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EL ESPIRITISMO EN ANDALUCÍA Y SUS PRINCIPALES PIONEROS – Por Óscar García

Esta presentación fue la investigación ofrecida por el autor en su disertación en el X Congreso Andaluz de Cultura Espírita, celebrado en Sevilla durante los días 4, 5 y 6 de noviembre de 2022.

Debemos decir que en Sevilla tuvimos la ocasión de tener noticias de un destacadísimo investigador, hoy gran amigo, que ha profundizado mucho en la vida de algunos de los personajes que citamos en este trabajo y otros más que destacaron por su compromiso social en pos de los derechos humanos y la libertad de pensamiento, muchos de ellos mujeres notables, relacionados todos con la vida en la Bahía de Cádiz y todas las poblaciones de su entorno. Se trata del médico e historiador Manuel Almisas Albéndiz, por quien siento una gran admiración y un profundo agradecimiento.

Con extrema generosidad Manuel Almisas ha puesto a disposición de todo interesado muchos de sus trabajos en internet, entre los que tengo que destacar por la vinculación del personaje con el Movimiento Espiritista inicial en España, la biografía del militar y diputado José Navarrete Vela-Hidalgo, con el título «El Increíble José Navarrete Vela-Hidalgo. Artillero, poeta, diputado republicano y mucho más».

Manuel Almisas Albéndiz

Ver su trabajos en este enlace: https://jose-navarrete-vela-hidalgo.blogspot.com/

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«(…) La mediumnidad no está vinculada a tal o cual individuo1. Es una facultad fugitiva, subordinada a la facultad de los espíritus que quieren comunicarse, que se posee hoy y que al día siguiente puede faltar, que nunca es aplicable a todos los espíritus sin distinción, y por lo mismo, no constituye un mérito personal como lo sería el talento adquirido por el trabajo y los esfuerzos de la inteligencia. Los médiums sinceros, aquéllos que comprenden la gravedad de su misión, se consideran como instrumentos que la voluntad de Dios puede romper cuando le plazca, si no obran según sus miras. Son felices por tener una facultad que les permite hacerse útiles, pero no se envanecen por ello.»

De la obra “Cielo e Infierno” (Prefacio), Allan Kardec

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1.- Nota del Grupo Espírita de La Palma: Es decir, la mediumnidad no es “propiedad” de ningún individuo, algo que pueda usar al antojo y conveniencia de cada cual

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LA PRUEBA INTERIOR: SOBRE LA NATURALEZA DE LA EXPERIENCIA – Por: Óscar García Rodríguez

LA PRUEBA INTERIOR: SOBRE LA

NATURALEZA DE LA EXPERIENCIA

♣ ♣ 

Por: Óscar García Rodríguez

♣ ♣ ♣

 

Todo viene de dentro.

Todo vuelve al interior.

Todo se mantiene en el centro.

«El Mensaje Reencontrado», Louis Cattiaux

LA VERDAD ESTÁ DENTRO

Todos aquellos seres humanos conscientes, autorealizados o iluminados, que a lo largo de la historia se convirtieron en las grandes referencias espirituales de la humanidad, subrayaron que la verdad que instintivamente desde siempre añoramos y buscamos, reside en el corazón de nuestra intimidad. Recordemos aquella vieja fábula que cuenta que, en el principio, la Divinidad escondió la esencia espiritual en el interior del ser humano, porque sabía que ese sería el último lugar en el que  fuésemos a buscar.

En los «Upanishads» hindúes un mantra declara: “El que está en el Sol también está en el hombre”. Un antiguo poema Zen del s. IX, expresa: “No busquéis el camino en los otros, en un lugar lejano; el camino está bajo nuestros pies”. La Biblia enseña: “El reino de Dios está dentro”. Como vemos, no importa a qué fuente de sabiduría, ancestral o no, acudamos, el acuerdo es unánime: la perfección permanece oculta dentro de cada uno de nosotros.

CONÓCETE A TI MISMO

El filósofo griego Sócrates tomó como divisa para su escuela – otros también lo hicieron – la expresión «Nosce te Ipsum» (Conócete a ti mismo), que se encontraba grabada en el frontispicio del templo del Oráculo de Delfos. De ahí que Sócrates proclamase:

«Sólo el conocimiento que llega de dentro es el verdadero conocimiento“.

En el mismo sentido se expresó otro espíritu despierto contemporáneo, el escritor malagueño Cayetano Arroyo (1953 – 1991):

“Llegar a ser «Tú Mismo“ – escribió – es luchar contra la mecanicidad de «dejarse llevar» como consecuencia de tu comodidad, tu herencia, tu educación, tus circunstancias… Cuando entres por la puerta de la «conciencia de Sí» a tu morada interna, verás que este mundo que te presentan los ojos es tan transitorio e insignificante como un lirio marchito en un jardín. Como una gota de agua en una tormenta. Y, sin embargo, es el espejo donde te puedes ver.”


Cayetano Arroyo Flores

LA REALIDAD  QUE SIEMPRE ES

Hay un fondo de realidad permanente sobre el que todo acontece, una fuente eterna desde la cual todo se manifiesta, a partir de la cual todo toma existencia fluyendo para exteriorizarse adquiriendo dimensionalidad. Es ésta la fuente desde donde lo Uno se hace Diverso sin perder, por ello, unidad.

A ese fondo eterno, ámbito que reúne todo potencial existible, lo denominamos Conciencia Universal o, simplemente, el Ser. 

Este fragmento de un pasaje del «Tao Te king», de Lao Tse, da cuenta de esta comprensión:

“Antes aún que el cielo y la tierra ya existía un ser

 inexpresable. Es un ser vacío y silencioso, libre,

inmutable y solitario. Se encuentra en todas partes

 y es inagotable. Puede que sea la Madre del universo.

No sé su nombre, pero lo llamo Tao…“

VIVIENDO DORMIDOS

A lo largo de mucho tiempo (incluso vidas completas) los seres humanos vivimos en una especie de sueño prolongado en total inconsciencia de nuestra realidad, tristes sonámbulos guiados únicamente por procesos automatizados de origen educativo, tradicional, ambiental… Pero esto necesariamente llegará a su fin un día, porque nuestro destino  es despertar.

Sobre esta cuestión el médico y escritor escocés Maurice Nicoll (1884 – 1953) reflexiona lúcidamente en su obra «Comentarios Psicológicos»:

 «¿Cuál es la verdadera explicación de lo que está sucediendo en el mundo?… Que la gente no es consciente, está dormida y actúa en su sueño. Y hasta cuando la gente siente un atisbo de esta situación, no sabe cómo despertar del sueño o qué hacer. Sin embargo, desde la creación del mundo se les dijo a los hombres que estaban dormidos y que debían despertar… la gente no lo entiende o piensa que es una metáfora cuando es literalmente la verdad… Y nada puede cambiar en la vida a menos que se empiece a despertar.”

Maurice Nicoll

 Alguien de la categoría espiritual del maestro sufí Sayj Ahmad Al-Alawi (1869 – 1933) nos dice:

«Existe una jerarquía entre los que están velados: los que están velados con respecto a su Señor,  y los que están velados con respecto a sí mismos.  Y el que está velado con respecto a sí mismo  tiene un velo más espeso que el que está velado con respecto a su Señor.»

LA APARICIÓN DE LA EXPERIENCIA Y SU PAPEL

Cada ser humano, conforme a su estado emocional básico (reflejo de su estado evolutivo), modula automáticamente cada circunstancia que vive y su mente le asigna un significado, conformándose así el plano de los sentimientos (por eso designamos a los sentimientos con la expresión “emociones informadas”). Estos, a su vez, vuelven a realimentar la mente generando “memorias-programas”. Con todo ello elaboramos interiormente una imagen de la realidad la que, con el poder mental de crear lo que creemos, proyectamos como una plantilla  sobre el mundo. Esto explica que unos mismos hechos puedan ser vistos de manera muy diferente por personas distintas, pues la conciencia personal de cada cual, en su interacción con el Ser, genera un patrón de interferencia o experiencia subjetiva, allí donde ambas se solapan.

 

LA EXPERIENCIA RELATIVA COMO VERDAD CONTEXTUAL

La experiencia (relativa o subjetiva) consiste, por tanto, en ese patrón que emerge desde el interior y que reconocemos sobre el fondo de lo real, al producirse una interacción con el material de lo vivido modulado por nuestro nivel de conciencia, lo que determina su amplitud y profundidad. De ahí que la experiencia también podría ser descrita como el patrón de interferencia entre «nuestra realidad » y «la realidad“. Esto significa que usualmente la experiencia es un formato de realidad asimilable por la conciencia personal del individuo en un momento dado.

Es evidente, pues, que el mundo interno y el mundo externo de los seres humanos se corresponden, son representaciones el uno del otro y, en cierto sentido, se «causan» mutuamente. Por eso podemos afirmar que “siempre estamos el mundo que vemos.“

ORIGEN DE LA MECANICIDAD HUMANA: LA FRAGMENTACIÓN PSICOLÓGICA

El ser humano ordinario carece de unidad, no es una sola voz sino una cacofonía. Los humanos nos expresamos ordinarimente como una multitud de «yoes“ que se desconocen mutuamente y suponen – cada uno – ser el eje central del universo humano. A partir de esa creencia el hacer humano se convierte en una sucesión de escenificaciones automáticas sin guion unitario  ni actor protagonista.

La base de dichos “yoes” procede del mundo instintivo heredado de la fase precendente a la  humana, del reino animal. Pero en la nueva etapa cada instinto, liberado de sus límites naturales, se informa con las vivencias humanas y adquiere una memoria-conciencia que ansía permanecer. Según la demanda percibida en la vida individual, la respuesta adaptativa que cualquiera de ellos representa se activa automáticamente como garantizador  de una existencia  de la que se cree centro nuclear.

Y es que el ser humano representa la fase del desarrollo de la vida  en la que ésta adquiere una mente individualizada. No es casual que el término inglés “man” (hombre) derive de la raíz sánscrita “men”, que en latín originó la palabra “mens” (mente), de donde la toma nuestro idioma. Por tanto el hombre (el ser humano) es el ser que tiene mente individualizada, y por ello está en condiciones de llegar a ser responsable y libre, al disponer ya de una conciencia, ese íntimo ámbito donde se registran todas las vivencias personales con sus causas y efectos. No confundir, pues, con la consciencia, que es  la experiencia del «darse cuenta“.

La conciencia personal consiste en «memorias vivenciales», es decir, patrones emocionales asociados a imágenes mentales que les dotan de significado. Porque la conciencia personal al archivar vivencias y no experiencias, contiene la contabilidad subjetiva de lo que «creemos» haber vivido. Esas “memoria” incluyen respuestas adaptativas reactivas, lo que implica que la conciencia personal esté determinada por algo parecido a programas informáticos semiautónomos – los referidos «yoes o personalidades“ – que parecen marcar una dirección unitaria a la vida individual, al amparo de una superestructura ilusoria que no es más que pura suposición mental – el YO-EGO – de naturaleza básicamente mecánica, bajo cuyo sueño únicamente podemos ser unos autómatas.

Este Yo-Ego es, pues, un sucedáneo del Ser, un ente ficticio, un espejismo mental que ocupa el espacio donde se enseñorea la ignorancia humana, mera excrecencia psíquica apoyada en programas instintivos, memorias e interpretaciones subjetivas automatizadas.

La estructura instintiva heredada por el reino humano representa la respuesta adaptativa, inteligente y global, del propósito de la Creación a los retos representados por las variadas condiciones que definen los nichos vitales del planeta. Y si bien en la fase animal cada instinto era una respuesta acotada a un cierto contexto existencial, en la humana, cuando se hace patente la totalidad de la respuesta instintiva de la vida, salta por los aires cualquier límite o restricción.

Entonces se presenta un nuevo paradigma que está destinado a ser regido por un principio superior, aquel que constituye el potencial propio del género humano: la conciencia iluminada, es decir, la consciencia.

ALGO MÁS SOBRE LA MENTE  Y LA MEMORIA

El plano mental es una de las dimensiones de la naturaleza, sede de todos los códigos de la forma. Nuestra mente individual representa una terminal de la mente universal, de la que realmente no ha estado ni estará nunca separada.

La memoria, función de la mente que registra lo vivido en cualquiera de sus estratos (subconsciente, inconsciente o consciente), no es, como ya se dijo, una suma de experiencias, sino el archivo subjetivo de todo lo que creemos haber experimentado. Es así como la memoria, cuya referencia siempre es el pasado, se convierte en el principal basamento de la conciencia personal. Esto es algo muy distinto a la consciencia, cuyo ámbito natural es el presente.

Esa ilusoria entidad Yo-Ego, al venir informada con la pulsión interna de mantener la existencia, está programada para intentar sortear cualquier circunstancia que perciba como una amenaza al existir. Por eso el propósito del funcionamiento obsesivo del Yo-Ego es obtener el control total para así responder a dicha pulsión y exorcizar su miedo a la muerte (a la posibilidad de no existir), lo cual desemboca en la fiebre del hacer.

De ahí que Adi Sankaracharia, legendario maestro espiritual hindú del S. VIII, dijese en su obra «Atmabhoda»:

«La acción no puede destruir la ignorancia porque la primera no está en conflicto con la segunda. Tan solo la comprensión que otorga el conocimiento es capaz de destruir la ignorancia, como tan solo la luz es capaz de diluir la densa oscuridad».

Cuando la vida humana está bajo el comando del Yo-Ego, nuestro hacer es puramente mecánico. No obstante, hay una forma de salir de este círculo vicioso, y se llama ATENCIÓN.

Atender es como mirar sin las gafas del juicio, prejuicios y postjuicios, porque no se parte de un posicionamiento que suponga el aferramiento a una parcela de la realidad percibida, convertida en parte de «mi“, que se tenga que defender.

Con esa actitud se está en disposición de observar en libertad para impregnarse con la esencia de lo observado, sin pasarlo por el filtro discriminador de las memorias; así se puede comenzar a «ver“ la realidad tal como es. Esta es la mirada del niño, de la inocencia, la mirada de quien no está lastrado por ninguna identidad.

Visto el papel esencial de la mente como núcleo del Yo-Ego, ese proyectador del espejismo separatista en que creemos vivir, el místico y poeta persa Rumi (1207 – 1273) exclamaba:

“¡Decapítate a ti mismo!…  Disuelve tu cuerpo

entero en Visión: ¡vuélvete ver, ver, ver!”.

El autor inglés Douglas Harding (1909 – 2007) en su obra «No Tener Cabeza», va en la misma dirección al decir: “La luz irrumpe en ámbitos secretos.  Cuando la lógica muere, la verdad salta a través del ojo.”

EVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA

Repetimos: la Conciencia Universal o Ser es el ámbito donde confluye todo el potencial posible y existible, en tanto la Consciencia es condición que se adquiere al iluminarse dicho ámbito. Esto equivaldría a un despertar cuya fuente nutricia es la experiencia. Ésta sería la «substancia» que permite que el potencial del Ser se revele, active y convierta en poder.

El proceso de evolución de la conciencia que conduce al despertar del sueño de la mecanicidad comienza, pues, con la atención, la que sólo puede darse al cobijo del silencio mental. El siguiente nivel se produce con el entendimiento, mediante el que se vislumbra la trama de vínculos que configura la estructura básica de la realidad. Un posterior salto adelante se da con la comprensión, donde es la totalidad de los detalles la que se aprehende, permitiendo la elaboración de una imagen completa de la realidad observada… Pero la imagen  no es aún la realidad, sino apenas su reflejo

Tras la comprensión llegará el acto, que se deriva esencialmente de un desarraigo del Ego, de un abandono del conocimiento, de un dejar de hacer o no-acción (no confundir con la inacción, que es una forma de acción por omisión). El acto es manifestación a-causal y espontánea del Ser, y cuando los actos se hacen fluidos y permanentes, es el Ser el que se hace presente en el mundo como pura presenciación o seridad.

Cada uno de esos pasos entre fases no se produce a través de una gradación continua y previsible sino mediante saltos de naturaleza cuántica. Son espontáneos e instantáneos y cada uno tiene, virtualmente, un valor infinito. Al respecto traigo aquí, como ejemplo, un pasaje de «El Libro de los Espíritus». En el Ítem 597, Allan Kardec pregunta a los espíritus sobre el alma de los animales y si se parece a la humana, a lo que ellos le responden:

“Si así lo queréis, también es un alma, esto depende del sentido que se dé a esta palabra; pero es inferior a la del hombre. Del alma de los animales a la del hombre, va tanta diferencia como del alma humana a Dios”.

«NO-ACCIÓN» O ACTUAR SIN HACER

 En el «Tao Te King», de Lao Tse, obra fundamental del Taoísmo, podemos leer un texto que algunos comprenden y muchos otros aún no:

“Por el estudio se acumula día a día. Por el Tao se disminuye día a día. Disminuyendo cada vez más se llega a la no-acción. Por la no-acción nada se deja sin hacer.

El mundo siempre se ha ganado sin acción. La acción no es suficiente para ganar el mundo.”

El Acto es no-acción y, en consecuencia, no implica una subyugación al mundo (no es reactividad) ni una sobreimposición sobre el mundo (no es voluntarismo). El Acto es, sencillamente, la presencia del Ser en el mundo creándolo.

El Ser destila Actos tan naturalmente como una flor esparce su aroma en el ambiente, son fruto de su condición. El Acto es la formalización espontánea e instantánea de la consciencia.

Y es que la esencia del camino espiritual es permitir que la Realidad se realice, que lo que Es, exista, o en palabras del chamán Don Juan a Carlos Castaneda, “ser uno con el Intento”. Esta actitud a-mental, no dirigista ni discriminativa, no impositiva ni reactiva, limpia de deseos, sin pretensión, sin intención, sin objetivo, espontánea, no activa y creativa, es el sello del puro Acto, el sello del Ser expresándose a demanda del aquí-ahora y en el aquí-ahora.

El Acto, en consecuencia, no es otra cosa que la auto-realización del Ser por su poder intrínseco.

Martin Heidegger

En la famosa «Carta sobre el Humanismo», escrita por el filósofo alemán Martin Heidegger (1889 – 1976), se puede leer algo que implícitamente define la esencia de eso que hemos dado en denominar ACTO. Dice allí:

“Estamos muy lejos de pensar la esencia del actuar… Sólo se conoce el actuar como la producción de un efecto, cuya realidad se estima en función de su utilidad. Pero la esencia del actuar es el llevar a cabo. Llevar a cabo significa desplegar algo en la plenitud de su esencia, guiar hacia ella, producere. Por eso, en realidad sólo se puede llevar a cabo lo que ya es (y) lo que ante todo «es» es el ser.”

LIBERÁNDONOS DEL CONOCIMIENTO

Alguien que ejerció en mi vida la función de catalizador, ayudándome a enfocar la atención en varias cosas esenciales, solía decir que «todo es fácil cuando se comprende“. Solicito a quienes no capten inmediatamente el mensaje que sigue, un poco de paciencia y atención para poder comprender.

Sri Nisargadatta Maharaj

El Acto es el idioma en que habla la sabiduría; la acción es el grito de la ignorancia. Decía un maestro espiritual contemporáneo como Sri Nisargadatta Maharaj:

“El descubrimiento de la verdad está en discernir lo falso. Puede conocer lo que no es. Lo que es, sólo puede serlo.”

Y en «Yo soy Eso», añadía: “La muerte de la mente  es el nacimiento de la sabiduría.”

Mil trescientos años atrás (S. VII) Sri Sankaracharia, otro gran maestro del espíritu originario, como Nisargadatta, de la India, dejó escrito la misma enseñanza en su obra «La Joya del Discernimiento»:

“La ignorancia no existe más que en la mente, porque la ignorancia no es más que la mente misma. Cuando la mente desaparece, desaparece la ignorancia; y cuando la mente se manifiesta, se manifiesta su propia  naturaleza, que es la ignorancia y la confusión.”

El conocimiento no es más que un relato conceptualizado, una representación mental de lo aparente, y “parecer” no es lo mismo que “Ser”. Pero cuando empezamos a “saborear” (“saber” viene de la misma raíz etimológica que “sabor”) la realidad que Es mediante la experiencia, lo que se despierta es algo muy distinto: la SABIDURÍA.

El conocimiento es algo acumulativo que se alcanza progresivamente a través de un proceso arduo y finalmente se tiene. La sabiduría, por el contrario, es algo a lo que nos abrimos, algo que llega nosotros no como el producto consecuente a un esfuerzo, sino como un estallido de claridad instantánea al vaciarse la mente de las sombras de los contenidos conceptuales. De ahí que la sabiduría no se la puede poseer sino, todo lo más, que se la encarne o vehiculice, pues representa una transferencia osmótica desde el Ser hacia la existencia.

Anthony de Mello

Mientras que el conocimiento es el producto de una suma, la sabiduría – el reconocimiento o «recuerdo de sí“ – es el producto de una resta. “Dios sólo se lo encuentra por un proceso de sustracción”, decía Anthony de Mello (1931 – 1987), quien en un cuento presenta a un Maestro espiritual que al ser preguntado sobre qué hacía él con sus discípulos, responde:

“Lo mismo que hace un escultor con la estatua de un tigre: toma un bloque de mármol y le quita a golpes todo lo que no se parece a un tigre.“

El conocimiento, atrincherado como memoria, es sólo el residuo de lo no experimentado, el escombro desechado por el escultor, todo aquello que no es tigre en el bloque de mármol.

EL VERDADERO SABER

Por su parte Jean Klein (1912 – 1998) en «¿Quién soy Yo?», declara:

“Debemos distinguir entre aprender, acumular conocimiento y entender, o conocer el discernimiento inmediato de nuestra verdadera naturaleza. La apropiación de datos es necesaria cuando se estudia un oficio, un instrumento, una lengua y demás. Pero no podemos adquirir lo que fundamentalmente somos. Sólo podemos reconocerlo.“

Jean Klein

Reconocer (volver a conocer) es lo mismo que  recordarse a sí mismo (adquirir consciencia), al resintonizarnos  e integrarnos en la unidad esencial. Por eso el maestro taoísta Chuang Tzu (s. IV a. C.) decía: “El gran conocimiento lo ve todo en uno; el poco conocimiento se deshace en la multiplicidad.“

Ese «gran conocimiento» es la sabiduría que se alcanza con la comprensión espontánea e instantánea, donde los pensamientos dejan de articularse en una serie secuencial, con aprehensión «inmediata», fuera de análisis, reflexiones o interpretaciones, sin deliberación ni pasos intermedios entre propuestas previas y conclusiones finales, que es lo propio de la lógica mecanicista lineal.

IGNORANCIA ILUMINADA

El desaparecido neurofisiólogo mejicano Jacobo Grinberg aludía a la sabiduría del Ser con la expresión «Ignorancia Iluminada», que es una bellísima y casi inmejorable manera de decirlo. En uno de los poemas que integran su obra «Cantos de Ignorancia Iluminada», proclama:

«No dispongo de memorias

situaciones y heredades.»

Jacobo Grinberg

Y en versos de otro poema de la misma obra, que  podrían ser continuación natural de los anteriores, expresa:

«Surge entonces la Realidad

del saberme iluminado

en total ignorancia.»

He aquí definida la naturaleza de la Sabiduría sin conocimiento: la de una  ignorancia iluminada.

Pero, ¿por qué esto tendría que ser y sólo podría ser así?  Porque solo hay un «sitio“ que pueda contener la totalidad: el VACÍO.

En este sentido Jacobo Grinberg ser expresa con gran profundidad en su obra “Fluir en el Sin Yo”:

«Liberarse es salirse del yo, dejarlo atrás para fluir en El. En esa condición se cura y se es curado. Aparece la sabiduría y la ignorancia se diluye en su propio jugo. Se recupera la fe y se recobra el Poder. Todo contesta y todo se vive en plenitud y con misterio. Ignorancia Iluminada se llama ese estado bendito, en el cual todo es nuevo como la visión para un bebé recién nacido. Frescura en todo y silencio lleno de Luz adentro.“

LA VOZ DE LA SABIDURÍA

La espontaneidad silenciosa es la voz de la sabiduría sin conocimiento, de la ignorancia iluminada. Porque siempre es lo espontáneo una respuesta no premeditada ni calculada, carente de referencias, sin memoria, sin objetivos y libre, que salta a la existencia sin intermediaciones. Nada creativo saldrá jamás de lo deliberado o reflexionado, porque se  estructura a partir de contenidos previamente almacenados. De lo registrado no puede surgir más que una voz vieja y distorsionada por los posicionamientos y las interpretaciones, desprovista de presencia, realidad y vida. Pero en la iluminación no se acude ya a recursos personales, pues tú no puedes poseer la sabiduría, ella es la que te posee a ti y tú solo le das voz.

“En la meditación existe un instante en el cual el Observador se conecta con el silencio (que) es en realidad una conexión con el Todo. Aquí es donde funciona la intuición y la sensación de poseer un colosal caudal de conocimientos es real. El Observador se conecta con su origen al lograr el silencio, y el silencio es Infinito en posibilidades. En ese punto se establece el contacto con Dios y se dialoga con él.“

 «Los Chamanes de México (Vol. 6): La Voz del Ver»,  Jacobo Grinberg

 OBSERVACIÓN DE SÍ

La posibilidad de despertar adquiriendo consciencia de sí, comienza mediante la “observación de sí”, tratando de retener la sensación «Yo soy“ o “yo estoy aquí”, nada más. ¿Simple? La verdad es simple, nosotros solemos complicarlo todo.

Según ciertos autores y escuelas, el ser humano solo puede recordarse a sí mismo a través de un prolongado esfuerzo. Pero esto, como veremos, puede abordarse de otro modo.

Con la técnica del “dejar ir” que el Dr. David R. Hawkins explica en su libro «Dejar Ir, el Camino de la Entrega», se nos propone un enfoque distinto que si bien parece algo nuevo, es muy viejo. No consiste tanto en “conquistar” la consciencia – lo cual exigiría un esfuerzo ímprobo- sino en desarraigar las resistencias que nos mantienen inconscientes para permitir que el recuerdo de sí aflore solo. Desde esta perspectiva la “observación de sí” consistiría en reconocer los estados emocionales de bajo poder que provocan los pensamientos negativos sin rechazarlos, proyectarlos, suprimirlos o expresarlos. Se nos invita a sentirlos plenamente sin etiquetarlos, para luego dejar que su energía se difumine tal como un globo se desinfla al perder gas.

EL PROBLEMA DE LA IDENTIDAD

Esto implica tener que comprender el estado de identificación, ya que el mismo nos incapacita para el “recuerdo de sí”. Creer que somos “parte” y que estamos apartes, impide que sintamos la unidad, condición concomitante al “recuerdo de sí.” Sobre esta cuestión, el escritor ruso P. D. Ouspensky comenta en su trabajo «La Conciencia»: 

“La “identificación” es un curioso estado en el que el hombre pasa la mitad de su vida, estando en estado de sueño la otra mitad… se identifica con todo: con lo que dice, con lo que siente, con lo que cree, con lo que no cree, con lo que desea, con lo que no desea, con lo que le atrae, con lo que le repele. Todo se convierte en él o, mejor dicho, él se convierte en ello. Se convierte en lo que le gusta y en lo que le disgusta… En estado de identificación el hombre es incapaz de separarse del objeto de su identificación… En estado de identificación es cuando el hombre tiene menos control sobre sus reacciones mecánicas.”

INDIVIDUALIDAD CONTRA IDENTIDAD

La individualidad es lo opuesto a la identidad. Te reconoces como individuo al adquirir consciencia de la unidad. Eres, así, un todo, una completitud que no demanda ninguna identidad, ningún «otro“ ante quien autoafirmarse, porque la plena individualidad no necesita distingirse, marcar fronteras, trazar límites, determinar diferenciaciones, confirmarse ni justificarse. Es, sabe que es, y basta.

Abraham Maslow en «El Hombre Autorrealizado» estudió las llamadas «experiencias-cumbre», que podemos denominar también como “momentos de recuerdo de sí”. Dice que ellas representan “la cima de la unicidad, individualidad e idiosincrasia.” Añadiendo de seguido: «Si las personas son en principio distintas las unas de las otras, son más puramente distintas en las experiencias-cumbre (aquí) los individuos se hacen menos intercambiables. Sea lo que sea aquello que son en el fondo, cualquier cosa que la palabra «yo único» signifique, lo son con mayor intensidad en las experiencias-cumbre.“

Jacobo Grinberg en «La Luz Angelmática» alude de forma genial al origen de esa sentida «totalidad-unidad-individualidad»: «Lo individualizado es la focalización concentrada del todo en un punto.”

Es decir, la individualidad sería un “modo” de la totalidad dotado de conciencia.

CONSCIENCIA  DE SÍ

La conciencia objetiva o, simplemente, la consciencia (recuerdo de sí) supone la experiencia directa al vincularse con la no identificación, que es cuando nos disolvemos a nosotros mismos en las cosas y las cosas se disuelven en nosotros (cesación de la dualidad sujeto-objeto). O, si se quiere decir de otra forma, de la entrega de las identidades y la aparición plena de la individualidad, esa que sólo vive en un tiempo unificado: la eternidad. Me encanta como Jacobo Grinberg expresa esta comprensión en otra frase que considero imperecedera: “El recuerdo lo hace el tiempo que contiene a todos los tiempos.”

RECORDARSE A SÍ MISMO COMO SER

Teniendo en cuenta que el “recuerdo de sí” no es otra cosa que la “consciencia de sí”, podemos decir que los descubrimientos internos son realmente revelaciones, y toda revelación, como tal “recuerdo de sí”, representa la exteriorización del Ser.

La memoria, esa suma de patrones automatizados de  comportamientos cuyo producto final es la entelequia Yo-Ego, constituye el fundamento de la vida mecánica y representa la principal resistencia para el “recuerdo de sí”, donde se prescinde  de la memoria personal.

Cuando se empieza a trascender el Yo-Ego, el resultado que sobreviene no es otro que el “recuerdo de sí” con el despertar el Ser. Dicho de otro modo: con la entrega de la Conciencia-Yo,  amanece la Consciencia-Ser.

En el estado de “recuerdo de sí” todo está presente y disponible. La sola evocación trae a la existencia lo evocado y lo hace tangible,  presente y vivaz. Entonces ya no existe más la dualidad sujeto-objeto, solo la experiencia y el observador de la misma. Finalmente ambos se funden en lo único real, la Conciencia Iluminada.

A esto es a lo que alude Louis Pauwels en su obra “Gurdjieff”:

“El hombre despierto, cuando nombra alguna cosa, le confiere la existencia absoluta.”

El “recuerdo de sí” supone la liberación final de la ignorancia, la ilusión y la auto-esclavitud, porque mientras la conciencia conoce que existe, la consciencia sabe que ES. Esto significa en palabras de J. Grinberg en su obra «Meditación Autoalusiva» “llegar al propio Ser, aquel que lo incluye todo, pero que no se identifica con nada, aquel que lo puede observar todo, pero que no puede ser abarcado por ningún esquema mental, analítico o intelectual.“

LOS TRES OJOS DEL ALMA

El mundo que se presenta a nuestros sentidos y a la mente  no es más que una apariencia. Materia, información y energía, las tres propiedades del mundo concreto, son expresiones intercambiables de algo unitario que subyace a todo ello: la Conciencia.

El camino hacia la consciencia puede tomar como eje cualquiera de esas tres expresiones citadas (materia-voluntad, información-mente, o energía-sensibilidad).

De ahí que en la tradición teólógica cristiana San Buenaventura (1217 – 1274) afirmase que los seres humanos disponen, por lo menos, de tres formas de adquirir conocimiento, de «tres ojos», parafraseando a Hugo de San Víctor, otro místico famoso: el «ojo de la carne», por medio del cual percibimos el mundo externo del espacio, el tiempo y los objetos; el «ojo de la razón», que nos permite alcanzar el conocimiento de la filosofía, de la lógica y de la mente; y el «ojo de la contemplación», por el cual tenemos acceso a las realidades trascendentes.

San Buenaventura

El «ojo de la carne» tiene como base la voluntad y se vierte como práctica y acción (empirismo), cuyo desarrollo más evidente es la ciencia moderna, especialmente la técnica. El «ojo de la razón» es la vía especulativa propia de la filosofía y de la lógica mental, que intenta reconocer las formas que adopta la realidad mediante la abstracción (racionalismo).  El «ojo de la contemplación» es la vía del corazón, de la sensibilidad, que intenta conectar con el sentido de lo existente sintonizando con su condición interna o estado energético. Cada una de estas perspectivas es útil y permite avanzar, pero pronto se hace evidente su limitación consubstancial (parcialidad) y la necesidad de converger hacia una visión holística, que recupere la unidad propia del Ser. No olvidemos que “el objetivo del camino espiritual es el estado de total integración llamado iluminación o autorrealización”.

Nos recuerda Savita Taylor en «El Camino del Desplegar» que “el objetivo del camino espiritual es el estado de total integración que es llamado iluminación o autorrealización”. Que independientemente de la duración de ese camino “la iluminación viene en un fogonazo”, y que “la autorrealización es justo eso: una iluminación. Una realización repentina, que incluye todo de la verdadera naturaleza del ser y de la naturaleza ilusoria del débil reflejo del ser que llamamos el ego. El velo final es apartado y la fuerza completa de la luz pura interior brilla a través, sin trabas, dentro de nuestro ser completo.“

CUANDO LA FÍSICA CUÁNTICA NOS SITÚA  MÁS ALLÁ  DE LA LÓGICA LINEAL     

Con la Mecánica Cuántica nos hemos ido familiarizando con conceptos tan «extraños“ como: dualidad onda-partícula; principio de incertidumbre; superposición; entrelazamiento; efecto túnel… Y resulta muy curioso que rastros de lo que hizo revolverse en sus lechos a tantos físicos, se encuentren en los relatos de la experiencias de los místicos y  las creaciones de los poetas.

La Mecánica Cuántica, considerada por muchos como la teoría física más exitosa de la historia por la coincidencia entre sus predicciones calculadas y  los resultados experimentales, quebró algunos consensos perceptivos y supuso un reto tremendo para el entendimiento humano por sus planteamientos paradójicos, ajenos a la forma habitual en que funciona la razón. Einstein le tenía gran resistencia, nunca la aceptó y trató de desmontarla. Decía que la Mecánica Cuántica era igual a “matemática más magia negra”.

SECUENCIALIDAD Y LINEALIDAD 

Observemos la evolución de cualquier proceso y cómo se producen los cambios desde el inicio al final del mismo. Intentemos encontrar, en cada caso, las fases intermedias o tránsitos entre fases y luego los puntos medios de esos mismos tránsitos… Intentemos hacer esto indefinidamente…  ¿A dónde nos conducirá esta búsqueda?

Al ver una película, las escenas se suceden dándonos la sensación de una historia continua. Pero en realidad estamos viendo una ilusión consistente en una serie intermitente de planos o imágenes proyectados a una cierta velocidad, instantes que nuestro cerebro “une“ provocando la ilusión de la continuidad. En la vida esta apariencia de flujo es la que nos da la apreciación de la línea temporal pasado-presente-futuro y, por tanto, de la interpretación causalista. Pero, ¿qué hay entre un instante y otro instante? En realidad una discontinuidad o salto; la continuidad es una ilusión y la ciencia física lo ha constatado fehacientemente.

UNA REALIDAD DISCONTINUA

Esto contradice la vieja premisa de la ciencia clásica: “La naturaleza no da saltos”. Con los descubrimiento de la Física Cuántica puede afirmarse que la naturaleza sí que da saltos y que lo que es una ilusión es la continuidad, la linealidad de un flujo constante.

¿Pero cuál es el fundamento que hace que todos los procesos en la realidad – y a partir de ahí todo cambio y evolución, incluyendo el acceso a nuevos niveles de conciencia – sean necesariamente espontáneos e instantáneos? Pues la ley, verificada experimentalmente, que afirma que los procesos de la realidad están cuantificados. Esto significa que el paso de un estado energético (y/o información, y/o substancia) a otro, se realiza sin pasar por etapas intermedias. Los tránsitos graduales son sólo apariencias.

Max Planck

La física de los albores del siglo veinte, afirmaba que la energía podía expresarse en un abanico de infinitas longitudes de onda.  Pero a comienzos del s. XX, el físico alemán Max Planck (1858 – 1947) planteó que la energía solo podía expresarse en múltiplos de una constante,  que en la naturaleza no existían expresiones continuas de energía sino “exclusivamente” manifestaciones en ciertos niveles discretos o «cuantos», siempre múltiplos de un coeficiente que él mismo logró calcular y que, en su reconocimiento, se denominó «Constante de Planck“.».

La propuesta fue inicialmente sólo un recurso matemático, que intentaba encontrar una manera de explicar y predecir ciertos hechos que en aquel entonces no encajaban en las teorías clásicas de la física, los cuales venían siendo considerados  flecos residuales de una visión que se estimaba acabada. Tal era así que el recurso ni siquiera gustaba a su mismo promotor. Todo ello inició una revolución que llevó a establecer un conjunto de nuevos principios en el mundo de las partículas subatómicas, que se denominó justamente «mecánica cuántica».

SIN CAUSAS Y SIN PORQUÉS

Y si la linealidad y el causalismo son resultado de una apariencia, los «porqués“ no son más que constructos o artificios del sueño causal cuando el Yo-Ego se percibe impotente al enfrentarse con el misterio de lo real. Con ese ánimo comprensivo desde el que se sabe que lo que Es – el Qué – es sin causa y sin razón – sin Porqué -, el poeta místico Johann Scheffler (1624 – 1677), más conocido como Angelo Silesio, escribiría bellísimamente en «El Peregrino Querubínico»:

“La rosa es sin porqué,

florece porque florece”.

EL SABER INTUITIVO

La intuición es “la aprehensión inmediata de un objeto sin la intermediación de ningún tipo de proceso racional”. Spinoza la llamaba “scientia intuitiva”, y la consideraba como la tercera y más elevada forma de conocimiento: la percepción de algo “exclusivamente a través de su esencia”. Emerson resalta su carácter espontáneo y representativo de la sabiduría primigenia.

El saber intuitivo no se alcanza a través de métodos indirectos, lógicos o racionales, es directo e inmediato, producto de la unión del observador con “la cosa en sí”, pues en la esfera del saber intuitivo deja de haber separación entre conocedor y conocido, entre sujeto y objeto.

La «intuición» resulta de un funcionamiento no-dual que está más allá de la mente, pues el funcionamiento dual es la propia esencia de la mente, tal como se dice en el viejo poema taoísta conocido como «Hsin-hsin Ming»: “El conflicto entre el bien y el mal es la enfermedad de la mente”.

Lo intuitivo no tiene nada que ver con lo deducible ni con lo inferible, no es lógico, no es lineal ni predictible, no es accesible mediante un sistema o con el uso de cualquier tipo de tecnología espiritual. Tampoco es voluntario y, por tanto, no hay acciones, técnicas o caminos que puedan llevarnos hasta ahí, y ni siquiera puede ser considerado un objetivo o una meta. Es, sobre todo, un regalo y un don de la conciencia que se va iluminando.

De ahí que la intuición ocurra espontáneamente y al producirse, sea totalizadora, completa, llegando saturada de claridad interior, de energía y de verdad. En el momento en que la intuición se activa sabemos sin un Yo que sepa, pues nos hemos convertido en el saber.

La intuición es la puerta de acceso al mundo de la “conciencia consciente”, al mundo de la sabiduría, pero nadie tiene la llave de  dicha puerta ni su apertura puede controlarse, simplemente ocurre.

La intuición aparece en el silencio de la mente, cuando ella se convierte en un espejo al que nada se fija, libre de apegos y de aversiones, que recibe sin identificarse, que permite en y a través de su superficie aquietada e inmaculada, el afloramiento de la realidad tal como ES.

DESPUÉS DE LA MENTE

En conclusión: la mente nunca podrá darnos lo que no tiene en sus registros mnemónicos, ni la conciencia  personal lo que ella no es aún ni puede extraer de sus archivos vivenciales.  Es por eso que los cambios reales se producen sólo cuando la mente se rinde y calla, y el Yo-Ego ve desactivados sus programas, filtrándose el Ser como presencia.

Eliminadas así las resistencias, el oculto potencial infinito latente puede entonces emerger y te cambia en el Ahora y el Aquí, es decir, instantáneamente.

Trascender los límites en los que hemos vivido y entrar en un nuevo nivel, deriva de aquellas experiencias capaces de aportarnos la cantidad de “energía-información-substancia” (consciencia) que se ocultaba tras nuestros bloqueos disueltos, lo que da lugar a la reformulación del mundo externo al reflejar el nuevo cosmos interno que se ha configurado en nosotros.  Esto se manifiesta no de forma gradualizada sino repentinamente, pues no hay acontecer que no sea, en esencia, súbito.

SÓLO ERES CUANDO ERES NADIE

 El Yo-Ego, la personalidad, epítome de la dualidad y la separatividad, mantiene la ilusión de su permanencia en base a la auto-justificación de ser causa y la auto-atribución del mérito. Ser «algo“ distinto, separado, definido, perimetrado e identificable es su pulsión. Se afirma en la reactividad frente a algo o contra algo.

De ahí que Siddharameshwar Maharaj (1888 – 1936) en «Enseñanzas sobre el Estado sin Estado», dijese:

“A menos que se extinga el «yo», no puede verse el Cielo… Erradicad de vuestra mente que sois algún «yo» particular… El que dice «yo soy el que experimenta», permanece aún en la ilusión.”

Es lo mismo que remarca Ramesh S. Balsekar en «El Buscador es lo Buscado»:

«El despertar no puede darse en tanto persista la idea de que uno es alguien que busca”.

 También está implícito en estas palabras que el Maestro Echkhart (1260 – 1327) escribió hace más de 600 años:

“Cuanto menos hay de sí mismo, más hay de Sí mismo“.

 Así como en lo que Nisargadatta en «Yo Soy Eso», asevera:

“Para ser no debe ser nadie.”

La consciencia total sólo puede florecer en el seno de la individualidad, en la pura existencia sin identidad particular, como una suerte de onda estable en el campo de la conciencia. De ahí que la individualidad pueda compararse a una especie de solitón.

Recordemos que los solitones son, en Física, entidades ondulatorias localizadas con propiedades de estabilidad que se propagan sin deformarse en un medio no lineal, comportándose como partículas. Existe un tipo especial de solitones espacio-temporales denominados “balas de luz”, consistentes en pulsos de energía electromagnética que pueden confinarse en las tres dimensiones del espacio y en el tiempo, sin disiparse o colapsarse.

La individualidad se presentaría, pues, allí donde «lo mismo no es igual», según una feliz expresión del filósofo Martín Heidegger que aplico al caso que nos ocupa. Llegaríamos así a la consciencia de sí en el seno del Todo, es decir, a la consciencia como sustrato de la individualidad.

¿MERECIMIENTO O CONVERSIÓN?

 Comenta Eckhart Tolle en «Practicando el Poder del Ahora»:

«Cuando tu conciencia se dirige hacia fuera, surgen la mente y el mundo. Cuando se dirige hacia dentro, alcanza su propia Fuente y regresa a casa, a lo No Manifestado.“

Eckhart Tolle

La corriente hacia fuera se dirige hacia la existencia, hacia la dimensionalidad, lo mensurable, distinguible y separado. Es la vía de la manifestación. La corriente hacia dentro nos vuelve al Ser, a la unidad, a la adimensionalidad, a lo inmensurable e inefable. Es la vía de regreso a la conciencia iluminada por medio de la experiencia, que es el proceso que nos permite despertar a la autonomía de la responsabilidad. Y con la creciente responsabilidad cada quien construye su espacio de libertad con sus actos, que es el idioma en que habla la realidad interior. Entonces comprendemos que nuestra vida es siempre el reflejo de aquello en lo que nos hemos convertido.

Pero tenemos que darnos permiso a nosotros mismos para ser distintos y adquirir otro “estar”, para renacer mediante una auto-conversión, dejando de llenar nuestra vida de justificaciones y argumentarios mentales que nos excusan para mantenernos en la relativa comodidad de la inconsciencia.

Así es como hemos creado todo tipo de dualidades antagónicas: lo “bueno” y lo “malo”; los “cielos” y los “infiernos”; lo “moral” y lo “inmoral”; lo “justo” y lo “injusto”; los “méritos” y los “pecados”…

A la consciencia no se accede como resultado de una ganancia ni a través de una conquista, sino que es el producto de una correspondencia, no es un mérito sino una sintonía con la eterna realidad del Ser.

PRUEBA INTEGRAL – EXPERIENCIA INTEGRAL

 Atendiendo a todo lo visto hasta aquí:

“No puede haber ninguna prueba de la Realidad que no sea serla.“

 «El Buscador es lo Buscado», Nisargadatta  (1897 – 1981)

Por tanto:

“La experiencia del Sí mismo es la única prueba. Todo lo demás es engaño, ilusión.“

 «Amrut Laya, Enseñanzas sobre el  Estado sin Estado» – Shri  Sadguru Maharaj (1888 – 1936):

En definitiva:

 “La experiencia de la Unidad es la experiencia de la Realidad.”

«Meditación Autoalusiva», Jacobo Grinberg

UNA PUERTA DE DOBLE SENTIDO

Hemos estado hablando de la naturaleza de la experiencia, el factor que ilumina la conciencia, y de los actos, la voz del Ser en el mundo. Bien comprendidos ambos aspectos son las dos caras de una misma moneda, forman una única realidad vista desde puntos opuestos. De hecho no puede existir el uno sin el otro.

Por eso un ser humano con la conciencia iluminada se convierte en una puerta de doble sentido, que comunica dos ámbitos: el de la unidad esencial del Ser, de un lado, y el de la realidad  manifiesta, el mundo, de otro. Cuando la puerta se abre desde el mundo hacia el Ser, surge la experiencia; cuando se abre desde  el Ser hacia el mundo, brota el acto.  El sentido de la apertura depende de la actitud íntima que adopte el ser consciente, receptora o dadora. Y como todo lo que se recibe cobra pleno sentido sólo cuando se da, esa puerta puede continuar funcionando siempre que sus goznes se mantengan engrasados mediante la entrega.

DOS ÚLTIMOS APORTES PRÁCTICOS: 

 1°. ¿Quién sufre?

Llegado el momento preciso, la experiencia se abre paso y fructifica como revelación, Nosotros únicamente podemos constatarla siendo sus testigos, condición que permite la experienciación. Pero la experiencia completa solo puede hacerse presente en total ausencia de percepciones e interpretaciones, sobre la base de la ecuanimidad – virtud suprema del corazón- tras liberarnos de los filtros condicionantes de las memorias y con la mente silenciada.

El dolor es memoria genética; el sufrimiento es memoria psicológica. La mente, sustentada en la memoria, se proyecta al futuro como un explorador obsesivo que busca anticiparse en un intento baldío por controlar el devenir, lo que termina por sustraernos del presente y nos hace vivir en los escombros del pasado o en la fantasía del futuro.

Realmente sólo puede sufrir la personalidad; el YO-Esencia, el Ser, el espíritu, es inviolable, inmarcesible, inatacable e inasible para el sufrimiento. Siempre es un «quien» (una identidad) el/la que sufre, y mientras haya un «quien» el ser humano será permeable al sufrimiento. Cuando todos los «quien» desaparezcan, el sufrimiento se esfumará. Sé nadie y el sufrimiento se extinguirá por falta de base sustentadora.

2°. El inmenso poder de elegir la respuesta

No hay nada en este mundo o en el otro, que nos obligue a ofrecer una respuesta prefijada o estereotipada a las situaciones que nos ocurren. Uno de los más grandes logros de la comprensión y la consciencia es el descubrimiento del poder de elegir la respuesta, la libertad de vivir descondicionados.

Un ser despierto puede ser desconcertante e indescifrable para los sistematizados autómatas. Como  ha  dejado de ser reactivo es imprevisible, no puede ser manipulado, no se siente «obligado“ a nada, no tiene «deberes“, carece de «culpas“, no se apropia de «méritos“, no espera nada de nadie y nada exige a otros, sólo a sí mismo. En la forma de vivir de un ser humano despierto no existen «agarres“ para los mecanismos reactivos de aquellos con que se relaciona. Un ser humano despierto ya no es ni lógico ni ilógico, situado  fuera de  esa  dicotomía  es a-lógico y, por tanto,  libre y creativo.

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EL ESPIRITISMO COMO UNA FORMA DE “ESPIRITUALIDAD”

No es frecuente encontrar entre los investigadores que se acercan al Movimiento Espiritista para estudiar algún aspecto de entre las diversas manifestaciones de su devenir histórico, una postura ecuánime y que se ajuste a los hechos acaecidos y a los documentos originales, teniendo como referencia lógica de partida el sello matriz que Allan Kardec, como codificador, dejó establecido como carta de naturaleza. No es frecuente, repito, trabajos y análisis objetivos de investigadores que ofrezcan una visión apartada de posiciones estereotipadas, cuando no claramente lastradas de acentuados prejuicios.

Esto era raro antes y sigue siendo infrecuente hoy. Por eso resulta gratificante, una auténtica bocanada de aire fresco, encontrar comentarios como el que traemos a colación, del que es autora Zulema Frolow de la Fuente, que aparece inserto en un trabajo universitario (Universidad de Cantabria) que lleva por título «’El Sagrado Ministerio de la Mujer”: Maternidad y Educación en el Espiritismo y la Teosofía».

Y aún nos congratula más comprobar que cuando miradas desprejuiciadas se acercan al Espiritismo sin anteojeras, son capaces de asimilar la esencia de sus conceptos a veces más profundamente que muchos de los que se dicen “espíritas”, entre los que un no despreciable número se incorporan a sus filas arrastrando una larga colección de atavismos de los que no saben o no quieren desprenderse.

Esto es lo que resalta una y otra vez a lo largo y a lo ancho del improductivo debate que se viene sosteniendo periódicamente en el seno del movimiento espírita entre los que lo ven como una ciencia de implicaciones filosóficas y consecuencias morales, entre los que me encuentro –visión que, a nuestro juicio, está en plena sintonía con Kardec – y quienes haciendo malabarismos argumentales, más voluntaristas que lógicos y fundamentados, intentan por todos los medios conservar el substantivo “religión” inextricablemente asociado al concepto “Espiritismo”.

No tenemos ningún interés en continuar con ese debate, puesto que el tema para nuestra conciencia está sumamente claro, y sólo en algunos casos lo abordaremos sosegadamente cuando haya demandas que vengan planteadas en las formas fraternales que debemos emplear, en toda ocasión, entre nosotros los espiritistas, sin ánimo de polemizar. Únicamente resaltaremos formulaciones argumentales que se relacionan con esta cuestión si vienen expresadas con nitidez, altura filosófica y elevación ética y creamos que aporten algo de luz al asunto. Para ello tengamos en cuenta estas palabras que a modo de sabia advertencia y consejo nos dejó el filósofo chino Confucio (551 a. C. – 479 a. C.) alertando de las trampas de la mente cuando se ve azuzada por las emociones y las querencias:

«¿Sabes cómo llega a zozobrar la virtud y por dónde se escurre la sabiduría? La virtud zozobra en la fama y la sabiduría se va en los debates».

El trabajo de Zulema Frolow de la Fuente – «’El Sagrado Ministerio de la Mujer”: Maternidad y Educación en el Espiritismo y la Teosofía» – contempla el análisis en paralelo de dos movimientos contemporáneos, el Espiritismo y la Teosofía, que surgieron casi a un mismo tiempo y que mantienen coincidencias y también algunas divergencias, aunque hubiera personalidades que bebieran a la vez de ambas fuentes sin por ello encontrar diferencias irreconciliables, incluso en España.

He aquí, sin más dilación, el comentario que nos ha suscitado la redacción de estas notas

Nótese que calificamos el espiritismo y la Teosofía de espiritualidades y no de religiones. La diferencia es sustancial y aclaratoria…. La religión asume la Verdad como monolítica, central, dogmática, mecanismo indispensable para consolidar la conformidad, la aceptación –o imposición- y la adaptación de los comportamientos; su rigidez impide los cuestionamientos que, de existir, son percibidos como amenazas de disgregación. Por su parte, la espiritualidad favorece la inspiración, la creatividad y la transformación de la conducta en la medida en que es considerada como un fenómeno individual, e identificada con la trascendencia personal, la supraconciencia, la sensibilidad y la utilidad para promover conductas que permitan resistir las situaciones de injusticia. En este sentido, provee de significados a la situación en la que se vive y promueve la posibilidad de esperar un cambio de la misma. Tiene un cierto sentido crítico que permite la elaboración y la transformación de las experiencias cotidianas ya que no es elaborada de forma homogénea de manera que, en su interior, caben diversas posibilidades de interpretación.”

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Por: Óscar M. García

En los momentos en que somos capaces de acallar los «ruidos» que día a día nos saturan, llega el SILENCIO. Desde ahí la VOZ INTERIOR encuentra la posibilidad de manifestarse. Entonces las comprensiones instantáneas, las impresiones directas, las imágenes luminosas – es decir, la intuición espiritual – asoman, aportando la energía de la CERTIDUMBRE.


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LA ESENCIA DEL MENSAJE DEL ESPIRITISMO COMO RESPUESTA A LOS DESAFÍOS ACTUALES DEL SER HUMANO

Encabezamiento ponencia Salou

Por: Oscar M. García Rodríguez

 INTRODUCCIÓN

El artículo que presentamos a todos los amigos y visitantes de este blog, constituye la PONENCIA que ofrecimos en el II ENCUENTRO ESPÍRITA BEROAMERICANO, que se desarrolló en la ciudad de Salou (Tarragona, España) entre el 1 y el 4 del pasado mes de mayo del año en curso, organizado por  la Confederación Espírita Panamericana (CEPA) y la Asociación Internacional para el Progreso del Espiritismo (AIPE).

Desde aquí aprovecho la oportunidad para hacer un reconocimiento público al magnífico hacer del Centre Barcelonés de Cultura Espírita, a cuyos miembros cupo, en buena medida, el esfuerzo operativo de la organización del evento, un trabajo que supieron llevar con diligencia y sabiduría a buen término.


CABECERA PONENCIA

1. PRESENTACIÓN

Reflexioné sobre el método más apropiado a usar en esta breve exposición, y entre uno que concite unánimes asentimientos y otro que provoque algunas incomodidades, elijo sin dudar el segundo. Porque, ¿qué significa incomodar? Literalmente “sacar de la comodidad”, ya que, como en cualquier otra área del saber y del hacer humanos, algún sector del Espiritismo tampoco se libra de esa tendencia, tan natural como perjudicial, que ansía espacios de seguridad y comodidad. Solo que eso, a fin de cuentas, se convierte en la antesala de la muerte, entendida no como extinción, claro está, pero si como degradación y disipación.

Sentiremos que hemos cumplido el objetivo propuesto, si logramos al final generar tanto corrientes de sintonía como, en otros casos, dinámicas de incomodidad, paso necesario para una re-evolución que contribuya a desplazar esclerosados esquemas de pensamiento y acción.

2. PREGUNTAS NECESARIAS

Comencemos con algunas preguntas que consideramos necesarias: ¿Es el Espiritismo un ideal del pasado, del presente o del futuro? ¿Es el Espiritismo un ideal enfocado exclusivamente a la vida intimista o, por el contrario, implica una visión integral de la existencia? ¿Tiene la concepción espiritista una proyección en la arquitectura social?

La respuestas a estas cuestiones son claras y tajantes: el Espiritismo ha sido un ideal de ayer, lo es de hoy y lo será de mañana, tanto para el ámbito individual como colectivo, desde el momento en que sus planteamientos filosóficos, científicos y éticos  no solo se mantienen vigentes, sino que se ven reforzados día a día por los descubrimientos del saber humano, y porque los horizontes que idealiza responden a las necesidades y demandas básicas de los hombres y mujeres de este mundo, necesidades de orientación, sentido y plenitud.

El Espiritismo, como paradigma para la vida individual, se extiende a la vida colectiva, porque las transformaciones interiores a que conduce a los individuos, en tanto células que son de un cuerpo social, repercuten en el conjunto. No son ámbitos que se puedan disociar.

Pero no nos engañemos, si los espiritistas no mantienen el ideal que representan en constante actualización mediante la auto-poiesis (auto-recreación) permanente de los que lo sustentan, terminará quedando abandonado a la orilla del camino de la vida, como el resecado esqueleto de un viejo dinosaurio, símbolo de un tiempo pasado.

3. PLANTEAMIENTOS DE BASE: JERARQUÍA DE LOS MUNDOS

Si queremos emprender un camino, hemos de comprender dónde estamos y hacia dónde pretendemos dirigirnos. Vamos a intentar dar respuesta a la primera cuestión y más adelante abordaremos la segunda.

¿Dónde estamos? ¿Desde dónde partimos? ¿En qué punto de la escala evolutiva se encuentra la humanidad terrestre? Según las enseñanzas dadas por los espíritus, los mundos habitados que pueblan el universo pueden encuadrarse en alguno de los estadios de la siguiente escala:

a.- MUNDOS PRIMITIVOS: destinados a las primeras encarnaciones del alma humana.

b.- MUNDOS DE EXPIACIÓN Y PRUEBAS: donde domina el mal.

c.- MUNDOS DE REGENERACIÓN: en los cuales las almas aun tienen algunos aspectos que expiar y sacan nuevas fuerzas, reposando de las fatigas de la lucha.

d.- MUNDOS DICHOSOS: donde el bien sobrepasa al mal.

e.- MUNDOS SUPERIORES, CELESTES O DIVINOS: habitados por espíritus depurados, donde reina exclusivamente el bien.

La Tierra, según esa clasificación, pertenecería a la categoría de “mundos de expiación y prueba”, pero en su última fase; es decir, estaría en transición hacia la siguiente categoría, la de mundo regenerado.

El bien que ese tránsito implica y representa, jamás se podrá imponer, tendrá que ser reconocido, comprendido, sentido y, finalmente,  practicado. Por eso decimos que todo tiene su precio y que lo que no cuesta no se valora porque no es apreciado. Todo ha de ser “pagado”.

Que nadie se sorprenda si digo, pues, que el Espiritismo también tiene su “precio” y habrá de ser pagado. Pero, ¿cuál es el “precio” del Espiritismo? Evidentemente no es un valor material, es el precio de la vida insulsa, alienada, acomodaticia y mecánica. Comprender y aceptar los valores espiritistas nos encamina irremediablemente hacia una senda que yo llamo “la bendita maldición”.

4. EL ALGORITMO DE LA CONCIENCIA

La palabra CONCIENCIA proviene del latín conscientia y se define generalmente como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno. Conscientĭa significa, literalmente, «con conocimiento» (proveniente del latín cum scientĭa). Aún así, es un concepto que ha estado sujeto a múltiples y dispares interpretaciones.

Entendida, pues, la conciencia como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno, surge inmediatamente otra pregunta: ¿Cómo se adquiere? Volvamos sobre nuestros pasos, desandemos el camino.

La expresión máxima de algo de lo que estemos concienciados, de algo que tengamos totalmente interiorizado, se representa cuando SOMOS de acuerdo a eso que tenemos integrado; no obstante, ¿cómo evidenciamos o demostramos que somos? Mediante nuestro HACER. Pero para hacer es necesario antes haber COMPRENDIDO. Y previo a la comprensión, ¿qué se necesita? ENTENDER. Finalmente, ¿qué es aquello imprescindible sin lo cual jamás podría producirse el entendimiento? La ATENCIÓN.

La CONCIENCIA, pues, comienza con la ATENCIÓN. Queda así plasmada la ruta del No-Ser al Ser, el Logaritmo de la Conciencia:

ATENDER   →   ENTENDER    →  COMPRENDER   →    HACER  →   SER

algoritmo de la conciencia 2

La atención es una disposición interior y una actitud exterior, es la manera que encuentra el alma  para escapar de la parálisis existencial y del sufrimiento; responde a un profundo anhelo que permea y termina por despertar al individuo.

Llamamos entendimiento, al proceso por el cual la mente es capaz de vislumbrar la trama de relaciones que enlazan un conjunto de elementos aparentemente diversos y dispersos de la realidad, en un todo coherente. Entender es, pues, tender puentes.

Cuando esa trama de relaciones se aprehende, cuando la hacemos nuestra, cuando somos capaces de “verla” en su totalidad adentro como en una imagen nítida hasta en sus menores detalles, es que empezamos a comprender.

Es en este punto cuando se hace notoria la intención oculta, que no es más que una continuada voluntad de ser, la cual hasta entonces se había mantenido solapada, pero que realmente está en el origen del proceso de concienciación-transformación. Y es que la intención viene a ser la más primaria u original expresión de nuestra esencia espiritual, ya que es la misma alma en proyección.

Pero la intención, como “continuada voluntad de ser”, propende finalmente a concretarse mediante la acción, mediante la obra viva. Así, al proceso por el cual la intención toma forma con la acción, desvelando una parte mayor del SER, es lo que se llama expansión de la conciencia.

Entonces surge, asociada, la PRESENCIA, es decir la capacidad de estar presente, porque solo está presente quien ES y en la medida en que ES. Y aparecen también, como cualidades concomitantes, el CRITERIO y el CARÁCTER.

La expansión de la conciencia supone una extensión del PRESENTE del Ser. Y allí donde para el Ser es Presente, deja de haber separatividad. ¿Qué nombre recibe esto? AMOR.

En suma, donde no hay atención jamás podrá haber intención; es decir, no podrá haber espíritu manifestado, no podrá haber ESPIRITUALIDAD.

Recordemos que Jiddu Krishnamurti exhortaba a sus oyentes a que superasen “la lógica de la reacción”. ¿Cómo? Sustituyéndola por su opuesta, la lógica creativa, aquella que es capaz de saltar por encima de los automatismos y las memorias al aplicar la atención.

5. ESTADOS DE CONCIENCIA Y MODOS DE CONOCER

Cada estado de conciencia se proyecta en un particular modo de conocer. Podemos distinguir en principio tres, cada uno con sus potencialidades y sus límites, más un cuarto que es resultado de una síntesis, del que hablaremos más adelante. Estos modos de conocer se expresan, igualmente, en tres formas de estar en el mundo:

1º. Modo visceral: tiene carácter instintivo-reactivo. Su finalidad principal es garantizar la sobrevivencia.

2º. Modo emocional: de carácter irracional, gira en torno a la dicotomía placer-displacer; es decir, en torno al “me gusta” o “no me gusta”.

3º. Modo intelectual: de carácter racional (analiza, compara, busca patrones, induce, deduce..). Profundiza pero a la  vez disgrega, por lo que no podrá jamás proporcionar una visión de conjunto.

Esos tres modos de conocer, ¿se vincularán fisiológicamente a nuestros tres cerebros? Veamos cuáles son:

– El “Cerebro” o Sistema Nervioso Entérico (SNE). Se trata del sistema digestivo. Se han encontrado aquí suficientes células nerviosas y conexiones como para afirmar que se trata de un tercer cerebro, integrado por más de 100 millones de neuronas distribuidas a lo largo del intestino (más que toda la médula espinal). Estas neuronas están conectadas con el cerebro encefálico e influyen en nuestro estado emocional. Es como si tuviésemos una especie de radar que se constituye en un sexto sentido que nos guía en situaciones complejas de peligro o de extrema emoción. En el SNE se produce el 95% de la serotonina total del cuerpo, un neurotransmisor que tiene entre sus principales funciones las de regular el apetito,  equilibrar el deseo sexual, controlar la temperatura corporal, la actividad motora y las funciones perceptivas y cognitivas.

cerebro entérico 2

 – El Cerebro Cardíaco. Se ha descubierto que el corazón contiene un sistema nervioso independiente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas, junto a una compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo. Con esos circuitos tan elaborados, parece ser que el corazón es capaz de tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro, puede percibir, aprender y recordar.

CEREBRO CARDIACO

Del corazón parten cuatro tipos de conexiones que van hacia el cerebro de la cabeza:

1ª. La comunicación neurológica mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias.

2ª. La información bioquímica mediante hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF (llamada también Factor natriurético atrial o atriopeptina), la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés y producir y liberar oxitocina, la que se conoce como hormona del amor.

3ª. La comunicación biofísica mediante ondas de presión. A través del ritmo cardiaco y sus variaciones, el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo.

4ª. La comunicación energética. El campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, unas 5.000 veces más intenso que el del cerebro de la cabeza, extendiéndose alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros. Se ha observado que cambia en función del estado emocional, de forma que, por ejemplo, cuando tenemos miedo, frustración, estrés, ira o desconfianza, se vuelve caótico y, por el contrario, se ordena con las emociones positivas, elevadas y generosas.

Los mismo pasa con el ritmo cardiaco, al punto que las ondas cerebrales se sincronizan con sus variaciones; es decir, que el corazón arrastra a la cabeza. En conclusión, el llamado “amor del corazón” no es solo una emoción sino un estado de conciencia inteligente.

El cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza centros neuronales novedosos, centros superiores de percepción, que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. Su conocimiento es directo, inmediato, instantáneo, y por ello tiene una percepción exacta de la realidad.

Este circuito se activa ejercitando las llamadas “cualidades del corazón”: la apertura hacia los demás, la capacidad de escuchar, la paciencia, la cooperación, la aceptación de las diferencias, el coraje… Es decir, con la práctica de los pensamientos y emociones positivas. Esto significa, en esencia, liberarse del espíritu de separación y de sus tres mecanismos primarios: el miedo, el deseo y el ansia de dominio.

equilibrio mente corazón

La forma de liberarnos de estos mecanismos es tomando la posición de testigos  (observadores), observando nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, y escogiendo las emociones que nos hacen sentir más plenos.

– El Cerebro de la Cabeza o Cerebro Encefálico. Contiene 100.000 millones de neuronas conectadas en forma de una inmensa e intrincada red de sinapsis o conexiones nerviosas, formando redes hebbianas o neuronales. Los bancos de memoria son redes neuronales especializadas, y son ellas quienes sustentan nuestros hábitos y conductas.

Si nos atenemos a la Teoría Sintérgica de neurofisiólogo mexicano Jacobo Grinberg, nuestro cerebro interactuaría con ese campo informacional al que buena parte de los científicos llama campo cuántico, otros como David Bohm orden implicado y que él denomina Lattice. A partir de esta interacción, como resultado final del procesamiento cerebral y a través de lo que él llama “campo neuronal”, aparecería la realidad perceptual que percibimos tal y como la conocemos, es decir, los objetos, formas, colores, olores y texturas.

6.- UN CUARTO MODO DE CONOCER

Entonces, ¿cuál sería ese cuarto modo de conocer que puede ir más allá del pensamiento discursivo, de los juicios, de las opiniones, de los análisis, de las inducciones y las deducciones, del “me gusta” o “no me gusta”? Ya lo hemos visto: es LA INTUICIÓN. Este no es un modo de conocer ni irracional ni racional, va más allá, tiene carácter arracional.

Maurice Barbanell y Silver Birch

                              Maurice Barbanell                                                             Silver Birch

Como muchos sabrán, Silver Birch es el nombre de un instructor espiritual que se manifestaba bajo la personalidad de un piel roja, responsable invisible de un compendio de maravillosas enseñanzas transmitidas a través de las facultades de intermediación del médium británico Maurice Barbanell. Pues bien, en cierta ocasión se le hizo a dicha entidad la siguiente pregunta: “¿Podrías explicar qué es la intuición?”. Su contestación fue:

“Sí, puedo explicarlo en una frase:  LA SUGESTIÓN DEL ESPÍRITU. La intuición es la manera por la que el espíritu se hace consciente de sí mismo; ataja el proceso normal del razonamiento terrenal. La intuición logra a la velocidad de la luz, lo que normalmente conseguirías después de mucha deliberación. La intuición es ese proceso de sintonismo durante el cual recibís esa sugestión que alcanzaríais después de mucho tiempo y pensamiento sobre el mismo tema”.  (De: Antología de Silver Birch)

Estudios realizados por un equipo de científicos dirigidos por el profesor Marius Usher en la Universidad de Tel Aviv, han demostrado que la intuición es infinitamente más fiable que la razón, confirmando que en un 90% de los casos acierta.

Nuestro entendimiento y nuestro sentir nos llevan a manifestar que ha llegado la hora de activar con énfasis y generalizar esta forma de percibir y conocer la realidad, un modo que trasciende el intelecto, lo discursivo, lo argumentativo y lo cartesiano, en la medida en que todo eso apenas acota, bordea, delinea, pero no entra – porque no puede – en el corazón de la “cosa en sí”.

Termina el tiempo de, simplemente, describir, discursear, opinar y separar, llega tiempo para cultivar las buenas impresiones, unir y vivir. Quien no lo haga así estará prácticamente “muerto” y “ahogará” lo que representa, incluso al Espiritismo, si habla en su nombre.

Lo característico de la intuición como modo de conocer, es que cada vez que se activa promueve una ósmosis de significados. Jamás habrá verdadera comprensión sin ese trasvase, que es lo único que proporcionará SENTIDO. Es mediante la intuición que es posible superar la dualidad o separatividad, raíz de todo conflicto.

¿Pero cuál es el mecanismo que permitirá el afloramiento de este cuarto modo de conocer y qué estado de conciencia representa? Las más modernas investigaciones en neurofisiología, dan a entender que en el plano orgánico es la sincronización hemisférica cerebral el basamento de la manifestación de este modo de conocer, que a su vez es producto del desarrollo armonioso y coherente de valores y facultades interiores complementarios: información más cualidad; forma más estado; estructura más energía; en definitiva, INTUICIÓN.

Para que esto llegue a producirse, se necesita algo que el propio Kardec describió en el ítem 19 de El Libro de los Espíritus, en que nos señala dónde reside la deficiencia que a día de hoy, según nuestro actual estado evolutivo, sigue siendo preciso llenar para dar el salto: el progreso moral: “Sólo el progreso moral puede asegurar la felicidad de los hombres sobre la Tierra – asevera – … él es el encargado de tirar abajo las barreras que separan a los pueblos, el que hará desaparecer los prejuicios de castas y acallará los antagonismos sectarios, enseñando a los hombres a considerarse hermanos destinados a ayudarse y no a vivir parasitariamente los unos de los otros”.

7.- SOCIOLOGÍA ESPIRITA

El 28 de junio de 1872, durante una sesión mediúmnica que se celebró en la Sociedad Espiritista Española de Madrid, se solicitó a los espíritus una fórmula que permitiera resolver lo que entonces se denominaba la «cuestión social“, eso que hoy denominamos «la crisis». Tal como recoge el secretario de la Sociedad, Diodoro de Tejada, los espíritus respondieron lo siguiente:

«¿Una fórmula pedís? ¿Una fórmula que establezca para el porvenir la felicidad humana? Sólo puede plantearse el resultado, la solución del problema. La fórmula sólo es dada encontrarla a la humanidad, porque en ella misma está la fórmula la busca, puesto que harto presienten vuestros espíritus cuál será su glorioso porvenir, porque lo sienten. Todos producir con arreglo a la aptitud de cada cual y todos participar del producto de los demás. He aquí la aspiración que una vez alcanzada, el cielo bajará a la Tierra, o mejor dicho, la Tierra se elevará hasta el cielo».(«Sociedad Espiritista Española, Sesión Inaugural del año 1873-1874. Memoria y Discurso», Folleto editado por la misma Sociedad. Imp. de D. J. M. Alcántara, C/ Fuencarral, nº 81. 16 páginas.)

He aquí, en tan breve texto, la clave de todo lo que venimos exponiendo, el hilo conductor que nos lleva tanto al corazón del problema como a las puertas de su resolución. Tengan bien presentes estas palabras y su significado, en relación con lo que pasaremos a exponer en adelante.

Manuel S. PorteiroUno de los autores espíritas que más avanzó en la clarificación y síntesis de los nuevos conceptos sociológicos derivados de la doctrina de los espíritus, fue el argentino Manuel S. Porteiro (1881-1936). Según podemos extraer de manera muy resumida de su trabajo, los principios fundamentales de esa nueva Sociología, que servirían de base a la sociedad del porvenir, formada por seres humanos de sanos ideales, son:

  • El reconocimiento del derecho natural.
  • El reconocimiento de la igualdad social.
  • El reconocimiento de la igualdad económica, proporcional a las necesidades y aptitudes de cada uno.
  • El reconocimiento de la igualdad de deberes en la producción útil, o sea en el trabajo material o intelectual.
  • La distribución del trabajo social en concordancia con las aptitudes y gustos de cada uno, con libertad en la elección del trabajo y asimismo en su duración.
  • La supresión de todo castigo legal e implantación de nuevos métodos correctivos en concordancia con el concepto espiritual de la vida.
  • La educación moral fundada en la justicia y en el derecho natural igual para todos.
  • El respeto mutuo, sin distinción ni categoría. Libertad, Igualdad y Fraternidad, no solo como meras proclamas constitucionales, sino como hechos sociales, derivados de la justicia económica y social de la nueva moral espírita. (De: “Concepto Espírita de la Sociología”, por Manuel S. Porteiro).

Todo esto incluye, evidentemente, la igualdad de derechos entre la mujer y el hombre; la libertad de conciencia y de ideas, y, por encima de todo, la certeza de nuestra inmortalidad y del progreso indefinido del Ser. La conjugación de todo ello da forma a la más revolucionaria,  humana y espiritual concepción  que jamás pudiera plantearse.

8.- LAS GRANDES PLAGAS QUE AZOTAN A NUESTRA SOCIEDAD

Podemos decirlo de muchas formas, pero las grandes plagas, males o problemas que afectan a nuestra sociedad, pueden sintetizarse en cuatro grandes bloques:

a.- La violencia: la violencia es fruto de la incoherencia entre el SER y el ESTAR del individuo y tiene infinidad de caras: desprecio, humillación, maledicencia, imposición, irrespeto, desconsideración, descalificación, comparación, crueldad, etc.

Pero, además, esta incoherencia interior anula el carácter, que no es más que la “presencia del Ser”; sin SER no puede haber presencia y donde no hay presencia no habrá carácter. La violencia, en cualquier sentido es, pues, un síntoma más de la falta de carácter.

Cada estado de conciencia es generador de situaciones que nunca son inoperantes o inocuas, trae manifestaciones y consecuencias, bien sea hacia adentro, bien sea hacia afuera, o ambas.

b.- La obnubilante tecnificación: vivimos enfrascados en una tecnocracia incapacitante, que mantiene a una buena parte de la humanidad en un mundo virtual artificial, confuso, alucinado y desconectado de la realidad.

c.- El consumismo exacerbado: todo este sistema de vida produce vacío interior, el cual busca ser llenado con “algo” inmediato, de ahí la loca carrera por las posesiones, el consumo y el derroche, buscando suplantar la falta de sentido.

d.- La oscuridad espiritual: podemos concluir que las tres primeras plagas derivan todas de esta última.

9.- LOS TRES DESTINOS

Este panorama aboca a la humanidad a elegir entre tres posibilidades que se abren ante ella con respecto a su destino futuro, el cual va a depender de la elección colectiva que seamos capaces de hacer: 1) La autodestrucción; 2) La deshumanización, ó 3) La Solidaridad.

Los tres destinos

Tenemos confianza en la naturaleza humana y hay factores en juego que pueden inclinar la balanza. Uno de estos factores lo forman los que denominamos “mensajeros del tiempo venidero”.

Existe un tiempo colectivo y existe un tiempo personal, porque, a fin de cuentas, “el tiempo es “la vida íntima de la conciencia”. Hoy, como en otras épocas, si bien de una manera mucho más notoria y extensa, hay entre nosotros “infiltrados” que son como viajeros del tiempo futuro, los cuales se están revelando ya y se revelarán aún más en adelante. Observemos con detenimiento a los niños que están naciendo.

Niña de la nueva generaciónLos instructores espirituales hablaron a Kardec de una “nueva generación”. Ya en su época enseñaron que al planeta Tierra había llegado el momento de llevarse a cabo “una gran emigración entre sus habitantes”, de forma que una nueva generación de espíritus relativamente más evolucionados irían sustituyendo a la generación más atrasada.  Decía: “ Ubicados en un punto intermedio, asistimos a la partida de una y a la llegada de la otra, presentando cada una características propias… Las dos generaciones que se suceden – añadía – poseen ideas y miras totalmente opuestas. Es fácil distinguir a cuál de ellas pertenece cada individuo por la naturaleza de sus disposiciones morales y, especialmente, por sus disposiciones intuitivas e innatas”.

A los individuos de esa nueva generación los caracterizaría “una inteligencia y una lógica generalmente precoces, unidas al sentimiento innato del bien y de las creencias espiritualistas… No se compondrá exclusivamente – aclara – de espíritus eminentemente superiores, sino de espíritus con un cierto grado de progreso y predispuestos a asimilar todas las ideas progresistas y aptas para secundar el movimiento regenerador”.  (El Génesis, Capítulo  XVIII – Los tiempos han llegado)

El espíritu conocido como Doctor Barry, afirmaba en una comunicación: “Sí, ciertamente, la Humanidad cumple un período de transformación, como los vivió ya en épocas pasadas. Cada transformación está marcada por una crisis que es, para el género humano, lo que son las crisis de crecimiento para el ser humano como individuo. Estas crisis, a menudo dolorosas, se llevan consigo a generaciones e instituciones, pero siempre son seguidas por una fase de progreso material y moral… La Humanidad terrestre llegó a uno de los períodos de crecimiento”. (El Génesis, Capítulo  XVIII – Los tiempos han llegado)

Parece más que evidente que necesitamos una nueva organización social, pero ¿a dónde acudir para inspirarnos? ¿Dónde podremos encontrar modelos de referencia? ¿Puede el Espiritismo aportar alguna orientación para alcanzar este objetivo?

10.- EL FUTURO ESTÁ EN LO COLECTIVO

Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) lo dijo: “La edad de las naciones ya pasó. Si no queremos morir, es la hora de sacudir los viejos prejuicios y de construir la tierra”.

GebserEl filósofo cultural alemán Jean Gebser (1905-1973), uno de los pensadores más importantes del siglo veinte, va en el mismo sentido en su principal obra El Origen Siempre Presente (Alemania, 1949), donde nos habla de “estructuras de conciencia”, afirmando que una nueva forma de conciencia está emergiendo en el seno de la humanidad, la cual él llama “integral”.

Presintió y detectó que se estaban creando las condiciones para lo que él calificó de inminente “mutación” conciencial, una transformación que se hacía evidente en el fracaso de la “estructura mental-racional” de la conciencia, es decir el paradigma reductor racional científico imperante.

Según sus conclusiones, la conciencia se había movido a través de varias “estructuras” previas, cada una de las cuales había conseguido una separación mayor respecto de una fuente atemporal, inmaterial, espiritual, que designaba como “origen”; estas estructuras eran la Mágica, la Mítica y la Racional-mental. Sin embargo, en la estructura de conciencia Integral, el origen se hace perceptible, lo espiritual se concretiza y la “luz no creada” se manifiesta

11.- ¿ESTARÁ LA COLABORACIÓN EN LOS FUNDAMENTOS DE LA VIDA?

LMargulisa destacada bióloga norteamericana Lynn Margulis (1938 – 2011), autora de numerosos trabajos en Biología, destaca por haber descrito un importante hito en la evolución con su teoría sobre la aparición de las células eucariotas, como consecuencia de la incorporación simbiótica de diversas células procariotas (endosimbiosis seriada). También postuló la hipótesis según la cual la simbiogénesis sería la principal fuente de la novedad biológica.

En palabras llanas, esto significa que no siempre es la competición y la sobrevivencia del más adaptado como consecuencia de acumulaciones de mutaciones aleatorias, el factor que determina la evolución, sino que lo sería la cooperación. Toda una redefinición de las leyes evolutivas. ¿No nos estará indicando, pues, la propia Vida, por dónde estaría la ruta de la evolución humana?

Esto mismo ha sido intuido, dicho y enseñado desde siempre por grandes hombres y mujeres de todos los tiempos. El emperador y filósofo romano Marco Aurelio (121-180), expresó: “Pues hemos nacido para colaborar, al igual que los pies, las manos, los párpados, las hileras de dientes, superiores e inferiores. Obrar, pues, como adversarios los unos de los otros es contrario a la naturaleza”.

La búsqueda de una vida colectiva en forma de COMUNIDAD, que representase los ideales más altos para el ser humano, una vida justa, libre y segura, donde todas las necesidades estén satisfechas y las más altas aspiraciones del ser humano encuentren su cauce de expresión, a la vez que todas las potencialidades de sus integrantes vean facilitadas su expresividad sin límites, ha sido una constante en el seno de los individuos y de las sociedades, dando lugar al denominado pensamiento utópico.

Entendemos por UTOPÍA todo plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como deseable pero irrealizable en el momento de su formulación. El vocablo fue creado por Tomás Moro (1478-1535) quien lo usó para denominar el lugar de residencia de una sociedad ideal en el libro del mismo título, la Isla de Utopía (de “u-topos”: en ningún lugar; es decir, inexistente).

Las utopías intentan ser sistemas racionales capaces de concebir nuevos modos de organización social. Implican siempre una voluntad de ir más allá de lo existente, así como, a la vez, constituyen un escape del presente y una crítica del mismo al compararlo con lo que podría ser. Pretenden encarnar, como decía el filósofo judío-austriaco Martin Buber (1878-1965), «la visión de lo justo en un tiempo perfecto».

Tenemos muchos ejemplos de concepciones utópicas: La “República, de Platón; “La Ciudad de Dios”, de S. Agustín de Hipona (413-427); “La Ciudad del Sol”, de Tommaso Campanella (1623), “La Nueva Atlántida”, de F. Bacon (1627), “Leviatán”, de Thomas Hobbes (1651), “El Naufragio de las Islas Flotantes”, de Étienne-Gabriel Morelly: (1753); El Manifiesto Comunista, de K. Marx y F. Engels, así como diversas otras obras del fructífero siglo XX.

Pero un gran problema ha sobrevenido cuando se ha querido convertir a las utopías en ideologías, porque a la vida no se la puede incrustar, no cabe en marcos teóricos cerrados, ya que su característica medular es el movimiento, la fluidez y la mutación. De ahí que la ideologización de una concepción utópica, equivale a colgar una imagen estática en el tiempo y de ahí a pretender imponerla, hay solo un paso. Para comprobarlo no hay más que ojear la historia.

Parece claro que alcanzar el tan deseado y deseable clímax social no es tarea sencilla. El peso de la historia cae con fuerza al contemplar cómo a pesar de un amplio abanico de variados e incomparables modelos, jamás hemos sido capaces de establecer la deseada COMÚN-UNIDAD.

Comunidad

A día de hoy, la creación de una verdadera COMUNIDAD humana de base espiritual, se presenta como la única puerta abierta progreso, después que todos los otros modelos han fracasado. Es que una vida no compartida no merece ser vivida.

12.- LA GRAN TAREA

Todos seguramente se habrán parado a reflexionar sobre cuál es, en definitiva, la función y sentido de ser esencial del Espiritismo. Tal como lo vemos, este sentido sería el de concienciarnos de quienes somos en realidad para revelar nuestra verdadera naturaleza, activando nuestras potencialidades y reflejar dicha naturaleza en nuestras obras.

Esto ¿cómo se traduce? Cómo humanos es nuestro destino expresar en nuestro hacer lo que somos: seres espirituales. Dicho en otros términos: revelar fuera lo que somos dentro para reflejar y traer “abajo” lo que es “arriba”. Hemos de ser puentes, volvernos diáfanos, convertirnos en espejos de la realidad espiritual. Y ser espejos y reflejar la realidad espiritual en el mundo, ¿no es lo mismo que aquello de “traer el reino de Dios a la Tierra”?

cielo reflejado

En suma: construir en la Tierra una vida que represente lo más fielmente posible la estructura de los planos sutiles superiores del reino del espíritu, es la gran tarea que tenemos por delante. Y esta gran tarea toma forma, se concreta, mediante un encofrado de principios, valores, leyes y referentes, henchidos de energía espiritual.

Pasemos a exponer algunos de esos principios fundamentales, columnas imprescindibles a tener en cuenta a la hora de erigir una verdadera comunidad humana, los que podemos llamar piedras miliarias de la vida comunitaria.

a.- Altruismo.

El altruismo es requisito básico si uno quiere consagrar su talento al trabajo común.

Acuñado originalmente por Auguste Comte allá en el año 1853, altruismo significa justo lo contrario de egoísmo, que es la tendencia, consciente o no, a anteponer los propios intereses a los de los demás. La madre el altruismo es la fraternidad.

Piotr Kropotkin (1842-1921), el geógrafo, naturalista y pensador político ruso, teórico del anarquismo, dijo: “La fraternidad humana y la libertad son los únicos correctivos que hay que oponer a las enfermedades del organismo humano que conducen a lo que se llama crimen”.

Pero ésta ha de ser una fraternidad entendida “como  libertad responsable frente a los demás”, como expresaba un indiscutible referente moral contemporáneo,  José Luis Sampedro.

b.- Buena voluntad y experiencia.

La buena voluntad la podemos definir como la intención dirigida hacia el bien y, la experiencia como la substancia de lo vivido. Cuando la buena voluntad se ve abonada por la experiencia surge un bien mayor, se acorta el tiempo para conseguir resultados y se gana en efectividad. La experiencia permite evitar la repetición indefinida de los errores propios del novato.

No obstante, la experiencia no puede convertirse en el ancla de la evolución, coartando el acceso a los nuevos espacios exploratorios que el ser humano habrá, obligatoriamente, de  sondear para avanzar, arguyendo que “siempre se hizo así”.

c.- Conocimiento y formación.

El conocimiento será una de las bases de la COMUNIDAD, sin ponerle límites a éste. La ignorancia es el peor fundamento para crear comunidad.

El conocimiento puede ser entendido como el volcado inteligible y operativo de la comprensión. El conocimiento es la llave que abre las puertas del futuro, de ahí que ponerle límites significa violentar la inteligencia, cegar la curiosidad, decapitar la imaginación, cristalizar la creatividad, negar nuestra espiritualidad.

Mas el conocimiento necesita verterse como formación, una formación multifacética, porque la especialización, como camino exclusivo, solo lleva a la desintegración.

d.- Compromiso.

El compromiso es la responsabilidad adquirida sobre la base del conocimiento. Esto es algo que va mucho más allá de la implicación. No se puede crear una comunidad sin compromiso.

Lo único que puede hacer tambalearse al compromiso es el miedo, y su presencia es evidencia de un nivel inadecuado de conocimiento-conciencia.

El compromiso es una categoría ética, no legal; cada cual está automáticamente comprometido en correspondencia directa con el nivel de su conciencia, y es la vía para la demostración viva del conocimiento-conciencia adquirido. No es concebible un compromiso pasivo.

e.- Desarrollar el sentimiento de unidad.

La unidad ha sido siempre señalada como el baluarte más importante del éxito. El sentimiento de Unidad es síntoma de la percepción del Plan inmanente, e implica tanto suma de intenciones como conjunción de esfuerzos.

La entidad que sea crea desde lo colectivo, es más que la simple suma aritmética del valor de sus componentes individuales, apareciendo un ente de rango cualitativo superior, que a su vez influye en sus componentes por un proceso de retroalimentación, que conduce a que cada individuo integrante sea capaz de sacar de sí mismo mucho más de lo que nunca pensó que pudiera aportar.

Por el contrario, cuando no hay unidad se contrarrestan, anulan y pierden multitud de esfuerzos. Por eso se ha de acrecentar el sentido de comunidad. Aquí el Espiritismo puede tener una función importante, enseñando la verdadera naturaleza humana.

Pero este llamado a la UNIDAD no se puede confundir con la anulación de la diversidad, todo lo contrario, la unidad a la que nos referimos no tiene nada que ver con uniformización.

f.- Desarrollar la cooperación.

Cooperar es trabajar juntos para y por una misma finalidad, sin perjuicio para nadie. Deberes y derechos son las dos caras de una misma moneda, los dos extremos de una misma cuerda. Necesitamos fundar una RECIPROCRACIA

Sin embargo, nadie puede desarrollar armoniosamente un trabajo, aún compartiendo la finalidad, si no se siente encajado desde su peculiaridad y valores distintivos en el marco de la labor colectiva. Para que esto se dé, se necesita favorecer y desarrollar la VOCACIÓN.

g.- Cultivar la amistad.

La amistad es la red energética afectiva aglutinante que se extiende entre semejantes que se entienden, respetan, colaboran y crean juntos, con prevalencia del bienestar común por encima del exclusivo personal. La amistad es el preludio de la fraternidad y la hermandad. ¿Concebís la posibilidad de una comunidad sin la urdimbre estructuradora de la amistad?

h.- Fundamentar en la ayuda mutua la búsqueda del bienestar general.

El sendero de la vida es de ayuda mutua. Esta es la comprensión de la interdependencia puesta al servicio del sentido de unidad. Con la ayuda mutua se supera la competitividad como base del desarrollo social.

En una COMUNIDAD no puede haber exitosos y fracasados, vencedores y vencidos, ricos y pobres. No se puede convivir en comunidad desde el derroche o desde la necesidad.

En una COMUNIDAD tampoco puede haber igualdad absoluta – uniformidad – porque es un hecho que no somos iguales y tenemos necesidades dispares.

La ayuda mutua es indispensable para lograr el bienestar general, que es la tarea común. La malicia estará descartada porque es una intención deformada por un falso conocimiento, o mejor dicho, por la ignorancia. Luego, la malicia y el bienestar general, son absolutamente incompatibles.

¿En qué terreno se enraíza la tarea del bienestar general? En el suelo de la confianza. Y éste lo forma la tierra de la certidumbre.

i.- Ejercitar la sobriedad.

La SOBRIEDAD es la equidad y el respeto en el uso y disfrute de los recursos. Implica certidumbre, plenitud interior, eficacia energética, capacidad de adaptación, justicia distributiva, abundancia, solidaridad, libertad, salud, equilibrio, flexibilidad y belleza.

Desde la sobriedad cualquier cambio es posible y más fácil de realizar.

j.- Elaborar reglas claras.

La cooperación es la base de una vida comunitaria y  necesita estar basada sobre reglas claras, unas reglas inspiradas en las grandes leyes del Universo.

La presencia de reglas claras enseña orden y disciplina, que a su vez ayudan a la adquisición de un ritmo. Además, tener reglas claras denota un plan o proyecto por el que se saben las condiciones de partida, a dónde se va y cómo se va. Representa también el desarrollo de un criterio claro, ayudando a evitar los perjuicios y los abusos.

El criterio es como una plantilla con la que se puede calibrar la realidad o irrealidad de un planteamiento. Es un patrón que resulta de una estructura interior equilibrada.

Estas reglas de cooperación serán pocas. Desconfiad siempre de todo sistema social que esté atiborrado de leyes y normativas; eso es señal de la existencia de una superpoblación de tramposos, lo que, a su vez, indica la prevalencia de la intención del engaño, el fraude, la hipocresía, el egoísmo y la corrupción. En una sola palabra, de la ignorancia.

Bien claro lo decía José Martí: “Las verdades elementales caben en el ala de un colibrí“.

k.- Asimilar la dignidad y el valor del verdadero trabajo.

Dignidad es reflejo de saberse que se ES; es una actitud nacida de la autoestima. Los espíritus dijeron a Kardec que todo aquello que se hiciera que fuera útil, era TRABAJO. O como lo define Khalil Gibrán: ”El trabajo es el amor hecho visible” ¿Y qué es lo útil, sinónimo del amor hecho visible? Pues lo que hace bien a todos y a nadie perjudica.

¿Qué sucede cuando comprendemos que SOMOS en la interrelación con los demás y en el trabajo? Pues que reconocemos el valor de las cosas bien hechas porque se activa el amor a la obra. Imaginad una comunidad humana donde todos sus miembros estén imbuidos de un permanente afán por hacer las cosas cada vez mejor, por el solo placer de hacerlas bien. ¿Dónde serían capaces de llegar?

Pero, además, el  trabajo será continuo. La labor continua es un indicativo de estar vivos, porque la vida se caracteriza por un fluir constante y estar vivos es permitir que la vida fluya por nosotros. Desde el momento en que perdemos esa fluidez, esa creatividad, es que hay obstáculos interfiriendo, de aquí el dolor, la enfermedad, el conflicto.

Recordemos aquí las palabras de nuestra recordada Amalia Domingo Soler: “Yo antes me quejaba de todo. Después de conocer el Espiritismo sólo pienso en trabajar”.

El trabajo, la labor, la cooperación, será voluntario. El trabajo no puede ser una esclavitud forzada, sino que tiene que ser voluntario como expresión natural consecuente al aumento de la conciencia. Si no es así, hay falsedad e ignorancia y todo lo que se quiera construir sobre esa roída base, será falso. El avance real solo se puede realizar desde la libertad, en caso contrario provocará tensión, deformación y, consecuentemente, un engendro monstruoso y autodestrucción, tanto en lo personal como en lo social.

Las tareas que se desempeñen serán vocacionales. Recordemos que en su sentido etimológico original vocación es la “acción y efecto de llamar”. Hacer algo con agrado, que a uno le llene, contribuye a que los resultados sean más efectivos, productivos, perfeccionados, creativos y útiles. En el orden individual habrá mayores cotas de satisfacción y realización personal, de plenitud. En el orden social habrá más integración, coherencia y paz.

Aún así hay aspectos en la vida de una comunidad que serán ser realizados por la totalidad de sus miembros, en particular todas las actividades básicas. Es necesario tener siempre una toma de tierra, una cura de realidad. Grandes problemas vienen cuando se pierde este sentido de la realidad, si no véase la lejanía actual entre gobernantes y pueblo.

l.- Revalorizar las labores manuales.

Decíamos antes y repetimos ahora, que no se puede perder el contacto con la realidad. El desarrollo de las habilidades manuales nos compenetra con el mundo concreto, ayudando a enlazar idea y fenómeno. Esto quiere decir que nos convertimos en creadores completos, que son aquellos que además de concebir la idea, desarrollan la capacidad de formalizarla.

Quien hace creando, valora lo que otros hacen creando y esto da solidez a la comunidad, convirtiéndose en argamasa social sobre la base de la confianza, el respeto, el aprecio y la estima mutuos.

Cooperación conscientem.- Desarrollar la cooperación consciente.

Ningún trabajo es nocivo; sólo lo serán, si las hay, las condiciones ignorantes que lo puedan rodear. Todos los trabajos son importantes y solo una cooperación consciente permitirá un trabajo sano.

No se puede tener amor a la obra, si no se siente uno parte de algo superior que dote de sentido. Cuando las cosas cobran sentido es como si se iluminasen desde dentro y se comienzan a ver como son en realidad, cobrando todo su valor.

Cuando hago lo que hago porque sé y siento eso que hago y para qué lo hago, y comprendo su valor en el marco de la totalidad, es que estoy desarrollando una cooperación consciente.

n.- Desarrollar la justicia y la protección mutua.

Para que cada cual pueda poner en el trabajo lo mejor de sí mismo, se precisa calentar el corazón. Una COMUNIDAD es un organismo donde todas sus partes trabajan con un sentido unitario.

La justicia y la protección mutua derivan precisamente de percibir, comprender y sentir ese sentido unitario. Piezas de un mismo motor, piezas distintas en forma y función pero todas contribuyendo a una finalidad común; desde el momento en que una pieza es desatendida y falla, todo el motor se resiente y pierde su sentido de actuación. Por eso la conciencia colectiva comprende y siente que su supervivencia se asienta en la protección individual, y la protección individual se asienta en el realce de lo colectivo.

ñ.- Adquirir conciencia de la responsabilidad espiritual.

La manera de ennoblecer las conquistas sociales y de despertar las mejores posibilidades, es despojándolas de todo carácter competitivo. Esto únicamente se consigue cuando las cosas se hacen sin expectativas, sin pretensiones.

En esencia, ¿en qué consiste eso de “percibir todo con una conciencia espiritual”? Formulado de otra forma: ¿cuál es el síntoma más evidente de que todo se percibe con conciencia espiritual? Cuando hay conciencia de la Unidad.

o.- Establecer las metas más altas que seamos capaces de concebir.

Es necesario esforzarse hacia lo sumo, hacia lo absoluto. “Seamos realistas, hagamos lo imposible”, rezaba uno de los slogans más conocidos de la revolución parisina de 1968. Si no nos lo creemos, no lo haremos. Aquí está el secreto de la única fe posible y válida

¿Cuál es la llave de toda realización? La continuidad, sin bajones, en la tensión creativa, en el trabajo desde la unidad interna, porque solo la unidad es fuente.

p.- Exaltar la sencillez desde el reconocimiento de lo esencial.

¿Cómo será posible mover los corazones? No perdiendo sencillez. La exaltación de la sencillez únicamente podrá venir desde el reconocimiento de lo esencial a partir de una visión de conjunto, resultado de la comprensión sentida y anclada en la realidad mediante la acción práctica.

Es desde aquí donde se perciben los cuadros de correspondencias entre todo lo existente, desde donde se detecta y siente el hilo conductor de la Creación, el sentido unitario de la totalidad: la intención del Creador.

Desde esa perspectiva, la inmensa mayoría de los problemas y conflictos que sufrimos se revelan como auténticas nimiedades, que se disuelven de igual forma que la niebla de la mañana ante los primeros rayos de sol.

Tomar conciencia 03

13. CONCLUSIÓN

Sabemos la meta porque la sentimos y la siente un creciente sector de la humanidad que pronto será cualitativamente mayoritario. Nos resta identificar las fórmulas y modelos que encaucen y encarnen esa visión. Pero lo alentador, lo significativo, lo maravilloso, es que esas fórmulas las tenemos delante de nosotros, están aquí, tocándonos ahora mismo. El futuro de la humanidad está ya, ahora, aquí, ¿o es que no lo veis?

El problema es de visión interior y exterior. Todos los mecanismos, los adelantos y los modelos están ya en el presente. Hay que entrenar la vista intuitiva mediante la expansión de la conciencia y ejercitar el compromiso, entonces la historia dará un giro hacia un extraordinario horizonte de luz.

¿Qué habrá problemas? Si ¿Más agudos que los actuales durante un tiempo? Posiblemente. ¿Esto nos habrá de echar para atrás? En absoluto. ¿Qué la victoria es segura? Indudablemente.

Esta es, a nuestro modo de ver, la esencia del mensaje del Espiritismo como respuesta a los desafíos actuales del ser humano.

Oscar M. García Rodríguez    (GRUPO ESPÍRITA DE LA PALMA)

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calendario astronómicoFoto: Juan Carlos Casado (c) STARRYEARTH

INTRODUCCIÓN: DESCUBRIR VIDA EN EL UNIVERSO, UNA META QUE PARECE CADA VEZ MÁS CERCANA

Según cálculos realizados a partir de la misión del telescopio espacial Kepler, de la que se habla en este artículo, fuera de la Vía Láctea hay unos 17.000 millones de planetas parecidos a la Tierra, y solo en nuestra galaxia unos 1.000 millones.

El Espiritismo, de la mano de su codificador Allan Kardec, y según la enseñanza dada por los espíritus, dejó establecido entre sus principios fundamentales el de PLURALIDAD DE MUNDOS HABITADOS.

Así, en el ítem 55 de El Libro de Los Espíritus, se hace esta pregunta, obteniéndose la consiguiente respuesta por parte de los espíritus:

55. ¿Están habitados todos los globos que circulan en el espacio?

«Sí, y el hombre de la Tierra dista de ser, como lo cree, el primero en inteligencia, en bondad y en perfección. Hay, sin embargo, hombres muy vanidosos que imaginan que ese pequeño globo tiene el privilegio exclusivo de tener seres racionales. ¡Orgullo y vanidad! Se figuran que Dios creó el universo para ellos solos».

Un muy reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Texas en El Paso (EEUU) analizaron una lista de más de 1.000 exoplanetas de nuestra galaxia por su densidad, temperatura química, edad y distancia de la estrella madre, lo cual les permitió formular un «índice de complejidad biológica» que varía entre 0 y 1,0. El índice se mide en «el número y el grado de características asumidas para ser importante para el apoyo a múltiples formas de vida.

Según dicha investigación más de 100 millones de planetas en nuestra Vía Láctea podrían haber desarrollado formas de vida complejas.

Descubierto un planeta con una masa 17 veces superior a la de la Tierra y una composición similar a la de nuestro planeta

Por: Nuño Domínguez

Antenas mirando el universo

Un equipo de astrónomos anunció el descubrimiento de la primera megatierra. Se trata de un planeta rocoso como el nuestro pero que tiene una descomunal masa 17 veces mayor que la de la Tierra, algo que según los modelos actuales no debería existir. Pero las observaciones con el telescopio espacial Kepler y con el instrumento HARPS North, instalado en un telescopio en Canarias, no dejan lugar a dudas: el nuevo planeta está ahí.

Se llama Kepler 10c y fue descubierto por el telescopio Kepler de la NASA, un instrumento que permitió averiguar que el planeta tiene un radio 2,3 veces el de la Tierra. Pero lo verdaderamente importante, y sorprendente,  ha llegado cuando un equipo de astrónomos del centro de Astronomía Harvard-Smithsonian (CfA) intentó averiguar la composición del nuevo planeta.

Los resultados indican que este nuevo exoplaneta está hecho en su mayoría de materiales sólidos y que tiene una densidad nunca vista. Hasta ahora, se pensaba que los planetas de este tamaño comienzan a desarrollar una gran atmósfera que los convierte en gigantes gaseosos como Júpiter o Neptuno. Por eso los astrónomos dicen que Kepler 10c es una megatierra, un nuevo tipo de planeta mayor y más denso aún que las llamadas súper tierras pero que aún mantiene las características generales que caracterizan a la Tierra.

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 Telescopio espacial Kepler (recreación)

“Con este nuevo descubrimiento la posibilidad de encontrar planetas con superficies rocosas en las que se puede desarrollar vida tal y como la conocemos en la Tierra se incrementa de manera espectacular”, explicó a la web de Noticias de Ciencia Materia, desde EEUU la astrónoma del CfAMercedes López Morales, coautora del hallazgo. El descubrimiento se ha presentado hoy (lunes 2 de junio de 2014) en el Congreso Anual de la Sociedad Americana para el Avance de la Ciencia y el estudio ha sido publicado en Arxiv.

El nuevo planeta también sorprende por su edad: unos 11.000 millones de años. Eso es solo 3.700 millones de años después del Big Bang que originó el universo. En sus etapas iniciales, éste solo contenía elementos ligeros como el hidrógeno y el helio. La aparición de elementos sólidos como el hierro, necesitaba primero que se formase una primera generación de estrellas y que estas muriesen después en una explosión que diseminase esos elementos, un proceso de miles de millones de años. La existencia de esta nueva megatierra rocosa, prueba que ya en las etapas iniciales del universo había suficientes materiales sólidos como para formar mundos como éste, lo que tampoco encaja con los modelos convencionales.

“La posibilidad de encontrar planetas en las que se puede desarrollar vida como en la Tierra se incrementa de manera espectacular”

“Este es el Godzilla de los planetas”, ha dicho Dimitar Sasselov, coautor del hallazgo, en una nota de prensa difundida por el CFA.“Encontrar Kepler 10-C nos muestra que los planetas rocosos pudieron formarse mucho antes de lo que pensábamos y si puedes hacer rocas, puedes hacer vida”, ha resaltado.

Sin embargo, esa vida habrá que buscarla en otras megatierras. “El periodo orbital es de 45 días y la estrella es parecida al Sol, con lo cual la temperatura superficial del planeta será mayor que la de Venus y Mercurio”, explica a Materia Ignasi Ribas, un experto en exoplanetas del CSIC que no ha participado en el estudio pero que conocía parte de sus resultados desde la semana pasada.

“Los modelos actuales que describen cómo se forman los planetas no dicen que pueda existir un planeta como este, pero eso no quiere decir que no existan ahí afuera”, opina Ribas. Con este nuevo hallazgo se vuelve a demostrar que la naturaleza sigue por delante de nuestras predicciones teóricas, algo que es “muy sano” para el avance del conocimiento del universo y la búsqueda de vida en otros planetas.

El hallazgo ha sido posible gracias al instrumento HARPS North, instalado en el Telescopio Nacional Galileo que está en el Observatorio del Roque de los Muchachos, en el isla canaria de La Palma.

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Telescopio Galileo Gailei (Roque de Los Muchachos, La Palma)

¿QUÉ ES EL HARPS-N?

Los datos de que Kepler 10c mide 29.000 kilómetros de ancho, el equivalente a 2,3 veces el tamaño de la Tierra y pesa 17 veces más que nuestro planeta,  pudieron ser obtenidos con el HARPS-N (acrónimo para Buscador de Planetas por Velocidad Radial de Alta Precisión en el Hemisferio Norte; High Accuracy Radial velocity Planet Searcher in the Northern emisphere, en inglés) es un espectrógrafo Échelle de alta precisión instalado en 2012 en el Telescopio Nazionale Galileo (TNG), ubicado en el Observatorio del Roque de Los Muchachos (La Palma, Islas Canarias). Es «gemelo» del instrumento HARPS instalado en el Telescopio de 3,6 metros de ESO (Observatorio de La Silla, Chile).

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El objetivo principal de este instrumento es el descubrimiento y caracterización de planetas extrasolares del tamaño de la Tierra. La observación se basa en el principio de la variación de la velocidad radial de una estrella sujeta a las fuerzas gravitacionales de cuerpos en rotación alrededor de ella.

El proyecto HARPS-N es una colaboración entre el Observatorio Astronómico de la Universidad de Ginebra, el Center for Astrophysics (CfA) en Cambridge (Massachusetts), las universidades de Saint Andrews y de Edimburgo, la Universidad Queen’s de Belfast y el Istituto Nazionale di Astrofisica (INAF), de Italia.

FUENTE PRINCIPAL: http://esmateria.com/2014/06/02/descubierta-la-primera-mega-tierra-el-godzilla-de-los-planetas-rocosos/

 

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Enrique Pastor y Bedoya 03

Enrique Pastor y Bedoya (Alverico Perón)

Enrique Pastor y Bedoya -Alverico Perón- (1831 – 1897) fue, cronológicamente hablando, el primer gran pionero del espiritismo español y también el autor de la primera obra espiritista que vio la luz en nuestro país, en el año 1861, apenas cuatro años después de la publicación de «El Libro de los Espíritus». 

Francisco-de-Paula-Canalejas-y-CasasSería publicada inicialmente como anónimo en el periódico madrileño La Razón y se tituló «Carta de un espiritista al Dr. D. Francisco de Paula Canalejas». Está fechada en Madrid el 5 de Junio de 1861 y constituye un folleto con extractos de «¿Qué es el Espiritismo?»,  de Allan Kardec. Más tarde, en 1865, se hizo una edición en la Imp. de Manuel Galiano (Madrid) y tres años más tarde la revista El Criterio Espiritista – publicación fundada también por Alverico Perón – la reproduciría en sus columnas, en sus dos primeros números correspondientes a los meses de noviembre y diciembre de 1868.

No piense nadie que D. Francisco de Paula Canalejas y Casas era un personaje con animadversión u ojeriza contra Enrique Pastor y Bedoya, ni mucho menos. Al contrario, socios los dos del Ateneo de Madrid,  a ambos unía una íntima amistad. Todo esto nos hace sospechar que la «polémica» fue una construcción bastante artificial que permitió a Enrique Pastor hacer por primera vez una defensa y una explicación pública (más…)

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Por: Oscar M. García Rodríguez

Situación Islas Canarias

Canarias a comienzos de la segunda mitad del siglo XIX

A lo largo de todo el siglo XIX se producen en Canarias algunos importantes cambios, si bien no suponen modificaciones radicales en la evolución histórica del Archipiélago. Esta evolución es lenta y se aparta en ciertos aspectos de la que se produce en el resto del territorio del Estado español, no afectando a todas las islas por igual.

A comienzos de la segunda mitad del siglo XIX, la situación social, política y económica de las Islas Canarias se caracteriza por estar íntimamente ligada al mundo rural, situación que se prolongará hasta la década de los 60 del siglo XX. La población isleña se ocupa, en su inmensa mayoría, de las tareas agrícolas, siendo el campo la fuente principal de obtención de riqueza.

Un sector minoritario de la población detenta la propiedad y los medios de producción, concentrando en sus manos grandes extensiones (más…)

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EVIDENCIAS DEL MUNDO ESPIRITUAL: TESTIMONIOS DOCUMENTALES

Por: Oscar M. García Rodríguez

presencias invisibles (2)

Introducción

En su diccionario, la Real Academia Española de la Lengua define el término evidencia como “la certeza clara y manifiesta de una cosa, de tal forma que no se pueda dudar de ella ni negarla”. El mismo diccionario define la palabra documento como “todo aquello que sirve para comprobar o ilustrar algo”, y testimonio como la “atestación o aseveración de una cosa”,  o también como la “prueba de la verdad de una cosa”.

De esta forma, cuando hablamos de “testimonios documentales del mundo espiritual”, queremos significar todo aquello que patentice, ilustre o compruebe la realidad del mundo espiritual de manera clara e indubitable.

Nos podemos preguntar, ¿posee la humanidad tales tipos de testimonios documentales. La respuesta es taxativa: SÍ y numerosísimos.

En cierta ocasión, durante una entrevista, le preguntaron al ingeniero brasileño Hernani Guimarães Andrade si podía considerarse probada científicamente la dimensión espiritual humana (más…)

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En alguna ocasión hemos dicho que si a día de hoy nos preguntasen cuál fue la mayor aportación del maestro Allan Kardec, diríamos que más allá de su labor de sistematizador de las enseñanzas de los espíritus y definidor de las bases de esta ciencia filosofía y moral, su más importante legado es su ACTITUD.

Y es que desde la actitud adecuada llegará el conocimiento adecuado; sin embargo, el conocimiento adecuado en manos de una actitud inadecuada degenera irremediablemente. De ello, desgraciadamente, tenemos muchos  ejemplos, incluso en las filas del movimiento espiritista.

El siguiente artículo, de la autoría del maestro lionés, publicado en la Revue Spirite en su número de Noviembre de 1858  es una demostración más de esa ACTITUD intelectual y moral de altos vuelos de la que Kardec hizo gala, que una vez más reivindicamos y que nos gustaría fuera reverdecida de forma permanente  en la labores del Movimiento Espiritista.

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POLÉMICA ESPIRITISTA

Se nos ha preguntado varias veces porqué no respondemos, en nuestro periódico, a los ataques de ciertas publicaciones dirigidas contra el Espiritismo en general, contra sus partidarios, y de alguna forma incluso contra nosotros. Nosotros creemos que, en ciertos casos, el silencio es la mejor respuesta.

Es por otra parte un género de polémica que nosotros hemos tomado la decisión de abstenernos, pues puede degenerar (más…)

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Hipólito León Denizard Rivail nació en la ciudad de Lyón, Francia, el 3 de octubre de 1804. Provenía de familia católica, y hasta casi cumplir los doce años de edad cursó los primeros estudios en su ciudad natal, más al completar los mismos en Yverdun, Suiza, donde concurrió al Instituto de Educación Pestalozzi, recibió una fuerte influencia protestante. Buena parte de sus antepasados se habían destacado en la magistratura, pareciendo que el joven Rivail había de seguir el mismo rumbo de sus mayores. Pero nada más desacertado, pues sus inclinaciones vocacionales fueron las ciencias y la filosofía, pero fundamentalmente la pedagogía.

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Por Marlene Nobre
médica ginecóloga especializada
en prevención del cáncer, y presidenta
de la Asoc. Médico-Espírita int.

Extraido de: “Revista de Salud y Espiritualidad”

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