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Archive for the ‘evolución de la vida’ Category

¿QUIERES HACER UN CURSO QUE PUEDE SER UN PUNTO DE INFLEXIÓN EN TU VIDA?: «EL CAMINO DE LA CONCIENCIA»

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Saludos fraternales a todos/as: ya está a vuestra disposición, para consulta o descarga, el Programa de Actividades Públicas del Grupo Espírita de La Palma correspondiente al mes Junio de 2017. Si clicáis en la pestaña superior denominada «Actividades Públicas», podéis acceder al Programa, el  cual está en formato PDF.

Quienes estén disposición de hacerlo y les apetezca, puede acompañarnos y participar en cualquiera de las actividades programadas acudiendo anuestra sede, ubicada en:

Av. Carlos Fco. Lorenzo Navarro, nº 69

Edificio Vizconde, 1º D

Los Llanos de Aridane – Isla de La Palma

CANARIAS

Nota: todas las actividades, como bien podéis ver en el Programa comienzan a las 19:30 horas.

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VIERNES 3 DE FEBRERO DE 2017: PROYECCIÓN DE UN DOCUMENTAL SOBRE LOS PODERES DE LA MENTE EN EL GRUPO ESPÍRITA DE LA PALMA

Apreciados amigos/as: os comunicamos que este próximo viernes día 3 de febrero de 2017, a partir de la 19:30 horas, proyectaremos en la sede social del Grupo Espírita de La Palma, el documental «Los Poderes de la Mente», a cuya finalización se establecerá un diálogo.

Esta proyección es parte del conjunto de actividades públicas del mes de Febrero 2017. En los próximos días tendréis a vuestra disposición el programa completo.

Os esperamos en:

Av. Carlos Fco. Lorenzo Navarro, nº 69

Edificio Vizconde, 1º D

Los Llanos de Aridane – Isla de La Palma

 

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cara-papini1Giovanni Papini (Florencia, 9 de enero de 1881 – íd. 8 de julio de 1956) publica en 1931 «Gog», primera obra de su autoría que alcanzaría renombre universal. En ella Papini hace una disección cruda y sin piedad de nuestra sociedad, exagerando hasta el máximo sus defectos para llamar más rudamente la atención sobre ellos. Junto con «El Libro Negro», reanudación de la «Gog» publicada 20 años más tarde, constituyen una antología de como una sociedad puede eludir los deberes a que la obligan las creencias que dicen profesar, refugiándose en la paradoja de cómo la sociedad se deja arrastrar por instintos que debería contener; de cómo la sociedad se convierte en sierva de los malos intereses que dice querer. Todo a través del fantástico diario de un no menos fantástico millonario yanqui, pretendido prototipo de la sociedad producto de la guerra del 14 y desencadenadora de la del 39, y prescindiendo deliberadamente del progreso real operado en la Humanidad.

La obra recoge las peripecias de Gog, su protagonista, un supuesto multimillonario hawaiano que el narrador encuentra en un manicomio, el cual le relata sus experiencias al viajar por el mundo. Su fortuna le permitirá encontrarse, entre otros, con personajes de la talla de Albert Einstein, Henry Ford, Sigmund Freud, Lenin, Edison, H.G. Wells o Ramón Gómez dela Serna.

El diálogo que insertamos refleja el encuentro imaginario entre Gog y Albert Einstein. Es absolutamente sugerente y revelador y nos lleva a preguntarnos profundamente qué es realmente el saber y,  finalmente, a cuestionarnos sobre la consistencia de aquello que creemos saber.

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«ALGO SE MUEVE»

Berlín, 30 de Abril

Einstein se ha resignado a recibirme porque le he hecho saber que le tenía reservada la suma de 100.000 marcos, con destino a la Universidad de Jerusalén (Monte Scopus).

Le encontré tocando el violín. Tiene, en efecto, una verdadera cabeza de músico. Al verme, dejó el arco y comenzó a interrogarme.

—¿Es usted matemático?

—No.

—¿Es físico?

—No.

—¿Es astrónomo?

—No.

—¿Es ingeniero?

—No.

—¿Es filósofo?

—No.

—¿Es músico?

—No.

—¿Es periodista?

—No.

– ¿Es israelita?

Tampoco.

—Entonces, ¿por qué desea tanto hablarme? ¿Y por qué ha hecho un donativo tan espléndido a la Universidad hebrea de Palestina?

—Soy un ignorante que desea instruirse y mi donativo no es más que un pretexto para ser admitido y escuchado.

Einstein me perforó con sus ojos negros de artista y pareció reflexionar.

—Le estoy agradecido por el donativo y por la confianza que tiene en mí. Debe convenir, sin embargo, que decirle algo de mis estudios es casi imposible si usted, como dice, no conoce ni las matemáticas ni la física. Yo estoy habituado a proceder con fórmulas que son incomprensibles para los no iniciados, y hasta entre los iniciados son poquísimos los que han conseguido comprenderlas de un modo perfecto. Tenga, pues, la bondad de excusarme…

—No puedo creer —contesté— que un hombre de genio no consiga explicarse con las palabras corrientes. Y mi ignorancia no está, sin embargo, tan absolutamente desprovista de intuición…

—Su modestia —repuso Einstein— y su buena voluntad merecen que haga violencia a mis costumbres. Si algún punto le parece oscuro, le ruego desde, ahora que me excuse. No le hablaré de las dos relatividades formuladas por mí: eso ya es una cosa vieja que puede encontrarse en centenares de libros.

Le diré algo sobre la dirección actual de mi pensamiento.

»Por naturaleza soy enemigo de las dualidades. Dos fenómenos o dos conceptos que parecen opuestos o diversos, me ofenden. Mi mente tiene un objeto máximo: suprimir las diferencias. Obrando así permanezco fiel al espíritu de la conciencia que, desde el tiempo de los griegos, ha aspirado siempre a la unidad. En la vida y en el arte, si se fija usted bien, ocurre lo mismo. El amor tiende a hacer de dos personas un solo ser. La poesía, con el uso perpetuo de la metáfora, que asimila objetos diversos, presupone la identidad de todas las cosas.

»En las ciencias este proceso de unificación ha realizado un paso gigantesco. La astronomía, desde el tiempo de Galileo y de Newton, se ha convertido en una parte de la física. Riemann, el verdadero creador de la geometría no euclídea, ha reducido la geometría clásica a la física; las investigaciones de Nernst y de Max Born han hecho de la química un capítulo de la física; y como Loeb ha reducido la biología a hechos químicos, es fácil deducir que incluso ésta no es, en el fondo, más que un párrafo de la física. Pero en la física existían, hasta hace poco tiempo, datos que parecían irreductibles, manifestaciones distintas de una entidad o de grupos de fenómenos. Como, por ejemplo, el tiempo y el espacio; la masa inerte y la masa pesada, esto es, sujeta a la gravitación; y los fenómenos eléctricos y los magnéticos, a su vez, diversos de los de la luz. En estos últimos años estas manifestaciones se han desvanecido y estas distinciones han sido suprimidas. No solamente, como recordará, he demostrado que el espacio absoluto y el tiempo universal carecen de sentido, sino que he deducido que el espacio y el tiempo son aspectos indisolubles de una sola realidad. Desde hace mucho tiempo, Faraday había establecido la identidad de los fenómenos eléctricos y de los magnéticos, y más tarde, los experimentos de Maxwell y Lorenz han asimilado la luz el electromagnetismo. Permanecían, pues, opuestos, en la física moderna, sólo dos campos: el campo de la gravitación y el campo electromagnético.

Pero he conseguido, finalmente, demostrar que también éstos constituyen dos aspectos de una realidad única. Es mi último descubrimiento: la teoría del campo unitario. Ahora, espacio, tiempo, materia, energía, luz, electricidad, inercia, gravitación, no son más que nombres diversos de una misma homogénea actividad. Todas las ciencias se reducen a la física, y la física se puede ahora reducir a una sola fórmula. Esta fórmula, traducida al lenguaje vulgar, diría poco más o menos así: «Algo se mueve.»

Estas tres palabras son la síntesis última del pensamiento humano.

Einstein se debió de dar cuenta de la expresión de mi rostro, de mi estupor. — ¿Le sorprende —añadió— la aparente sencillez de este resultado supremo? ¿Millares de años de investigaciones y de teorías para llegar a una conclusión que parece un lugar común de la experiencia más vulgar?

Reconozco que no está del todo equivocado. Sin embargo, el esfuerzo de síntesis de tantos genios de la ciencia lleva a esto y a nada más: «Algo se mueve.» Al principio —dice san Juan— era el Verbo. Al principio — contesta Goethe— era la Acción. Al principio y al fin —digo yo— es el Movimiento. No podemos decir ni saber más. Si el fruto final del saber humano le parece una vulgarísima serba, la culpa no es mía. A fuerza de unificar es necesario obtener algo increíblemente sencillo.

Comprendí que Einstein no quería decir nada más. Sentía escrúpulos, indudablemente, de confiar los secretos auténticos de la ciencia a un extraño, a un profano. Porque yo no era tan ingenuo que pudiese creer que aquella fórmula trivial fuese verdaderamente el punto de llegada de tres siglos de pensamiento. Pero no quise mostrarme exigente e indiscreto. Entregué los cien mil marcos prometidos y me despedí, con todos los respetos, del célebre descubridor de la Relatividad.

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FUENTE: del libro  “Gog”, por Giovanni PAPINI.

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emerger a la luz

CÓMO GESTIONAR LAS GRANDES CRISIS EXISTENCIALES

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Capítulo 8 del libro Curación y Recuperación,titulado

«Gestión de Grandes Crisis»,del Dr. David R. Hawkins

docandteddyDr. David R. Hawkins (1927-2012)

Todos nosotros estamos asediados por las grandes crisis de la vida en un momento u otro, pero ¿cuántos de nosotros sabemos cómo manejar la muerte, un divorcio, una separación, la desfiguración, una lesión, los accidentes, las catástrofes y otros acontecimientos graves que dan lugar un agobio emocional? ¿Qué técnicas se pueden utilizar para manejar estas experiencias?

Nos referiremos de nuevo al Mapa de la Conciencia como un punto de referencia para comprender mejor la cuestión. Este Mapa es un modelo matemático que representa el ego humano, al ser (con “s” minúscula). Se incluyen los diversos niveles de la conciencia y sus nombres según la experiencia humana común de la vergüenza, la culpa, la apatía, el sufrimiento, el miedo, el deseo, la ira, el orgullo, el coraje, la voluntad, la aceptación, la razón, el amor y la alegría. A medida que avanzamos hacia la parte superior, nos acercamos más a la verdad. A medida que avanzamos hacia la parte inferior, estaremos cada vez más alejados de la verdad.

Imagen Mapa Escala de la Conciencia

El Mapa muestra unos números que indican la energía o poder relativo de los distintos niveles. Por ejemplo, la Apatía es mucho menos poderosa que el Miedo. El Miedo tiene mucha menos energía que el Coraje, y la Neutralidad tiene menos energía que el Amor. El poder relativo de estas diferentes posiciones refleja diferentes puntos de vista.

Como se mencionó anteriormente, las flechas por debajo del Coraje apuntan hacia abajo, indicando que el efecto es destructivo, no compatible con la vida y en violación de la verdad. En el nivel de la Verdad, que se indica como Coraje, las flechas están en punto neutral. Después, apuntan hacia arriba a medida que avanzamos hacia las áreas de la amorosidad, indicando que esos campos de energía nutren y apoyan la vida y están alineados con la verdad.

En el momento de una experiencia catastrófica aguda, la vida se convierte abruptamente en una pesadilla y uno de repente se siente abrumado por una tormenta emocional. Sin embargo, se disponen de técnicas para manejar estos acontecimientos agudos, para acortar su duración, para aliviar el dolor y el sufrimiento, y para reducir el estrés al mínimo.

Todas estas experiencias importantes de la vida tienen algo en común, ya que todas ellas representan una grave pérdida catastrófica para la mente y una amenaza para la supervivencia. Ellas indican un cambio importante y tienen en común el sentimiento de impotencia debido a su firmeza y permanencia. La mente percibe que está parada y no puede hacer nada al respecto. Es este fenómeno de la permanencia, de estar detenido, que uno es impotente y no puede cambiar el suceso, lo que contribuye a la intensidad de la alteración aguda. Cómo manejemos la situación dependerá de la orientación de uno hacia el tema y su conocimiento de todo el campo de la conciencia.

Todas estas experiencias desatan una tormenta de sentimientos negativos, tales como el shock, la incredulidad, la negación, la ira, la tensión, el sentimiento de culpa, el resentimiento, el estar deshecho o abandonado, la rabia contra Dios y uno mismo, la auto-compasión, la rabia contra el mundo, y la rabia en la familia. Todas estas emociones negativas salen a la superficie y vienen a la vez, a veces en una secuencia, y otras veces combinadas, pero en general, se da un agobio masivo de las emociones negativas de la separación, la pérdida, y la intensidad de toda la experiencia en general.

En primer lugar está la secuencia de shock y luego el resentimiento, la incredulidad y el enfado. La secuenciación de estas emociones varía de experiencia a experiencia y de persona a persona. La secuencia exacta es irrelevante; lo importante es que desatan toda la parte inferior del Mapa de la Conciencia.

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Los campos de energía en la parte inferior del Mapa están en dirección negativa, y cuando uno de estos campos de energía se fortalece, tiende a arrastrar con él al resto hacia abajo, por debajo del nivel 200. El dolor por la pérdida luego parece traer la culpa con él, junto con la sensación de desesperanza, miedo al futuro, deseo de cambiar todo el suceso e ira. Todo el campo de energía negativa se desata en una gigantesca emergencia. El problema es realmente el de estar desorganizado por el desencadenamiento masivo de energías.

La mente trata de usar la razón para manejar estas energías. Trata de pensar en la manera de salir del dilema y busca explicaciones y razones. La mente no puede tener éxito en esto porque el campo de energía agobiante es tan masivo, que los pensamientos se convierten realmente en un reflejo de la negatividad del campo, por lo que los propios pensamientos se vuelven negativos.

Otra característica común a todas estas experiencias es que todas ellas están en la parte superior de las escalas de calificación del estrés en la vida, que numéricamente tasa el grado de estrés de ciertos acontecimientos de la vida del cero al cien. Los mencionados anteriormente se encuentran en la parte superior de la lista. La muerte de un cónyuge, un hijo o un familiar, junto con el divorcio, se encuentran en la parte superior de esa escala, por lo que son todas ellas las máximas catástrofes que podemos enfrentar en nuestra experiencia de vida en general. El problema a explorar es cómo convertirlas en agudas ganancias, cómo maximizarlas y cómo usarlas como trampolín para grandes saltos en la conciencia.

Es necesario revisar de nuevo la conciencia en sí misma y la relación entre cuerpo, mente y espíritu. ¿Cuál es la naturaleza exacta de esa relación y cómo puede ayudarnos a aprender cómo manejar las grandes crisis? Como se mencionó anteriormente, el cuerpo es incapaz de experimentarse a sí mismo. El cuerpo en realidad es insensible. Sabemos dónde está el cuerpo debido a las sensaciones. No experimentamos el cuerpo, sino que experimentamos las sensaciones del cuerpo. Las sensaciones, en sí mismas, no tienen forma de ser experimentadas, sino que tienen que ser experimentadas en algo mayor que ellas mismas, lo cual está en la mente. Nuestra consciencia de lo que está sucediendo en el cuerpo se debe a lo que se está informando y experimentando en la mente.

La mente no tiene la capacidad de experimentarse a sí misma. Esta parece una idea chocante, pero la memoria no puede experimentar su propia memoridad, un pensamiento no puede experimentar su propia pensatividad, y los sentimientos no pueden experimentar sus propias sensaciones. Esto se debe a que tienen que ser experimentados en algo mayor que la mente, lo cual es la conciencia en sí misma. Debido a la conciencia, uno se da cuenta de lo que está pasando en la mente. La Mente luego informa de lo que está pasando con las sensaciones y las sensaciones informan lo que está pasando con el cuerpo. Por lo tanto, se experimenta a varios niveles de extracción del cuerpo en sí. En consonancia con esto, la conciencia misma es incapaz de experimentarse realmente a sí misma. Es debido al campo de energía de la consciencia que somos capaces de saber lo que está pasando en la conciencia. Ella informa lo que está pasando en las sensaciones y luego informa de lo que está pasando en el cuerpo. Por lo tanto, donde experimentamos las experiencias está considerablemente apartado del propio cuerpo físico en sí.

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Debido a que el experimentar está pasando dentro de la conciencia, podemos abordar la solución de los problemas humanos directamente dentro del campo de la conciencia, acortándolos con ello eficazmente y aliviando la intensidad del dolor y del sufrimiento, logrando un resultado mucho más eficaz. Los resultados de esta técnica y enfoque se han demostrado en el manejo del dolor físico, la enfermedad, el sufrimiento, la depresión, la ansiedad y el miedo. La misma técnica funcionará en el encuentro con estas emergencias catastróficas emocionales agudas, desde donde auténticamente vives este experimentar de la propia experiencia.

Una persona piensa: «Bueno, vivo en el mundo, estoy experimentando el mundo», pero lo que realmente está siendo registrado es la propia experiencia de esa experiencia (por ejemplo, el “experimentador”). Podemos manejar cualquier cosa si nos dirigimos exactamente por este enfoque. Si nos centramos en donde estamos experimentando la experiencia, podemos manejar las cosas con precisión. En unos momentos y minutos, podemos manejar cosas que nos llevarían semanas, meses, años y, de hecho, incluso toda la vida. Podemos manejar en una hora algo que los demás no han sido capaces de manejar ni siquiera en el curso de toda su vida. Sabemos de personas que han experimentado estos eventos catastróficos en la vida temprana, y cuando las vemos con una edad mayor todavía no han terminado para ellas. El resentimiento, la amargura, la ira, la desilusión, la rabia y las decisiones importantes surgen de esos sentimientos negativos que se mantienen en la persona cincuenta años después. Es como si pensara que el suceso hubiera ocurrido ayer; sigue sin cicatrizar ni deshacerse, y como si el conocimiento de cómo manejar lo abrumador no estuviera disponible para ellos.

Vamos a relatar cómo manejar lo abrumador en el nivel en que está siendo experimentado. Observemos el campo de la vivencia para ser conscientes de dónde lo experimentado está sucediendo. Esto no está sucediendo en el mundo, a los pies de uno, ni en el estómago. Está sucediendo en la conciencia. A medida que examinas donde experimentas la experiencia, encontrarás que es en todas partes. No experimentas las cosas en un punto focal; es decir, en un sistema de creencias de la mente. Por ejemplo, le pido a alguien que sea consciente de esto: «¿Dónde experimentas lo que piensas?» Por costumbre la persona apunta hacia la cabeza y dice: «Aquí». Ese es un sistema de creencias, los pensamientos sobre los propios pensamientos. Uno piensa que sus pensamientos están en su cabeza, pero eso es sólo un pensamiento. ¿Dónde puede uno realmente pensar que las ideas en las que cree se piensan en la cabeza? A medida que uno realmente considera esto con un poco de contemplación y reflexión, verá que la vivencia real es difusa y pasa en todas partes. Uno no puede poner su dedo en un lugar en particular donde la experiencia está sucediendo. Es a la vez en todas partes y en ninguna.
Trabajar en este punto revela algo sorprendente que hace este tipo de trabajo preciso. Lo sé porque he trabajado en él clínicamente durante más de cincuenta años, y porque ha sido así a través de la mayor parte de las grandes crisis de mi vida. De hecho, hace unos años, pasé por una media docena de ellas y voy a compartir mi experiencia de la verdad de estas cosas, porque uno puede experimentar todo esto en uno mismo.

Es sorprendente que la única cosa que se gestiona en estos sucesos catastróficos agudos, es la energía de las propias emociones. Si nos fijamos en la experiencia, vemos que el problema no es el suceso acaecido o lo que creamos que pasó en el mundo, sino la manera cómo nos sentimos al respecto. ¿A quién le importan los hechos? No significan nada en sí y por sí mismos. Es nuestra propia reacción emocional a los hechos lo que importa. El hecho es sólo un hecho, una ‘nada’. Cómo nos sintamos con el hecho es, por tanto, la única cosa que realmente siempre tendremos que manejar en relación a los acontecimientos de la vida.

Nuestros sentimientos provienen de nuestras actitudes y creencias, nuestra forma de estar con ellas y la forma en que nos vemos a nosotros mismos en el mundo, dando así variedad a las emociones. Sin embargo, en un estado de agobio, el problema es el de gestionar sólo la propia energía emocional. Realmente ni siquiera tenemos que manejar las emociones, tan sólo la energía de las emociones. «Sí», dice uno, «pero, ¿qué pasa con los acontecimientos externos? ¿Qué voy a hacer ahora sin dinero? ¿Qué voy a hacer sin mi marido?», y así sucesivamente. Sorprendentemente, los acontecimientos son muy fáciles de gestionar. No hay ninguna catástrofe aguda. Los hechos en sí son en realidad gestionados de forma mecánica una vez que los sentimientos se dejan de lado.

Puede haber cierta resistencia, resentimiento, o arrepentimiento, pero estas son cosas de menor importancia. El manejo de los problemas reales en el mundo de los fenómenos en la vida diaria es, por el contrario, mucho más fácil. Ellos no son el verdadero problema. Los pensamientos que están empezando a salir del campo de energía de las emociones negativas parecen catastróficos, sin esperanza, insoportables e insuperables. Una vez que una persona ve la otra cara, la vida se ajusta por sí misma. Otra cosa viene a llenar el vacío, y la vida continúa hacia adelante. Esas cuestiones fueron fáciles de resolver una vez las emociones se apartaron del camino.

La vida presenta las soluciones a todos los problemas. La necesidad es la madre de la invención, por lo que cualquier dilema que aparezca en la vida de uno se resolverá por sí mismo, y la energía de la vida se reanuda. La vida sigue hacia delante sin importar lo grave que parezca la catástrofe en ese momento. Por lo tanto, el problema no está manejando el suceso “de fuera» o las circunstancias de la vida, ya que ellas se encargarán de sí mismas. Por lo general, los parientes o amigos íntimos se encargarán de la situación de la persona que esté afectada y abrumada. El problema es el manejo de las energías cuando surgen.

Cuando uno de estos grandes campos de energía negativa comienza a desbocarse, tiende a arrastrar al resto con ello. Es raro que una experiencia solo sea de sufrimiento. La culpa se asocia casi siempre con él al culparse uno mismo. Puede adoptar la forma de preguntas como, por ejemplo, “¿por qué no vi como me di la vuelta?” “¿Por qué no me amarré?” “¿Por qué no la llevé al médico antes? Tal vez podríamos haber curado su cáncer”. “¿Por qué no aposté por ese caballo?” Hay una especie de retrospectiva de auto- recriminación. También se da la apatía y la desesperanza, “la vida es inútil”; la vida parece no tener esperanza. Parece que nunca vamos a ser felices otra vez. Es como si la fuente de la felicidad hubiera dejado la vida de uno. Por supuesto, el dolor es natural a la pérdida. Y luego están los miedos que surgen, ¿cómo voy a vivir sin lo que sea que he perdido?

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El constante e incesante deseo nos vuelve locos al intentar cambiarlo. ¿Qué podemos hacer? Se da una negociación, el tratar de manipular, el discutir y el hacer tratos con Dios: «Oh Dios, si tan sólo me dejas tal y cual cosa viva, haré esto y lo otro.» Luego está la ira, la rabia contra la vida y la naturaleza de la vida y la ira que se desplaza hacia la gente de tu vida, es culpa de “alguien”. Todas estas energías negativas suelen desatarse a la vez y, momento a momento, una u otra puede ser dominante. Al mismo tiempo, la mente se retorcía salvajemente, tratando de llegar a explicaciones, tratando de averiguarlo, y se ve inundada por un desbordamiento de energía. El problema es que la energía es demasiada para que la mente la procese. Se desorganiza, la adrenalina y las hormonas del estrés biológico abruman, y ese estrés agudo lanza a la persona al estado de emergencia aguda en la conciencia misma.

Los problemas no son tratados en el nivel en el que parecen estar ocurriendo, sino en el siguiente nivel de energía más elevado. Una energía más elevada significa mayor poder. Cuando trato con ella, se manejan automáticamente, lo cual no es posible en los niveles inferiores. Todo lo que tenemos que manejar son las energías de lo abrumador de lo emocional. ¿Le parece sorprendente escuchar a un psiquiatra decir esto? La mayoría de la gente espera de un psiquiatra que comience a hablar de la psicología, de la intrincada relación entre la persona y de los acontecimientos y lo que significan simbólicamente, es decir, los componentes psicológicos.

En este caso, vamos a pasar por alto todo eso y en su lugar haremos frente a la energía que las emociones liberan, lo que para la psicología puede ser indiferente. Hay una masiva liberación de las emociones negativas y es apropiado hacer frente a la energía de aquellas emociones. Una técnica muy eficaz a utilizar es ignorar los pensamientos, que la mente nunca descifra porque no tiene la capacidad de hacerlo. Se encuentra en un estado abrumador masivo. Los temas son extraordinariamente complejos, se necesitaría toda una vida para desentrañar si una persona realmente quería saber el significado de todas y cada una de las contribuciones de todos los niveles del propio ser psicológico al significado total de las experiencias. No es necesario hacer eso, y es una cosa muy buena no hacerlo. La persona sólo tiene que entrar en el sentimiento en sí mismo.

Observe que la primera sensación se siente de una manera general, y que hay una energía por debajo de ella. Es como si la conciencia trabajara de esta manera, como si hubiera un cuerpo difuso de energía que realmente no tiene nombre. Se podría llamar la energía de la emotividad, la energía tras los sentimientos. Dado un momento en el tiempo, esta energía difusa, sin nombre, comienza a tomar la forma de, por ejemplo, sufrimiento, ira, rabia, indignación, autocompasión o celos. Este campo emocional en un principio era difuso y sin forma, pero ahora se asemeja a la forma del sufrimiento, pero también hay algo de miedo e ira en él. Es la energía de la emotividad en general.

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Cuando se administra una fracción de segundo más, se necesitará una mayor forma de miedo específico, por ejemplo. «¿Cómo voy a vivir ahora sin dinero o sin algo?» El miedo comienza a tomar forma, y entonces los pensamientos comienzan a surgir de la emoción específica de miedo. Es como una secuencia de acontecimientos y un océano de energía suprimida.

Aprenderemos a descomprimir eso. Si uno puede desconectar el fusible y tirar del enchufe, entonces estás desconectado de toda la experiencia y te deja en un estado interior de paz.

Será de gran ayuda que puedas aceptar el hecho de que no tienes que hacer nada respecto a los acontecimientos externos o, incluso, a lo que figura estar pasando fuera. Una persona no puede hacer ningún progreso observando los pensamientos porque son interminables. No vas a avanzar mucho manejando el problema observando la emoción específica, pero habrá un efecto muy profundo si te permites a ti mismo centrarte en la energía que hay por debajo del malestar. A medida que uno se engancha a una experiencia cada vez más incipiente y más incipiente, te darás cuenta de que la energía es difusa y casi sin nombre. Es como un recipiente de gas a presión que busca liberarse. Su energía se ha ido acumulando durante toda la vida y ahora tiene una salida. El evento que ha pasado en la vida ha abierto las compuertas, las rejas, las puertas, y ahora este contenedor de energía emocional comprimida y suprimida, está utilizando esta oportunidad para escapar. Una vez que las puertas del granero se han abierto, todos los animales salen corriendo.

¿Cómo se puede salir de esa vía de animales corriendo? Uno no puede, sin embargo la experiencia puede ser cortada rápidamente al aceptar el hecho de que no puedes escapar de ella. Al tratar de escapar sólo la prolongarás. La mente tratará de averiguar la manera de escapar de la energía emocional como si eso fuera a reducir el dolor; pero el dolor, en realidad, proviene de la resistencia a la experiencia. Para hacer frente a esto, uno simplemente se sienta y deja de resistirla, eligiendo en su lugar estar con ella. Cuanto antes uno se abre a ella, antes la energía se suelta y más rápidamente la experiencia terminará. Todo esto puede ser entregado en lugar de permitir que sea arrastrado interminablemente, agónicamente, por horas, días, semanas, meses, años o, incluso, toda la vida.

Recuerde que dijimos que cuando alguien tiene una lesión aguda, como una quemadura en la mano, si lo dejara todo y utilizara este mismo método del dejar ir el resistir, de sólo abrir la puerta y darle la bienvenida y decir: «De hecho, quiero más de lo mismo», más de la energía de esa experiencia, y si ignora lo que sucede en la mente, si ignora los pensamientos pero permite la experiencia del campo de energía, la mente dirá: «Bueno, estoy experimentando sufrimiento.» Eso es una etiqueta, por lo que diremos que todos los pensamientos son etiquetas y no tienen realidad, en realidad, ninguna de estas cosas existen. Si muere un ser querido, la mente dice automáticamente «duelo», lo cual es una etiqueta. Debido a que la mente tiene poder sobre las emociones y la capacidad de darles forma, la creencia de que perder a alguien causa pena da forma a la emoción. El campo de energía de las emociones no tiene en realidad forma, salvo cuando uno insiste en que es sufrimiento, entonces toma la forma del sufrimiento. Si a alguien le ponen un arma en la cabeza, estamos naturalmente convencidos en opinar que esto requiere miedo; por lo tanto, la misma energía ahora asume una forma algo diferente llamada «miedo».

Es preferible disminuir la forma del campo de energía y dejar de etiquetarla como algo. No le decimos a nadie: «¿Sabes?, voy a tener dolor; estoy pasando miedo, estoy pasando por una sorpresa.» Un “malestar”’ está más cerca de la verdad. Es un término general, ya que es muy difícil decir cuál es la emoción en un malestar agudo. En un principio, por lo general, se experimenta una sensación de shock, entumecimiento e incredulidad de que esto pudiera haber sucedido. Ese es el momento para comenzar esta práctica. La persona está preparada si conoce la técnica de antemano.

Hace varios años pasé por una experiencia parecida y de inmediato comencé a dejar ir el resistir la experiencia. Constantemente cancelé los pensamientos. Por ejemplo, la pérdida parecía para siempre, para toda la vida. No es la pérdida del tiempo de vida lo que es el problema, es la energía de la emoción que surge de ella. Una vez que la energía de la emoción sobre la pérdida se disipa, se convierte en una especie de: «¿Y qué?» El problema es la emotividad catastrófica aguda, por lo que sólo hay que estar con ella. La técnica consiste en dejarse experimentarla. De hecho, para superarla en un apuro, ¡simplemente pide más! Dígase a sí mismo: «Quiero más de lo mismo; quiero más de lo mismo.»

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Finalmente podemos ver que se trata de una gran oportunidad. La causa de todo dolor y sufrimiento es la acumulación de este campo de energía comprimido, y los acontecimientos de la vida nos dan una excusa. Se abren las puertas para que nos permitamos a nosotros mismos sentirnos parte de ella. Por ejemplo, alguien golpea el guardabarros de nuestro coche. Toda la rabia contenida que hemos acumulado a lo largo de nuestra vida ahora tiene una excusa para salir. Se pone furiosa por el guardabarros abollado, se molesta y se dirige hacia la autocompasión y la culpabilidad. Los acontecimientos de la vida son las excusas para dejar ir la energía comprimida. Debido a que se hace insoportable, la mente encuentra una manera de descargarla que sea aceptable para nosotros.

Una persona que esté familiarizada con esto sentirá la energía comprimida y empezará a liberarla sin esperar que la mente cree una excusa que justifique su puesta en libertad. La mente más sofisticada no precisa de un acontecimiento externo para entregar su enfado. Sólo sabe que está construyendo algún enfado contenido, se sienta y dice: «Debería ver mejor esto.» A continuación comienza a soltar esta energía antes de que la mente consiga rodearlo y cree algo “ahí fuera” para aliviar sus necesidades. Es como si los acontecimientos de nuestras vidas fueran casi como válvulas de seguridad o alivio, proporcionando una manera de descomprimir este depósito de energía.

La técnica es la descompresión. Es observar la energía a medida que está siendo experimentada. Nosotros no tenemos que manejar los pensamientos o los problemas que la mente crea en torno a este caso particular. Cuando una persona observe cualquier experiencia vital, vean qué viven dentro de sus sentimientos al respecto. El acontecimiento vital en sí, realmente es una “nada”. Por la mañana puede parecer catastrófico, pero al mediodía podría ser divertido. El acontecimiento no ha cambiado en absoluto. El guardabarros abollado, en el momento en que sucede pudo ser un desastre indignante. En cuanto pensamos en ello, empezamos a sentir culpa. Sabemos muy bien que reaccionamos un poco demasiado bruscamente. Tal vez una hora más tarde nos sentimos mal por el otro chico, porque ahora él tiene un problema con el seguro. Nos damos cuenta de que realmente no fue su culpa, y tenemos el deseo de hacer las paces con él. Ahora estamos teniendo sentimientos de culpa y culpabilidad contra nosotros mismos de nuevo. Entonces nos ponemos a pensar todo de nuevo, y ahora regresamos a la rabia. Vemos que la estamos viviendo. ¿Vivimos con un guardabarros abollado? El hecho es que nunca realmente vivimos con un guardabarros abollado, sólo vivimos nuestra propia experiencia interna de eso. Cómo estemos con ello, así lo estaremos experimentando. Las personas nunca experimentan los guardabarros abollados en su vida, sólo sus emociones sobre ellos.

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Cuando lo observamos desde esta perspectiva, no es tan malo ni tan abrumador. Lo único que siempre vamos a tener que manejar es la misma energía, la sutil, la sensación interior, y luego dejar de resistirnos a ella, renunciar a ella y darle la bienvenida. Decir sí a entregar su energía. Después de hacer esto durante unos minutos, o tal vez incluso una hora (depende de lo hábil que uno sea (algunas personas lo consiguen de inmediato y algunas necesitan un poco de práctica), una persona se queda donde está y ya no tiene, incluso, que manipular o experimentar las emociones como tales. Lo que fue miedo desapareció y ya no se siente como miedo por más tiempo. La ira ya no es sentida como enfado; la culpa ya no es sentida como culpabilidad per se. La emoción que era sentida como abrumadora, proveniente del flujo de una energía negativa es, en realidad, genérica y sin nombre.

Cuando dejamos de nombrar, de etiquetar o llamar a la energía de algún modo, ya no tenemos que manejarla. Cuando dejamos de poner las construcciones e interpretaciones de la mente en ello, cuando nos desprendemos del querer hacer las cosas “bien” o “mal”, o de los acontecimientos, o del equivocarnos nosotros mismos, cuando nos permitimos omitir todo esto, entonces conseguimos sentir todo ello y ver que tenemos que manejar todo eso. Nosotros no tenemos que manejar el pensamiento ni, incluso, las emociones de ello. Todo lo que tenemos que hacer es manejar la misma energía próxima.

¿Podemos hacer eso? Sí, podemos, porque lo estamos haciendo todo el tiempo de todos modos. Es una técnica más efectiva que el ir corriendo frenéticamente alrededor, en nuestra mente, tratando de resolverlo, o ir corriendo al interior de nuestras sensaciones y tratar de manejar las emociones catastróficas, ya que, al mismo tiempo, este dejar ir del campo de energía, está sucediendo de todas formas.

Es útil tomar conciencia de ello para cortar la confusión y conseguir enderezar el punto esencial de lo que es eficaz. Tratar los pensamientos y los acontecimientos con toda la razón, la lógica, averiguarlos y hacer frente a toda la indagación de los significados psicológicos es entretenido, pero completamente ineficaz. Es una pérdida de tiempo y energía y realmente retrasa la recuperación.

La curación de una quemadura aguda en la mano lleva sólo unos segundos. ¿Cuánto tiempo llevaría el detener el sangrado si nos hemos cortado un dedo? De hecho lleva unos segundos. Por ejemplo, cuando sin querer me corté el pulgar, al instante utilicé esta técnica, y el pulgar sangró exactamente ocho gotas. Entregar el dolor y dejar de resistir la abrumadora catástrofe, permitió que el sangrado se detuviera instantáneamente.

Aquellas personas que han probado esta técnica, han tenido la misma experiencia en el nivel físico, lo que demuestra la verdad de esto. Se puede hacer con cualquier emoción. Uno se mete en la emoción, luego pasa la emoción y dejas de llamarla de ninguna forma. Uno se pone en contacto con la energía genérica de lo que está viniendo. Parece venir derecha a través del plexo solar, o parece estar en todas partes. Uno va a recto a donde la vivencia está siendo experimentada. Uno tiene que usar un poco la disciplina con la mente y negarse a tener la mente engaña por uno mismo. La persona dice: «Bueno, estoy experimentando la muerte de esa persona en el exterior.» Uno no está experimentando el “exterior», estás experimentando el “aquí”. ¿Dónde está eso? Es el mismo lugar donde uno siempre experimenta la experiencia, en la sensación del ser.

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El único problema son los propios sentimientos. El verdadero problema no es en realidad la muerte de alguien “de ahí fuera”, es que la persona esté en contra de la energía de los propios sentimientos, el abrumarse por esa energía. Si uno dirige su atención y se centra en ello con precisión, aborta lo que podría ser una experiencia prolongada y muy dolorosa, llevándola a un final abrupto.

¿Qué pasa si seguimos dejando ir esta energía? ¿Qué pasa si le damos la bienvenida? ¿Y si le decimos: «Qué oportunidad para descomprimir todo esto»? ¿Cuál sería entonces la experiencia? Será relativamente corta en comparación a como lo sería con un estado ordinario de conciencia. De repente, el campo de energía se detiene. Es como cuando el indicador de presión de la cámara de compresión llega a un cierto punto y detiene el flujo de entrada, entonces experimentamos un estado de paz. Nada más salir de una catástrofe grave aparecen estados de paz profunda. Si alguien ha pasado por esto, entenderá lo que se quiere decir aquí. El núcleo del alivio es el entregar la energía a gran profundidad.

De repente, toda la agonía se detiene y en su lugar hay casi un silencio, una presencia infinita, un estado infinito de paz, algo que puede ser mayor que cualquier experiencia que una persona haya tenido en su vida anterior. No son los mismos cuando salen por el otro lado. A partir de entonces, son más ligeros, más libres y menos sujetos al dolor de su propia experiencia emocional.

Clínicamente lo que suele ocurrir es que la persona ahora suspira de alivio. Se dan cuenta de que la vida va a continuar y que pueden vivir con ello. Por malo que pareciera, de alguna manera pueden sobrevivir. La paz continúa durante un período de tiempo variable, y luego una ola de emotividad regresa. Tiende a regresar en oleadas, con períodos de alivio entre medias. Cuando la ola regresa, le dan la bienvenida de nuevo y tratan de liberar la mayor cantidad de presión que puedan, antes de que la válvula se cierre de nuevo. Le dan la bienvenida como una oportunidad muy valiosa, y ya que puede que no ocurra muchas veces en la vida, es algo a ser atesorado. El valor de ello llega sólo cuando una persona está realmente en el otro lado de la experiencia y puede mirar hacia atrás con la sabiduría que ha ganado y comprende que la mente no va a ser de ninguna ayuda real en la experiencia. Esto se debe a que la mente mira en la dirección equivocada y dice: «Si pudiera cambiar las circunstancias del suceso exterior, entonces me sentiría bien.» Hay algunos buenos ejemplos clínicos de eso.

Hubo el caso de una mujer que recibió un telegrama diciendo que su hijo había muerto en Vietnam. Como resultado, ella dejó de hablar, se sentó en una mecedora cerca de una ventana, y siguió meciéndose hacia adelante y hacia atrás, mirando aturdida por la ventana. Estaba en el estado llamado apatía, con una pérdida completa de energía. El mundo parecía desesperado y, para ella, Dios estaba muerto. Se mecía hacia atrás y hacia adelante en este estado de desesperanza, no respondiendo verbalmente a su familia. Se negaba a comer, y apenas dormía algunas siestas, tal vez, durante la noche; tan sólo se quedaba mirando fijamente por la ventana en un estado de apatía total. Encontramos que ciertos cambios habían tenido lugar en la química de su cerebro como resultado de esto, y algunos neurotransmisores estaban agotados.

Mientras tanto, la familia no sabía qué hacer y estaba muy perturbada. Unos diez días después, la familia recibió otro telegrama del Departamento de Defensa de EE.UU. diciendo que todo era un error, y que su hijo no había muerto en acción, que era otro militar con el mismo nombre y un número de identificación que tan sólo difería en un dígito, había habido un error informático. La familia le dijo a la mujer: «Madre, madre, ¡que no está muerto!» Ella continuó meciéndose en la mecedora, mirando fijamente por la ventana, como si ni siquiera los oyera.

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Por lo tanto, el cambio de las circunstancias del mundo exterior no necesariamente va a cambiar el malestar, porque este ha iniciado ya un proceso. Es el proceso lo que ha de ser manejado. Los acontecimientos externos no tienen que ser aceptados, porque eso es justo lo que no podemos hacer. No podemos aceptar las circunstancias que han ocurrido en nuestra vida. Lo que podemos hacer es aceptar y entregarnos al hecho de que hay que hacer de tripas corazón y estar en esa situación en estos momentos. Por ejemplo, si nuestra pierna está atrapada en una trampa para osos y no hay manera de salir, nos entregamos a la experimentación, la necesidad de sentarnos en ella, enfrentarla, manejarla, y entregase a la vivencia de la experiencia con las técnicas que ya presentamos.

Para ser eficaces, uno presta poca atención a la mente, porque la mente realmente no tiene ninguna solución para el problema. La mente dice: «Si tan sólo pudiéramos cambiar las circunstancias externas.» De aquí es de donde provienen a menudo las experiencias de la gente con la oración. Sin saber por qué orar, puede llevarles a la amargura el estar rezando en una dirección equivocada. Muy a menudo la oración se dirige en la dirección de «Por favor, deshaz esto; por favor trae de nuevo la alegría a mi vida; por favor devuélveme mi pulgar; por favor cambia lo que está pasando ahí fuera.» La oración, en este sentido, es muy probable que sea ineficaz, porque la forma de la oración es como: «Querido Dios, por favor, déjame ser unos 30 centímetros más alto.» ¿El problema es de Dios, o el problema es de la falta de comprensión acerca de cómo orar?

En estos momentos, la oración podría ser: «Por favor estate conmigo; enséñame a entregarme y manejar esta experiencia», y pide la percepción consciente de la Presencia de Dios. Estaríamos pidiéndole a Dios que asumiera la experimentación en lugar de nosotros. Curiosamente, a medida que seguimos entregando la vivencia de la experiencia, a medida que dejamos de resistirla y etiquetarla, estamos progresivamente entregándola.
Hemos de rechazar la atracción a prestar atención a la reflexión y al “hacer algo” exterior para tratar de cambiar la situación. Entonces surge la voluntad de entregar el etiquetar y hacer que la energía emocional tome forma. La total entrega a la propia energía, nos lleva al estado interior a medida que conseguimos profundizar en la entrega de que algo se está experimentando, y que algo está manejando la vivencia de la experiencia por nosotros. Es como si el yo personal ahora se retirara, y lo único que podemos decir es que la energía está siendo manejada.

Los que rezan en esa dirección se vuelven conscientes de lo que está manejando la experiencia, ya que a medida que uno se interna en la entrega de la experiencia, te das cuenta de que está siendo manejada. Es como si algún campo de energía, algún modo infinito de existencia, algún aspecto del ser, lo estuviera manejando. Entonces viene la sorprendente realización de que uno nunca lo manejó en absoluto; para empezar, era una especie de ilusión que estaba proyectándome a mí mismo en ella dándole forma, y la identificación con lo que estaba causando el dolor. El dolor proviene de la resistencia y la insistencia en que el yo personal y todos sus aspectos tienen que ser manejados, que tiene que hacer algo respecto de la experiencia exterior – demandar a alguien, cambiar la casa o mudarse a un lugar diferente- a medida que se entrega a sus pensamientos. Se entrega el querer controlarlo y cambiarlo. Se entrega a la experiencia interior y, finalmente, lo ve como un gran regalo, pero sólo cuando se sale al otro lado.

Para aquellos que están alineados conscientemente en su vida con el trabajo espiritual: ¿Qué aspecto del trabajo espiritual buscas? ¿Qué opinas del trabajo espiritual? ¿Cuál es la naturaleza de lo que usted llama espiritual, o conciencia, o tratar con su inconsciente o su súper-consciente? ¿Qué es lo que le parece a usted?

Algunas personas han pasado muchos años diciendo que veían a una persona de rodillas y rezando, o veían a la persona en la iglesia. Ellos ven a una persona en una reunión donde todos están tomados de la mano y diciendo «Om», y que ven la luz en el centro del círculo. Se imaginan a sí mismos sentados con un libro y estudiando hasta la medianoche o hasta la una de la madrugada. Se ven a sí mismos escuchando cintas de audio de muy conocidos oradores espirituales, o se ven a sí mismos en las convocatorias de “cuerpo, mente y espíritu», o en servicios de curación. Este es todo el panorama de lo que la mente abarca y llama “trabajo espiritual”.

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Cuando nos enfrentamos a una crisis vital, sin embargo, no parece trabajo “espiritual”. El trabajo espiritual es descrito como el estudio de un libro de texto, mirar la foto de un gurú, y cantar canciones. Luego se produce una catástrofe aguda, y el trabajo espiritual se pasa por alto. Luego se reanuda, después de haber manejado las diversas situaciones de emergencia y las tareas de uno en la vida.

Es como si en realidad no viéramos la esencia del trabajo espiritual. No vemos que el trabajo espiritual nos lleva a estas crisis agudas, nos lleva a ellas, y que son una oportunidad. Aquí es donde el trabajo espiritual está sucediendo. Lo otro era una preparación, una recopilación de información y experiencias, decidir la dirección y acumular conocimiento espiritual. Entonces, de repente, llega el momento de la verdad, el momento de hacerlo.

Hay gente que ha estado en el trabajo espiritual y en círculos metafísicos durante muchos años, y nada cambia en sus vidas. Tienen las mismas enfermedades y problemas, su vida personal es la misma. No han tenido ninguna de las experiencias de la verdad interior de las que oyen hablar, ¿y por qué es esto así? Cuando la vida nos brinda una oportunidad de oro, ese es el momento de realizar el verdadero conocimiento espiritual. Es el momento de la transformación, el momento de dar ese salto de conciencia. Esos son los momentos de oro.

Las catástrofes agudas son los momentos en los que hacemos grandes saltos, cuando nos enfrentamos a ellos directa y fijamente, y decimos: «No voy a desviarme de este trabajo espiritual.» Ahora estamos realmente confrontados a un verdadero trabajo espiritual. No es como leer unas frases que suenan agradables en un libro o el mirar algunas fotos felices. En cambio, estamos justo en medio de ello, apretando los dientes. El apretar de dientes del trabajo espiritual se produce cuando nos enfrentamos a lo que no podemos evitar. Es la confrontación directa que requiere un salto de conciencia.

Estas son oportunidades de oro que no tienen precio, si las vemos de esa manera, si estamos dispuestos a estar con ellas y decir: «Está bien.» La voluntad de llevarlas adelante, sin importar lo dolorosas que sean, permite un gran salto en la conciencia, un avance real en sabiduría, conocimiento y consciencia. Eso que leemos en los libros y luego se convierte en nuestra propia experiencia interior.

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Hay algo por debajo de la emotividad que está experimentando esta energía que surge de una persona. Ella está, literalmente, siendo manejada por algo mucho mayor que el propio ser personal de uno. Si sólo estuviera presente el pequeño yo personal, estarías totalmente inundado y arrasado por la energía liberada durante estas experiencias. Uno sobrevive a la experiencia porque existe algo mayor que el yo personal que es más que capaz de manejarlo.

El truco de la mente es no ver eso. Trata de cambiar lo que pasa “por ahí fuera», trata de representarlo y luego vuelve a descender al intelecto y encuentra que el intelecto no va a resolver este tipo de problema. Cuando nos ha caído un gran roble y roto todos los huesos en la parte delantera del pie, lo que se necesita en este momento es nuestra disposición y voluntad para manejar lo que presenta la vida. Tener las herramientas y la voluntad nos brinda una curación muy rápida.

Se da la consciencia en un agobio agudo, de que realmente podemos manejar las experiencias. Parte del pánico proviene de la comprensión de que lo que pensamos que somos – nuestro poder, el yo limitado – no es rival para el poder de esta experiencia. Eso es precisamente lo que está pasando, el yo personal limitado e individual, no puede manejar lo abrumador. Este es el valor espiritual preciso de ello. ¿Qué es lo que realmente queremos cambiar acerca de la experiencia? Veremos que lo que queremos hacer es cambiar cómo nos sentimos al respecto. Lo que podemos saber es que los sentimientos van y vienen. El suceso no nos va a molestar después de sentir ese estado emocional. Todo lo que tenemos que experimentar es el aumento agudo y la energía de la emoción. Los acontecimientos se cuidarán por sí mismos.

El deseo de cambiar lo que ocurrió y cómo nos sentimos al respecto tiene que ser entregado. La confrontación está ahí, y lo único que podemos hacer es decir sí al experimentar a través de ello sin importar cuál sea su naturaleza, ya sea esta la muerte de un ser querido, un divorcio, una separación, una emergencia grave o una lesión catastrófica. Todas provocan un estado de shock que es igual, sin importar cual sea el evento precipitante. El shock es la súbita comprensión de nuestra impotencia, el hecho de que nuestra voluntad se ha encontrado con un muro de ladrillo, que no somos imparables y que hemos sido detenidos, y que la voluntad personal no puede seguir su camino. Por lo tanto, el shock y la realización de todo esto son lo mismo en todas las experiencias, junto al hecho de que es invariable y permanente. Eso es un shock. Es como si nos acercamos a toda velocidad contra una pared de ladrillo, y cada momento en la vida que hacemos esto, se libera el mismo campo de energía.

Si usted ha estado en más de una de estas experiencias en su vida, usted puede mirar hacia atrás y darse cuenta de que esto es así, y que cada vez el estado de shock era el mismo. La experiencia y la secuencia fueron las mismas. Hubo una experiencia de sensación de entumecimiento repentino, el estado de incredulidad, y luego la liberación de todos los sentimientos negativos.

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Cuando nos fijamos en los sentimientos negativos con precisión en algunas de las experiencias que hemos tenido, nos damos cuenta de que hemos experimentado todo esto. Hemos experimentado la totalidad de ese campo de energía negativa, por la mañana estaría presente y por la tarde seguiría estando presente. De hecho, en el plazo de un minuto, fluctuamos adelante y atrás. Es como un campo de energía chispeante en el que la forma de la emotividad alterna de la ira al resentimiento, a la autocompasión a los celos, a la revancha, a la venganza, al odio, a odiar a Dios, a odiarse a uno mismo, a culpabilizar a la familia y a la sociedad, a culpar a los gobiernos y las leyes. La mente corre salvajemente en torno a ese campo de energía negativa. Podemos ver lo difuso y la falta de forma de ello. Es como un cesto lleno de energía negativa, y sólo tenemos que manejar la cesta, no todas las pequeñas cosas que se alternan a su alrededor. Sólo tenemos que manejar el “todo” de ello. Cuando vemos que se está descomprimiendo el “todo” de ello, nos desplaza rápidamente a su través y salimos al otro lado. Vemos qué es, en la experiencia, inevitable, y debemos tener la voluntad de entregarnos al trabajo que ha de hacerse ahora. ¿Cómo podemos saber cuándo se termina ese trabajo? Cuando de repente salimos a ese estado de paz interior.

Sabemos que años después, la gente sigue teniendo resentimiento e ira y todavía están atrapados en algún aspecto de ese campo de energía negativa, porque los acontecimientos no fueron gestionados desde el principio. La persona no estaba dispuesta a sentarse y manejarlos hasta el final. La gente no están dispuesta a hacerlo por el dolor que implica y porque ellos no conocen las técnicas al uso. Cada vez que van a ello, volvieron de nuevo a empezar a tratar de cambiar los acontecimientos del mundo y manejar los pensamientos. El intelecto y la mente tratan de resolverlo, y la persona se dirige al mismo callejón sin salida. Al no tener una herramienta eficaz con la que controlar los acontecimientos, el trabajo sigue siendo incompleto.

¿Qué sucede con el trabajo no completado y las emociones que no fueron liberadas? Lo que quedó deshecho empieza a expresarse en las actitudes emocionales y en el cuerpo en forma de enfermedades. La culpa inconsciente que no fue soltada durante la catástrofe que sucedió hace muchos años, llega más adelante a través del sistema nervioso autónomo y el sistema de energía de la acupuntura y se conecta con algo de la mente.

El campo de energía de la culpa, el miedo o la ira, se acopla luego a algún sistema de creencias en la mente en alguna enfermedad en particular, lo que deriva en una enfermedad física. En el psicoanálisis, sería llamado psicosomática; y, en este caso, la contribución del elemento psicológico está en la superficie y bastante visible. El resultado final de la gestión emocional no resuelta de una experiencia catastrófica es, a menudo, una enfermedad que puede ocurrir muchos años más tarde. El duelo que quedó por resolver en el momento de la muerte de algún familiar hace veinte años, por ejemplo, puede ahora expresarse como un ataque al corazón.

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Una cosa ha sido manejada cuando nos sentimos en paz y plenos con ello. Ya no se repite o nos proporciona dolor cuando pensamos en ello; nos sentimos satisfechos. Puede haber pesar por tener que vivir con ello, pero de algún modo salimos como un tipo de persona diferente y con ese conocimiento, hay una cierta sensación de paz que nos permite saber que ahora ha sido manejado.

Las experiencias catastróficas son las semillas, la esencia misma de la experiencia espiritual última. Dentro de ella y siguiéndola hasta su núcleo central, caminando totalmente por el acantilado en completo abandono, la entrega plena de la experiencia es la misma semilla y el núcleo de eso que el buscador espiritual ha estado buscando todo este tiempo.

En muchas situaciones catastróficas de la vida ordinaria hay una resolución incompleta de la experiencia, junto a la falta de consciencia de las cualidades y oportunidades que son como joyas en los hechos. Estamos abrumados por “el que” y miramos en la dirección equivocada. La mente también recibe una recompensa secreta de las emociones negativas (por ejemplo: atención, autocompasión, drama) además de la indulgencia del martirio, etc.

Muchas veces cuando se introducen drogas se producen estados alterados de conciencia, y a la persona se la lleva a la sala de emergencias. Lo que podría ser un descubrimiento espiritual crucial es cubierto por una venda, y la familia trata de distraer a la persona del trabajo espiritual.

El aspecto esencial del beneficio espiritual proviene de ir directamente a la experiencia. Hay un dicho en el Zen: «Camina hacia adelante, no importa qué»; por lo que cuando esta experiencia catastrófica viene, es beneficioso ir uno mismo derecho a su centro, decirle «sí» y experimentarla.

Ha habido experiencias catastróficas en mi vida cuando las tiritas estaban disponibles y me negué a aceptarlas, porque para entonces ya había aprendido el valor de vivirlas. Las tiritas realmente evitan el experimentar lo que podríamos llamar “tocar fondo”. El concepto de “tocar fondo”, que es bien conocido en el manejo de muchos problemas graves, tales como el alcoholismo, significa el dejarse ir completamente.

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En una situación catastrófica grave, la mente tratará de aferrarse a lo que le es familiar. Intentará el escapismo, las distracciones, los tranquilizantes, las drogas y el alcohol, y otras varias formas de tratar de mejorar la situación en lugar de enfrentarse directamente y trabajar a través de ella.

La esencia de una situación catastrófica es la total entrega al descubrir eso que es mayor que el yo personal. El experimentar totalmente una catástrofe nos lleva a la conexión y la realización de que hay algo dentro de nosotros que tiene el poder de sostenernos, sin importar lo catastrófica que la experiencia parezca ser. Como resultado, salimos al otro lado como personas mejores, con la consciencia de que hay algo, que hay una Presencia, una cualidad o un aspecto de la vida interior que tiene el poder de apoyarnos a través de la mayoría de situaciones que parecían imposibles.

Si la experiencia catastrófica no es trabajada completamente, quedan ciertos residuos. Es como si hubiéramos caído a mitad del precipicio. Algunas personas piensan que han caminado por el precipicio, pero en realidad encontramos que estaban cruzando secretamente sus dedos y colgándose de algún pequeño saliente o línea de vida. El abandono a Dios no fue realmente total, porque una duda permanecía, y esa duda es el residuo de, por ejemplo, el dolor o el miedo a la experiencia. Si no experimentamos algo mayor que el yo personal cuando pasemos por la experiencia, podemos terminarla con una limitación, una cierta parálisis, la imposibilidad de ir más allá de un cierto punto, y la voluntad de participar se vuelve limitada. La persona dice: «Preferiría vivir una vida limitada que enfrentar ese tipo de experiencia de nuevo. Preferiría no volver a amar que amar y perder.» El dicho es: “Es mejor haber amado y perdido, que no haber amado nunca.» La vivencia del amor nos pone en contacto con nuestro Ser, aquello que es mayor que nuestro pequeño y limitado yo.

La completa resolución nos pone en contacto consciente con algo que es mayor que el yo personal. Muchas personas que han probado esto atestiguan el hecho de que cuando entregaron el pequeño yo a algo mayor que ellos mismos, entraron en contacto con lo que ellos consideraron ser “real”. Esa experiencia personal interior de la realidad espiritual, le lleva a uno al aprendizaje de una profunda convicción interior. De esta convicción interior proviene la voluntad de reincorporarse a la vida de nuevo, a participar en ella y a asumir los riesgos y las oportunidades.

¿Cuál es la experiencia interior de tocar fondo? Proviene de los sentimientos de la desesperación y la desesperanza; el pequeño yo de la persona está diciendo: «Yo, por mí mismo, no puedo manejar esto.» La persona se entrega debido a la desesperanza, y de ella proviene la voluntad de dejarse ir, de entregarse a algo mayor que uno mismo. En la parte inferior, metido en el hoyo, uno se da cuenta y acepta la verdad de que «Yo, por mí mismo, por mi propio ser personal e individual, por mi propio ego-yo, soy incapaz de manejar esto. Soy incapaz de resolverlo.» Es a partir de esta derrota que surge la victoria y el éxito. El fénix alza el vuelo desde las cenizas de la desesperación y la desesperanza. No son de valor ni la desesperación ni la desesperanza, sino el dejarlas ir, y la realización de la limitación del pequeño yo. En medio de la catástrofe, la persona dice, «Me rindo; no puedo manejar esto», y luego, consciente o inconscientemente, pide ayuda a Dios.

Debido a la ley del libre albedrío y a la naturaleza de la conciencia, que es lo que es, se dice que los grandes seres que están dispuestos a ayudarnos a todos nosotros están esperando por nosotros para decir «sí». Es el súbito giro de estar en el fondo del barril a la voluntad de aceptar que hay algo superior a nosotros mismos a lo que podemos recurrir. Cuando la persona dice: «Si hay un Dios, le pido que me ayude», entonces ocurren grandes experiencias transformadoras que se han registrado en toda la historia desde el comienzo.

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El comienzo de la gran organización mundial de Alcohólicos Anónimos (AA) surgió de una experiencia así. Bill W., el famoso fundador de AA, había tocado fondo. Se encontraba en un estado de total desesperación, de desesperanza, y entregó el yo personal. En ese momento él no era creyente, pero dijo: «Si hay un Dios, le pido que me ayude.» En ese momento se produjo una gran experiencia transformadora, el poder espiritual de lo que se evidencia en los millones de vidas que han sido afectadas por la energía que fluye al mundo como resultado de que este hombre está compartiendo su experiencia espiritual.

Obviamente, el dejar ir y el tocar fondo son cruciales. Es a partir de la consciencia de que no podemos cambiar las cosas y de que estamos limitados y somos impotentes, que descubrimos lo que tiene poder en el universo. Ese poder viene y se encarga de la experiencia, y sabemos cuando sucede esto debido al profundo estado de paz. Donde había agonía, ahora hay un estado de paz infinita y la inefable conciencia de la Presencia Infinita.

Históricamente, hubo una ocasión especial en donde surgió la comprensión de la verdad, pero eso no es necesario en absoluto; es sólo un tipo de experiencia. En realidad, esta es la naturaleza del trabajo espiritual de todos los tiempos. La persona que está involucrada en un trabajo espiritual está siempre observando lo que está ocurriendo en su vida, viéndola como el maestro, como el grano para el molino. Lo que está sucediendo representa lo que se está trabajando, por lo que una catástrofe grave no sería más que una continuación de un proceso que está en marcha de todos modos. Como resultado, la persona que está intensamente involucrada en el trabajo espiritual, después la verá como una oportunidad de oro, dolorosa y lamentable tal vez, pero de gran beneficio. La naturaleza esencial del trabajo espiritual es permanecer centrado en lo que surge instante a instante y tomar consciencia de “qué” se está experimentando y donde está siendo experimentado.

Existe una técnica meditativa y contemplativa que puede ser utilizada para lograr el mismo resultado. Esta es el proceso de constantemente dejar ir el querer controlar la vivencia, y el experimentarla en sí. Entonces se produce la súbita comprensión de que la consciencia está siendo manejada por algún aspecto infinito de la conciencia (el Ser); lo que puede haber sido sospechado previamente, pero no realizado auténticamente. Después, esta toma de consciencia de la Presencia se produce con mayor frecuencia.

De esta experiencia proviene una disposición cada vez mayor a confiar en esa Presencia interior y la cada vez menor y menor confianza en el pequeño yo. Con menos frecuencia, entonces, la persona va al pequeño para gestionar los problemas de su vida, ya que se da la progresiva voluntad de entregarse al Ser superior de uno. La progresiva pérdida de la identificación con el pequeño yo y la creciente identificación con la Presencia, junto a la voluntad de entregar la vida y todos sus aspectos a la voluntad de Dios, se convierte en la esencia misma del ejercicio espiritual de la persona y la experiencia.

La experiencia catastrófica aguda es una oportunidad clave de aprendizaje que nos enseña a ir al auténtico núcleo, a la esencia misma de la experiencia, para ver cuál es y manejarla en el nivel de la vivencia en el campo de la energía de la conciencia misma. Existe la voluntad de entregar y dejar de querer cambiar lo que pasó “ahí fuera”. Se da el dejar ir del querer controlar al pensar en ello y tratar de manejarlo con el intelecto y las emociones. Existe la voluntad de entregarse a la esencia de la experiencia sin llamarla de ninguna forma, o etiquetarla, o ponerle nombres. Existe la voluntad de manejar el campo de energía de la misma e ir directamente a la experiencia interior. La entrega a la experiencia interior es una puerta abierta a la experiencia de algo mayor que el pequeño yo personal.

Cada catástrofe, por tanto, es una repetición y una representación de otra oportunidad para esta gran experiencia de aprendizaje espiritual; por lo tanto, las personas que han pasado por grandes experiencias catastróficas expresan su gratitud. A menudo la gente dice: «Aunque no me gustaría vivirlo de nuevo, estoy muy agradecido por esa experiencia.»

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¿Cómo puede una persona estar agradecida por lo que el mundo considera una terrible catástrofe o una enfermedad progresiva terrible? Lo que aprendieron de la catástrofe fue de tan gran dimensión, que el precio valió la pena porque, a través de realización de la verdad, descubrieron la reconexión con el núcleo esencial de su ser.

A medida que crecemos espiritualmente y nos volvemos espiritualmente educados, se tarda menos y menos en llevar a cabo la voluntad de hacer frente a esta experiencia interior. Se podría decir que una persona en el “fondo del barril” consigue levantarse progresivamente. La persona no tiene que pasar por el dolor agonizante anterior, están dispuestos a dejarse llevar y entregarse. Cada vez más surge la voluntad de hacerlo sobre la base del día a día, para que se convierta en parte integrante de la propia vida, observando constantemente cómo uno está tratando de controlar las cosas, o tratando de cambiar la voluntad de Dios, o cómo uno está tratando de cambiar y controlar a Dios. A menudo se da la voluntad de entregarse totalmente y a gran profundidad, y entonces uno ve que la entrega se produce a diferentes profundidades.

En la vida ordinaria, nos entregamos poquito. Bajo una presión mayor, estamos dispuestos a entregarnos más y darnos cuenta de que no tenemos que ponernos bajo una presión catastrófica a fin de estar dispuestos a entregarnos a gran profundidad. La transformación de la personalidad, el cambio global de la posición espiritual de uno, vino tradicionalmente por una entrega a gran profundidad. ¿Qué significa entregarse a gran profundidad? ¿Cómo podemos entregarnos a gran profundidad sin tener que ponernos a nosotros mismos en una terrible catástrofe emocional a fin de cumplir el mismo trabajo espiritual? Al ver la naturaleza esencial del proceso, nos educamos. Nuestras posiciones cambian y somos de una manera de ser diferente. Estamos dispuestos a estar en la vida en todas sus expresiones. La voluntad se experimenta entonces como un estado interior de vitalidad. De ella surge la voluntad de aprovechar la oportunidad, porque ahora sabemos que estamos acompañados por algo mayor que el yo personal. No es el yo personal el que tiene que manejar lo que llega a la vida. La Infinita Presencia que está siempre con nosotros es más poderosa que la voluntad humana y el ego. El ser trae dolor y sufrimiento; el Ser irradia curación y paz.

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Imagen Gran Canaria

 

cartelPROGRAMA

DÍA 4 DE JUNIO

09:00. Entrega de Acreditaciones.

10:00. Acto de apertura del Congreso.

10:15. Jesús Callejo: “Inventos españoles que cambiaron el mundo”.

11:30. Descanso y firma de libros.

11:45. Mikel Lizarralde: “El poder del espíritu”.

13:30. Pausa para la comida.

16:15. Juan José Revenga “La tierra hueca y la Expedición a la cueva de los Tayos”.

17:30. Descanso y firma de libros.

17:45. Miguel Pedrero “Contactos más allá de la vida, con animales de compañía”.

19:00. Descanso y firma de libros.

19:15. Emilio Carrillo «¿Qué te espera cuando vivas eso que llamas muerte?”

20:30. Firma de libros y fin de sesiones.

22:00. Miguel Blanco Programa especial de ESPACIO EN BLANCO, desde el CASINO de Las Palmas. Dirigido y presentado por Miguel Blanco.

DÍA 5 DE JUNIO

09:30. Vicente Sansano: “2016, Egipto y Canarias. Misterios sin resolver”.

10:15. Descanso y firma de libros.

10:30. Lorenzo Fernández: «La España maldita”.

12:00. Descanso.

12:15. Miguel Blanco: «Mesa redonda con los ponentes”.

14:00. Pausa para la comida.

16:00. Felipe Henríquez: «El velo espiritual”. Conferencia y demostración mediúmnica.

18:00. Clausura del Congreso.

PARA MAYOR INFORMACIÓN:

http://www.congresointernacionaldelmisterio.es/programa.htm

Ponentes

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COMPARTIENDO

PROGRAMA DE ACTIVIDADES PÚBLICAS DEL

GRUPO ESPÍRITA DE LA PALMA – FEBRERO 2016

Hola  todos/as: tenéis ya a vuestra disposición el Programa de Actividades Públicas del Grupo Espírita de La Palma para el mes de febrero de 2016. Os invitamos a acompañarnos y participar en las actividades programadas,compartiendo inquietudes,conocimentos y puntos de vistaparael enriquecimiento mutuo.

Recordamos que todas nuestras actividades son abiertas y gratuítas para todo el que lo desee, y que se desarrollan cada viernes desde las 19:30 h. y hasta las 21:30 h.,en nuestra sede social, sita en:

GRUPO ESPÍRITA DE LA PALMA

Av. Carlos Fco. Lorenzo Navarro, 69

Edificio Vizconde, 1º D

Los Llanos de Aridane – Isla de La Palma

El Programa en formato PDF podéis consultarlo o desacargarlo entrando en la sección «Actividades Públicas» (pestañas superiores).

Un saludo cordial. ¡Os esperamos!

 

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Cabecera Oberth

Por: Idafe

Artículo tomado de: https://laislacosmica.wordpress.com

   Profesor Hermann Oberth

El Profesor Dr. Ing. Hermann Oberth fue el padre de los viajes espaciales. Su nombre completo era Herman Julius Oberth (1894-1989), y había nacido en la ciudad transilvana de Sibiu, en la actual Rumania, que por entonces formaba parte del Imperio austrohúngaro, la cual se llamaba Hermannstadt en alemán, o Nagyszeben en húngaro.

Alrededor de los 11 años Oberth empezó a fascinarse por el campo de la exploración espacial, marcándole principalmente los escritos de Julio Verne, en especial la novela “De la Tierra a la Luna”, releyéndola hasta llegar a memorizarla. Influenciado por las ideas y libros de Verne, Oberth construyó su primer cohete en miniatura como estudiante escolar a los 14 años.

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Hermann Oberth de niño

La NASA en su libro «Espacio – Nueva Frontera», distribuido a través del Servicio de Informaciones de los Estados Unidos, decía de él lo siguiente:

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charlie-chaplinCharles Chaplin, 1889 – 1977

♦ ♦ ♦

 CUANDO ME AMÉ DE VERDAD (Poema)

Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier
circunstancia yo estaba en el lugar correcto, en la hora
correcta y en el momento exacto y entonces, pude relajarme.
Hoy sé que eso tiene un nombre…”AUTOESTIMA”.

Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y
mi sufrimiento emocional, no es sino una señal de que voy
contra mis propias verdades.
Hoy sé que eso es…”AUTENTICIDAD”.

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera
diferente y comencé a ver todo lo que acontece y que contribuye a
mi crecimiento.
Hoy eso se llama…”MADUREZ”.

Cuando me amé de verdad, comencé a percibir como es
ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona, solo
para realizar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el
momento o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.
Hoy sé que el nombre de eso es…”RESPETO”.

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable…, personas, situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. De inicio mi razón llamó esa actitud egoísmo.
Hoy se llama…”AMOR PROPIO”.

Cuando me amé de verdad, dejé de temer al tiempo libre y desistí
de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro.
Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero
y a mi propio ritmo.
Hoy sé que eso es…”SIMPLICIDAD”.

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y
con eso, erré menos veces.
Hoy descubrí que eso es la…”HUMILDAD”.

Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y
preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es
donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez.
Y eso se llama…”PLENITUD”.

Cuando me amé de verdad, percibí que mi mente puede atormentarme y
decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, ella
tiene una gran y valiosa aliada.
Todo eso es…”SABER VIVIR!”.

“ No debemos tener miedo de confrontarnos…
…hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas. ”

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el mundo de las creencias

EL SISTEMA (I)

Por: José Félix Pérez Castro

♠ ♠ ♠

Entiéndase por éste, el sistema de creencias mediante el cual nos atiborran el cerebro desde la niñez.

Tanto si estamos a favor o en contra de una realidad dada, esa realidad ocupará nuestros pensamientos. Consecuentemente, determinará la vida que vivamos.

Ninguna realidad dada tiene realidad per se, salvo si creemos en ella. Y creer en ella, es tanto como estar a favor o en contra de la misma. Lo que no tiene realidad per se, no necesita defenderse ni atacarse. Siempre hay vida más allá de cualquier realidad dada o sistema de creencias. Sólo se necesita darse cuenta, tener consciencia de ello.

El ateo dice no creer en Dios. Pero entonces ¿por qué lo afirma negando su existencia? ¿Quién necesita negar algo que no existe?

La vía de liberación (de la cual habla las enseñanzas iniciáticas) a través de la renuncia del mundo, o desapego de los bienes materiales, se revela innecesaria cuando se cae en la cuenta de la naturaleza ilusoria de la identidad psicológica yo (yo biográfico) por quien el individuo en general se toma por ser.

Charles Tart, un estudioso de la Conciencia, dice al respecto: “Vivimos en un trance consensual” (estado de ensoñación de la vida cotidiana)

O un cambio social es un cambio de conciencia, o sólo se obtendrá un mero sucedáneo de tal. O como se dice en El Gatopardo: «Cambiar algo para que nada cambie».

El monasterio en el Himalaya, por el que suspira el buscador espiritual, está aquí y ahora, en medio de la más sencilla cotidianidad de andar por casa. Sólo es cuestión de que ello se sustancie en la conciencia del buscador como experiencia directa o vivencial.

Cualquier lugar en el que nos hallemos en cualquier momento dado, es el lugar propicio donde tenemos que estar, dado que si no, no estaríamos precisamente en él.

cree en tus posibilidades

La vida no nos da lo que deseamos o queremos; la vida nos da lo que somos. El universo conspira para que ello sea así.

Nadie en el universo puede hacer por ti lo que tú no estés dispuesto a hacer por ti mismo. No existen poderes externos a ti; ni de dioses o demonios, ni de ángeles o alienígenas.

Un sistema de creencias no es otra cosa que experiencias de vida, reforzado por un sistema educativo.

El creer en leyes y derechos como realidades absolutas en vez de meras abstracciones mentales (entes de razón que se dice en filosofía escolástica) es lo que mantiene vigente, desde tiempos inmemoriales, las jerarquías, estatus o escalafones sociales; es decir, la «brecha» entre «ricos» y «pobres». Todo ello mental desde la «a» a la «z», sin ninguna realidad inherente, excepto por el condicionante «creencia». Condicionante que, como realidad real, es ilusorio, como ilusorio es un espejismo en el desierto.

♣ ♣ ♣

NOTA: Damos las más expresivas gracias a nuestro buen amigo y compañero de búsquedas desde siempre en pos de lo trascendente, José Félix Pérez Castro, por compartir con todos nosotros algunos de sus escritos y reflexiones.

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nadi-blog

INTRODUCCIÓN

Ver con ojos nuevos para redescubrir fuera lo que vamos descubriendo dentro, lleva a concienciarnos de que «nada nuevo hay bajo el sol». Los mismos pasos que hoy damos, otros los dieron antes. Por eso resulta alentador encontrar las huellas de nuestros predecesores en las sendas del espíritu por doquier.

Una de estas fuentes saturada de «rastros» de los buscadores espirituales del pasado que dejaron como señales indicadoras en el camino a sus hermanos de otras edades, procede de los textos y enseñanzas de la India milenaria. Entre ellos ocupan lugar destacadísimo los UPANISHADS.

En el siguiente artículo se hace una incursión en el mensaje imperecedero de esta fuente de sabiduría que nos legó la cultura hindú y que está más allá del tiempo y del espacio, en la que podemos adentrarnos si somos capaces de sortear las trampas del lenguaje y leer con los ojos del espíritu. Y como regalo adicional, reproducimos uno de estos textos, el Adhyatma Upanishad.

Upanishad 02

LOS UPANISHADS: EL PROFUNDO MENSAJE ESPIRITUAL DE LA INDIA MILENARIA

Los Upanishads son supremas visiones espirituales expresadas verbalmente entre los siglos ocho y cuarto antes de nuestra era en la antigua India.

A los primeros Upanishads se agregaron otros que se fueron componiendo hasta el siglo quince, ampliando o explicando las visiones primeras eternas. Su número aumentó hasta el punto que se han podido imprimir en sánscrito hasta ciento doce Upanishads. La colección completa casi iguala a la de los textos de la Biblia.

Los dos Upanishads más extensos son el Chandogya y el Brihadarangaka, de unas cien páginas cada uno. Son, tal vez, los más antiguos. El más breve es el Isa Upanishad que sólo tiene dieciocho versículos. No es uno de los más antiguos, tal vez del tiempo del BHAGAVAD GITA – unos cuatrocientos años antes de J. C. -, pero debido a su cósmica grandeza suele encabezar las colecciones de Upanishads en sánscrito en la India.

La palabra Upanishad se relaciona con la raíz sánscrita SAD, estar sentado. Podemos imaginar a los discípulos sentados a los pies del Maestro escuchando el sublime Upanishad.

El espíritu de los Upanishads lo encontramos en las Palabras del Evangelio “El reino de Dios es en vosotros”; y en los versos de místicos de diversas culturas y tradiciones religiosas, como San Juan de la Cruz, Nisargadatta, o Ibn Arabi en “Viaje al Señor del Poder”, entre otros.

Anteriores a los primeros Upanishads tenemos en la India la creación de los Vedas, visiones poéticas y espirituales en las que la imaginación humana ve primero a los dioses y los expresa en creación poética, y después va avanzando hacia unidades más intensamente poéticas y espirituales hasta llegar al Brahmán único de los Upanishads, unidad suprema. Así como San Francisco de Asís dirige en canto sublime al Dios de la naturaleza y habla del “hermano sol, hermano viento, hermana agua y hermano fuego”, los ve todos expresando la gloria de un Dios del universo y, por tanto, Dios del sol del viento, del agua y del fuego, en los Vedas hay la visión de un dios del sol, un dios del viento, un dios del agua y un dios del fuego, y la gloriosa poesía de estos y otros dioses.

En los Upanishads la visión espiritual y poética va desde una diversidad hacia una unidad y de los dioses a Brahmán, el Dios de todos los dioses, suprema unidad del Universo que reúne y supera su inmensa variedad. Los creadores de los Upanishads fueron pensadores y poetas, y el poeta bien sabe que si la poesía nos aleja de lo que se llama realidad es sólo para elevarnos hacia una Realidad más alta donde, lejos de las limitaciones de un estar, encontramos la infinita alegría de un Ser. Estas creaciones están tan por encima de la curiosidad arqueológica de algunos eruditos como lo está la luz del sol por encima de sus definiciones. Necesitamos de la erudición para ir a buscar los frutos de sabiduría de los tiempos antiguos; pero es sólo una elevación espiritual que nos permite gozar de esos frutos y transformarlos en vida.

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El Brahmán del universo, el Dios trascendente de tiempo y de espacio, pero inmanente en el tiempo y en el espacio es, según los Upanishads, el mismo Ser nuestro y el Ser de todas las cosas. El Brahmán trascendente cuando es inmanente en nosotros, se llama Atman. Son dos nombres para un mismo Ser: el Infinito se llama Brahmán, y el Infinito manifestado en lo finito y limitado se llama entonces Atman. En su eterna clarividencia los maestros supremos vieron un Infinito de unidad trascendente y al mismo tiempo un Infinito de variedad inmanente. Es el Dios expresado como el “todo en el todo” de poetas, místicos y videntes, y después explicado – a veces complicado – en teologías que son a la experiencia de algo eterno, lo que la gramática es a la poesía: un estudio y análisis intelectual, y no experiencia vital, Realidad de vida, una abstracción de pensamiento como son los números, ideas indispensables para cálculos, pero no cosas que podamos tocar con las manos exteriormente, aunque mucho menos impalpables ilusiones. Como nos dice y sugiere el Kena Upanishad, Brahmán o Atman, no es algo que se pueda ver, oír, gustar o tocar con los sentidos, no es algo que se pueda comprender, imaginar, o concebir con el pensamiento. Está más allá, de los sentidos y de todo pensamiento. Es un Amor hacia un más allá. Un Amor a quien se va por el camino del amor, y cuanto más puro y más intenso es el amor tanto más se ve y comprende y se siente y se vive el Amor infinito, que es la causa de nuestro finito amor. Brahmán no se puede pensar con la mente, es “aquello que hace posible que la mente pueda pensar”.

Uno de los mensajes de los Upanishads, explicado después en el Bhagavad Gita, es que sólo amando se comprende el amor y no mediante explicaciones o definiciones: amar y saber son, al principio, divergentes, como los lados de un ángulo, pero a medida que se va subiendo por los dos lados, el saber comprende más al amor hasta que al fin son uno. El amor puro transforma el estar en un ser, y en tal sublime transformación, algo finito y temporal se ha convertido en algo infinito y eterno, lo mortal se ha convertido en algo inmortal. Es como el salir a la luz de dentro una cueva oscura, un despertar después de dormir, un momento de Eternidad y alegría suprema por encima de la ilusión de placeres que Pasan y dolores que Perduran, un ser consciente más allá de un estar inconsciente, un momento de vida tan intensa, tan absoluta, que permite una fe basada en experiencia, y no una creencia procedente de palabras y libros

En el saber estudiamos la variedad de las cosas, las definimos y comprendemos, y así las dominamos: es la ciencia. Pero en el amor puro contemplamos las cosas sin deseo de posesión, sólo por el gozo de la contemplación: es la poesía. En el saber nos separamos de las cosas, hay un yo nuestro que estudia y la cosa estudiada; pero en el amor nos unimos con las cosas y en la alegría de la contemplación desaparece el sentido de posesión, de egoísmo y de destrucción. Un grandioso árbol milenario puede ser objeto de contemplación en silencio para el poeta, de estudio y gran actividad cerebral para el científico, un objeto de mero lucro para un comerciante que, sin consideración a la grandeza sublime del árbol milenario, está dispuesto a comprarlo, venderlo y hasta quemarlo.

¡Cuando pensamos y analizamos, vemos las cosas en su variedad, pero cuando amamos las vemos en su unidad. El saber amplía la vida tanto hacia el bien como hacia el mal, pero el amor puro la eleva siempre hacia el bien. Por eso es que el Katha Upanishad dice: “Quien ve la variedad y no la unidad muere una y otra vez”. El Mandukya Upanishad menciona un cuarto estado de conciencia: Ser puro, OM, Airnan, Dios. En el Chandogya Upanishad, encontramos una visión poética de la misma idea: hay en nuestro corazón un diminuto espacio y, sin embargo, en él moran el sol, la luna y las estrellas, existe todo el universo, “porque todo el universo es en Él, y Él es en nuestro corazón”. Esta idea sublime, tal vez la más sublime que ha concebido el hombre sobre la tierra, puede ser objeto de concentración, meditación, contemplación y unión: es la idea central de los Upanishads. La concentración es una forma intensa de atención. El pajarillo que busca un árbol para construir su nido, empieza por la atención y concentración. Después parece que considera, instintivamente, el lugar más seguro y protegido del árbol: es una meditación, superada cuando el hombre de ciencia considera el mismo árbol. En estas dos actividades intelectuales, o instintivas, hay un movimiento mental o cerebral. El poeta o el pintor contemplan el árbol, aunque antes hayan dedicado su atención a su pensar. Contemplación es silencio interior. Los movimientos cerebrales – tal vez electrónicos -, mentales, olas del mar de la mente, se van calmando, los ruidos o sonidos exteriores o interiores desaparecen y un silencio, más o menos intenso, parece que permite la luz del alma iluminar el objeto de la contemplación. Nos acercamos a lo infinito y a lo eterno.

En un relampagueo de luz eterna, el Poeta o el pintor ven el árbol en contemplación. Es la visión. Después viene la creación, el dominio y la técnica de un idioma, o el dominio técnico del pintor, formando la base, el principio necesario para la expresión poética o artística. En la unión, el conocedor y la cosa conocida son uno en un momento eterno. El poeta o el pintor por un momento no ven el árbol, son el árbol, y su intensidad de ser depende de su intensidad de amor; y de su intensidad de visión depende la grandeza de su creación. La visión pura es una realidad suprema; Pero, desgraciadamente, al lado de la fe creadora hay el fanatismo destructor, al lado de la visión que eleva, hay la ilusión que transforma sublimes verdades y visiones espirituales, en bajas ilusiones. Toda visión real está por encima de la razón humana, pero la razón la admite y defiende. En cambio, cuando la visión es ilusión, está por debajo de la razón, aunque pueden cubrirla nubes negras tan oscuras que hacen difícil, sino imposible, que la luz del alma pura y de la razón clara pueda disiparlas.

Los videntes de los Upanishads no crearon una religión. Su visión suprema es tan elevada que está por encima de religiones, de humanismos que quieren substituirla, o de actitudes científicas que quieren ignorarla, e infinitamente por encima de fanatismos, ilusiones e indiferencias humanas. Su visión está también por encima de ceremonias religiosas, teologías o filosofías, y presupone una visión creadora de la mente del hombre de donde Proviene todo lo espiritualmente puro, bueno y bello, y por tanto, verdadero, que haya o pueda haber en religiones, teologías y filosofías. Si la ciencia es una, la verdad espiritual tiene, a lo menos, que ser una. Afortunadamente el hombre moderno aspira a esta unidad y la indiferencia o repugnancia humanas contra toda forma de fanatismo, intolerancia o superstición son, tal vez, expresiones inconscientes de los anhelos de bondad, verdad y belleza: anhelos de amor infinito que residen en el fondo de todo corazón humano, reflejando, como en un espejo, la luz de un Sol de Amor. El espejo del alma, que por naturaleza es puro, limpio y clarísimo, puede, sin embargo, encontrarse cubierto de nubes más o menos oscuras, resultado de pasadas o presentes desarmonías egocéntricas. Y las nubes impiden un claro reflejo de la luz pura e impiden que el alma sienta el Ser Puro, la visión Pura y la Pura alegría que son el Brahmán de los Upanishads, el Dios de las religiones, el humanismo puro o razón pura entrevistos entre las confusiones y ofuscaciones humanas. Por eso la plegaria pura de los Upanishads es un anhelo de luz pura, cuando suplica que de las apariencias de la vida, de su noche oscura y de su muerte final, el Atman supremo nos conduzca a algo que es Realidad, Luz e Inmortalidad.

En dos versos sánscritos muy posteriores a los tiempos primeros de los Upanishads, escuchamos la Plegaria que dice: “Que el hombre malo sea bueno y que el hombre bueno tenga paz. Que en la paz se libere sin lazos y que el hombre libre dé libertad a otros”. Uno de los problemas educativos más importantes es el inducir a los que poseen más inteligencia, energía, constancia y otras virtudes, a que las empleen en buena voluntad para ayudar a los otros que no las poseen en tan alto grado y no para fines egoístas, para dominar más o menos a los otros: el camino del hombre sobre la tierra va de lo finito a un Infinito donde no hay más ni menos, pues hay un Todo en el todo.

upanishad

Aunque el Brahmán de los Upanishads no puede expresarse en palabras, nos dejaron tres palabras que sugieren su más allá: SAT (Ser puro), CIT (Conciencia pura), ANANDA (Alegría pura). Según los Upanishads, el espacio y el tiempo son emanaciones de Brahmán cuyo ser es un más allá del espacio y del tiempo. ¿Por qué? Por la alegría de creación. ¿Por qué hay el mal? Por la alegría de superarlo con el bien. ¿Por qué hay la oscuridad? Para que la luz pueda brillar más intensa. ¿Por qué hay el dolor? Para hacer posible la alegría de superarlo, la alegría del sacrificio por amor. ¿Por qué la creación e infinita evolución del universo? Porque en el fondo todo es amor, y amor puro es pura alegría.

Entre los libros sagrados de la humanidad, los Upanishads bien pueden llamarse Himalayas del Alma. Sus apasionadas aventuras para descubrir y encontrar el sol de un Espíritu en nosotros, de quien tenemos la luz de nuestra conciencia y el fuego de nuestra vida; la grandeza de sus preguntas y la sublime sencillez de sus respuestas; su irradiante alegría cuando sienten la revelación de lo Supremo en su alma y uno de sus poetas puede exclamar: “La luz del sol es la luz que es mía”; sus paradojas y contradicciones donde encontramos una verdad vital; sus sencillas narraciones donde con ejemplos concretos se explican las más altas verdades metafísicas con palabras claras como las de un niño; los resplandores de su visión que revelan la grandeza infinita de nuestro mundo interior; su gran variedad, pero dentro de una absoluta unidad en su sublime concepción de Brahmán; su fe ardiente y elevadora en el alma humana que es una con el Alma (el universo; su tolerancia de los Vedas, pero su interpretación espiritual y, por lo tanto, simbólica, de todo ritual exterior, indicando así el verdadero camino de elevación espiritual a todos los hombres del porvenir; sus semillas de grandes ideas psicológicas y filosóficas; las vastas armonías que resuenan en sus palabras, su buen sentido y sabiduría espiritual que pueden satisfacer a diferentes temperamentos en su buscar el camino de la luz; sus imágenes y semejanzas de una gran sencillez que encontramos repetidas por santos y poetas que nunca conocieron los Upanishads, y así nos confirman la unidad de toda vida o visión espiritual; el esplendor de su Imaginación romántica que convierte a su creadores en hermanos de espíritu con los creadores de belleza de todos los tiempos y que nos enseñan cómo podemos convertir nuestra vida en una obra de belleza; todo ello es como una armonía de trompetas resonando una gloria de luz y de amor que, más allá de dudas y de la muerte, proclama la victoria de nuestra vida inmortal.

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NOTA: Casi todo el anterior texto está extractado del libro “Upanishads, the Holy Spirit of Vedas”, que incluye la traducción de once de los más clásicos Upanishads, en selección realizada por Adi Shankaracharya, más unas breves aportaciones personales, particularmente en el 5º párrafo.

 

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ADHYATMA UPANISHAD

INVOCACIÓN

AUM, ¡Que el Sol nos dé su bendición! ¡Que Varuna, Dios del agua, nos dé su bendición! ¡Que Aryama, Indra, Brihaspati y Vishnu, nos den su bendición!

Mis respetos a Brahma, la Realidad Absoluta.¡Oh Vayu, dios del aire, te presento mis respetos especialmente a ti porque tú eres Brahma manifestado! Debería llamarte solamente «el Brahma manifiesto»; debería llamarte también satyam -la Verdad-; debería llamarte también rit– la ley.

¡Que ellos me protejan!

¡Que protejan al que habla!

¡Que me protejan a mí!

¡Que protejan al que habla!

AUM Paz, paz, paz

***

En la cavidad del corazón, situado dentro del cuerpo, vive un no-nacido eterno.

La tierra es su cuerpo; mora dentro de la tierra pero la tierra no le conoce.

El agua es su cuerpo; mora dentro del agua pero el agua no le conoce.

La luz es su cuerpo; mora dentro de la luz pero la luz no le conoce.

El aire es su cuerpo; mora dentro del aire pero el aire no le conoce.

El cielo es su cuerpo; mora dentro del cielo pero el cielo no le conoce.

La mente es su cuerpo; mora dentro de la mente pero la mente no le conoce.

El intelecto es su cuerpo; mora dentro del intelecto pero el intelecto no le conoce.

El ego es su cuerpo; mora dentro del ego pero el ego no le conoce.

La mente que razona es su cuerpo; mora dentro de la mente que razona pero la mente que razona no le conoce.

Lo inmanifestado es su cuerpo; mora dentro de lo inmanifestado pero lo inmanifestado no le conoce.

Lo indestructible es su cuerpo; mora dentro de lo indestructible pero lo indestructible no le conoce.

La muerte es su cuerpo; mora dentro de la muerte pero la muerte no le conoce.

Es el yo más interior de todos esos elementos, no tiene pecados, y es el único y divino Dios Narayana, el sustentador de todos los seres humanos.

El cuerpo, los sentidos… etc…, carecen de alma y la sensación de ser yo su poseedor respecto a ellos, es adhyas -ilusión. Por eso, una persona inteligente debería desembarazarse de dicha ilusión mediante su fidelidad a Brahma, la Realidad Absoluta.

Conociéndose a sí mismo como sakshi pratyagatma, -la interior alma presenciadora del propio intelecto y de todas sus manifestaciones- y asumiendo el ánimo de que «Yo soy Eso», deja de reclamar -como «mío»- la posesión de todas las cosas.

Habiendo dejado de seguir la sociedad, deja de seguir también al cuerpo. Habiendo dejado de seguir las escrituras, abandona también la ilusión del alma.

Arraigándose en su propia alma y utilizando diversas técnicas, mediante el escuchar y la propia experiencia, el yogui llega a conocerse a sí mismo como el alma de todo y su mente es aniquilada.

Sin conceder ninguna oportunidad al sueño, ni a las charlas sociales, ni a los objetos de los sentidos -sonidos, formas, sabores, olores, o sensaciones táctiles-, y sin olvidarse nunca del alma, contempla el alma en tu interior.

Este cuerpo está constituido por las excreciones de tu padre y de tu madre y se encuentra repleto de secreciones y carne. Por eso, alejándote de él como de un chandal -el intocable más bajo- y convirtiéndote en Brahma -la Absoluta Realidad- siéntete realizado. ¡Oh buscador de la Verdad! Al conocer la unidad del alma con el alma suprema, análogamente a la unidad del ghatakash -el cielo dentro de un bote- y del mahakash -el cielo sin un bote-, sin dividirte, permanece siempre en paz.

Convirtiéndote en el auto-iluminado, auto-generado, sustentador de todas las cosas y del alma humana, Brahman, la Absoluta Realidad, deshazte de tu sensación corporal y también de la sensación del cuerpo universal como si fueran contenedores de excreta. Convirtiendo el sentido de ego que ha controlado el cuerpo, en el Yo eternamente consciente y dichoso, abandona el cuerpo burdo y sé tan sólo tu solitaria alma inmortal.

¡Oh, inocente! De la misma manera que un ciudadano puede verse reflejado en un espejo, Yo soy Brahma, la Absoluta Realidad, en la cual se ve el reflejo de este mundo. Sabiendo esto, ¡oh sin pecado!, siéntete pleno.

Solamente una persona libre de las ataduras del ego alcanza su auténtica naturaleza. Por lo tanto, volviéndote inmaculadamente claro como la luna llena, uno se vuelve auto-luminoso y alcanza la dicha eterna.

Al cesar el sentido de «hacer», desaparecen todas las ansiedades. Al cesar toda ansiedad, cesan todos los deseos. La desaparición de todo deseo es la emancipación, y a eso se le llama «jivanmukti», la liberación mientras en vida.

Contemplándolo todo, en cualquier dirección, como Brahma, la Absoluta Realidad, al madurar ese sentimiento, todo deseo cesa. Nunca seas negligente en tu fidelidad a Brahma, la Absoluta Realidad, porque ésa es la única muerte. Así lo dicen aquellos que se hallan firmemente establecidos en Brahma.

El alga cuando es apartada, no pierde un sólo instante en cubrir el agua de nuevo. De la misma manera, si un sabio se aparta de su fidelidad a Brahma, aunque sea por sólo un instante, la ilusión le cubre de inmediato.

Aquél que ha alcanzado en vida la unidad con Brahma, la Absoluta Realidad, seguirá así incluso después de haber dejado el cuerpo. Por lo tanto, ¡oh inocente!, habiendo despertado, vacíate de toda elección en la dualidad.

Cuando uno contempla el alma no-dual mediante el nirvikalpa samadhi, -el despertar sin elección- ése es el momento en que el nudo de la ignorancia residente en el corazón se disuelve por completo.

Consolidando la ausencia de ego, abandonando toda sensación de «yo», etc… existe siendo indiferente a ellos como con las vasijas y ropas, etc… Todos los títulos -desde Brahma, el dios creador, hasta la piedra- son falsos. por lo tanto, afincado solamente en el alma, contempla tu propia alma en todo.

Yo soy Brahma, el creador.

Yo soy Vishnu, el sustentador.

Yo soy Shiva, el destructor.

Yo soy Indra, el señor de todos los dioses.

Yo soy el universo y lo soy todo.

No hay nada más que Yo.

El espejismo de los objetos sobre la propia alma, es una superimposición. Al abandonarla, uno es uno mismo: el perfecto, no-dual e inmóvil Brahma, la Absoluta Realidad. El mundo que aparece como distinto del alma, es casi falso. ¿Dónde se encuentra la división en una entidad pura, sin forma y sin órganos?

El alma consciente es libre de la nociones de veedor, visión y visto, etc… Es inmune a ello y es totalmente pleno como el océano en la época del Diluvio.

De la misma manera que la oscuridad se disuelve con la luz, la causa de toda ilusión se disuelve en la Absoluta Realidad sin parangón y sin órgano alguno. ¿Dónde se encuentra entonces la división?

La Realidad Suprema es única; ¿cómo puede contener división alguna? El estado de sushupti -el sueño profundo, sin sueños- es dichoso. ¿Quién ha visto en él división alguna? La raíz de esta división es la mente. Si no hay mente, no hay división. Por lo tanto, concentra tu mente en la consciencia universal la cual es tu propio interior.

Sabiendo que tú eres el alma perpetuamente dichosa, regocíjate siempre en esa dicha, dentro y fuera de propia alma.

El fruto del desapego es el conocimiento; el fruto del conocimiento, es la relajación. La paz que desciende al experimentar la propia dicha es el fruto mismo de la relajación. Si cada uno de los anteriormente mencionados no llegan sucediendo al anterior, has de saber que el anterior no ha fructificado.

La abstención de los objetos sensorios es en sí mismo, el contento supremo y la dicha incomparable.

Aquél que posee el atributo de ser la personificación de maya -la ilusión-, aquél que es el origen del universo, aquél que posee las características de omniscencia, etc…, y es la encarnación de lo indirecto, de la multiplicidad y de la verdad, etc., es conocido con la palabra «tat» – «Eso»

Aquél que parece sostener el «yo» como experiencia y como palabra, y aquél que es experienciado como separado de la consciencia, es conocido con la palabra «tvam» – Tú»

Existen dos atributos: maya -ilusión- para el alma universal; y avidya -ignorancia- para el alma encarnada. Al abandonarlos a ambos, lo que resta es lo perpetuamente cierto, el consciente y dichoso Para Brahma, la Realidad Suprema y Última.

De esta manera, mediante frases como «Tat tvamasi» -Eso eres tú- indagar en significados tales como «la unidad de jiva -el alma encarnada- y Brahma, la Absoluta Realidad», es sravana – la escucha. E indagar, de manera razonable, en el significado de todo lo escuchado, es manam -la contemplación. Al establecer tu mente en el indubitable significado alcanzado mediante esa escucha y contemplación, y sintonizar con ello, es nididhyasan -la asimilación. Dejando de lado al meditador y a la meditación respectivamente, cuando aquello sobre lo que se medita, la meta, permanece como único objetivo y la mente se aquieta como la llama de una lámpara en una habitación sin brisa alguna, eso se llama samadhi -la Iluminación.

Durante el samadhi, los objetos de la experiencia no se encuentran separados del alma, de ahí que no sean experimentados. Pero esas gloriosas experiencias del buscador que ha salido del samadhi, son inferidas mediante los recuerdos de la mente.

En este mundo sin principio, se acumulan millones y millones de karmas -acciones-impresiones.

Todos ellos son destruidos por este samadhi y el puro dharma -la propia naturaleza de uno- emerge.

Los que conocen el yoga lo llaman Dharmamegha samadhi -la nube del dharma- porque precipita, como una nube, mil y una corrientes del néctar del dharma. En este samadhi, la red de deseos se disuelve por completo mientras que los matojos de karmas acumulados llamados «virtud y pecado» son arrancados de raíz.

Al principio, esta frase ilimitada: Tat tvamasi – Eso eres tú-, siendo cierta, es sólo realizada de forma indirecta. Luego, el conocimiento directo -como un fruto de myrobalan mantenido sobre la propia mano- nace.

Cuando no surge ningún deseo hacia los objetos dignos de ser disfrutados, reconoce esto como el desapego último. Cuando ningún sentimiento de «yo» surge, reconócelo como el conocimiento último. Cuando los deseos ya disueltos no surgen de nuevo, eso es la relajación última, y un buscador así -un sthitpragya-, estable en su sabiduría, permanece siempre en la dicha.

Aquél cuyo Yo se halla absorto siempre en Brahma, la Realidad Suprema, permanece sin deseos e inmóvil. Cuando, purificadas por su unidad con Brahma y sumergidas en este único arrebatamiento, las actividades de la mente no eligen y permanecen solamente como consciencia, entonces eso es denominado pragya -sabiduría. Aquél que siempre posee esa pragya es llamado jivanmukta, el que se ha liberado en vida.

Aquél que no tiene sentimiento de «yo» referido a su cuerpo y a sus sentidos, ni sentido de «yo» para cualquier otra cosa, es un jivanmukta, el liberado en vida.

Aquél que no conoce diferencia alguna a través del intelecto, entre jiva -el alma encarnada- y Brahman, o entre Brahma y la naturaleza, la creación, es llamado jivanmukta, el liberado en vida.

Respetado por los buenos o insultado por los perversos, aquél que permanece siempre ecuánime es llamado jivanmukta.

Para aquél que ha conocido la esencia de brahma, este mundo ha dejado de ser igual que antes. Si no fuera así, no ha conocido aún el estado de ser de Brahma y es aún un extrovertido.

Mientras se experimente felicidad, etc… Eso se denomina prarabdha -acumulación de acciones e impresiones pasadas- porque los frutos surgen siempre de las acciones del pasado.

No hay fruto si no hay acción. De la misma manera que la actividad soñadora cesa al despertar, de forma análoga, las acciones pasadas acumuladas durante miles de millones de eones se disuelven instantáneamente cuando uno descubre «Yo soy Brahma».

Conociéndose a sí mismo como desapegado e indiferente igual que el cielo, el yogui no se apega en absoluto a ninguna acción futura. De la misma manera que el cielo presente en una botella conteniendo licor no resulta afectado por el olor del licor, el alma permanece inalterada ante cualquier suceso a pesar de estar presente en todos ellos.

Al igual que una flecha lanzada no puede detenerse antes de dar en el objetivo, las acciones realizadas antes de la Iluminación no dejarán de dar frutos después de que uno se ilumine. Una flecha disparada al considerar a un animal, un tigre, no puede detenerse a medio camino si descubrimos después que el animal era una vaca.

La flecha dará en el blanco con toda su fuerza. Análogamente las acciones ya realizadas dan fruto incluso después de que la Iluminación suceda. El que comprende su propia inmortalidad y eterna juventud permanece uno con el alma y no guarda relación alguna con los frutos de sus pasadas acciones.

El karma -las acciones del pasado- fructifica solamente cuando tenemos la sensación de pertenencia respecto a nuestro cuerpo. No es deseable tener nunca el sentimiento de que «este es mi cuerpo». De esta manera, abandonando el sentimiento de posesión de un cuerpo uno se deshace de los frutos de las acciones pasadas.

Esta falacia -este es mi cuerpo- es la causa que genera en la imaginación la idea de las acciones pasadas. ¿Cómo puede ser verdad algo que es impuesto o imaginado sobre una falacia? ¿De dónde puede surgir algo, si eso, en primer lugar, no es real? ¿Cómo puede destruirse aquello que nunca ha nacido? ¿Cómo puede lo irreal poseer acciones pasadas?

La sensación de propiedad del cuerpo es el resultado de nuestra ignorancia y resulta destruida por completo con la Iluminación. ¡Cómo entonces subsiste el cuerpo?

Para satisfacer esta duda del ignorante, las escrituras atribuyen -exteriormente- la pervivencia del cuerpo a las pasadas acciones. No es para explicárselo a los que saben, sino para satisfacer al ignorante, que las escrituras dicen: «El cuerpo…etc.., es una realidad», y también que existe el karma acumulado, las acciones del pasado.

Realmente no existe nada más que el Uno y no-dual Brahma, el cual es perfecto, sin principio ni final, inconmensurable, inalterable, morada de la dicha, morada de la consciencia, morada de la verdad, eterno, indestructible, omnipresente, uniforme, total, infinito, multidireccional, imposible de ser perdido o hallado, sin sostén alguno, independiente, sin atributos, inmóvil, sutil, sin elección, inmaculado, indefinible, trascendiendo mente y habla, verdaderamente rico, auto-evidente, puro, consciente y distinto a todo lo conocido.

Así, sabiendo por propia experiencia que el alma es indivisible, sé bendito y mora en gozo perpetuo en el alma inalterable.

Escuchando estas enseñanzas del maestro, el discípulo alcanza la Iluminación y empieza a decir:

«Ahora mismo veía el mundo. ¿Adónde se ha ido? ¿Quién se lo ha llevado? ¿En qué se ha disuelto? ¡Qué gran sorpresa! ¿Acaso no existe? En este gran océano de Brahma, lleno del néctar de infinita dicha, ¿a qué he de renunciar ahora y que me he de llevar? ¿Qué hay ahora de distinto y qué hay ahora de extraordinario?

No veo nada, no oigo nada, no sé nada, porque siempre me encuentro en mi dichosa alma y soy mi propia naturaleza. Estoy libre, sin cuerpo, sin género; soy dios mismo; soy el silencio absoluto; soy infinito; lo soy todo; soy el más anciano; no soy el que «hace», ni soy el que sufre; soy inextinguible e inalterable, soy la morada del puro conocimiento; estoy solo y soy la bondad eterna.

****

Esta sabiduría fue entregada por el maestro Apantanaram; Apantanaram se la entregó a Brahma; Brahma se la pasó a Ghorangiras; Ghorangiras se la entregó a Raikva; Raikva se la entregó a Rama; y Rama se la entregó a todos los seres vivientes. Este es el mensaje del nirvana, la enseñanza y disciplina de los Vedas. Así termina este Upanishad.

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Retrato de Tatiana Plakhova 02

LA ARTISTA RUSA TATIANA PLAKHOVA BUCEA POR EL MAR CUÁNTICO DE BITS  PARA EXTRAER LAS JOYAS VISUALES QUE REPRESENTAN UN UNIVERSO CUYA ESENCIA ES LA INFORMACIÓN

Según las más innovadores teorías de la física cuántica, el universo es, en esencia, información. De la misma manera que las imágenes que ves en una computadora se despliegan a través de un código informático, también los objetos que llenan el paisaje de lo “real” están hechos de un código de información que los despliega ante tus ojos (que a su vez son datos: luz y tal vez espíritu).

Tatiana Plakhova 01

Tatiana Plakhova captura en sus diseños la interacción entre el mundo y la información que en él subyace, que, literalmente, lo forma desde dentro. Como aquellas visiones psicodélicas en las que observamos la irrupción de fractales, glifos, arabescos y mandalas en el espacio, llenando el cielo de matemáticas visuales, de mágicas visiones mayas o de una matriz holográfica que se desborda, revelando el seductor cuerpo de la diosa cuántica de la información.

Tatiana Plakhova 02

Parecería un fascinante arte fractal, pero para reflejar el tejido informático del universo, la artista rusa Tatiana Plakhova diseña a mano las formas prístinas y subterráneas del mundo que experimentamos —código programativo que habita el fondo de coral de nuestro inconsciente— y luego las superpone sobre fondos o fotografías. Representaciones abstractas de la conciencia cósmica, enramadas de datos, mapas del tejido energético: el proceso de la información evolucionando hacia formas más complejas hasta en el futuro lograr conciencia de sí misma.

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“Depende de mí humor y el tema que quiero representar. Los proyectos reminiscentes de estrellas eran de formas, solo una forma transformándose en otra. Antes de hacer el proyecto de biología coleccioné miles de fotos microscópicas e imágenes botánica para sentirlo desde dentro. La complejidad folk se originó de mi amor por la belleza del arte oriental y el arte popular, entendiendo que casi todo el arte popular se basa en las mismas formas, solo está distribuido de maneras distintas.  Así que pese a la separación de diferentes artes populares, hay formas unificadas, y puedes ver esto en el arte indio, árabe, otomano o ruso, etc.”, dice la hermosa Tatiana, quien logra expresar visualmente la idea de que el arte sagrado es el espejo metamórfico de las formas primordiales, quizá de la misma geometría que se usó para crear el universo.

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Serie “La Otra California”. La aparición de las esferas de información etérea, lo que en la India llaman Akasha. Medusas galácticas, mantarayas de data y la diosa mandálica que mantiene todo unido, en su red rizomática.

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Según el físico David Bohm en el vacío cuántico, el llamado “punto cero”, yace un mar de energía infinita del cual se despliega la realidad que percibimos: esta es la zona del orden implicado, donde todas las cosas son una.

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En su serie “Noósfera de Día/Noósfera de Noche”, Tatiana captura las líneas de información que tejen el orden del caos, la matemática subyacente  a nuestra cotidianidad y a nuestra arquitectura, que manifiesta la activación autoconsciente del cerebro del planeta, como un organismo auto-organizado cuya energía vital es la información.

FUENTE: http://pijamasurf.com/2011/06/deidades-informaticas-y-abstracciones-del-codigo-fuente-el-arte-de-tatiana-plakhova/

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Por: Virginia Gudiño

NEUROMODELACIÓN 2

Cambiar interiormente significa modificar nuestra forma de sentir o de reaccionar frente a un evento dado.  El cambio interior es un proceso de transformación interna que nos permite comenzar a dirigirnos en una nueva dirección, alejándonos de lo que nos desagrada y perjudica, y acercándonos hacia lo que nos beneficia y produce placer.

Desde hace algunos años, la neurociencia estudia el funcionamiento y comportamiento del cerebro en vivo. Esto posibilitó descubrir que existe la neuroplasticidad cerebral, y más aún, el poder crear herramientas y técnicas específicas para fortalecer las conexiones neuronales que deseamos (proceso llamado Potenciación a Largo Plazo, PLP) e ir ¨borrando¨, deconectando¨ las que nos generan inconvenientes en nuestra vida. (Depresión a Largo Plazo, DLP)

Ello nos abre paso a una nueva dimensión en el conocimiento y comprensión de nosotros mismos, permitiéndonos modelar nuestras conductas, ¨cambiarnos¨, operando así en una real transformación interna.

SPL-C006-8485Podemos definir la memoria como «la capacidad de acumular, retener y recuperar información¨. Quien se encarga de esta tarea es nuestra Unidad Cerebro-Mente (UCM). Cada uno de nosotros somos memoria, la suma de una memoria genética (que posee respuestas de lucha y huida) y de una memoria memética (cultural).

La memoria amigdalina (alojada en la estructura cerebral llamada amígdala), madura guardando información de dolor, desde que nacemos, La información que en ella existe es de aprendizaje rápido (aprendizaje emocional) y no se borra, aunque sí podemos aprender a frenar los impulsos que de ella derivan.

Las reacciones tanto de miedo (depresión, soledad, estrés, pánico) como de agresividad constituyen una respuesta característica de los impulsos de esta estructura. Las personas con mayor control de las situaciones poseen bancos de memoria con menos dolor y por tanto, una amígdala con menor sensibilidad.

La memoria hipocámpica, en cambio, madura alrededor de los 3 – 4 años y la podemos traer a conciencia y variar. Podemos aprovechar la información y entrenarla para hacer un plan, una estrategia, ajustar las interpretaciones (hasta llegar a la correcta), modelar sus redes hebbianas y mejorar así la calidad de nuestras vidas.

El cerebro humano contiene 100.000 millones de neuronas, que se hallan conectadas en forma de una intrincada red de 100 billones de sinapsis o conexiones nerviosas, formando redes hebbianas o neuronales. Los bancos de memoria son redes hebbianas especializadas, y son ellas quienes crean nuestros hábitos y conductas.

Pero realizar cambios representa abandonar lo conocido y nuestro cerebro se resiste a todo lo que le es ¨desconocido¨ (aunque sea la mejor solución, y un bien mayor para la propia vida lo que se ofrece), pues lo interpreta como PELIGRO para la supervivencia y esa es la razón por la cual, cambiar no nos resulta tan sencillo; neurobiológicamente hablando, el cerebro presenta resistencia al cambio.

Una vida sin cambio interior es una simple supervivencia. Las personas que logran realizar sus metas y objetivos, son las que saben que cambiar es tener la oportunidad de aprender algo nuevo para crecer. Pero para cambiar es necesario vencer la resistencia al cambio citada, explorar lo que está más allá de nuestro conocimiento actual, es necesario expandir nuestros propios límites; significa tener la flexibilidad necesaria para modificar nuestro modo de sentir o de actuar con el fin de lograr nuevos y mejores resultados.

ayudar-al-bebé-a-aprenderHoy gracias a los avances en neurociencia y en otras disciplinas afines a las conductas humanas, se conoce científicamente cómo opera nuestra Unidad Cerebro-Mente (UCM) y cómo además podemos modificar y entrenar nuestras redes neuronales para obtener los cambios que deseamos en nuestras vidas

Los problemas se disuelven al comprenderlos y es fundamental utilizar herramientas de cognición para conocer y aprender. Para ¨ver¨ hay que saber, el saber es lo que nos permite darnos cuenta, es lo que da las instrucciones al cerebro y nos posibilita desarrollar mayor tolerancia, hacia uno mismo y hacia los demás. No se puede ver lo que no se sabe, por eso es fundamental la tetacognición: “verse a uno mismo”.

– Qué pasa entonces con el cerebro, ¿es posible ejercitarlo para que aumente su capacidad de neuromodelación y cambio de conductas?

La respuesta es afirmativa. Podemos modelar nuestro cerebro y mente a partir de la comprensión de cómo operan en unidad y de su entrenamiento. La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro dereorganizar y modificar funciones para poder adaptarse a los cambios (externos e internos) a través de la creación de nuevos circuitos neuronales (redes hebbianas) que permitan resolver los nuevos desafíos y borrando los que quedaron en desuso, que ya NO nos son útiles.

La neuroplasticidad como propiedad universal del sistema nervioso (SN), tiene en general carácter adaptativo. Se expresa en cada etapa del desarrollo de un individuo, a partir de fenómenos genéticamente programados (como el crecimiento y la migración neuronal) y también asociados a las experiencias individuales, como el aprendizaje o posterior a la ocurrencia de lesiones en el SN.

Esta capacidad tiene entonces importantes implicaciones en el aprendizaje. Las respuestas desencadenadas por el Sistema Nervioso son más complejas cuanto más exigente sean los estímulos ambientales. El cerebro necesita una intrincada red de circuitos neuronales conectando sus principales áreas sensoriales y motoras, es decir, grandes concentraciones de neuronas capaces de almacenar, interpretar y emitir respuestas eficientes a cualquier estímulo, teniendo también la capacidad, en todo momento -en correspondencia con nuevas informaciones- de reajustar sus conexiones sinápticas y nuevos aprendizajes.

Donad Hebb 2Cada recuerdo es grabado en una red neuronal con una disposición espacial concreta. Este modelo memorístico fue esbozado en 1949 por el psicólogo canadiense Donald Hebb. Éste afirmó que la huella de un recuerdo fruto de una experiencia ocurre y se mantiene por medio de modificaciones celulares que primero trazan y luego consolidan la estructura espacial de las redes neuronales.

La memoria está pues constituida por un conjunto de sistemas cerebrales que tratan y almacenan componentes específicos de la información. En condiciones normales, estos subsistemas, que en última instancia quedan grabados en la corteza cerebral, trabajan de forma coordinada.

Los científicos saben que los animales aprenden de la experiencia porque en el cerebro ocurren cambios que hacen posible que la información pueda ser adquirida, grabada y evocada. A nivel celular, estas modificaciones suceden en la sinapsis, el punto de comunicación entre neuronas.

Para que la neuromodelación sea posible es necesario también que si una red hebbiana no se usa, deba ir perdiendo poco a poco sus células componentes, hasta desaparecer. Existen entonces dos tipos de neuroplasticidad: la positiva, que se encarga de crear y ampliar las redes hebbianas, y la negativa que se encarga de eliminar aquellas que no se utilizan

Este proceso permite que las nuevas experiencias de vida, y los nuevos conocimientos que vamos adquiriendo, remodelen una y otra vez nuestro cerebro. Por tanto, si bien nuestros genes pueden predeterminar algunas de las características de nuestra personalidad no son los responsables finales de ella.

La genética nos da el tono general, pero es el estado mental (pensamiento + emoción) quien condiciona nuestra forma de pensar (Mundo Interior), nuestra actitud corporal y la forma en que actuamos Recíprocamente, al actuar distinto estaremos cambiando la forma de pensar, la posición corporal y lo que sentimos.

La llamada «realidad», no es más que nuestra realidad y no la realidad absoluta. Cambiar interiormente significa expandir esa limitada realidad subjetiva. Podemos lograr lo que nos propongamos, especialmente si entendemos que cambiar interiormente es la clave para seguir evolucionando.

FUENTE: http://www.neurocapitalhumano.com.ar/shop/detallenot.asp?notid=124

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LA ESENCIA DEL MENSAJE DEL ESPIRITISMO COMO RESPUESTA A LOS DESAFÍOS ACTUALES DEL SER HUMANO

Encabezamiento ponencia Salou

Por: Oscar M. García Rodríguez

 INTRODUCCIÓN

El artículo que presentamos a todos los amigos y visitantes de este blog, constituye la PONENCIA que ofrecimos en el II ENCUENTRO ESPÍRITA BEROAMERICANO, que se desarrolló en la ciudad de Salou (Tarragona, España) entre el 1 y el 4 del pasado mes de mayo del año en curso, organizado por  la Confederación Espírita Panamericana (CEPA) y la Asociación Internacional para el Progreso del Espiritismo (AIPE).

Desde aquí aprovecho la oportunidad para hacer un reconocimiento público al magnífico hacer del Centre Barcelonés de Cultura Espírita, a cuyos miembros cupo, en buena medida, el esfuerzo operativo de la organización del evento, un trabajo que supieron llevar con diligencia y sabiduría a buen término.


CABECERA PONENCIA

1. PRESENTACIÓN

Reflexioné sobre el método más apropiado a usar en esta breve exposición, y entre uno que concite unánimes asentimientos y otro que provoque algunas incomodidades, elijo sin dudar el segundo. Porque, ¿qué significa incomodar? Literalmente “sacar de la comodidad”, ya que, como en cualquier otra área del saber y del hacer humanos, algún sector del Espiritismo tampoco se libra de esa tendencia, tan natural como perjudicial, que ansía espacios de seguridad y comodidad. Solo que eso, a fin de cuentas, se convierte en la antesala de la muerte, entendida no como extinción, claro está, pero si como degradación y disipación.

Sentiremos que hemos cumplido el objetivo propuesto, si logramos al final generar tanto corrientes de sintonía como, en otros casos, dinámicas de incomodidad, paso necesario para una re-evolución que contribuya a desplazar esclerosados esquemas de pensamiento y acción.

2. PREGUNTAS NECESARIAS

Comencemos con algunas preguntas que consideramos necesarias: ¿Es el Espiritismo un ideal del pasado, del presente o del futuro? ¿Es el Espiritismo un ideal enfocado exclusivamente a la vida intimista o, por el contrario, implica una visión integral de la existencia? ¿Tiene la concepción espiritista una proyección en la arquitectura social?

La respuestas a estas cuestiones son claras y tajantes: el Espiritismo ha sido un ideal de ayer, lo es de hoy y lo será de mañana, tanto para el ámbito individual como colectivo, desde el momento en que sus planteamientos filosóficos, científicos y éticos  no solo se mantienen vigentes, sino que se ven reforzados día a día por los descubrimientos del saber humano, y porque los horizontes que idealiza responden a las necesidades y demandas básicas de los hombres y mujeres de este mundo, necesidades de orientación, sentido y plenitud.

El Espiritismo, como paradigma para la vida individual, se extiende a la vida colectiva, porque las transformaciones interiores a que conduce a los individuos, en tanto células que son de un cuerpo social, repercuten en el conjunto. No son ámbitos que se puedan disociar.

Pero no nos engañemos, si los espiritistas no mantienen el ideal que representan en constante actualización mediante la auto-poiesis (auto-recreación) permanente de los que lo sustentan, terminará quedando abandonado a la orilla del camino de la vida, como el resecado esqueleto de un viejo dinosaurio, símbolo de un tiempo pasado.

3. PLANTEAMIENTOS DE BASE: JERARQUÍA DE LOS MUNDOS

Si queremos emprender un camino, hemos de comprender dónde estamos y hacia dónde pretendemos dirigirnos. Vamos a intentar dar respuesta a la primera cuestión y más adelante abordaremos la segunda.

¿Dónde estamos? ¿Desde dónde partimos? ¿En qué punto de la escala evolutiva se encuentra la humanidad terrestre? Según las enseñanzas dadas por los espíritus, los mundos habitados que pueblan el universo pueden encuadrarse en alguno de los estadios de la siguiente escala:

a.- MUNDOS PRIMITIVOS: destinados a las primeras encarnaciones del alma humana.

b.- MUNDOS DE EXPIACIÓN Y PRUEBAS: donde domina el mal.

c.- MUNDOS DE REGENERACIÓN: en los cuales las almas aun tienen algunos aspectos que expiar y sacan nuevas fuerzas, reposando de las fatigas de la lucha.

d.- MUNDOS DICHOSOS: donde el bien sobrepasa al mal.

e.- MUNDOS SUPERIORES, CELESTES O DIVINOS: habitados por espíritus depurados, donde reina exclusivamente el bien.

La Tierra, según esa clasificación, pertenecería a la categoría de “mundos de expiación y prueba”, pero en su última fase; es decir, estaría en transición hacia la siguiente categoría, la de mundo regenerado.

El bien que ese tránsito implica y representa, jamás se podrá imponer, tendrá que ser reconocido, comprendido, sentido y, finalmente,  practicado. Por eso decimos que todo tiene su precio y que lo que no cuesta no se valora porque no es apreciado. Todo ha de ser “pagado”.

Que nadie se sorprenda si digo, pues, que el Espiritismo también tiene su “precio” y habrá de ser pagado. Pero, ¿cuál es el “precio” del Espiritismo? Evidentemente no es un valor material, es el precio de la vida insulsa, alienada, acomodaticia y mecánica. Comprender y aceptar los valores espiritistas nos encamina irremediablemente hacia una senda que yo llamo “la bendita maldición”.

4. EL ALGORITMO DE LA CONCIENCIA

La palabra CONCIENCIA proviene del latín conscientia y se define generalmente como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno. Conscientĭa significa, literalmente, «con conocimiento» (proveniente del latín cum scientĭa). Aún así, es un concepto que ha estado sujeto a múltiples y dispares interpretaciones.

Entendida, pues, la conciencia como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno, surge inmediatamente otra pregunta: ¿Cómo se adquiere? Volvamos sobre nuestros pasos, desandemos el camino.

La expresión máxima de algo de lo que estemos concienciados, de algo que tengamos totalmente interiorizado, se representa cuando SOMOS de acuerdo a eso que tenemos integrado; no obstante, ¿cómo evidenciamos o demostramos que somos? Mediante nuestro HACER. Pero para hacer es necesario antes haber COMPRENDIDO. Y previo a la comprensión, ¿qué se necesita? ENTENDER. Finalmente, ¿qué es aquello imprescindible sin lo cual jamás podría producirse el entendimiento? La ATENCIÓN.

La CONCIENCIA, pues, comienza con la ATENCIÓN. Queda así plasmada la ruta del No-Ser al Ser, el Logaritmo de la Conciencia:

ATENDER   →   ENTENDER    →  COMPRENDER   →    HACER  →   SER

algoritmo de la conciencia 2

La atención es una disposición interior y una actitud exterior, es la manera que encuentra el alma  para escapar de la parálisis existencial y del sufrimiento; responde a un profundo anhelo que permea y termina por despertar al individuo.

Llamamos entendimiento, al proceso por el cual la mente es capaz de vislumbrar la trama de relaciones que enlazan un conjunto de elementos aparentemente diversos y dispersos de la realidad, en un todo coherente. Entender es, pues, tender puentes.

Cuando esa trama de relaciones se aprehende, cuando la hacemos nuestra, cuando somos capaces de “verla” en su totalidad adentro como en una imagen nítida hasta en sus menores detalles, es que empezamos a comprender.

Es en este punto cuando se hace notoria la intención oculta, que no es más que una continuada voluntad de ser, la cual hasta entonces se había mantenido solapada, pero que realmente está en el origen del proceso de concienciación-transformación. Y es que la intención viene a ser la más primaria u original expresión de nuestra esencia espiritual, ya que es la misma alma en proyección.

Pero la intención, como “continuada voluntad de ser”, propende finalmente a concretarse mediante la acción, mediante la obra viva. Así, al proceso por el cual la intención toma forma con la acción, desvelando una parte mayor del SER, es lo que se llama expansión de la conciencia.

Entonces surge, asociada, la PRESENCIA, es decir la capacidad de estar presente, porque solo está presente quien ES y en la medida en que ES. Y aparecen también, como cualidades concomitantes, el CRITERIO y el CARÁCTER.

La expansión de la conciencia supone una extensión del PRESENTE del Ser. Y allí donde para el Ser es Presente, deja de haber separatividad. ¿Qué nombre recibe esto? AMOR.

En suma, donde no hay atención jamás podrá haber intención; es decir, no podrá haber espíritu manifestado, no podrá haber ESPIRITUALIDAD.

Recordemos que Jiddu Krishnamurti exhortaba a sus oyentes a que superasen “la lógica de la reacción”. ¿Cómo? Sustituyéndola por su opuesta, la lógica creativa, aquella que es capaz de saltar por encima de los automatismos y las memorias al aplicar la atención.

5. ESTADOS DE CONCIENCIA Y MODOS DE CONOCER

Cada estado de conciencia se proyecta en un particular modo de conocer. Podemos distinguir en principio tres, cada uno con sus potencialidades y sus límites, más un cuarto que es resultado de una síntesis, del que hablaremos más adelante. Estos modos de conocer se expresan, igualmente, en tres formas de estar en el mundo:

1º. Modo visceral: tiene carácter instintivo-reactivo. Su finalidad principal es garantizar la sobrevivencia.

2º. Modo emocional: de carácter irracional, gira en torno a la dicotomía placer-displacer; es decir, en torno al “me gusta” o “no me gusta”.

3º. Modo intelectual: de carácter racional (analiza, compara, busca patrones, induce, deduce..). Profundiza pero a la  vez disgrega, por lo que no podrá jamás proporcionar una visión de conjunto.

Esos tres modos de conocer, ¿se vincularán fisiológicamente a nuestros tres cerebros? Veamos cuáles son:

– El “Cerebro” o Sistema Nervioso Entérico (SNE). Se trata del sistema digestivo. Se han encontrado aquí suficientes células nerviosas y conexiones como para afirmar que se trata de un tercer cerebro, integrado por más de 100 millones de neuronas distribuidas a lo largo del intestino (más que toda la médula espinal). Estas neuronas están conectadas con el cerebro encefálico e influyen en nuestro estado emocional. Es como si tuviésemos una especie de radar que se constituye en un sexto sentido que nos guía en situaciones complejas de peligro o de extrema emoción. En el SNE se produce el 95% de la serotonina total del cuerpo, un neurotransmisor que tiene entre sus principales funciones las de regular el apetito,  equilibrar el deseo sexual, controlar la temperatura corporal, la actividad motora y las funciones perceptivas y cognitivas.

cerebro entérico 2

 – El Cerebro Cardíaco. Se ha descubierto que el corazón contiene un sistema nervioso independiente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas, junto a una compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo. Con esos circuitos tan elaborados, parece ser que el corazón es capaz de tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro, puede percibir, aprender y recordar.

CEREBRO CARDIACO

Del corazón parten cuatro tipos de conexiones que van hacia el cerebro de la cabeza:

1ª. La comunicación neurológica mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias.

2ª. La información bioquímica mediante hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF (llamada también Factor natriurético atrial o atriopeptina), la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés y producir y liberar oxitocina, la que se conoce como hormona del amor.

3ª. La comunicación biofísica mediante ondas de presión. A través del ritmo cardiaco y sus variaciones, el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo.

4ª. La comunicación energética. El campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, unas 5.000 veces más intenso que el del cerebro de la cabeza, extendiéndose alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros. Se ha observado que cambia en función del estado emocional, de forma que, por ejemplo, cuando tenemos miedo, frustración, estrés, ira o desconfianza, se vuelve caótico y, por el contrario, se ordena con las emociones positivas, elevadas y generosas.

Los mismo pasa con el ritmo cardiaco, al punto que las ondas cerebrales se sincronizan con sus variaciones; es decir, que el corazón arrastra a la cabeza. En conclusión, el llamado “amor del corazón” no es solo una emoción sino un estado de conciencia inteligente.

El cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza centros neuronales novedosos, centros superiores de percepción, que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. Su conocimiento es directo, inmediato, instantáneo, y por ello tiene una percepción exacta de la realidad.

Este circuito se activa ejercitando las llamadas “cualidades del corazón”: la apertura hacia los demás, la capacidad de escuchar, la paciencia, la cooperación, la aceptación de las diferencias, el coraje… Es decir, con la práctica de los pensamientos y emociones positivas. Esto significa, en esencia, liberarse del espíritu de separación y de sus tres mecanismos primarios: el miedo, el deseo y el ansia de dominio.

equilibrio mente corazón

La forma de liberarnos de estos mecanismos es tomando la posición de testigos  (observadores), observando nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, y escogiendo las emociones que nos hacen sentir más plenos.

– El Cerebro de la Cabeza o Cerebro Encefálico. Contiene 100.000 millones de neuronas conectadas en forma de una inmensa e intrincada red de sinapsis o conexiones nerviosas, formando redes hebbianas o neuronales. Los bancos de memoria son redes neuronales especializadas, y son ellas quienes sustentan nuestros hábitos y conductas.

Si nos atenemos a la Teoría Sintérgica de neurofisiólogo mexicano Jacobo Grinberg, nuestro cerebro interactuaría con ese campo informacional al que buena parte de los científicos llama campo cuántico, otros como David Bohm orden implicado y que él denomina Lattice. A partir de esta interacción, como resultado final del procesamiento cerebral y a través de lo que él llama “campo neuronal”, aparecería la realidad perceptual que percibimos tal y como la conocemos, es decir, los objetos, formas, colores, olores y texturas.

6.- UN CUARTO MODO DE CONOCER

Entonces, ¿cuál sería ese cuarto modo de conocer que puede ir más allá del pensamiento discursivo, de los juicios, de las opiniones, de los análisis, de las inducciones y las deducciones, del “me gusta” o “no me gusta”? Ya lo hemos visto: es LA INTUICIÓN. Este no es un modo de conocer ni irracional ni racional, va más allá, tiene carácter arracional.

Maurice Barbanell y Silver Birch

                              Maurice Barbanell                                                             Silver Birch

Como muchos sabrán, Silver Birch es el nombre de un instructor espiritual que se manifestaba bajo la personalidad de un piel roja, responsable invisible de un compendio de maravillosas enseñanzas transmitidas a través de las facultades de intermediación del médium británico Maurice Barbanell. Pues bien, en cierta ocasión se le hizo a dicha entidad la siguiente pregunta: “¿Podrías explicar qué es la intuición?”. Su contestación fue:

“Sí, puedo explicarlo en una frase:  LA SUGESTIÓN DEL ESPÍRITU. La intuición es la manera por la que el espíritu se hace consciente de sí mismo; ataja el proceso normal del razonamiento terrenal. La intuición logra a la velocidad de la luz, lo que normalmente conseguirías después de mucha deliberación. La intuición es ese proceso de sintonismo durante el cual recibís esa sugestión que alcanzaríais después de mucho tiempo y pensamiento sobre el mismo tema”.  (De: Antología de Silver Birch)

Estudios realizados por un equipo de científicos dirigidos por el profesor Marius Usher en la Universidad de Tel Aviv, han demostrado que la intuición es infinitamente más fiable que la razón, confirmando que en un 90% de los casos acierta.

Nuestro entendimiento y nuestro sentir nos llevan a manifestar que ha llegado la hora de activar con énfasis y generalizar esta forma de percibir y conocer la realidad, un modo que trasciende el intelecto, lo discursivo, lo argumentativo y lo cartesiano, en la medida en que todo eso apenas acota, bordea, delinea, pero no entra – porque no puede – en el corazón de la “cosa en sí”.

Termina el tiempo de, simplemente, describir, discursear, opinar y separar, llega tiempo para cultivar las buenas impresiones, unir y vivir. Quien no lo haga así estará prácticamente “muerto” y “ahogará” lo que representa, incluso al Espiritismo, si habla en su nombre.

Lo característico de la intuición como modo de conocer, es que cada vez que se activa promueve una ósmosis de significados. Jamás habrá verdadera comprensión sin ese trasvase, que es lo único que proporcionará SENTIDO. Es mediante la intuición que es posible superar la dualidad o separatividad, raíz de todo conflicto.

¿Pero cuál es el mecanismo que permitirá el afloramiento de este cuarto modo de conocer y qué estado de conciencia representa? Las más modernas investigaciones en neurofisiología, dan a entender que en el plano orgánico es la sincronización hemisférica cerebral el basamento de la manifestación de este modo de conocer, que a su vez es producto del desarrollo armonioso y coherente de valores y facultades interiores complementarios: información más cualidad; forma más estado; estructura más energía; en definitiva, INTUICIÓN.

Para que esto llegue a producirse, se necesita algo que el propio Kardec describió en el ítem 19 de El Libro de los Espíritus, en que nos señala dónde reside la deficiencia que a día de hoy, según nuestro actual estado evolutivo, sigue siendo preciso llenar para dar el salto: el progreso moral: “Sólo el progreso moral puede asegurar la felicidad de los hombres sobre la Tierra – asevera – … él es el encargado de tirar abajo las barreras que separan a los pueblos, el que hará desaparecer los prejuicios de castas y acallará los antagonismos sectarios, enseñando a los hombres a considerarse hermanos destinados a ayudarse y no a vivir parasitariamente los unos de los otros”.

7.- SOCIOLOGÍA ESPIRITA

El 28 de junio de 1872, durante una sesión mediúmnica que se celebró en la Sociedad Espiritista Española de Madrid, se solicitó a los espíritus una fórmula que permitiera resolver lo que entonces se denominaba la «cuestión social“, eso que hoy denominamos «la crisis». Tal como recoge el secretario de la Sociedad, Diodoro de Tejada, los espíritus respondieron lo siguiente:

«¿Una fórmula pedís? ¿Una fórmula que establezca para el porvenir la felicidad humana? Sólo puede plantearse el resultado, la solución del problema. La fórmula sólo es dada encontrarla a la humanidad, porque en ella misma está la fórmula la busca, puesto que harto presienten vuestros espíritus cuál será su glorioso porvenir, porque lo sienten. Todos producir con arreglo a la aptitud de cada cual y todos participar del producto de los demás. He aquí la aspiración que una vez alcanzada, el cielo bajará a la Tierra, o mejor dicho, la Tierra se elevará hasta el cielo».(«Sociedad Espiritista Española, Sesión Inaugural del año 1873-1874. Memoria y Discurso», Folleto editado por la misma Sociedad. Imp. de D. J. M. Alcántara, C/ Fuencarral, nº 81. 16 páginas.)

He aquí, en tan breve texto, la clave de todo lo que venimos exponiendo, el hilo conductor que nos lleva tanto al corazón del problema como a las puertas de su resolución. Tengan bien presentes estas palabras y su significado, en relación con lo que pasaremos a exponer en adelante.

Manuel S. PorteiroUno de los autores espíritas que más avanzó en la clarificación y síntesis de los nuevos conceptos sociológicos derivados de la doctrina de los espíritus, fue el argentino Manuel S. Porteiro (1881-1936). Según podemos extraer de manera muy resumida de su trabajo, los principios fundamentales de esa nueva Sociología, que servirían de base a la sociedad del porvenir, formada por seres humanos de sanos ideales, son:

  • El reconocimiento del derecho natural.
  • El reconocimiento de la igualdad social.
  • El reconocimiento de la igualdad económica, proporcional a las necesidades y aptitudes de cada uno.
  • El reconocimiento de la igualdad de deberes en la producción útil, o sea en el trabajo material o intelectual.
  • La distribución del trabajo social en concordancia con las aptitudes y gustos de cada uno, con libertad en la elección del trabajo y asimismo en su duración.
  • La supresión de todo castigo legal e implantación de nuevos métodos correctivos en concordancia con el concepto espiritual de la vida.
  • La educación moral fundada en la justicia y en el derecho natural igual para todos.
  • El respeto mutuo, sin distinción ni categoría. Libertad, Igualdad y Fraternidad, no solo como meras proclamas constitucionales, sino como hechos sociales, derivados de la justicia económica y social de la nueva moral espírita. (De: “Concepto Espírita de la Sociología”, por Manuel S. Porteiro).

Todo esto incluye, evidentemente, la igualdad de derechos entre la mujer y el hombre; la libertad de conciencia y de ideas, y, por encima de todo, la certeza de nuestra inmortalidad y del progreso indefinido del Ser. La conjugación de todo ello da forma a la más revolucionaria,  humana y espiritual concepción  que jamás pudiera plantearse.

8.- LAS GRANDES PLAGAS QUE AZOTAN A NUESTRA SOCIEDAD

Podemos decirlo de muchas formas, pero las grandes plagas, males o problemas que afectan a nuestra sociedad, pueden sintetizarse en cuatro grandes bloques:

a.- La violencia: la violencia es fruto de la incoherencia entre el SER y el ESTAR del individuo y tiene infinidad de caras: desprecio, humillación, maledicencia, imposición, irrespeto, desconsideración, descalificación, comparación, crueldad, etc.

Pero, además, esta incoherencia interior anula el carácter, que no es más que la “presencia del Ser”; sin SER no puede haber presencia y donde no hay presencia no habrá carácter. La violencia, en cualquier sentido es, pues, un síntoma más de la falta de carácter.

Cada estado de conciencia es generador de situaciones que nunca son inoperantes o inocuas, trae manifestaciones y consecuencias, bien sea hacia adentro, bien sea hacia afuera, o ambas.

b.- La obnubilante tecnificación: vivimos enfrascados en una tecnocracia incapacitante, que mantiene a una buena parte de la humanidad en un mundo virtual artificial, confuso, alucinado y desconectado de la realidad.

c.- El consumismo exacerbado: todo este sistema de vida produce vacío interior, el cual busca ser llenado con “algo” inmediato, de ahí la loca carrera por las posesiones, el consumo y el derroche, buscando suplantar la falta de sentido.

d.- La oscuridad espiritual: podemos concluir que las tres primeras plagas derivan todas de esta última.

9.- LOS TRES DESTINOS

Este panorama aboca a la humanidad a elegir entre tres posibilidades que se abren ante ella con respecto a su destino futuro, el cual va a depender de la elección colectiva que seamos capaces de hacer: 1) La autodestrucción; 2) La deshumanización, ó 3) La Solidaridad.

Los tres destinos

Tenemos confianza en la naturaleza humana y hay factores en juego que pueden inclinar la balanza. Uno de estos factores lo forman los que denominamos “mensajeros del tiempo venidero”.

Existe un tiempo colectivo y existe un tiempo personal, porque, a fin de cuentas, “el tiempo es “la vida íntima de la conciencia”. Hoy, como en otras épocas, si bien de una manera mucho más notoria y extensa, hay entre nosotros “infiltrados” que son como viajeros del tiempo futuro, los cuales se están revelando ya y se revelarán aún más en adelante. Observemos con detenimiento a los niños que están naciendo.

Niña de la nueva generaciónLos instructores espirituales hablaron a Kardec de una “nueva generación”. Ya en su época enseñaron que al planeta Tierra había llegado el momento de llevarse a cabo “una gran emigración entre sus habitantes”, de forma que una nueva generación de espíritus relativamente más evolucionados irían sustituyendo a la generación más atrasada.  Decía: “ Ubicados en un punto intermedio, asistimos a la partida de una y a la llegada de la otra, presentando cada una características propias… Las dos generaciones que se suceden – añadía – poseen ideas y miras totalmente opuestas. Es fácil distinguir a cuál de ellas pertenece cada individuo por la naturaleza de sus disposiciones morales y, especialmente, por sus disposiciones intuitivas e innatas”.

A los individuos de esa nueva generación los caracterizaría “una inteligencia y una lógica generalmente precoces, unidas al sentimiento innato del bien y de las creencias espiritualistas… No se compondrá exclusivamente – aclara – de espíritus eminentemente superiores, sino de espíritus con un cierto grado de progreso y predispuestos a asimilar todas las ideas progresistas y aptas para secundar el movimiento regenerador”.  (El Génesis, Capítulo  XVIII – Los tiempos han llegado)

El espíritu conocido como Doctor Barry, afirmaba en una comunicación: “Sí, ciertamente, la Humanidad cumple un período de transformación, como los vivió ya en épocas pasadas. Cada transformación está marcada por una crisis que es, para el género humano, lo que son las crisis de crecimiento para el ser humano como individuo. Estas crisis, a menudo dolorosas, se llevan consigo a generaciones e instituciones, pero siempre son seguidas por una fase de progreso material y moral… La Humanidad terrestre llegó a uno de los períodos de crecimiento”. (El Génesis, Capítulo  XVIII – Los tiempos han llegado)

Parece más que evidente que necesitamos una nueva organización social, pero ¿a dónde acudir para inspirarnos? ¿Dónde podremos encontrar modelos de referencia? ¿Puede el Espiritismo aportar alguna orientación para alcanzar este objetivo?

10.- EL FUTURO ESTÁ EN LO COLECTIVO

Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) lo dijo: “La edad de las naciones ya pasó. Si no queremos morir, es la hora de sacudir los viejos prejuicios y de construir la tierra”.

GebserEl filósofo cultural alemán Jean Gebser (1905-1973), uno de los pensadores más importantes del siglo veinte, va en el mismo sentido en su principal obra El Origen Siempre Presente (Alemania, 1949), donde nos habla de “estructuras de conciencia”, afirmando que una nueva forma de conciencia está emergiendo en el seno de la humanidad, la cual él llama “integral”.

Presintió y detectó que se estaban creando las condiciones para lo que él calificó de inminente “mutación” conciencial, una transformación que se hacía evidente en el fracaso de la “estructura mental-racional” de la conciencia, es decir el paradigma reductor racional científico imperante.

Según sus conclusiones, la conciencia se había movido a través de varias “estructuras” previas, cada una de las cuales había conseguido una separación mayor respecto de una fuente atemporal, inmaterial, espiritual, que designaba como “origen”; estas estructuras eran la Mágica, la Mítica y la Racional-mental. Sin embargo, en la estructura de conciencia Integral, el origen se hace perceptible, lo espiritual se concretiza y la “luz no creada” se manifiesta

11.- ¿ESTARÁ LA COLABORACIÓN EN LOS FUNDAMENTOS DE LA VIDA?

LMargulisa destacada bióloga norteamericana Lynn Margulis (1938 – 2011), autora de numerosos trabajos en Biología, destaca por haber descrito un importante hito en la evolución con su teoría sobre la aparición de las células eucariotas, como consecuencia de la incorporación simbiótica de diversas células procariotas (endosimbiosis seriada). También postuló la hipótesis según la cual la simbiogénesis sería la principal fuente de la novedad biológica.

En palabras llanas, esto significa que no siempre es la competición y la sobrevivencia del más adaptado como consecuencia de acumulaciones de mutaciones aleatorias, el factor que determina la evolución, sino que lo sería la cooperación. Toda una redefinición de las leyes evolutivas. ¿No nos estará indicando, pues, la propia Vida, por dónde estaría la ruta de la evolución humana?

Esto mismo ha sido intuido, dicho y enseñado desde siempre por grandes hombres y mujeres de todos los tiempos. El emperador y filósofo romano Marco Aurelio (121-180), expresó: “Pues hemos nacido para colaborar, al igual que los pies, las manos, los párpados, las hileras de dientes, superiores e inferiores. Obrar, pues, como adversarios los unos de los otros es contrario a la naturaleza”.

La búsqueda de una vida colectiva en forma de COMUNIDAD, que representase los ideales más altos para el ser humano, una vida justa, libre y segura, donde todas las necesidades estén satisfechas y las más altas aspiraciones del ser humano encuentren su cauce de expresión, a la vez que todas las potencialidades de sus integrantes vean facilitadas su expresividad sin límites, ha sido una constante en el seno de los individuos y de las sociedades, dando lugar al denominado pensamiento utópico.

Entendemos por UTOPÍA todo plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como deseable pero irrealizable en el momento de su formulación. El vocablo fue creado por Tomás Moro (1478-1535) quien lo usó para denominar el lugar de residencia de una sociedad ideal en el libro del mismo título, la Isla de Utopía (de “u-topos”: en ningún lugar; es decir, inexistente).

Las utopías intentan ser sistemas racionales capaces de concebir nuevos modos de organización social. Implican siempre una voluntad de ir más allá de lo existente, así como, a la vez, constituyen un escape del presente y una crítica del mismo al compararlo con lo que podría ser. Pretenden encarnar, como decía el filósofo judío-austriaco Martin Buber (1878-1965), «la visión de lo justo en un tiempo perfecto».

Tenemos muchos ejemplos de concepciones utópicas: La “República, de Platón; “La Ciudad de Dios”, de S. Agustín de Hipona (413-427); “La Ciudad del Sol”, de Tommaso Campanella (1623), “La Nueva Atlántida”, de F. Bacon (1627), “Leviatán”, de Thomas Hobbes (1651), “El Naufragio de las Islas Flotantes”, de Étienne-Gabriel Morelly: (1753); El Manifiesto Comunista, de K. Marx y F. Engels, así como diversas otras obras del fructífero siglo XX.

Pero un gran problema ha sobrevenido cuando se ha querido convertir a las utopías en ideologías, porque a la vida no se la puede incrustar, no cabe en marcos teóricos cerrados, ya que su característica medular es el movimiento, la fluidez y la mutación. De ahí que la ideologización de una concepción utópica, equivale a colgar una imagen estática en el tiempo y de ahí a pretender imponerla, hay solo un paso. Para comprobarlo no hay más que ojear la historia.

Parece claro que alcanzar el tan deseado y deseable clímax social no es tarea sencilla. El peso de la historia cae con fuerza al contemplar cómo a pesar de un amplio abanico de variados e incomparables modelos, jamás hemos sido capaces de establecer la deseada COMÚN-UNIDAD.

Comunidad

A día de hoy, la creación de una verdadera COMUNIDAD humana de base espiritual, se presenta como la única puerta abierta progreso, después que todos los otros modelos han fracasado. Es que una vida no compartida no merece ser vivida.

12.- LA GRAN TAREA

Todos seguramente se habrán parado a reflexionar sobre cuál es, en definitiva, la función y sentido de ser esencial del Espiritismo. Tal como lo vemos, este sentido sería el de concienciarnos de quienes somos en realidad para revelar nuestra verdadera naturaleza, activando nuestras potencialidades y reflejar dicha naturaleza en nuestras obras.

Esto ¿cómo se traduce? Cómo humanos es nuestro destino expresar en nuestro hacer lo que somos: seres espirituales. Dicho en otros términos: revelar fuera lo que somos dentro para reflejar y traer “abajo” lo que es “arriba”. Hemos de ser puentes, volvernos diáfanos, convertirnos en espejos de la realidad espiritual. Y ser espejos y reflejar la realidad espiritual en el mundo, ¿no es lo mismo que aquello de “traer el reino de Dios a la Tierra”?

cielo reflejado

En suma: construir en la Tierra una vida que represente lo más fielmente posible la estructura de los planos sutiles superiores del reino del espíritu, es la gran tarea que tenemos por delante. Y esta gran tarea toma forma, se concreta, mediante un encofrado de principios, valores, leyes y referentes, henchidos de energía espiritual.

Pasemos a exponer algunos de esos principios fundamentales, columnas imprescindibles a tener en cuenta a la hora de erigir una verdadera comunidad humana, los que podemos llamar piedras miliarias de la vida comunitaria.

a.- Altruismo.

El altruismo es requisito básico si uno quiere consagrar su talento al trabajo común.

Acuñado originalmente por Auguste Comte allá en el año 1853, altruismo significa justo lo contrario de egoísmo, que es la tendencia, consciente o no, a anteponer los propios intereses a los de los demás. La madre el altruismo es la fraternidad.

Piotr Kropotkin (1842-1921), el geógrafo, naturalista y pensador político ruso, teórico del anarquismo, dijo: “La fraternidad humana y la libertad son los únicos correctivos que hay que oponer a las enfermedades del organismo humano que conducen a lo que se llama crimen”.

Pero ésta ha de ser una fraternidad entendida “como  libertad responsable frente a los demás”, como expresaba un indiscutible referente moral contemporáneo,  José Luis Sampedro.

b.- Buena voluntad y experiencia.

La buena voluntad la podemos definir como la intención dirigida hacia el bien y, la experiencia como la substancia de lo vivido. Cuando la buena voluntad se ve abonada por la experiencia surge un bien mayor, se acorta el tiempo para conseguir resultados y se gana en efectividad. La experiencia permite evitar la repetición indefinida de los errores propios del novato.

No obstante, la experiencia no puede convertirse en el ancla de la evolución, coartando el acceso a los nuevos espacios exploratorios que el ser humano habrá, obligatoriamente, de  sondear para avanzar, arguyendo que “siempre se hizo así”.

c.- Conocimiento y formación.

El conocimiento será una de las bases de la COMUNIDAD, sin ponerle límites a éste. La ignorancia es el peor fundamento para crear comunidad.

El conocimiento puede ser entendido como el volcado inteligible y operativo de la comprensión. El conocimiento es la llave que abre las puertas del futuro, de ahí que ponerle límites significa violentar la inteligencia, cegar la curiosidad, decapitar la imaginación, cristalizar la creatividad, negar nuestra espiritualidad.

Mas el conocimiento necesita verterse como formación, una formación multifacética, porque la especialización, como camino exclusivo, solo lleva a la desintegración.

d.- Compromiso.

El compromiso es la responsabilidad adquirida sobre la base del conocimiento. Esto es algo que va mucho más allá de la implicación. No se puede crear una comunidad sin compromiso.

Lo único que puede hacer tambalearse al compromiso es el miedo, y su presencia es evidencia de un nivel inadecuado de conocimiento-conciencia.

El compromiso es una categoría ética, no legal; cada cual está automáticamente comprometido en correspondencia directa con el nivel de su conciencia, y es la vía para la demostración viva del conocimiento-conciencia adquirido. No es concebible un compromiso pasivo.

e.- Desarrollar el sentimiento de unidad.

La unidad ha sido siempre señalada como el baluarte más importante del éxito. El sentimiento de Unidad es síntoma de la percepción del Plan inmanente, e implica tanto suma de intenciones como conjunción de esfuerzos.

La entidad que sea crea desde lo colectivo, es más que la simple suma aritmética del valor de sus componentes individuales, apareciendo un ente de rango cualitativo superior, que a su vez influye en sus componentes por un proceso de retroalimentación, que conduce a que cada individuo integrante sea capaz de sacar de sí mismo mucho más de lo que nunca pensó que pudiera aportar.

Por el contrario, cuando no hay unidad se contrarrestan, anulan y pierden multitud de esfuerzos. Por eso se ha de acrecentar el sentido de comunidad. Aquí el Espiritismo puede tener una función importante, enseñando la verdadera naturaleza humana.

Pero este llamado a la UNIDAD no se puede confundir con la anulación de la diversidad, todo lo contrario, la unidad a la que nos referimos no tiene nada que ver con uniformización.

f.- Desarrollar la cooperación.

Cooperar es trabajar juntos para y por una misma finalidad, sin perjuicio para nadie. Deberes y derechos son las dos caras de una misma moneda, los dos extremos de una misma cuerda. Necesitamos fundar una RECIPROCRACIA

Sin embargo, nadie puede desarrollar armoniosamente un trabajo, aún compartiendo la finalidad, si no se siente encajado desde su peculiaridad y valores distintivos en el marco de la labor colectiva. Para que esto se dé, se necesita favorecer y desarrollar la VOCACIÓN.

g.- Cultivar la amistad.

La amistad es la red energética afectiva aglutinante que se extiende entre semejantes que se entienden, respetan, colaboran y crean juntos, con prevalencia del bienestar común por encima del exclusivo personal. La amistad es el preludio de la fraternidad y la hermandad. ¿Concebís la posibilidad de una comunidad sin la urdimbre estructuradora de la amistad?

h.- Fundamentar en la ayuda mutua la búsqueda del bienestar general.

El sendero de la vida es de ayuda mutua. Esta es la comprensión de la interdependencia puesta al servicio del sentido de unidad. Con la ayuda mutua se supera la competitividad como base del desarrollo social.

En una COMUNIDAD no puede haber exitosos y fracasados, vencedores y vencidos, ricos y pobres. No se puede convivir en comunidad desde el derroche o desde la necesidad.

En una COMUNIDAD tampoco puede haber igualdad absoluta – uniformidad – porque es un hecho que no somos iguales y tenemos necesidades dispares.

La ayuda mutua es indispensable para lograr el bienestar general, que es la tarea común. La malicia estará descartada porque es una intención deformada por un falso conocimiento, o mejor dicho, por la ignorancia. Luego, la malicia y el bienestar general, son absolutamente incompatibles.

¿En qué terreno se enraíza la tarea del bienestar general? En el suelo de la confianza. Y éste lo forma la tierra de la certidumbre.

i.- Ejercitar la sobriedad.

La SOBRIEDAD es la equidad y el respeto en el uso y disfrute de los recursos. Implica certidumbre, plenitud interior, eficacia energética, capacidad de adaptación, justicia distributiva, abundancia, solidaridad, libertad, salud, equilibrio, flexibilidad y belleza.

Desde la sobriedad cualquier cambio es posible y más fácil de realizar.

j.- Elaborar reglas claras.

La cooperación es la base de una vida comunitaria y  necesita estar basada sobre reglas claras, unas reglas inspiradas en las grandes leyes del Universo.

La presencia de reglas claras enseña orden y disciplina, que a su vez ayudan a la adquisición de un ritmo. Además, tener reglas claras denota un plan o proyecto por el que se saben las condiciones de partida, a dónde se va y cómo se va. Representa también el desarrollo de un criterio claro, ayudando a evitar los perjuicios y los abusos.

El criterio es como una plantilla con la que se puede calibrar la realidad o irrealidad de un planteamiento. Es un patrón que resulta de una estructura interior equilibrada.

Estas reglas de cooperación serán pocas. Desconfiad siempre de todo sistema social que esté atiborrado de leyes y normativas; eso es señal de la existencia de una superpoblación de tramposos, lo que, a su vez, indica la prevalencia de la intención del engaño, el fraude, la hipocresía, el egoísmo y la corrupción. En una sola palabra, de la ignorancia.

Bien claro lo decía José Martí: “Las verdades elementales caben en el ala de un colibrí“.

k.- Asimilar la dignidad y el valor del verdadero trabajo.

Dignidad es reflejo de saberse que se ES; es una actitud nacida de la autoestima. Los espíritus dijeron a Kardec que todo aquello que se hiciera que fuera útil, era TRABAJO. O como lo define Khalil Gibrán: ”El trabajo es el amor hecho visible” ¿Y qué es lo útil, sinónimo del amor hecho visible? Pues lo que hace bien a todos y a nadie perjudica.

¿Qué sucede cuando comprendemos que SOMOS en la interrelación con los demás y en el trabajo? Pues que reconocemos el valor de las cosas bien hechas porque se activa el amor a la obra. Imaginad una comunidad humana donde todos sus miembros estén imbuidos de un permanente afán por hacer las cosas cada vez mejor, por el solo placer de hacerlas bien. ¿Dónde serían capaces de llegar?

Pero, además, el  trabajo será continuo. La labor continua es un indicativo de estar vivos, porque la vida se caracteriza por un fluir constante y estar vivos es permitir que la vida fluya por nosotros. Desde el momento en que perdemos esa fluidez, esa creatividad, es que hay obstáculos interfiriendo, de aquí el dolor, la enfermedad, el conflicto.

Recordemos aquí las palabras de nuestra recordada Amalia Domingo Soler: “Yo antes me quejaba de todo. Después de conocer el Espiritismo sólo pienso en trabajar”.

El trabajo, la labor, la cooperación, será voluntario. El trabajo no puede ser una esclavitud forzada, sino que tiene que ser voluntario como expresión natural consecuente al aumento de la conciencia. Si no es así, hay falsedad e ignorancia y todo lo que se quiera construir sobre esa roída base, será falso. El avance real solo se puede realizar desde la libertad, en caso contrario provocará tensión, deformación y, consecuentemente, un engendro monstruoso y autodestrucción, tanto en lo personal como en lo social.

Las tareas que se desempeñen serán vocacionales. Recordemos que en su sentido etimológico original vocación es la “acción y efecto de llamar”. Hacer algo con agrado, que a uno le llene, contribuye a que los resultados sean más efectivos, productivos, perfeccionados, creativos y útiles. En el orden individual habrá mayores cotas de satisfacción y realización personal, de plenitud. En el orden social habrá más integración, coherencia y paz.

Aún así hay aspectos en la vida de una comunidad que serán ser realizados por la totalidad de sus miembros, en particular todas las actividades básicas. Es necesario tener siempre una toma de tierra, una cura de realidad. Grandes problemas vienen cuando se pierde este sentido de la realidad, si no véase la lejanía actual entre gobernantes y pueblo.

l.- Revalorizar las labores manuales.

Decíamos antes y repetimos ahora, que no se puede perder el contacto con la realidad. El desarrollo de las habilidades manuales nos compenetra con el mundo concreto, ayudando a enlazar idea y fenómeno. Esto quiere decir que nos convertimos en creadores completos, que son aquellos que además de concebir la idea, desarrollan la capacidad de formalizarla.

Quien hace creando, valora lo que otros hacen creando y esto da solidez a la comunidad, convirtiéndose en argamasa social sobre la base de la confianza, el respeto, el aprecio y la estima mutuos.

Cooperación conscientem.- Desarrollar la cooperación consciente.

Ningún trabajo es nocivo; sólo lo serán, si las hay, las condiciones ignorantes que lo puedan rodear. Todos los trabajos son importantes y solo una cooperación consciente permitirá un trabajo sano.

No se puede tener amor a la obra, si no se siente uno parte de algo superior que dote de sentido. Cuando las cosas cobran sentido es como si se iluminasen desde dentro y se comienzan a ver como son en realidad, cobrando todo su valor.

Cuando hago lo que hago porque sé y siento eso que hago y para qué lo hago, y comprendo su valor en el marco de la totalidad, es que estoy desarrollando una cooperación consciente.

n.- Desarrollar la justicia y la protección mutua.

Para que cada cual pueda poner en el trabajo lo mejor de sí mismo, se precisa calentar el corazón. Una COMUNIDAD es un organismo donde todas sus partes trabajan con un sentido unitario.

La justicia y la protección mutua derivan precisamente de percibir, comprender y sentir ese sentido unitario. Piezas de un mismo motor, piezas distintas en forma y función pero todas contribuyendo a una finalidad común; desde el momento en que una pieza es desatendida y falla, todo el motor se resiente y pierde su sentido de actuación. Por eso la conciencia colectiva comprende y siente que su supervivencia se asienta en la protección individual, y la protección individual se asienta en el realce de lo colectivo.

ñ.- Adquirir conciencia de la responsabilidad espiritual.

La manera de ennoblecer las conquistas sociales y de despertar las mejores posibilidades, es despojándolas de todo carácter competitivo. Esto únicamente se consigue cuando las cosas se hacen sin expectativas, sin pretensiones.

En esencia, ¿en qué consiste eso de “percibir todo con una conciencia espiritual”? Formulado de otra forma: ¿cuál es el síntoma más evidente de que todo se percibe con conciencia espiritual? Cuando hay conciencia de la Unidad.

o.- Establecer las metas más altas que seamos capaces de concebir.

Es necesario esforzarse hacia lo sumo, hacia lo absoluto. “Seamos realistas, hagamos lo imposible”, rezaba uno de los slogans más conocidos de la revolución parisina de 1968. Si no nos lo creemos, no lo haremos. Aquí está el secreto de la única fe posible y válida

¿Cuál es la llave de toda realización? La continuidad, sin bajones, en la tensión creativa, en el trabajo desde la unidad interna, porque solo la unidad es fuente.

p.- Exaltar la sencillez desde el reconocimiento de lo esencial.

¿Cómo será posible mover los corazones? No perdiendo sencillez. La exaltación de la sencillez únicamente podrá venir desde el reconocimiento de lo esencial a partir de una visión de conjunto, resultado de la comprensión sentida y anclada en la realidad mediante la acción práctica.

Es desde aquí donde se perciben los cuadros de correspondencias entre todo lo existente, desde donde se detecta y siente el hilo conductor de la Creación, el sentido unitario de la totalidad: la intención del Creador.

Desde esa perspectiva, la inmensa mayoría de los problemas y conflictos que sufrimos se revelan como auténticas nimiedades, que se disuelven de igual forma que la niebla de la mañana ante los primeros rayos de sol.

Tomar conciencia 03

13. CONCLUSIÓN

Sabemos la meta porque la sentimos y la siente un creciente sector de la humanidad que pronto será cualitativamente mayoritario. Nos resta identificar las fórmulas y modelos que encaucen y encarnen esa visión. Pero lo alentador, lo significativo, lo maravilloso, es que esas fórmulas las tenemos delante de nosotros, están aquí, tocándonos ahora mismo. El futuro de la humanidad está ya, ahora, aquí, ¿o es que no lo veis?

El problema es de visión interior y exterior. Todos los mecanismos, los adelantos y los modelos están ya en el presente. Hay que entrenar la vista intuitiva mediante la expansión de la conciencia y ejercitar el compromiso, entonces la historia dará un giro hacia un extraordinario horizonte de luz.

¿Qué habrá problemas? Si ¿Más agudos que los actuales durante un tiempo? Posiblemente. ¿Esto nos habrá de echar para atrás? En absoluto. ¿Qué la victoria es segura? Indudablemente.

Esta es, a nuestro modo de ver, la esencia del mensaje del Espiritismo como respuesta a los desafíos actuales del ser humano.

Oscar M. García Rodríguez    (GRUPO ESPÍRITA DE LA PALMA)

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calendario astronómicoFoto: Juan Carlos Casado (c) STARRYEARTH

INTRODUCCIÓN: DESCUBRIR VIDA EN EL UNIVERSO, UNA META QUE PARECE CADA VEZ MÁS CERCANA

Según cálculos realizados a partir de la misión del telescopio espacial Kepler, de la que se habla en este artículo, fuera de la Vía Láctea hay unos 17.000 millones de planetas parecidos a la Tierra, y solo en nuestra galaxia unos 1.000 millones.

El Espiritismo, de la mano de su codificador Allan Kardec, y según la enseñanza dada por los espíritus, dejó establecido entre sus principios fundamentales el de PLURALIDAD DE MUNDOS HABITADOS.

Así, en el ítem 55 de El Libro de Los Espíritus, se hace esta pregunta, obteniéndose la consiguiente respuesta por parte de los espíritus:

55. ¿Están habitados todos los globos que circulan en el espacio?

«Sí, y el hombre de la Tierra dista de ser, como lo cree, el primero en inteligencia, en bondad y en perfección. Hay, sin embargo, hombres muy vanidosos que imaginan que ese pequeño globo tiene el privilegio exclusivo de tener seres racionales. ¡Orgullo y vanidad! Se figuran que Dios creó el universo para ellos solos».

Un muy reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Texas en El Paso (EEUU) analizaron una lista de más de 1.000 exoplanetas de nuestra galaxia por su densidad, temperatura química, edad y distancia de la estrella madre, lo cual les permitió formular un «índice de complejidad biológica» que varía entre 0 y 1,0. El índice se mide en «el número y el grado de características asumidas para ser importante para el apoyo a múltiples formas de vida.

Según dicha investigación más de 100 millones de planetas en nuestra Vía Láctea podrían haber desarrollado formas de vida complejas.

Descubierto un planeta con una masa 17 veces superior a la de la Tierra y una composición similar a la de nuestro planeta

Por: Nuño Domínguez

Antenas mirando el universo

Un equipo de astrónomos anunció el descubrimiento de la primera megatierra. Se trata de un planeta rocoso como el nuestro pero que tiene una descomunal masa 17 veces mayor que la de la Tierra, algo que según los modelos actuales no debería existir. Pero las observaciones con el telescopio espacial Kepler y con el instrumento HARPS North, instalado en un telescopio en Canarias, no dejan lugar a dudas: el nuevo planeta está ahí.

Se llama Kepler 10c y fue descubierto por el telescopio Kepler de la NASA, un instrumento que permitió averiguar que el planeta tiene un radio 2,3 veces el de la Tierra. Pero lo verdaderamente importante, y sorprendente,  ha llegado cuando un equipo de astrónomos del centro de Astronomía Harvard-Smithsonian (CfA) intentó averiguar la composición del nuevo planeta.

Los resultados indican que este nuevo exoplaneta está hecho en su mayoría de materiales sólidos y que tiene una densidad nunca vista. Hasta ahora, se pensaba que los planetas de este tamaño comienzan a desarrollar una gran atmósfera que los convierte en gigantes gaseosos como Júpiter o Neptuno. Por eso los astrónomos dicen que Kepler 10c es una megatierra, un nuevo tipo de planeta mayor y más denso aún que las llamadas súper tierras pero que aún mantiene las características generales que caracterizan a la Tierra.

El-telescopio-Kepler-dice-su-adios-definitivo

 Telescopio espacial Kepler (recreación)

“Con este nuevo descubrimiento la posibilidad de encontrar planetas con superficies rocosas en las que se puede desarrollar vida tal y como la conocemos en la Tierra se incrementa de manera espectacular”, explicó a la web de Noticias de Ciencia Materia, desde EEUU la astrónoma del CfAMercedes López Morales, coautora del hallazgo. El descubrimiento se ha presentado hoy (lunes 2 de junio de 2014) en el Congreso Anual de la Sociedad Americana para el Avance de la Ciencia y el estudio ha sido publicado en Arxiv.

El nuevo planeta también sorprende por su edad: unos 11.000 millones de años. Eso es solo 3.700 millones de años después del Big Bang que originó el universo. En sus etapas iniciales, éste solo contenía elementos ligeros como el hidrógeno y el helio. La aparición de elementos sólidos como el hierro, necesitaba primero que se formase una primera generación de estrellas y que estas muriesen después en una explosión que diseminase esos elementos, un proceso de miles de millones de años. La existencia de esta nueva megatierra rocosa, prueba que ya en las etapas iniciales del universo había suficientes materiales sólidos como para formar mundos como éste, lo que tampoco encaja con los modelos convencionales.

“La posibilidad de encontrar planetas en las que se puede desarrollar vida como en la Tierra se incrementa de manera espectacular”

“Este es el Godzilla de los planetas”, ha dicho Dimitar Sasselov, coautor del hallazgo, en una nota de prensa difundida por el CFA.“Encontrar Kepler 10-C nos muestra que los planetas rocosos pudieron formarse mucho antes de lo que pensábamos y si puedes hacer rocas, puedes hacer vida”, ha resaltado.

Sin embargo, esa vida habrá que buscarla en otras megatierras. “El periodo orbital es de 45 días y la estrella es parecida al Sol, con lo cual la temperatura superficial del planeta será mayor que la de Venus y Mercurio”, explica a Materia Ignasi Ribas, un experto en exoplanetas del CSIC que no ha participado en el estudio pero que conocía parte de sus resultados desde la semana pasada.

“Los modelos actuales que describen cómo se forman los planetas no dicen que pueda existir un planeta como este, pero eso no quiere decir que no existan ahí afuera”, opina Ribas. Con este nuevo hallazgo se vuelve a demostrar que la naturaleza sigue por delante de nuestras predicciones teóricas, algo que es “muy sano” para el avance del conocimiento del universo y la búsqueda de vida en otros planetas.

El hallazgo ha sido posible gracias al instrumento HARPS North, instalado en el Telescopio Nacional Galileo que está en el Observatorio del Roque de los Muchachos, en el isla canaria de La Palma.

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Telescopio Galileo Gailei (Roque de Los Muchachos, La Palma)

¿QUÉ ES EL HARPS-N?

Los datos de que Kepler 10c mide 29.000 kilómetros de ancho, el equivalente a 2,3 veces el tamaño de la Tierra y pesa 17 veces más que nuestro planeta,  pudieron ser obtenidos con el HARPS-N (acrónimo para Buscador de Planetas por Velocidad Radial de Alta Precisión en el Hemisferio Norte; High Accuracy Radial velocity Planet Searcher in the Northern emisphere, en inglés) es un espectrógrafo Échelle de alta precisión instalado en 2012 en el Telescopio Nazionale Galileo (TNG), ubicado en el Observatorio del Roque de Los Muchachos (La Palma, Islas Canarias). Es «gemelo» del instrumento HARPS instalado en el Telescopio de 3,6 metros de ESO (Observatorio de La Silla, Chile).

Harps-figure

El objetivo principal de este instrumento es el descubrimiento y caracterización de planetas extrasolares del tamaño de la Tierra. La observación se basa en el principio de la variación de la velocidad radial de una estrella sujeta a las fuerzas gravitacionales de cuerpos en rotación alrededor de ella.

El proyecto HARPS-N es una colaboración entre el Observatorio Astronómico de la Universidad de Ginebra, el Center for Astrophysics (CfA) en Cambridge (Massachusetts), las universidades de Saint Andrews y de Edimburgo, la Universidad Queen’s de Belfast y el Istituto Nazionale di Astrofisica (INAF), de Italia.

FUENTE PRINCIPAL: http://esmateria.com/2014/06/02/descubierta-la-primera-mega-tierra-el-godzilla-de-los-planetas-rocosos/

 

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Stuart Hameroff con titular

STUART HAMEROFF, EXPLORADOR DE LA CONCIENCIA

Durante los últimos treinta y cinco años, las misteriosas conexiones entre la física cuántica y la conciencia humana han llegado a ser gradualmente un principio central de los encuentros entre la espiritualidad de Oriente y Occidente. La gente, de algún modo, se las ha arreglado para encontrar una relación convincente y atractiva entre el mundo intangible de las partículas subatómicas y el reino inmaterial de la conciencia y el espíritu. Esta entrevista al profesor Hameroff, conocido por su trabajo en el área de los estudios de conciencia e iniciador en 1994 de las series de conferencias Hacia una Ciencia de la Conciencia, es un intento por dar a conocer el llamado “problema duro” de cómo y porque la mente subjetiva parece surgir de la materia objetiva. Su trabajo basado en el estudio de pequeñas estructuras o microtúbulos dentro de las células del cerebro humano, es uno de los mas persuasivos acerca de una relación entre física cuántica y conciencia. Una mirada que coloca a “la conciencia danzando entre los mundos clásico y cuántico.”

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«LA CONCIENCIA PROVIENE DEL ALMA»

En los últimos años, algunos científicos se las han arreglado para encontrar una relación convincente y atractiva entre el mundo intangible de las partículas subatómicas y el reino inmaterial de la conciencia y el espíritu. Afloran publicaciones que exploran la relación entre mente y materia a través de las lentes de la física cuántica. Básicamente, mientras los deterministas dicen que la emergencia de la conciencia puede explicarse a través de la propia complejidad del sistema de conectividad sináptica, los espiritualistas afirman que hay algo más que no puede ser explicado en términos de computación -por más compleja que esta sea-, y que por tanto, la IA nunca desarrollará conciencia.

Sir Roger PenroseStuart Hameroff es un anestesista conocido por su trabajo en el área de los estudios de conciencia. Durante más de veinte años, Hameroff ha colaborado con el físico matemático Sir Roger Penrose (derecha), para desarrollar (y defender) una teoría de la conciencia basada en la física y la conciencia (Llamada la hipótesis Penrose-Hameroff, y que es la más postura no determinista más persuasiva hasta el momento).

El Doctor expone una teoría en que la conciencia ha existido desde el inicio del universo, y está procesada en los microtúbulos (polímeros cilíndricos que forman el citoesqueleto (soporte estructural o andamio dentro de todas las células animales). Estos cilindros están continuamente moviéndose y reordenándose. Los reordenamientos son muy importantes; son responsables de todo el crecimiento celular, desarrollo, movimiento, y regulación sináptica. Mientras más asimétrica es una célula, más necesita el soporte estructural; por lo tanto las neuronas, con sus largos axones y dendritas, necesitan muchos microtúbulos.

“Un paramecio es una célula y por lo tanto no tiene neuronas, porque éstas también son unicelulares, pero este paramecio busca comida, nada, evita obstáculos y predadores, encuentra un par, tiene sexo y puede aprender. Parece tener inteligencia, no necesariamente conciencia, pero tiene funciones cognitivas – cognición queriendo decir proceso sensorio, control de conducta, etc. Tiene alguna inteligencia y no tiene neuronas; tiene sin embargo, microtúbulos, lo que me sugirió que un paramecio podría usar microtúbulos para organizar su conducta y su cognición”, dice Hameroff.

Los precursores para la conciencia son fundamentales y forman parte del universo como lo que se conoce a escala Planck, que es el más pequeño primordial nivel de espacio-tiempo cuántico. Hay que imaginarse la escala Planck, básicamente como un patrón geométrico complejo que es fractal en su naturaleza (capaz de repetirse a sí mismo a escalas y tamaños mayores; y en ese patrón cuántico geométrico están incrustados los presumiblemente irreducibles componentes de la realidad, los pilares básicos de construcción de la existencia). La física dice que las propiedades fundamentales de la materia, como el spin, la masa y la carga son componentes irreducibles del universo que están de algún modo incorporados en esta geometría a escala de Planck. Habría una entidad subyacente común que hace que surja, por un lado la materia y por otro la mente. En el modelo Penrose-Hameroff, esa entidad subyacente que hace que surjan ambas es la geometría cuántica espacio-tiempo (otros lo llamarán el ser, espíritu, cosmos, gravedad cuántica, etc; lo que sea, que posibilite que surja tanto la mente como la materia, y subyace a toda la realidad).

“Nuestras almas están construidas de algo mucho más fundamental que las neuronas, están construidas por la misma tela del universo. Creo que la conciencia o su precursor, llamémosla protoconciencia, ha existido en el universo desde siempre, quizás desde el Big Bang”, dice el doctor anestesista.

“Roger y yo propusimos, por lo tanto que tal vez la qualia – los componentes primarios de la conciencia- del despertar, o al menos sus precursores- son también fundamentales, irreducibles y forman parte del tejido básico del universo. Esto podría incluir información también, tal como las cualidades de bondad, verdad y belleza. Después de todo: ¿por qué deberían los precursores de la materia estar presentes a ese nivel y no así los precursores de la mente?”, explica Hameroff.

Se desprende de ello que existe un qualia no computable, presente en cada tipo de elección y en cada experiencia mental. El libre albedrío sería precisamente la experiencia psíquica subjetiva que combina ambos tipos de procesamiento – el cuántico con el clásico – y que sólo podría explicarse a partir de este doble procesamiento.

Los efectos gravitacionales a nivel cuántico, causarían que las funciones de ondas colapsen automáticamente, emitiendo pequeños estallidos de conciencia que resultan en nuestra propia y continua experiencia de estar conscientes, momento a momento, despiertos y vivos. Estas ocasiones de experiencia o de momentos discretos de presencia consciente, surgen como ondas dentro de un océano más amplio de experiencia protoconsciente. Y esos aislados momentos de conciencia humana, son realmente colapsos de función onda (que ocurren dentro de un campo universal de experiencia de protoconciencia, que es la geometría espacio-tiempo a escala Planck). Cuando una reducción objetiva ocurre, el universo – o al menos una pequeñita parte de él -, despierta.

“Cuando hay un accidente de automóvil y el auto está dando vueltas, la gente a menudo reporta que el tiempo pareció hacerse más lento y que el mundo parecía moverse a la mitad de la velocidad de lo usual. Esto podría deberse a que su rango de sincronía gamma está cambiando de cuarenta hertz a unos ochenta hertz por segundo. Hace unos pocos años, el Dalai Lama envió algunos de sus mejores meditadores a un laboratorio en Wisconsin. Encontraron que, mientras meditaban, los monjes tenían la más alta sincronía gamma jamás registrada. Estaban realmente operando entre ochenta y cien hertz, mientras los sujetos experimentales lo hacían a cuarenta”, comenta el doctor.

Nuestra conciencia sería realmente una secuencia de patrones discontinuos; una secuencia de imágenes cuánticas ocurriendo aproximadamente cuarenta veces por segundo (en estado normal). Y de igual modo que una película, nuestra conciencia parece continua porque los cuadros están ocurriendo en una rápida sucesión.

Aunque Penrose no relaciona su trabajo a la espiritualidad, Hameroff considera que hay que tomar en serio la posibilidad científica de la espiritualidad, considerando tres cosas:

“La primera es la interconexión entre los seres vivos y el universo como un todo, y dije que esto podía ser posible debido al fenómeno del entrelazamiento cuántico, que se refiere a la habilidad de dos partículas para estar íntimamente conectadas, más allá de sus limitaciones normales de espacio y tiempo. La segunda fue un cierto tipo de guía divina o sabiduría cósmica que influye en nuestras elecciones, lo cual podría deberse a los valores Platónicos incorporados en la geometría espacio tiempo fundamental. Y finalmente, dije que había la posibilidad de que la conciencia permaneciera fuera del cuerpo después de la muerte.” Y sobre este último punto añade: “Digamos que el corazón se detiene, la sangre deja de fluir, los microtúbulos pierden su estado cuántico, pero la información cuántica que existe en los mircotúbulos no es destruida, no puede ser destruida, sólo se distribuye en el universo entero, si el paciente es resucitado, esta información cuántica puede regresar a los microtúbulos y el paciente puede creer que vio una luz blanca, un tunel, o flotó fuera de su cuerpo. Ahora, si no son revividos y el paciente muere, tal vez esta información cuántica pueda existir fuera del cuerpo, indefinidamente, como su alma (…) es concebible que la información cuántica pueda permanecer entrelazada en una suerte de estado de después de la vida, y tal vez la información pueda regresarse a una nueva criatura, un cigoto o embrión, en cuyo caso tendríamos algo como la reencarnación.”

Esencialmente, la hipótesis afirmaría que algún nivel básico de conciencia está tejido en la trama del espacio-tiempo mismo, y que es la actividad cuántica coherente entre los microtúbulos en nuestro cerebro, la que permite amplificar o fortalecer la conciencia universal que ya está ahí.

CitoesqueletoHameroff concluye: “Mucha gente piensa, como usted sabe, que la conciencia emergió sobre los eones como un subproducto de mutaciones azarosas y a la complejidad inherente de la selección natural, pero yo lo miro desde el otro lado. Pienso que un campo primario/básico de experiencia protoconsciente, ha sido integrado desde el principio – desde el big bang – en la escala Planck, y que la biología evolucionó y se adaptó con el fin de acceder a ese campo y maximizar las cualidades y potenciales implícitas en él. Yo creo que la conciencia es un proceso al borde entre los mundos clásico y cuántico. Por lo tanto, las prácticas espirituales como la meditación nos permiten sumergirnos y llegar a estar inmersos en ese mundo Platónico cuántico de sabiduría y luz, que es la base de todas las cosas, materiales y mentales. Usted podría incluso llamarlo Dios, si quisiera… Y eso es por qué creo que si la hipótesis de la conciencia cuántica es demostrada, dará crédito a la dimensión espiritual de la vida. Socavará a los materialistas. Es posible que la información cuántica exista indefinidamente fuera del cuerpo, como un alma. Pienso que le dará mucha esperanza a la gente”.

La hipótesis hace referencia a la propiedad de las partículas subatómicas de formar estados de entrelazamiento cuántico entre sí. Estos estados son tales que un grupo de partículas forma sistemas holísticos de intercambio de información instantánea, aunque las partículas estén a millones de kilómetros de distancia. El alma y nuestra memoria podrían ser sistemas cuánticos-holográficos, en el sentido de que cada partícula de este sistema podría contener la totalidad de la información del mismo (como si en un fotón existiera toda la información de todas las estrellas). Quizás el alma o la conciencia cuántica que habita un cuerpo al morir, regresa a este estado de entrelazamiento cuántico con todas las partículas del universo, en lo que Phillip K. Dick entiende por anamnesis: un aspecto de la gnosis en el que la información (o la memoria) de un individuo, es recolectada por el sistema como un todo, alimentándose de esta memoria para construir un nuevo circuito en el funcionamiento del programa o universo.

FUENTE: http://www.portalcienciayficcion.com/index.php/component/content/article/99-postulados/975-stuart-hameroff-la-conciencia-proviene-del-alma.html

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ENEAGRAMA                       

gurdjieff 02George I. Gurdjieff nació en Alexandropol, al sur del Cáucaso, en 1877. Su madre era de origen armenio y su padre griego. Educado en la religión cristiana ortodoxa, el joven Gurdjieff atrajo pronto la atención de sus educadores y por ello recibió una enseñanza privilegiada. Destinado por su ambiente a la medicina o al sacerdocio, dejó muy pronto las opciones que se le ofrecían para seguir otros caminos.

Estaba obsesionado por la idea de que debía existir en alguna parte un conocimiento más «real» que respondiera mejor a su necesidad de encontrar un sentido y una finalidad a la existencia humana. Desapareció durante más de veinte años dedicado incansablemente a su empeño por contactar con las más antiguas tradiciones. Más tarde explicaría en su obra «Encuentros con Hombres Notables» ese periodo de su vida.

Cuando reapareció en la vida pública contaba con renovadas fuerzas y se rodeó de seguidores acérrimos que le ayudaron a crear una línea (más…)

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Decálogo de la Belleza Psicofísica o Decálogo de Vida

Agradecemos al autor de las palabras que reproducimos en la siguiente presentación, Deepak Chopra, un profundo explorador de la conciencia y un estimulador al trabajo en el propio autodescubrimiento, tarea que tenemos que afrontar todos, pronto o tarde, para abandonar de una vez la vida ficticia y mecánica en la que por tanto tiempo algunos quedan anclados.

 

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POR UN DESARROLLO INTEGRAL DEL SER HUMANO

Ser integral

Por: Oscar M. García Rodríguez

1. Introducción

Periódicamente me he venido tropezando desde hace años con mensajes que coinciden en argumentar la necesidad de cultivar una cierta línea para el desarrollo espiritual del ser humano en la que se privilegia alguna cualidad interior  y vía por la que ésta se expresa, en detrimento -explícito o no- de otras cualidades y vías que también forman parte de ese corazón o núcleo de la intimidad humana que es nuestro espíritu. La idea subyacente a este planteamiento es la presunción de que algunas de esas cualidades o expresiones son de mayor valor que otras, por lo que es preferible su cultivo antes y por encima de las restantes.

Sin embargo, ahí terminan las coincidencias entre estos mensajes, pues casi con la misma frecuencia suelen ser totalmente (más…)

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Por: Andrea Weitzner

Amar

AMAR A UN SER HUMANO

Amar a un ser humano es aceptar la oportunidad de conocerlo verdaderamente y disfrutar de la aventura de explorar y descubrir lo que guarda más allá de sus máscaras y sus defensas; contemplar con ternura sus más profundos sentimientos, sus temores, sus carencias, sus esperanzas y alegrías, su dolor y sus anhelos; es comprender que detrás de su careta y su coraza, se encuentra un corazón sensible y solitario, hambriento de una mano amiga, sediento de una sonrisa sincera en la que pueda sentirse en casa; es reconocer, con respetuosa compasión, que la desarmonía y el caos en los que a veces vive son el producto de su ignorancia y su inconsciencia, y darte cuenta de que si genera desdichas es porque aún no ha aprendido a sembrar alegrías, y en ocasiones se siente tan vacío y carente de sentido, que no puede confiar ni siquiera en sí mismo; es descubrir y honrar, por encima de cualquier apariencia, su verdadera identidad, y apreciar honestamente su infinita grandeza como una expresión única e irrepetible de la vida.

Amar a un ser humano es brindarle la oportunidad de ser escuchado con profunda atención, interés y respeto; aceptar su experiencia sin pretender (más…)

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