Daniel Cortezo y Cª, reubicado desde 1886 en la C/ Pallars (Salón de S. Juan). El número de páginas fluctúa entre las 16, 24, 28 y 32.

En mayo de 1889, al desaparecer la revista “El Faro Espiritista”, portavoz que venía siendo de la Federación Espiritista del Vallés – que también se disuelve para dar paso a la Federación Espiritista Catalana – la «Revista de Estudios Psicológicos» se convertirá en órgano de difusión de la nueva Federación. Su director entonces es Manuel Navarro Murillo; Secretario de la Redacción, José Antonio Almasqué; en el cargo de bibliotecario aparece J. Bartroló y como administrador, José C. Fernández, sobrino de J. M. Fernández Colavida.

En 1892 (Año XXIV) se subtitula: “Órgano de propaganda y eco del movimiento general espiritista”, dirigida por el Vizconde de Torres Solanot y como administrador continúa José C. Fernández, con oficinas en Calle Riera de San Juan, 31, 2º, 2ª, de Barcelona, imprimiéndose en la Tipografía Arte y Letras. Este cambió vino a consecuencia seguramente de que aparece en escena, desde comienzos de año, “El Espiritismo”, nueva publicación periódica mensual espiritista como órgano del Centro Barcelonés de Estudios Psicológicos.

En 1896 son sus redactores Antonia Amat; Rosa Coll; Amalia Domingo Soler; Eugenia Estopa; Matilde Fernández; Enriqueta García; Margarita Gil; Belén Sárraga de Ferrero; Ángel Aguarod; Alverico Perón; Gregorio Álvarez; Francisco Arqués; Alejandro Benisia (hijo); Víctor Budard; Tomás Campano Touzet; José Cembrano; Emi (seud.); M. T. Malcomer; José C. Fernández; Eugenio García Gonzalo; Garci-López (seud.); Joaquín Huelves Temprado; Miguel Gimeno Eito; Quintín López Gómez; Lontiquezpin (seud.); Luz (seud.); Víctor Melcior; Manuel Navarro Murillo; Fabián Palasí; Antonio Planas; Quilogo (seud.); José Rocamora; Salvador Sellés; Vizconde de Torres Solanot; Un Aficionado a la Filosofía (seud.).

Se imprime en el Establecimiento Tipográfico de La Ilustración, a cargo de Fidel Giró, C/ Valencia nº 311.

En 1897 la revista dispone de 32 páginas más 4 de cubierta, con un tamaño de 25 x 18 cm. Desde febrero se imprime en la Imprenta de Teodora Lozano, a cargo de Pablo Benedicto (Arco del Teatro nº 9, pasaje, Barcelona). A comienzos del año las oficinas de la revista se situaban en Calle Dou, nº 10, entresuelo, en junio pasan a la C/ Balmes, nº 150 piso 1, puerta 2, y en julio, si bien se mantiene en la misma dirección, cambian de local, pasando a ubicarse en piso bajo, derecha. Con el número del mes de octubre de este año los editores se ven obligados a suspenderla, forzados por la circunstancia de la falta de pago de los suscriptores, lo que hacía inviable la continuidad de la publicación, decisión que se explicaba en dicho número mediante una carta del administrador. Reaparecería nuevamente en el mes de julio de 1899, después de veinte meses de suspensión.

Los números correspondientes a agosto/septiembre y noviembre/diciembre de 1900,  así como los de enero/febrero de 1901 se publicaron juntos.

Los números 5 y 6, Año XXXI, correspondientes a noviembre y diciembre de 1900 (publicados juntos, como hemos dejado anotado), se componían de 16 páginas dedicadas a texto de la revista (21,5 x 15,5 cm), más otras 32 páginas en 8º que formaban el folleto titulado “Compendio Elemental de Espiritismo para Niños”, de  Daniel Grang. Asimismo, los números de enero/febrero de 1901 se componían de 16 páginas de texto para la revista y 32 páginas en 8º que formaban el folleto titulado “La Cuestión Social según el Espiritismo”, de Manuel Navarro Murillo.

A partir de enero de 1902, cuando entraba en su 33º año de existencia, la “Revista de Estudios Psicológicos” se refunde con otra significada publicación periódica espiritista, la revista «Luz y Unión», pasándose a llamar el nuevo periódico así surgido «Luz y Unión, Revista de Estudios Psicológicos». Aparece desde entonces el día 15 de cada mes, con suplemento el día 1º, constando de 32 páginas, más 4 de cubierta. En la dirección continuó Manuel Navarro Murillo.

Fueron directores de la revista, desde sus comienzos hasta su desaparición como publicación independiente, en este orden: José Mª Fernández Colavida; el  Vizconde de Torres Solanot; desde noviembre de 1896, Alverico Perón (Enrique Pastor y Bedoya); por un breve período ejercería esta función José C. Fernández, y finalmente Manuel Navarro Murillo.

Revista Espiritista de Barcelona Nº 1

REVOLUCIÓN, LA

Revista espiritista fundada y editada en Alicante. Hemos podido recoger información que habla de su existencia a partir de la segunda mitad del año 1890.

NOTA: No tenemos más datos.

(CONTINUARÁ)

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